jueves, 12 de junio de 2008

EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA. ¿A que se opone usted?

Continúa el ruido y la llamada al incumplimiento de la Ley por parte de algunos grupos, entre los que sobresalen los obispos católicos. Como quiera que en sus argumentos jamás se incluyen los datos y contenidos concretos en que basan su oposición, he acudido a la fuente que marca estos contenidos (RD 1513/2006) y literalmente contiene lo siguiente:
El modelo de relaciones debe de estar basado en el reconocimiento a la dignidad de todas las personas el respeto al otro, aunque opine distinto, la igualdad de hombres y mujeres y en la asunción de las propias responsabilidades.
Los valores cívicos fundamento de una sociedad democrática son: respeto, tolerancia, solidaridad, justicia, igualdad, ayuda mutua, cooperación y cultura de paz.
Desde el reconocimiento de la diversidad cultural y religiosa se puede ser crítico con las costumbres y modos de vida para identificar y rechazar situaciones de marginación, discriminación e injusticia social.
Es necesario conocer las normas y principios de convivencia establecidos por la Constitución, así como la valoración de los servicios públicos y de los bienes comunes para ejercer las obligaciones de los ciudadanos en su mantenimiento y demandarlos a la administración (p/e la protección civil, la seguridad, la defensa al servicio de la paz y la seguridad vial).
Una vez conocido el contenido resulta difícil entender donde está el problema, racionalmente hablando, es en otro terreno diferente a la razón y el sentido común donde habrá que buscar explicación.
Por ello sería muy conveniente que los opositores y en especial los objetores de conciencia explicitaran a que principio concreto se oponen, cual es el contenido especifico que les produce rechazo y sobre todo que responsabilidad personal están dispuestos a asumir, frente a las generaciones futuras y sus propios hijos, por combatir contra la implantación en la educación básica de temas como el respeto, la igualdad, la solidaridad, la cultura de paz, etc.
Si ellos no asumen sus responsabilidades el resto de ciudadanos estamos en nuestro derecho de pasar factura, una factura cara y justa, sin ningún lugar a dudas.

Junio 2008
Fdo: Isidoro Gracia

COMO NO SALIR DE LA CRISIS.

Otra vez el precio del petróleo por las nubes, otra vez algunos sectores piden quedar al margen del problema pasando sus sobrecostes al presupuesto común. Como quiera que la situación no sea nueva parece necesario recordar como se resolvieron las situaciones anteriores.
Para superar la crisis de 1973 se subvencionaron los pasivos de las empresas afectadas y se les dieron facilidades para desprenderse de algunos de sus trabajadores, al tiempo que como medida estructural se atacaba la inflación, el nulo resultado permitió que la crisis de 1979 llegara cogiendo a las empresas aún en peor situación que en 1973.
La mayor parte de los problemas se solucionaron cuando, apoyándose en el presupuesto común, se asumió, por todos, una reconversión basada en nueva tecnología, renovación de activos, la actualización de los bienes de equipo y la dolorosa, pero imprescindible, disminución de la capacidad de producción de algunos sectores y empresas, con un inevitable efecto inicial sobre los empleos existentes en los sectores afectados. Ello exigió mucho diálogo pero también mucha firmeza por parte del gobierno de turno.
Cuando en 1990 nuevamente repunta, la respuesta basada en la experiencia se completa con algunas medidas restrictivas adicionales, el resultado es que en 1998 el precio de barril se sitúa en los 10 dólares. Con el nuevo y bajo precio del combustible, muchos de los programas de investigación de energías alterativas se abandonaron o ralentizaron, USA, Europa y España aumentaron su dependencia del combustible fósil hasta el límite.
La similitud no está solo en los síntomas, el origen en 1973, en 1979, en 1990 y en la actualidad es una guerra en Oriente Medio.
Así pues si queremos seguir en crisis permanente: a) invéntense nuevas guerras, b) subvencionemos a las empresas afectadas por lo precios de los combustibles, es indiferente que se haga por el gobierno de España o por la Comisión Europea c) abandónense los biocombustibles, el secuestro del CO2, déjense de hacer pantanos e instalar molinos de viento, y d) dejemos la firmeza en manos de las empresas armadoras, transportistas o cualquier otro colectivo con afán revindicador.

Junio de 2008
Fdo: Isidoro Gracia