jueves, 24 de septiembre de 2009

A LOS QUE CRITICAN LAS MOCIONES DE CENSURA: ACLARENSE.

A raíz de las críticas sobre las elecciones de alcaldes devenidas de los resultados de la Municipales de 2007, yo planteaba la pregunta: ¿Cambiamos el sistema?
Muchos medios de comunicación y tertulianos sostenían, simultáneamente, que las listas fueran abiertas para que los concejales actuaran según su conciencia, sin mandato de partido, y que el alcalde perteneciera a la lista más votada, como si el sistema electoral fuera mayoritario en vez de proporcional, contradiciendo así, de forma absoluta, su primera propuesta y además cuestionando un sistema que, con sus defectos, ha permitido, con el reparto de votos actual, la supervivencia del PP en Cataluña y Euskadi, y una situación similar de Izquierda Unida en buena parte de España, y proponiendo una alternativa en la que los partidos nacionalistas en su territorio y el Partido Socialista en España aumentarían su peso, quedando como único referente de vertebración del Estado el PSOE.
Cuando han llegado algunas de las consecuencias de primar la opinión personal del concejal, como predicaban y predican, se vitupera el hecho aplicando, como insulto, el epíteto de tránsfuga al que cambia sus apoyos, en uso de lo que la Ley permite, su conciencia o interés le demanda, y el Tribunal Constitucional ha bendecido con una sentencia que establece que es acta pertenece al concejal y no al partido que lo incluyó en sus listas .
En las elecciones municipales pasar a un sistema mayoritario sería posible con la modificación de la actual Ley Electoral, lo que exigiría un apoyo por mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado, por ser Ley Orgánica y en consecuencia un apoyo político muy amplio.
Pero siendo posible aplicar el criterio mayoritario indirecto a una sola vuelta, como se elige al presidente de USA (Por cierto, se puede ser presidente de USA con menos votos populares que el adversario), o el directo a dos vueltas, como se elige el presidente de Francia y muchos de los alcaldes europeos, hay que atenerse a todas las consecuencias y no solamente a las que coyuntura o simpatías políticas a cada uno le interesan, en cada momento.
Septiembre de 2009
Isidoro Gracia (DNI 7752400C)

miércoles, 16 de septiembre de 2009

UNA DE IMPUESTOS

UNA DE IMPUESTOS.
El anuncio del gobierno sobre la necesidad de subir algunos impuestos ha suscitado un amplio debate en el que cada comentarista pontifica con infalibilidad, en función de su pertenencia política o dependencia económica, a la vez que ataca con denuedo los “seguros” fallos del gobierno. Porque de todos es sabido que si un gobierno sube los impuestos se equivoca y sí los baja se equivoca también (los gobiernos siempre se equivocan).
Hasta donde mi modesto conocimiento alcanza, los países que son referencia mundial de bienestar tienen la elevada carga impositiva que su alto grado de protección y servicios sociales exigen. España tienen una presión fiscal total (impuestos + cotizaciones sociales) de 7 a 10 puntos de PIB inferior a la media de esos países. Y según el informe Taxation trends in the European Union (Edition 2007), los países se encuentran entre los diez primeros puestos de Europa en cuanto a carga fiscal global y también superan a España en la carga fiscal sobre el trabajo, a su vez aparecen como más eficientes y competitivos.
Como quiera que para mí y los míos deseo una protección, unos servicios, una eficiencia y competitividad similar a las de los países que nos superan en bienestar, creo que el principal error de la política fiscal del actual gobierno han sido las reducciones que nos han apartado del modelo que se ha mostrado más eficiente con sus ciudadanos. Si aprovecha la circunstancia para corregir acertará (aún cuando en principio a todos nos disguste el pagar algo mas). Por cierto si gobiernos conservadores han creado impuestos sobre las grandes fortunas, o anuncian cargas sobre las ganancias excesivas de altos directivos, no sé porqué un gobierno autotitulado progresista no va utilizar estos mecanismos, aún cuando solo sea por estética y como ejemplo.
Siempre se ha dicho que los impuestos directos se comportan de una forma más justa en el reparto de cargas, afirmación que solo es cierta en términos muy generales, ya que hay impuesto indirectos con efectos bien justos para el conjunto de la sociedad, por ejemplo: subir el IVA de algunos bienes de lujo no parece muy injusto; o cargar algo más el tabaco y las bebidas de alta graduación es simplemente cobrar por adelantado alguna de las cargas que el sistema sanitario va a sufrir por el consumo voluntario, y en ocasiones excesivo, de estos productos.
Por cierto, quien propugne la reducción de “lo suyo”, puede hacerlo legitimamente pero no puede argumentar en falso, y falso es que en España los impuestos o las cargas sociales son más elevados que en Europa.
Septiembre de 2009.
Fdo: Isidoro Gracia (DNI 7752400C)