En pleno mes de agosto, con el país de vacaciones, las organizaciones sociales y los medios de comunicación con la guardia baja, con elecciones generales convocadas para el 20 de noviembre, Zapatero convoca una sesión urgente del Congreso de los Diputados para el 23 de agosto a fin de aprobar diversas medidas acordadas en el Consejo de Ministros celebrado el día 19. Para sorpresa de todos anuncia un pacto secreto con Rajoy para modificar la Constitución para evitar el recurso a la deuda pública por parte de todas las administraciones del Estado. Los detalles se desconocen, y lo más sorprendente: Se anuncia que la medida se tomará por la vía de urgencia, antes de finalizar la legislatura, pero que no entrará en vigor ¡hasta la próxima década! Ese día el candidato Rubalcaba, sereno aunque desencajado ante las cámaras declara que “ayer Zapatero me convenció tras su pacto con Rajoy”. ¿Quiere esto decir que no sabía nada hasta el día anterior? Eso parece.
Atrás quedan los intentos fallidos para reformas constitucionales como la del Senado o la Sucesión a la Corona, fiascos como el Estatuto de Cataluña, o la imposibilidad de acuerdos de Estado para por ejemplo, cubrir las vacantes en los altos tribunales de justicia, entre ellos el Constitucional. Por no hablar del boicoteo permanente de Rajoy y del PP a TODAS las medidas propuestas por el Gobierno para hacer frente a la crisis.
Ahora, súbitamente y por sorpresa, con pleno regocijo y recochineo de Rajoy hasta en el propio Congreso, se anuncia un pacto para reformar la Constitución. Y no se trata de un detalle menor, no. Se trata de algo trascendente, de calado, pues DETERMINARÁ sin remedio la política económica a seguir por todas las administraciones públicas españolas, para siempre, y gobierne quien gobierne. Alguien a dicho y creo que con razón que pasará a ser una CONSTITUCION NEOLIBERAL.
¿Alguna posibilidad de rectificación futura? Remotísima. Prácticamente inexistente pues requeriría el apoyo de dos tercios de la Cámara, y probablemente, entonces sí, un referéndum, lo que en la practica supone el derecho de veto eterno de la derecha española. Puede afirmarse pues que nuestra Carta Magna, el gran logro de la transición, se desnaturaliza de raíz, y con un procedimiento del que pueden derivarse graves secuelas para nuestra democracia. Quien sabe si también para un partido histórico como el PSOE.
Ante una decisión de tanta trascendencia ¿Por qué no ha consultado Zapatero al Comité Federal del Partido Socialista? ¿Tiene legitimidad Zapatero para imponer al Grupo Parlamentario Socialista y al país una medida de este calado? ¿Está Zapatero en posesión de alguna información desconocida? Si así fuese ¿Cómo es que ha decidido ocultársela a la ciudadanía? ¿Acaso no estamos en una democracia? ¿Es legítimo hurtarle al pueblo español que se pueda pronunciar en referéndum ante una decisión tan importante de tan grave calado?
¿Por qué tanta urgencia si la medida no entrará en vigor hasta el final de esta década? Un referéndum con el apoyo de las cúpulas del PP y del PSOE, y con la mayoría de los medios de comunicación del país controlados por la derecha sería muy difícil de perder ¿O no? Si es así ¿porque no se hace? ¿No se dan cuenta que están violando la constitución de todos, para degradarla y privar al pueblo español de uno de sus mayores logros? ¿Se está olvidando que la DEMOCRACIA ES ANTE TODO UNA FORMA DE HACER LAS COSAS?
Resulta increíble pero puede ser así si no conseguimos evitarlo: Cuando muchos profesionales, hombres y mujeres, se incorporen a sus trabajos a la vuelta de vacaciones, se van a encontrar con que mientras descansaban, les cambiaron sin avisar y sin consultarles ¡nada menos que la Constitución del país!
Queda muy poco tiempo, pero creo que hay que luchar mientras quede un resquicio, para evitar que una torpeza política (por no utilizar otra palabra mas gruesa) de este calibre se pueda llevar a la práctica. Posibilidades las hay todavía.
SUSO MOSQUERA.
25 de agosto de 2011
