sábado, 23 de julio de 2011

EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS. HOY NORUEGA.

Cuando los enciclopedistas al final del siglo XVIII publicaron los primeros tomos de la primera enciclopedia, estos  fueron recibidos con gran escándalo y en medio de los ataques de los jesuitas, de los de la alta jerarquía de la Iglesia católica  y sobre todo de los jansenistas  que quedaban (fundamentalistas cristianos opuestos a los jesuitas). Acusaban  a los textos de exponer las teorías racionalistas de forma que negaban valor alguno a la fe y prescindían de la trascendencia del ser. Para los enciclopedistas, la razón era el motor del mundo civilizado y el factor religioso quedaba reducido a una creencia vacía. Poco después, en torno a 1800, en medio del estallido revolucionario, Goya dio a conocer el famoso grabado que presenta al artista durmiendo y soñando sobre su mesa de trabajo mientras que por encima, en la sombra, murciélagos vuelan sobre la representación de un perro y un asno, símbolos del vicio y la ignorancia. En el frente de la mesa, figura una frase que se ha hecho conocida: “El sueño de la razón produce monstruos”. Goya indicaba que cuando la racionalidad se relaja demasiado es sustituida por los frutos del oscurantismo.

Viene hoy esto al caso porque el terrorista noruego ha sido descrito por la policía como “fundamentalista cristiano” y “xenófobo“, de ideas de ultraderecha, mientras que la sociedad noruega en la que se entronca, auto-declarada pacifista, cuna del Novel, tiene sus tropas vigilando y combatiendo a otros fundamentalistas, esta vez los opuestos islamistas, a miles de kilómetros de sus fronteras, su policía confiesa que no tiene a algunos nazis en su lupa, su primer ministro reconoce que: "Este ha sido un ataque hacia el Partido Laboral y al movimiento laborista” y su ministro de exteriores que: "Los ataques políticos que se han vivido en Noruega han venido de la extrema derecha”.

Parece evidente  que mientras en Noruega, en Finlandia, Islandia, Austria, Holanda, etc., se mira al exterior y al ajeno como fuente de una posible agresión, primero se instala un discurso nacionalista (auténticos finlandeses, partido de la independencia islandés, los windersistas anti-islam holandeses, herederos de los patriotas austriacos, neo fascistas, etc.), posteriormente se convierte en enemigo a los que solo son adversarios políticos o religiosos dentro del propio país, y por último algún extremista da el paso, coherente, de intentar eliminar a los que considera fuentes del mal más próximos.

Y ¿en España? Tenemos un poco de todo: nacionalistas de los más exacerbados y de los algo menos, derecha y extrema derecha anti-gobierno, anti-inmigración y anti-sistema, o, solo anti-socialistas o anti-zapateritas, eso sí, casi todos dentro de partidos legales y aparentemente moderados, pero que hacen sus discursos poniendo nombre a los posibles objetivos de los extremistas coherentes, dispuestos a dar el siguiente paso, al menos si no ganan los suyos las próximas elecciones.
Julio de 2011
Fdo. Isidoro Gracia Plaza (DNI 7752400C)

viernes, 15 de julio de 2011

En España hacen falta más funcionarios.

Se adjudica al ministro de propaganda nazi la frase: “una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”. Pues bien todos los días y por todos los medios se nos está repitiendo que en España sobran funcionarios, englobando en  “funcionarios” a todos los trabajadores públicos, los datos reales indican justo lo contrario, lo que no es óbice para que se siga repitiendo.

Tomando como fuente los datos de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y los informes oficiales de la UE (Unión Europea) tenemos que España tiene un funcionario por cada 19 habitantes; Alemania igual (1/19); estamos por debajo de Italia (1/18); Francia y Bélgica (1/12); Finlandia, Letonia y Malta (1/9); muy lejos de Suecia (1/8),  que encabeza la clasificación. También cuentan con más funcionarios por habitante Portugal, Holanda y otros. Si las cifras las ponemos en relación con la población activa los resultados son similares, España el 12,5%, la media europea el 16%, en Dinamarca se llega al 28%.

Por otra parte, los que insisten en pedir menos servidores públicos lo hacen ignorando, u ocultando, conscientemente, cifras básicas. Según la Encuesta de Población Activa (EPA de enero 2010), de los 2,6 millones de trabajadores públicos más de 1,1 M. trabajan en la educación y sanidad, que en España son públicas y de cobertura universal (100.000 más trabajan en universidades). Si sumamos las fuerzas y cuerpos de seguridad (300.000 incluidos los autonómicos), y otros servicios indispensables como Justicia, Hacienda y Seguridad Social (otros 100.000), lo cierto es que las posibilidades de recorte de plantilla se reducen bastante. Hay que recordar que en 2010 y 2011 solo se va a sustituir uno de cada 10 de los que se jubilen.

También conviene recordar que el reparto es el 25% trabaja en la administración local, el 52% en autonomías, el 22% en la administración central y que un tercio de ellos tienen contratos precarios con sueldos mileuristas.

Cierto es que siempre se podrán recortar conserjes en la Diputación de Orense y algún cargo de los de confianza en las autonomías, pero no es menos cierto que faltan médicos en la sanidad, profesores en la enseñanza, guardias civiles y policías en la seguridad, y muchos profesionales para la asistencia social, cientos de miles en el tema dependencia y residencias, que deberían ser trabajadores públicos. Por todo ello, y aunque haya que subir la presión fiscal (por ejemplo hasta cerca de la media de la UE) yo soy partidario de que haya más trabajadores públicos.

Julio de 2011

Fdo. Isidoro Gracia Plaza (DNI 7752400C)