Esto es lo que Don Amancio Ortega, dueño de Inditex, ha ganado en la última semana cada segundo. Por lo tanto 26.880 euros cada minuto; 1,6 millones de euros cada hora; 38,7 millones de euros cada día y 270,9 millones de euros en dicha semana. Pero la inmensa mayoría de lo que ha ganado dicho señor se lo debe a sus trabajadores, por lo que podría empezar a devolvérselo. Esto último solo es posible en una sociedad justa, de la que estamos lejos. Claro que deberá pagar salarios, impuestos, gastos de todo tipo, pero piénsese que la última cantidad se ha obtenido solo en una semana, que no tiene por qué ser la más fructífera del año.

El caso de Don Amancio Ortega y de Inditex es solo uno; hay otros como Standard Oil, Repsol, Unión Eléctrica Fenosa, Telefónica, Siemens, Perkins, Ford, General Motors... Hay miles de empresas transnacionales que obtienen beneficios gigantescos, superiores a los presupuestos de muchos países africanos y asiáticos, incluso sudamericanos. Los dueños de estas empresas están en los gobiernos o cercanos a ellos (el ministro de Defensa de España es solo un ejemplo). Otros son grandes banqueros que dicen a los gobiernos y a las autoridades de la U.E. que o entran por el aro o pondrán al mundo en candelero. Los gobiernos ceden, los gobiernos están atados de pies y manos... excepto aquellos que tienen un verdadero programa de transformación y cambio, que saben utilizar los resortes del poder político para hacer cambiar las cosas.

En Islandia hubo un gobierno -y una sociedad civil- que se opuso a los mandamases económicos del mundo; en Suecia también, y en Finlandia. Hay otros casos en los que se está haciendo un esfuerzo ímprobo (Bolovia no es el mejor ejemplo, pero también vale) para parar los pies a los Botín, Rajoy, Merkel y compañía. Pero ello será inútil si la sociedad civil no se moviliza, si los sindicatos no se ponen firmes, si los trabajadores no toman conciencia del papel histórico que les corresponde, si organizaciones como el 15-m claudican o hacen análisis equivocados.

Yo hago votos por una moral nueva que ponga a muchas fuerzas hoy adormecidas en el camino de la movilización; hago votos por salir cuantas veces sea a la calle, a los medios, en los foros, en cada puesto de trabajo o comunidad de vecinos, en cada asocación cívica. Necesitamos reclutar a mucha gente que está harta pero no conoce el camino; hay una labor por hacer importantísima, al menos si queremos poner nuestro grano de arena para un mundo distinto y mejor que el que está en manos de Ortega, Botín, Trump, Buffett, Ellison y otros especuladores por el estilo.

L. de Guereñu Polán.