jueves, 31 de enero de 2013

Dilema en el PP, o, una de malos de serie de TV


En las series policiacas de televisión hay, casi siempre, una escena en el que el malo, muy malo pero muy listo, ante la exposición de los hechos acusatorios por el poli, o la poli, bueno/a, contesta: interesante teoría, demuéstrelo si puede. A continuación pide un abogado.
Ante la publicación de una contabilidad manuscrita por sus tesoreros, a la cúpula del PP se le han ocurrido unas variantes, lo que puede venir bien a los sufridos guionistas de las series; además del demuéstrese. Variante A: No me consta. Variante B: hay que esperar a las auditorias.

Cuidado que sería fácil para el Presidente y los distintos secretarios saber si, tal y como indica el manuscrito,  han ingresado, o no, las importantes cantidades que se les atribuyen “ad personan”, con lo cual pueden dar fe de la existencia por constancia directa. También es fácil constatar si lo han declarado, ellos en su IRPF y el partido en las cuentas presentadas al correspondiente Tribunal de Cuentas. Si no se acuerdan, basta con que llamen a su compañero ministro de hacienda para conseguir una copia de sus declaraciones y al Tribunal de Cuentas indicarle en que página de que documento están reflejados los millones, que figuran como ingresos en los ya famosos papeles.
Pues no, en su laberinto sin salida, han optado por lo clásico: ganemos tiempo y mientras tanto, como podemos pagar buenos abogados, nos buscamos una buena justificación con apariencia de legalidad, y trasladamos culpabilidades a la prensa que publica, al partido de la oposición que pide explicaciones, exigimos silencios cómplices incluso en el Parlamento, etc. Se busca la solución que otras veces  dio resultado, a ver si algún juez anula alguna prueba, y hasta es posible que siguiendo ejemplos italianos incluso propongan legislación nueva que cubra las vergüenzas. La amnistía fiscal, es solo un primer paso, ley confusa del “totum revolutum” y ya se sabe: a rio revuelto ganancia de pescadores.

Es posible que, al contrario que en la TV, la Justicia no condene, pero esta vez los ciudadanos van a tener la última palabra en próximas elecciones, si vuelven a perdonar se harán cómplices de las prácticas hoy conocidas y merecedores de ser gobernados por los que son de ellas beneficiarios.

Enero de 2013
Fdo. Isidoro Gracia

miércoles, 30 de enero de 2013

DESREGULARIZACIÓN, PRIVATIZACIÓN Y RECORTES

 
Desregularización, privatización y recortes son los tres conceptos causantes de la crisis que durante los últimos treinta años crearon la cultura política única. Son conceptos del neoliberalismo.
 
Estos conceptos se hicieron realidad a través de un discurso lógico de bienestar y de instrumentos de comunicación (grandes grupos mediáticos, fundaciones, intelectuales debidamente pagados, …)

El discurso lógico se asienta en el mercado sin reglas, entendido como un ente supremo, un dios que busca el bienestar de forma natural. El bienestar se traduce en la realidad como el máximo beneficio al mínimo coste.

 Su máxima repetida una y otra vez es: el Estado no puede intervenir y si interviene en la economía es para favorecer el mercado, o sea, la desregulación, la privatización, los recortes.

 Cada uno de estos conceptos merecería un desarrollo detallado de los mismos que nos permitieran conocer con detalle ¿qué son? ¿qué efectos están produciendo en la sociedad?

 Hoy lo que nos interesa es definir el papel de la izquierda, del sindicalismo, entiendo que son conceptos complementarios, asociados. No podemos entender el sindicalismo sin un discurso de izquierda, de clase trabajadora, más allá de la reivindicación de condiciones de trabajo y salarios dentro de la empresa-.

             La izquierda, el sindicalismo necesita, frente a la cultura del neoliberalismo, de una nueva cultura, una cultura basada en un Estado Ético, no entendido desde un punto de vista moral, que también sino cuyos fines sean el bienestar de todos los ciudadanos a través de los conceptos de igualdad y solidaridad. Para ello necesitamos instrumentos de difusión. Internet nos abre un espacio impresionante, pero que utilizamos poco y mal.
 
Baltasar Garcia

martes, 29 de enero de 2013

Dende un “cadaver laboral” á sra. Fátima Báñez: carta dende a ultratumba

 
Teño trinta e oito anos e son un parado de longa duración, iso sumado a que a miña actividade previa, xa van máis de tres anos, era a de bolseiro, convérteme no que dou chamado “cadaver laboral”. Ninguén vai a contrartarme cos anos que teño sen experiencia previa, seino... ¿cál pode selo meu futuro?. Nen o INEM nen a ETT son quen de atoparme algo, e alí onde entrego os curricula son rexeitados por dous motivos: demasiada idade e pouca experiencia. Gostaríame ir ao “super” e mercar un kilo de experiencia, pero... non é así.
 
Dende aquí lle quero dirixir a sra. ministra Fátima Báñez e a caterva de “lumbreras” do executivo unha pregunta: ¿non se dan de conta que os que traballan son sempre os mesmos?, uns de xeito indefinido e outros de xeito intermitente, pero hai un sector, no cal me inclúo, que non ten traballo nen posibilidades de atopalo. Eu cada vez terei máis anos e os que logran traballar de xeito intermitente cada vez terán máis experiencia, e a fenda aberta entre eu e eles será cada vez maior en cada entrevista -fraudulenta- a cal me presente. Agora mesmo acabo de ter unha entrevista para unha bolsa nunha biblioteca que finalmente foi adxudicada á persoa que xa estaba alí antes, sinxelamente... enganaron as máis de trinta persoas que foron a esa entrevista.
 
Eu teño un diagnóstico e un remedio; en canto o diagnóstico, é de notar que o INEM é un organismo inoperante, xa que a día de hoxe apenas chegan ofertas de traballo a súa mesa... ¿a razón?, a proliferación masiva de departamentos de “recursos humanos”, tanto públicos como privados, cas consabidas políticas discriminatorias. Se digo que habería que ilegalizar a todos eles e que dende un INEM fortalecido se impuxera á xente que tiveran que contratar en cada caso, empezando polos parados de longa duración, poderíase alegar que é “anticonstitucional”, pero o que é realmente anticonstitucional é que a xente non teña traballo.
 
Se o paro é unha lacra ca cal temos que cargar, xa que España non é quen de xenerar postos de traballo, pois o que hai que facer é repartir de xeito equitativo esa lacra, en troques de que os de sempre teñan traballo a costa de quitarlle oportunidades ao resto. E non valen bolsas de emprego para mozos e mozas en plan “paternalista” como fai o sr. Rafael Louzán, xa que os parados de longa duración xa non son mozos. ¿Qué queren que fagamos?, no meu caso, aínda que comece a traballar de xeito indefinido mañá mesmo, non podería garantizarme unha pensión normal.
 
Señores políticos, o Altísimo danos unha única vida e vostedes ca súa inoperancia e fixación nos intereses persoais e de partido nola rouban de xeito miserable. Sra. Fátima Báñez e demais membros do executivo, se son incapaces de acabar co principal problema deste país: “os parados de longa duración”, entón... recoñezan que mentiron, recollan os petates e márchense.
 
Xerardo Torrado Agulla
(parado de longa duración)

viernes, 25 de enero de 2013

Las mentiras del Parlament

Digo mentiras porque los que han aprobado la declaración soberanista en el Parlament de Cataluña no pueden ignorar que muchas frases utilizadas en el mismo no obedecen a la verdad. "El pueblo de Cataluña, a lo largo de su historia, ha manifestado democráticamente la voluntad de autogobernarse...". La primera en la frente, pues el pueblo de Cataluña no ha tenido, hasta muy tarde, los cauces para expresar su voluntad. Hasta el siglo XIX -mejor aún, hasta la II República española- el pueblo en su conjunto no ha podido expresarse, como sí han podido hacerlo las clases oligárquicas, nobles, ricas y dueñas de tierras y haciendas.

El parlamentarismo catalán -en el sentido moderno de esta palabra- no tiene sus orígnes en la Edad Media, como dice la declaración soberanista, pues las Cortes catalanas de la Edad Media estaban formadas por burgueses, dueños del dinero y algunos nobles que sostenían a una monarquía nunca participada por la inmensa mayoría de la población. La misma Generalitad, nacida en el siglo XIV, fue la expresión de la voluntad de una minoría de la población catalana, los grandes exportadores de mercancías al por mayor en el Mediterráneo, los nobles de la época, muchas veces enfrentados a la legalidad monárquica, los sectores más retardatarios de la sociedad catalana. ¿Va a decirnos ahora Esquerra Republicana que basa la legitimidad de sus aspiraciones políticas en aquellas clases y en la época feudal? Los miembros de la "biga", en el siglo XV, no tenían otro objetivo político que controlar las instituciones catalanas para defender así mejor sus intereses, no los del conjunto de la población.

Los menestrales catalanes, los rabasaires, los campesinos que tenían que pagar su redención para librarse de la opresión de sus señores, los sirvientes, los carreteros y alfareros, los artesanos de todo tipo, los pequeños comerciantes, los obreros de los puertos, los marineros que hicieron con su esfuerzo la iglesia de Santa María del Mar de Barcelona, no estaban a otra cosa más que a defenderse de aquellos que se creían dueños de Cataluña, una Cataluña que entonces estaba unida a Aragón, Valencia y Bareales y que luego lo estuvo a Nápoles, Cerdeña, Atenas y Neopatria, donde Cataluña no era más que una tierra entre otras, una población entre otras, si bien Barcelona el centro de un gran emporio comercial e imperialista que precedió a otros.

La "caída de Barcelona en 1714" (dice la declaración soberanista) no fue sino el resultado de la lucha entre dos banderías, entre dos familias, una austríaca y otra francesa, que se querían hacer con el gobierno de una España rica por sus posesiones en América y Asia. Rica no su población, sino rico el Estado, la nobleza, la burguesía y las clases oligárquicas. ¿Sintieron los rabasaires, los segadores, los campesinos del Pirinero o del Ebro, de Borges Blanques o del Penedés, aquella derrota como propia? Obviamente no: estas clases estaban para sorevivir, para librarse tanto de dinastías extranjeras como de ricachones autóctonos.

Una mentira puede instrumentalizarse en favor de determinada intencionalidad política, pero no deja de ser una mentira, y en este caso son muchas. Muchos catalanes podrán aspirar a su independencia de España por métodos legales o ilegales (aquí no se habla de este asunto ahora), pero la declaración aprobada por el Parlament no soporta ni el más mínimo análisis histórico. Llama la atención ver a los limpios y adinerados diputados de CiU cantar "Els Segadors": ¿que tienen ellos de los ideales de aquellos esforzados hombres, con sus mujeres y niños, que se apiñaban en las eras, en los campos, en el abrasador verano medieterráneo, en los valles del más frío y lluvioso Pirineo?.
L. de Guereñu Polán.

lunes, 21 de enero de 2013

REHACER EL SISTEMA NACIONAL DE SALUD, PÚBLICO Y UNIVERSAL.

En un artículo titulado “Verdades y Mentiras de la Sanidad” publicado en El País (21-01-2013), dice el doctor Norberto González de Vega entre otras cosas lo siguiente: “Hay que devolver las competencias sanitarias al Gobierno central, rehacer el Servicio Nacional de Salud y, a través de un pacto de Estado, dejar a la sanidad fuera de la batalla partidista”.
Estoy de acuerdo en casi todo con esta afirmación, menos con dejar a la sanidad fuera de la batalla partidista -quiero entender que batalla política al fin y al cabo- y ello porque me parece un pretensión deseable pero irreal. Hoy por hoy cualquier medida referida a la sanidad, afecta a todas las comunidades autónomas, alguna de ellas nada menos que con un proceso soberanista en marcha, otras con importantes deudas acumuladas, y alguna otra absolutamente contraria a tal posibilidad. Están en juego por tanto los contenidos de  Estatutos de Autonomía fruto de difíciles consensos políticos, a lo que hay que añadir ya, intereses económicos privados también en juego y en un volumen creciente cada día, con visiones muy distintas entre las diversas fuerzas políticas en cuanto concierne a la financiación y al modelo de gestión de la sanidad pública. En definitiva, están en juego los intereses de la mayoría de la población, frente a los intereses de los grandes grupos financieros.
Por otro lado y hasta hoy, un pacto de estado ejemplar lo ha sido el llamado “Pacto de Toledo” que afecta a nuestro modelo de Seguridad Social, destacando todo  lo relativo a nuestro sistema público de pensiones. Un pacto que sin embargo está siendo objeto de un descarado acoso por parte de quienes quieren imponer un cambio sustancial en nuestro sistema de pensiones para endurecer sus prestaciones y avanzar cara a un horizonte más despejado y atrayente para los sistemas privados. Incluso la señora Merkel se atrevió a hacer públicas algunas de sus “recomendaciones” en este sentido.
Pese a la realidad mencionada, soy de los que pienso que, o el sistema nacional de salud en España vuelve a ser estatal o puede terminar desapareciendo. Dice el citado doctor en su artículo que “El actual despiece del sistema en 17 feudos, es una barbaridad” y no le falta razón. De hecho este despiece es el que ha permitido introducir mas fácilmente cambios encaminados a su progresiva privatización, que finalmente pueden dejarlo herido de muerte.
Si el modelo de sanidad pública y universal, que implantó en España un Gobierno de Felipe González de la mano de aquel malogrado Ministro que fue Ernest Lluch, ha resultado todo un acierto, el traspaso de competencias que se hizo a las comunidades autónomas requiere hoy una revisión muy a fondo si se quiere mantener aquél modelo. Se dijo que las competencias transferidas eran solo “de gestión”, pero pronto se ha puesto de manifiesto que en la práctica han ido mucho mas allá, introduciendo cambios en algunos casos que lo hacen muy diferente de unas a otras comunidades autónomas. Decisiones como la de que las cantidades que para la prestación del servicio les transfiere el Estado no tengan carácter finalista, permiten en la práctica políticas de gestión del servicio muy distintas de unas comunidades a otras.
Aceptar que pagando todo con dinero público, una determinada comunidad autónoma, puede privatizar la gestión, financiando así el servicio más las ganancias del gestor privado, no solo no es de recibo, sino que ofrece muchas dudas sobre su legalidad. Me sorprende que los sucesivos Gobiernos centrales ni siquiera hayan planteado ante los Tribunales un tema de tanta gravedad y alcance. Recurre ahora el Gobierno lo del euro por receta en Cataluña y Madrid, pero ¿no debiera de hacerse también con  las concesiones de gestión privada que ocultan negocios y ganancias de escándalo?
Conviene recordar que el presupuesto de la Seguridad Social ha registrado mas ingresos que gastos a lo largo de muchos años, y que este excedente, año tras año, se lo apropió en gran parte el Estado para financiar otros servicios que este debiera haber financiado mediante sus ingresos ordinarios, y no echando mano de la Caja de la Seguridad Social. Solo hasta hace pocos años se decidió transferir parte de este superávit para la creación del Fondo de Reserva.
¡Ojo! Estamos ante uno de los principales problemas de la sociedad española en la actualidad. El mayor factor de cohesión social, económica, política e incluso territorial del país es precisamente su sistema de Seguridad Social (Pensiones y Sanidad) al que algunos llevan dando jaque desde hace bastantes años. Poco podemos esperar de la derecha española, históricamente solícita a los pedimentos del capital nacional y extranjero para este quedarse con todo lo bueno que le interesa. Pero ¿Y la izquierda? ¿No tiene nada que decir? O es que, cautiva acaso de sus intereses electorales inmediatos en determinadas comunidades autónomas, ¿va a mirar para otro lado ante un tema de tanta gravedad? Si así fuese ¿no se estaría haciendo cómplice de los intereses de la derecha económica que se quiere quedar con el sistema nacional de salud?
El momento presente requiere de los partidos de izquierda una posición clara, inequívoca y firme para rehacer -sí rehacer- el servicio nacional de salud, público y universal. Es una demanda de las clases trabajadoras, de las clases medias, y  mayoritaria del conjunto del país como lo demuestran las amplias plataformas sociales constituidas en su defensa.
Xesús Mosquera Sueiro
21 de Enero de 2013

REHACER

lunes, 14 de enero de 2013

Cataluña no está siendo gobernada

Quizá nunca Cataluña estuvo en situación tan delicada desde el punto de vista institucional y político, tambien económico y social, como en la actualidad; excepción hecha de la guerra civil de de 1936 (me refiero a la España constitucional de cualquier época). 

De nuevo -como casi siempre- gobierna Cataluña la burguesía más característica, la de las finanzas y la de la industria, unida circunstancialmente a una Equerra Republicana que poco tiene ya que ver con la de la transición política y con la que gobernó Cataluña durante la II República española. El principal adversario de CiU ha sido, siempre, el Partido Socialista; no el Patido Popular ni Esquerra. El Partido Socialista ha sido primera fuerza en Cataluña en muchos ayuntamientos, en Diputaciones, en el conjunto del país catalán, aunque no siempre esa primacía le ha permitido gobernar (cosas de las leyes electorales). Y CiU ha conseguido algo para ella fundamental (me refiero a sus intereses partidarios): arrinconar al Partido Socialista, que aunque es todavía la segunda fuerza de Cataluña (por encima de Esquerra en votos) está en caída libre como consecuencia de errores propios y estrategias ajenas. 

A CiU no le interesa tanto gobernar como impedir que lo hagan otros. Y lo ha conseguido. El paro es galopante, la crisis económica se ceba sobre los trabajadores y el conjunto de la población asalariada, pequeños comerciantes, autónomos, profesionales; pero a CiU no le interesa esto ahora. Sobre todo le interesa que no se recupere el Partido Socialista; ese es un objetivo fundamental para CiU. No solo porque los intereses que representa son otros sino porque fue y es su adversario durante décadas, es la verdadera alternativa a la derecha nacionalista que CiU representa.

No tengo noticias fiables de lo que está pasando en el Partido Socialista de Cataluña, pero mucho me temo que el PSOE tendrá, más tarde o más temprano, que constituir su federación catalana, como ya existió en otro tiempo. La unión de ambos partidos dio unos resultados excelentes, tanto para Cataluña como electoralmente, pero si un sector del PSC rompe la baraja, se alía con CiU y con Esquerra, desfigurando su tradición, su discurso y su ideología, entonces el PSOE no tendrá otro remedio -en mi opinión- que estar en Cataluña como tal. 

Tampoco tengo datos fiables sobre lo que está pasando en Unió, pero creo que este partido es bien poca cosa en Cataluña, apenas una plataforma para la supervivencia de su lider, Duran Lleida, que puede estar ya amortizado después del gran escándalo que ha protagonizado tal formación. Covergencia lo sabe y actúa al margen de Unió, al margen de Duran, descomponiéndose este en aspavientos allí donde se encuentre.

Mientras tanto Cataluña no está siendo gobernada: los políticos están entretenidos en otras cosas de las que no hablaré porque me parecen frivolidades, aunque no por ello dejan de afectar a la cohesión y prosperidad del España en su conjunto. Hace muy poco que los catalanes aprobaron un Estatuto de Autonomía. Lo hicieron porque tienen derecho a decidir, y aunque el apoyo concitado fue menor que el que tuvo el primer Estatuto de esta democracia, fue suficiente para legitimarlo. Los que tienen que gobernar Cataluña están pensando en como burlar la ley, cuando debieran ser los primeros en defenderla y respetarla, máxime cuando esa ley, la Constitución y el Estatuto, fueron votados por los catalanes más o menos masivamente. Es una lástima que el país más próspero de España esté desgobernado; y es una lástima que el principal partido de la oposición, alicaído a posiciones pequeño burguesas, esté en caída libre. Una lástima que puede costarnos caro a todos, además de lo que nos cuesta ya la crisis económica y social que no interesa a los teóricos gobernantes de Cataluña.

L. de Guereñu Polán.

domingo, 13 de enero de 2013

Dos españoles

David Fernández Urueña
Compárese el ejemplo dado -y la vida- por David Fernández Ureña, de 35 años, que ha muerto en Afganistán cuando intentaba salvar vidas humanas. David realizaba tareas de reconocimiento en la ruta de Opal, que une Qala-i-Naw con Darra-i-Bun; un explosivo le alcanzó y terminó con su vida, pero la suya estaba dedicada a ayudar a los afganos que quieren vivir en libertad, a las mujeres que quieren trabajar o estudiar, a los niños que no quieren ser adoctrinados, a las mujeres y los hombres que han participado ya en varias elecciones y que han elegido a sus representantes.

David estaba en Afganistán colaborando en labores humanitarias, no estaba para matar, sino para preservar la vida, no estaba para sembrar el odio, sino para extender un régimen en el que los afganos puedan decidir su fututo. Es difícil, muy difícil, entender a estas mujeres y hombres que, en plena juventud, arriesgan su vida en tierras lejanas, amenazados por talibán, fundamentalistas, guerrillas en tierras irredentas, señores de la violencia. Es difícil pero ahí están: curando, instruyendo, desactivando explosivos, luchando contra el comercio mafioso del opio, resguardando de los peligos a la población indefensa. David ha sido, hasta hace unos días, uno de estos que representan a la España de la generosidad, de la honestidad y del servicio.

Al otro lado encontramos a un joven que, habiendo sido culpable de la muerte de dos personas en Cuba (obviamente no con intencionalidad asesina) se pasea ya por las calles de Madrid, se traslada en coche, empezará a trabajar en el puesto que no se ha ganado, pues fue nombrado a dedo, cobrará mucho más de lo que cobra un albañil, un profesor, un delineante, un pequeño comerciante... El joven Carromero es un ejemplo de la España que no interesa, la España del enchufismo y el privilegio; David es ejemplo de la España que da ejemplo, es ejemplo para muchos que trabajamos y no hemos alcanzado su generosidad y su servicio, es ejemplo para todos esos políticos que no están habituados al trabajo, a concebir la vida publica como una carga, sino como una prebenda.
L. de Guereñu Polán.

sábado, 12 de enero de 2013

El trío

Dios los da y ellos se juntan, reza un viejo dicho. El que fuera consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, labrándose desde dicho cargo el que ahora tiene, consejero de una empresa privada que gestiona los análisis clínicos de los hospitales públicos madrileños, es el esposo de doña Andrea Fabra, famosa por la frase que pronunció desde su escaño del Congreso de los Diputados cuando el Presidente del Gobierno anunciaba un endurecimiento de las condiciones para los parados españoles. La frase, de gran altura política y cultural, fue "¡que se jodan!". Al parecer ninguno de los dos -don Juan José Güemes se llama él- han trabajado nunca en su vida, pues siempre han estado comprometidos en carguitos (más bien prebendas, como las de los antiguos canónigos) proporcionados por sus amigos: el señor Güemes, vinculado al Opus Dei y a la Universidad católica San Pablo CEU, fue miembro del gabinete del ministro Rato, otro pájaro de cuenta a tenor de sus andanzas en el FMI, en Caja Madrid, en Bankia (donde arruinó a muchos miles de pequeños accionistas) y ahora, al parecer, en Telefónica-América, quizá para poner tierra de por medio.

Pues bien, doña Andrea Fabra es hija del imputado en no se sabe ya cuantos casos de corrupción y delitos, don Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón e hijo de otro Carlos Fabra, fundador de la Juventud Católica en dicha provincia y colaborador del general Franco. De casta le viene al galgo. En 1939 fue nombrado delegado de excombatientes (franquistas, claro) y luego otros cargos de mucho bombo económico pero poco caletre intelectual.

Su hijo, el hacedor de aeropuertos sin aviones ni viajeros, y la hija de este que quiere que se jodan los parados; el marido de esta, que se labra el porvenir aprovechando un cargo público, forman un trío muy propio de la derecha española de todos los tiempos: fundar dinastías que se repartan los botines. Me refiero al trío Fabra padre, Güemes y Fabra hija.

El primero se salvó por prescripción de cuatro delitos cometidos: los delitos fueron calificados así por la Audiencia de Castellón, por lo que de inocente nada, además de que el Tribunal Supremo ha anulado la prescipción de los cuatro delitos, por lo que sigue con la espada de Damocles. También está imputado por tráfico de influencias, cohecho, delito fiscal, de simultanear su cargo público con un negocio privado de asesoramiento (a saber que tipo de asesoramiento): por cierto que la empresa, Camarcas S.L., ha procurado al señor Fabra cobros de siete empresas diferentes, por lo que su patrimonio se ha abultado de lo lindo. Lo más grave es que algunas de estas empresas fueron contratadas por el propio Fabra como Presidente de la Diputación. Una joya.
Como joyas son su hija doña Andrea y su yerno el señor Güemes, de quienes no se tiene conocimiento de mérito alguno, pero ahí están, forrándose de esta y aquella manera, pero eso sí, los parados "que se jodan". Mientras tanto, don Mariano se ríe.
L. de Guereñu Polán.

Guillermo Hoyos

GUILLERMO HOYOS

En el Medellín de los años treinta nació este pensador, activista, comprometido hombre con su pueblo y con los problema que padece. Siendo un gran profesor universitario, nunca se le ocurrió cobrar una conferencia si estaba organizada por un pobre ateneo o una asociación de estudiantes. Cotrariamente a los consagrados que andan por el mundo pavoneándose de lo poco o mucho que saben, Hoyos ha dado ejemplo de generosidad y de bonhomía.

Jesuíta, no primó esto en su compromiso con las mujeres y los hombres de los cerros de Bogotá, esas alturas que aislan a la gran ciudad del oriente colombiano. Allí se amontonan los humildes, en Usme, San Cristóbal, Chapinero... Con esta gente compartió problemas y soluciones un filósofo que renunció a mera teoría para incardinar su pensamiento y preocupaciones en los problemas sociales. Convencido del poder de la educación -más convencido de lo que estoy yo- para la transformación de la sociedad, fue esta sociedad civil, no las de los elegidos ni elitistas, en la que él basó la fuerza para el progreso.

Convencido de que entre la guerrilla colombiana había elementos que creían en una Colombia distinta a la de los ricachones y banqueros, aunque nunca estuvo de acuerdo con sus prácticas, fue partidario de dialogar con aquellos de demostraban capacidad de sacrificio y razonamiento. Su filosofía práctica le llevó a preocuparse, pues, por la paz, por la ética del trabajo y de la vida, por las causas de la guerra y de la violencia. 

Guillermo Hoyos ha muerto uno de estos días: se ha ido pero nos queda su ejemplo, como tantas veces se dice. Ojalá ese ejemplo lo tomen tantos colombianos, americanos, europeos, ciudadanos del mudo como él quiso abrazar con su pensamiento, su actividad y su propia vida.En el Medellín de los años treinta nació este pensador, activista, comprometido hombre con su pueblo y con los problema que padece. Siendo un gran profesor universitario, nunca se le ocurrió cobrar una conferencia si estaba organizada por un pobre ateneo o una asociación de estudiantes. Cotrariamente a los consagrados que andan por el mundo pavoneándose de lo poco o mucho que saben, Hoyos ha dado ejemplo de generosidad y de bonhomía.

Jesuíta, no primó esto en su compromiso con las mujeres y los hombres de los cerros de Bogotá, esas alturas que aislan a la gran ciudad del oriente colombiano. Allí se amontonan los humildes, en Usme, San Cristóbal, Chapinero... Con esta gente compartió problemas y soluciones un filósofo que renunció a mera teoría para incardinar su pensamiento y preocupaciones en los problemas sociales. Convencido del poder de la educación -más convencido de lo que estoy yo- para la transformación de la sociedad, fue esta sociedad civil, no las de los elegidos ni elitistas, en la que él basó la fuerza para el progreso.

Convencido de que entre la guerrilla colombiana había elementos que creían en una Colombia distinta a la de los ricachones y banqueros, aunque nunca estuvo de acuerdo con sus prácticas, fue partidario de dialogar con aquellos de demostraban capacidad de sacrificio y razonamiento. Su filosofía práctica le llevó a preocuparse, pues, por la paz, por la ética del trabajo y de la vida, por las causas de la guerra y de la violencia.

Guillermo Hoyos ha muerto uno de estos días: se ha ido pero nos queda su ejemplo, como tantas veces se dice. Ojalá ese ejemplo lo tomen tantos colombianos, americanos, europeos, ciudadanos del mudo como él quiso abrazar con su pensamiento, su actividad y su propia vida.
 
L. de Guereñu Polán.

¿A quien damos nuestro voto?

¿A QUIEN DAMOS NUESTRO VOTO?

Creo que la sociología electoral es una de las cosas más difíciles de entender, pues las motivaciones por las que unos y otros dan su voto, su confianza más o menos clara, a unos partidos o a otros, a unos candidatos o a otros, son difíciles de desentrañar. Es evidente que hay un sector de la sociedad (por ejemplo, en España) que nunca votará a la izquierda, así como hay otro sector que nunca votará a la derecha; aunque una y otra hayan tomado decisiones muy felices para la ciudadanía en general, aunque hayan dirigido el país en momentos de bonanza y prosperidad. 

El votante de izquierdas fiel no lo hace tanto, en muchas ocasiones, porque confíe en los partidos de dicho espectro político, sino para evitar la llegada al poder de la derecha; y lo mismo pasa con muchos votantes fieles de la derecha: el caso es evitar que llegue al poder la izquierda. En los sistemas democráticos las personas y los partidos saben que nunca podrán tener el apoyo unánime de la población, sino solo de una parte, por numerosa que esta sea, y esto es así porque motivaciones culturales, sociales, ideológicas, materiales y de otro tipo, condicionan a las personas y las hacen, en ocasiones, inamovibles en su elección. 

También hay un votante que "flota" y vota no tanto por razones ideológicas sino por la simpatía o confianza que le merece un candidato, tanto en elecciones nacionales como regionales o locales. En ocasiones se da un trasvase de votos entre partidos con cierta proximidad, o bien a partidos minoritarios que recogen el descontento de los mayoritarios, o a partidos nuevos que han sabido presentarse como una alternativa fiable, aunque nunca consigan muchos votos porque, entre otras cosas, dentro de dos o tres elecciones ya no serán nuevos...

Hay electores que deciden su voto en los últimos momentos de las campañas electorales (que dicho sea de paso me parecen largas); en realidad los partidos podrían presentar sus soluciones a la sociedad sin esperar a las campañas electorales, cuando no se dicen más que vaguedades porque no da tiempo a otra cosa. Hay partidos, en fin, que obtienen un resultado esperanzador en unas elecciones y luego se desinflan porque no es fácil mantener una actividad trepidante como la que exigen los problemas políticos de un país, es decir, los problemas públicos (y digo esto porque se ha degradado mucho la palabra "política"). En realidad la política no es más que los asuntos públicos y la necesidad de dar solución a sus problemas. La política entendida como teatro y declaraciones más o menos estúpidas y cotidanas, esa no es la política clásica ni a la que yo me adscribo.

En cada elección hay factores nuevos que generalmente no existieron con anterioridad, y ello hace que los resultados se distorsionen con respecto a las últimas: la entrada de España en la guerra de Irak despertó entre la población un rechazo practicamente plebiscitario; las mentrias sobre un atentado terrorista ocasionaron un rechazo que unió a toda la oposición aunque no estuviese unida para otras cosas; la gran crisis económica gestada en el mundo de las finanzas, es decir, en el mundo de la economía especulativa, y su inadecuada gestión por el Gobierno socialista (en el caso de España) alejó a muchos de sus votantes del mismo, más cuando se comprobó que el Gobierno no había advertido la realidad de la crisis.

Hay un sector de la población -quizá minoritario- que está en el antisistema, lo cual es legítimo; otra cosa es que sea útil. Hay un sector que está en la abstención nihilista, o en una abstención "técnica" que existe en todos los países (personas que no votan porque son muy mayores y no salen de casa, personas no concienciadas de la importancia del sufragio, por simple vagancia o circunstancialmente). ¿Como es posible que un partido que se ha caractererizado por su casi nula tradición democrática, como el Partido Popular, haya obtenido más de once millones de votos? Porque la derecha se presentó unida y ávida de revancha contra una izquierda que había sorprendido con su victoria en el año 2004. La gestión del impresentable presidente que gobernó España hasta ese año no había sido tan buena como él la presentaba, además de haber comprometido al país en una guerra injusta e ilegal.

¿Por que el Partido Socialista obtuvo la victoria en los años noventa, cuando ya era evidente que la corrupción le carcomía? Porque la izquierda prefería esta situación y permaneció muy unida, ante la posibilidad de que llegase al poder una derecha que, al menos sociologicamente, se identificaba con el franquismo (y políticamente en parte). Los análisis, obviamente, son distintos si hablamos de elecciones autonómicas, sobre todo en determinadas comunidades, y en las elecciones locales, donde el prestigio de los candidatos es un plus dificilmente negable. 

Pero podemos hacer reflexiones de este tipo y de otro y en unas nuevas elecciones aparecerá un factor nuevo, no conocido en las anteriores, que vendrá a dar incertidumbre a los resultados. La teoría de los ciclos, por último, es también bastante fiable: en las democracias hay ciclos más o menos largos en los que cada espectro ideológico tiene el poder y pasa a la oposición alternativamente, como si el electorado, en una especie de acción colectiva más o menos inconsciente, provocase cambios que hiciesen renovarse a las cúpulas partidarias. Véase si no el caso de los conservadores de la señora Tatcher en Gran Bretaña, seguido de los laboristas de Blair; en Alemania el caso de Brandt seguido del predominio democratacristiano; en Austria el socialista Kreisky seguido de un predominio conservador; el caso sueco es el de más perdurabilidad de dominio de la izquierda (42 años seguidos), habiéndose transformado en país de tal manera que ha sido ejemplo para los más prósperos y justos de Europa: Finlandia, Dinamarca, Noruega...Creo que la sociología electoral es una de las cosas más difíciles de entender, pues las motivaciones por las que unos y otros dan su voto, su confianza más o menos clara, a unos partidos o a otros, a unos candidatos o a otros, son difíciles de desentrañar. Es evidente que hay un sector de la sociedad (por ejemplo, en España) que nunca votará a la izquierda, así como hay otro sector que nunca votará a la derecha; aunque una y otra hayan tomado decisiones muy felices para la ciudadanía en general, aunque hayan dirigido el país en momentos de bonanza y prosperidad.

El votante de izquierdas fiel no lo hace tanto, en muchas ocasiones, porque confíe en los partidos de dicho espectro político, sino para evitar la llegada al poder de la derecha; y lo mismo pasa con muchos votantes fieles de la derecha: el caso es evitar que llegue al poder la izquierda. En los sistemas democráticos las personas y los partidos saben que nunca podrán tener el apoyo unánime de la población, sino solo de una parte, por numerosa que esta sea, y esto es así porque motivaciones culturales, sociales, ideológicas, materiales y de otro tipo, condicionan a las personas y las hacen, en ocasiones, inamovibles en su elección.

También hay un votante que "flota" y vota no tanto por razones ideológicas sino por la simpatía o confianza que le merece un candidato, tanto en elecciones nacionales como regionales o locales. En ocasiones se da un trasvase de votos entre partidos con cierta proximidad, o bien a partidos minoritarios que recogen el descontento de los mayoritarios, o a partidos nuevos que han sabido presentarse como una alternativa fiable, aunque nunca consigan muchos votos porque, entre otras cosas, dentro de dos o tres elecciones ya no serán nuevos...

Hay electores que deciden su voto en los últimos momentos de las campañas electorales (que dicho sea de paso me parecen largas); en realidad los partidos podrían presentar sus soluciones a la sociedad sin esperar a las campañas electorales, cuando no se dicen más que vaguedades porque no da tiempo a otra cosa. Hay partidos, en fin, que obtienen un resultado esperanzador en unas elecciones y luego se desinflan porque no es fácil mantener una actividad trepidante como la que exigen los problemas políticos de un país, es decir, los problemas públicos (y digo esto porque se ha degradado mucho la palabra "política"). En realidad la política no es más que los asuntos públicos y la necesidad de dar solución a sus problemas. La política entendida como teatro y declaraciones más o menos estúpidas y cotidanas, esa no es la política clásica ni a la que yo me adscribo.

En cada elección hay factores nuevos que generalmente no existieron con anterioridad, y ello hace que los resultados se distorsionen con respecto a las últimas: la entrada de España en la guerra de Irak despertó entre la población un rechazo practicamente plebiscitario; las mentrias sobre un atentado terrorista ocasionaron un rechazo que unió a toda la oposición aunque no estuviese unida para otras cosas; la gran crisis económica gestada en el mundo de las finanzas, es decir, en el mundo de la economía especulativa, y su inadecuada gestión por el Gobierno socialista (en el caso de España) alejó a muchos de sus votantes del mismo, más cuando se comprobó que el Gobierno no había advertido la realidad de la crisis.

Hay un sector de la población -quizá minoritario- que está en el antisistema, lo cual es legítimo; otra cosa es que sea útil. Hay un sector que está en la abstención nihilista, o en una abstención "técnica" que existe en todos los países (personas que no votan porque son muy mayores y no salen de casa, personas no concienciadas de la importancia del sufragio, por simple vagancia o circunstancialmente). ¿Como es posible que un partido que se ha caractererizado por su casi nula tradición democrática, como el Partido Popular, haya obtenido más de once millones de votos? Porque la derecha se presentó unida y ávida de revancha contra una izquierda que había sorprendido con su victoria en el año 2004. La gestión del impresentable presidente que gobernó España hasta ese año no había sido tan buena como él la presentaba, además de haber comprometido al país en una guerra injusta e ilegal.

¿Por que el Partido Socialista obtuvo la victoria en los años noventa, cuando ya era evidente que la corrupción le carcomía? Porque la izquierda prefería esta situación y permaneció muy unida, ante la posibilidad de que llegase al poder una derecha que, al menos sociologicamente, se identificaba con el franquismo (y políticamente en parte). Los análisis, obviamente, son distintos si hablamos de elecciones autonómicas, sobre todo en determinadas comunidades, y en las elecciones locales, donde el prestigio de los candidatos es un plus dificilmente negable.

Pero podemos hacer reflexiones de este tipo y de otro y en unas nuevas elecciones aparecerá un factor nuevo, no conocido en las anteriores, que vendrá a dar incertidumbre a los resultados. La teoría de los ciclos, por último, es también bastante fiable: en las democracias hay ciclos más o menos largos en los que cada espectro ideológico tiene el poder y pasa a la oposición alternativamente, como si el electorado, en una especie de acción colectiva más o menos inconsciente, provocase cambios que hiciesen renovarse a las cúpulas partidarias. Véase si no el caso de los conservadores de la señora Tatcher en Gran Bretaña, seguido de los laboristas de Blair; en Alemania el caso de Brandt seguido del predominio democratacristiano; en Austria el socialista Kreisky seguido de un predominio conservador; el caso sueco es el de más perdurabilidad de dominio de la izquierda (42 años seguidos), habiéndose transformado en país de tal manera que ha sido ejemplo para los más prósperos y justos de Europa: Finlandia, Dinamarca, Noruega...
 
L. de Guereñu Polán.

viernes, 11 de enero de 2013

La política antisocial del Gobierno


Un Gobierno que decide subir los impuestos indirectos (el IVA en este caso) antes que gravar a las rentas más altas y recurrir al ahorro en gastos superfluos, hace soportar a los más débiles una carga que debiera estar repartida de forma muy distinta a como lo esta ahora en España. Un ejemplo de esto es la subida del IVA del 18 al 21% desde el pasado septiembre y del 8 al 10% en el caso del IVA reducido. De igual manera la compra de viviendas ha pasado a tener un gravamen del 4 al 10% en este mes de enero; las rentas del ahorro también sufren una subida en su gravamen del 2 al 6%. Mientas que la Iglesia Católica está exenta de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles, el Gobierno lo ha subido al resto de los ciudadanos a un 10%; la luz ha subido entre el 5 y el 7% y recientemente se ha gravado más el consumo de la gasolina, con lo que ello repercute en el transporte y, por lo tanto en el precio de las mercancías. Está por ver si el Gobierno convierte las autovías costeadas ya con los presupuestos del Estado, en autovías de pago, con lo que los españoles pasaríamos a pagar doblemente la construcción de estas obras.

El Gobierno ha establecido el doble pago de los medicamenteos, así como el doble pago de las ambulancias, prótesis y, en el caso de las Comunidades de Madrid y Cataluña, como consecuencia de medidas tomadas por sus gobiernos respectivos, el pago de un euro por receta (no hace falta recordar que muchos ancianos y personas enfermas consumen varios medicamentos, necesitan varias recetas y han de pagar varios euros cada vez que compren en farmacias).

El Gobierno ha decidido suspender ciertos servicios y especialidades en muchos hospitales del país, además de tener sobre la mesa la idea de un doble pago por los gastos de hospitalización (los españoles ya pagamos la Seguridad Social con nuestras nóminas). El Gobierno ha anulado, además, la financiación de medicinas para síntomas poco graves (casi 500 medicamentos han sido retirados de la financiación pública). ¿Hará falta recordar que el Gobierno ha decidido retirar la tarjeta sanitaria a los inmigrantes "sin papeles"?

El presupuesto para Sanidad en 2013 ha bajado más del 22% respecto al de 2012, cuando Don Mariano había dicho, por activa y por pasiva, que la Sanidad "no se tocaría". Tocada y bien tocada está, y es ejemplar el movimiento de protesta que están llevando a cabo sanitarios, enfermeros, médicos y demás personal de los hospitales públicos de Madrid.

El Gobierno ha suprimido la paga extra de diciembre a los funcionarios y ha suprimido 700.000 funcionarios interinos, lo que no estaría mal si los diversos ministerios convocaran oposicones, pero se pretende que menos funcionarios atiendan a más alumnos, a más pacientes, más incendios forestales, más salvamento marítimo, etc. Por otra parte se ha abaratado el despido de un trabajador a 22 días por año trabajado.

El señor Wert, en mala hora ministro de Educación, promueve la enseñanza privada y concertada a expensas de la pública, es decir, la de todos, la de los hijos de la mayor parte de la población española. Se ha aumentado el número de alumnos por aula, se han eliminado muchas de las becas existentes con anterioridad, única medida para paliar la diferencia de rentas entra las familias. Si un profesor causa baja por enfermedad se deja de cubrir su baja si esta es inferior a dos semanas (dos semanas los alumnos sin profesor). Se han subido escandalosamente las tasas universitarias y se han eliminado las subvenciones a los cursos de postgrado, por lo que los alumnos de familias modestas han de recurrir a solicitar préstamos a los bancos (es decir, a los usureros). El gasto educativo se reduce un 13% en el año 2013 respecto al año 2012, y se ha aumentado el IVA del 4 al 21% en algunos materiales escolares.

Se ha anulado la renta básica de emnacipación, que permitía recibir a los jóvenes una cantidad algo superior a 200 euros para el alquiler de un piso. Se ha suprimido el fondo de acogida, integración y atención a los inmigrantes, se ha dejado sin aplicación la Ley de Dependencia, aunque en algunas comunidades como Baleares, Andalucía, Extremadura y Asturias sí se está aplicando. Se ha reducido un 85% la prestación a los cuidadores en los casos de dependencia acusada. Las mujeres, en función de la modificación de la ley de interrupción del embarazo, tendrán que volver a justificar su decisión.

Se han recortado las partidas para investigación y desarrollo, lo que implica prescindir del trabajo de becarios, investigadores en las Universidades, proyectos de perfeccionamiento profesional y especialización, además del maltrato que han sufrido las asociaciones culturales, las ONG, los centros públicos de enseñanza, sobre todo en su nivel primario, las Universidades, que ha hecho poner en pie a los rectores de toda España... Las tasas judiciales son el colmo de un Gobierno antisocial, que pone precio a la justicia, como si volvíesemos al siglo XVIII, cuando un campesino no podía pleitear y tal ejercicio estaba reservado a los aristócratas, personalidades de noble cuna que entretenían su tiempo en los juzgados y audiencias. Caben muchas calificaciones para este Gobierno, pero a mí se me ocurre la muy lacónica de miserable.

L. de Guereñu Polán.

jueves, 10 de enero de 2013

POLÍTICA Y JUECES. IMPUTACIONES Y SENTENCIAS

Lo bueno de leer a los clásicos es que la mayor parte de los errores humanos, y los humanos tenemos tendencia a repetirlos, han sido objeto de su análisis y estudio.

Los penúltimos episodios relacionados con resoluciones judiciales que afectan a políticos en activo que son de muy difícil comprensión: La solución pactada al problema de la financiación ilegal de un partido catalán, problema con más de 14 años de trámite judicial, y la imputación expansiva de lo que son representantes democráticos y legítimos de los ciudadanos (concejales y alcaldes principalmente), mediante resoluciones emitidas por jueces, que alargan plazos de tramitación de forma indeterminada, invitan a revisar lo que los clásicos ya concluyeron en sus análisis.
Dos ejemplos servirán. Uno, Montequieu, respecto al papel de los jueces en democracia, proponía que el poder de juzgar no fuera ejercido por nadie de forma permanente ya que: “así el poder de juzgar, tan terrible en manos del hombre, no estará sujeto a una clase determinada, ni quedará exclusivamente en manos de una profesión”. Parece que tenía razón, el modelo de oposiciones fija de forma inamovible en una profesión al que las supera, y deja, de forma casi exclusiva, su autocontrol en manos de los de su mismo oficio, con los que coincidirá grandemente en virtudes y defectos, mientras que el conjunto de los ciudadanos bajo su responsabilidad jamás podrá valorar democráticamente su trabajo, y el valor de sus servicios, lo que hay que recordar si harán respecto a sus representantes políticos. Y dos, Aristóteles, respecto a lo que se entiende por justicia oligárquica y democrática: “parece que la justicia es igualdad, y así es, pero no para todos, sino para los iguales; y la desigualdad parece ser justa….”, concluye: ”la mayor parte de los hombres son malos jueces cuando se trata de las cosas propias”.

Así pues, si nos fiamos de la sabiduría de los clásicos, en democracia conviene poner al menos en el mismo nivel de crítica, sino superior, a los jueces que imputan a electos, que a esos electos, en especial cuando los plazos se alargan “sine die”, los electos pagan democráticamente su permanencia en la imputación, sin obtener sentencia, y el juez que la mantiene no justifica claramente los porqués.
Enero  de 2013
Fdo: Isidoro Gracia

Leyes injustas

La vieja norma "dura lex, sed lex" está bien y creo que ha de admitirse para todos por igual, pues de lo contrario estaríamos en el reino de la arbitrariedad, pero esto no quiere decir que toda ley, aunque haya que cumplirla, sea justa.

Que un reo pueda pagar una fianza para evitar la prisión es una ley vigente en muchos países que proviene de cierta concepción jurídica nacida en el siglo XIX, cuando las clases poderosas se enseñoreaban de sus Estados y evitaban de esta manera la vergüenza que significaba la cárcel. El que no podía pagar la fianza, la mayoría de la población, sufría prisión. Así hoy nos encontramos, por no haberse modificado este aspecto procesal, que muchos delincuentes están gozando de libertad mientras que otros pobres rateros están en prisión.

Un avance en el ejemplo anterior fue que la fianza no pueda provenir de lo robado o conseguido ilegalmente, pero aún así a veces es difícil deslindar el patrimonio de una persona del que ha conseguido de forma criminal. Otro ejemplo es que el funcionario que acusa en nombre del Estado, el fiscal, pueda llegar a un acuerdo o pacto con el reo, el cual puede llegar a reconocer su culpa y pagar lo acordado para evitar la cárcel. Tal circunstancia solo puede darse con personas que disponen de riqueza, pero a dichos pactos nunca podrá llegar una persona de condición social modesta: es otro ejemplo de ley injusta.

Que existan fórmulas de inversión de capitales que favorezcan fiscalmente a los inversores (en el caso de España, las SICAV) es otro ejemplo de ley injusta, pues no se encontrarán personas tan favorecidas fiscalmente como las que disponen de rentas altas o capitales abultados, mientras que a las famosas SICAV nunca podrán acceder personas de condición humilde.

Que los diputados y senadores puedan evitar el pago de impuestos por determinados conceptos retributivos es legal en España, pero no es justo, pues todo ingreso por el trabajo realizado es renta, y toda excepción a esto es una arbitrariedad, y por lo tanto injusto. El legislador debe dar ejemplo y si no lo hace comete un fraude de ley (lo que están acostumbrados a hacer mafiosos, banqueros y otros grupos dueños del dinero).

Que un presidente de Comuidad Autónoma pueda percibir rentas como tal, a la vez que lo hace como funcionario de su partido, a la vez que lo hace como senador (pues es compatible serlo, no así diputado) y por actividades privadas es legal, pero no es justo. La ley de incompatibilidades en España es tan laxa que es como si no existiese, y así encontramos a diputados que mantienen sus provechosos bufetes de abogados (sabido es que el hecho de ser diputado es un plus para tener clientes), sus negocios privados (el señor Matutes se hizo dueño de Ibiza mientras fue diputado y ministro) o participan en consejos de administración, a veces por medio de personas interpuestas.

Hay algo que al ser humano no le ha sido dado, y es la ubicuidad: no puede estar al mismo tiempo en dos sitios distintos, mucho menos en tres o más. Pretender burlar esta limitación de la naturaleza y de la física mediante leyes que favorezan a algunos no es justo, por muy legal que sea. Decir esto parece una obviedad, pero a ver si por repetirlo hasta la saciedad se van corrigiendo algunos incorregibles, que estoy seguro pasarán a la posteridad como ambiciosos y corruptos antes incluso de que se corrompan en sus tumbas. Hay una pintura al fresco de un importante pintor italiano del siglo XV que, en la parte inferior, incluye un esqueleto yacente: bajo esta figura una leyenda dide: "lo que tú eres lo fui yo, y lo que yo soy lo serás tú". Inexorable.
L. de Guereñu Polán.

martes, 8 de enero de 2013

LOS SOCIOLIBERALES

Se habla poco de los socioliberales, pero existir existen y son muy influyentes. Sobre sus principios teóricos, sus prioridades políticas actuales, partidos políticos representativos de esta ideología en Europa, principales pensadores, etc. hay disponible amplia información en internet. Considero que no me corresponde a mi atribuirle a nadie en concreto esta condición, pero  si diré que no deben confundirse socioliberales con socialdemócratas, pues son bastante diferentes, aunque unos y otros han convivido durante muchos años y siguen conviviendo hoy en el seno de algunos partidos socialistas europeos, como el laborista inglés, el SPD alemán, o el PSOE en España, por citar solo algunas referencias.
El caso del PSOE es particularmente llamativo, pues puede afirmarse que los socioliberales han venido controlando el área económica de este partido desde los inicios de la llamada “transición democrática”, incluyendo todos los gobiernos de Felipe González y Rodríguez Zapatero, así como la práctica totalidad de sus representantes en las instituciones europeas. Es más, soy de los que pienso que aún hoy -con el partido en la oposición- siguen controlando el área económica en su plenitud, a pesar de poder contar este partido con el concurso de otros economistas, algunos con brillante trayectoria de orientación en este caso si, socialdemócrata, sin que, repito, vaya a dar nombres aunque es muy probable que el amable lector identifique sin dificultad a muchos de ellos.
El tema no es baladí, pues soy de los que pienso que tiene mucho que ver con la actual crisis del PSOE, tanto en el origen de la misma, como en su capacidad actual para superarla. Economistas de pensamiento socialdemócrata y de izquierda en España los hay, lúcidos, capaces y competentes. Lo que pasa es que parecen tener las puertas cerradas, excluidos del escalafón de promoción  interna, sus posiciones no se reflejan adecuadamente en los documentos de este partido, y lo que es peor no están teniendo el eco debido en las tomas de posición publicas que frente a los graves problemas actuales se están tomando o dejando de tomar.
El distanciamiento, cuando no abierta ruptura con las organizaciones obreras en España, aún con mejores expectativas tras la prueba del calamitoso gobierno del PP que estamos sufriendo, sigue lejos de haberse recompuesto. Y ello a pesar de que por un lado, el movimiento sindical en nuestro país necesita mas que nunca un referente político claro, y de que por el otro, el PSOE  no va a llegar lejos con los sindicatos distantes, descreídos y desconfiados de sus promesas, sus programas y sus dirigentes.
Además, en los tiempos actuales, el poder financiero cree que ya no necesita -como sí necesitó tras la muerte del dictador y la caída del régimen franquista-, de un partido de izquierdas fuerte y creíble para llevar adelante las reformas estructurales necesarias entonces. Tampoco cree necesitar ya interlocutores sindicales que encaucen las demandas y reivindicaciones obreras. El poder financiero esta exultante, se ve imbatible, y trabaja en afianzar y ampliar sus conquistas y de paso en la demolición de las organizaciones de izquierda, sean estas políticas o sindicales. El debilitamiento del Estado en el contexto de una economía global en manos de las multinacionales y la gran banca, el control de la información y de los medios de comunicación, y por consiguiente su capacidad de manipulación y modelación de la opinión pública conforme a sus intereses, amenaza los derechos humanos, las libertades y la propia democracia, y lo que es peor: todo eso parece importarle cada vez menos.
Sin embargo, quienes si necesitan una fuerza política que les represente de verdad, que asuma con convicción y claridad la defensa de sus intereses y luche decididamente por la recuperación de sus derechos y contra el descomunal expolio al que se les esta sometiendo, a ellas y al país, son las clases trabajadoras. Y como la necesitan, ya sea de una forma o de otra la van a tener.
Sin negar sus capacidades y sus méritos en lo personal, parece evidente que la hora del relevo de los socioliberales en las principales áreas de poder en el seno del PSOE hace tiempo que ha sonado. Malo será para este partido y para las clases trabajadoras de las que nació, que la llamada -casi clamor- no se atienda.
XESUS MOSQUERA
8 de Enero de 2013


Peligro de que se extienda un debate estéril

Busto de Séneca
Si los nacionalistas catalanes, aprovechando la torpeza de los nacionalistas españoles (el Partido Popular y adláteres) consiguen extender su debate al resto de España, el país podría entrar en una deriva desastrosa cuando tiene asuntos urgentes que resolver y que afectan a la inmensa mayoría de la población.

A lo largo de este año 2013 las posiciones de unos y otros se van a ir perfilando: como dentro de la legalidad actual no es posible lo que pretenden los nacionalistas catalanes, el Gobierno debiera saber administrar las posibilidades que tiene para que el río no se desborde más de lo que ya está. En primer lugar el Gobierno debiera ofrecer verdaderas novedades en materia de reparto fiscal para conseguir que este sea más justo sin renunciar a un principio básico: la solidaridad interterritorial.

En segundo lugar el Gobierno no debiera competir en declaraciones con los nacionalistas catalanes, a lo que estará tentado porque los medios de comunicación que le apoyan, sectores ultraconservadores, reaccionarios de toda laya, se lo van a pedir constantemente. El Gobierno puede sucumbir a la tentación de decir: más que yo no defiende la unidad de España nadie. Ni es verdad ni es necesario decirlo. Esa unidad es la que ya existe y es la que han votado los catalanes y los demás habitantes españoles en 1978.

Como las situaciones cambian, basarse solo en la voluntad expresada por los españoles en 1978 no es poco, pero es insuficiente; deberá el Gobierno convocar a los partidos políticos (sin excepción) para exponerles su política en materia territorial; si está o no de acuerdo en profundizar el sistema autonómico existente, si está dispuesto o no a reconocer a Cataluña un sistema fiscal análogo al vasco (para lo que habría que reformar la Constitución, pero esto ya habrá que hacerlo con otros motivos), si etá dispuesto a discutir qué se quiere decir con eso de federalizar España (confieso que esto último no lo entiendo, porque un Estado federal tiene a sus diversos poderes territoriales en igualdad, mientras que el Estado autonómico actual permite diferencias sustanciales según se trate de unas comunidades autónomas u otras).

Es decir, no veo al Gobierno tomando la iniciativa en esta materia; conociendo a Don Mariano creo que dejará que el tema se pudra, pero puede que no se pudra, sino que empeore las relaciones entre los españoles más y más, por lo que debe el Gobierno gobernar, también, en este asunto; no dejando que otros lo hagan, presentando propuestas nuevas y audaces, prudentes al tiempo, meditadas (creo que el Gobierno medita poco y lo hace mal) y conseguir un gran consenso que no se dará si no se incorporan a él la mayor parte de los partidos políticos, o todos. 

En definitiva, el Gobierno no tiene hoy capacidad para ofrecer nada nuevo, cuando son muchas las voces que claman por una reforma constitucional. Pero ya se verá como el Gobierno retrasará este asunto, cuando no le quede más remedio lo abordará, tendrá cortas miras porque entre sus miembros no hay verdaderas mujeres, ni hombres, de Estado, hay politiquillos, contables, banqueros, correveidiles, pero poco más. Si el Gobierno no se cambia, si no se pone en él a personas con mayor capacidad política (y se necesita mucha en las actuales circunstancias), si no se concita la voluntad de socialistas y demás fuerzas políticas, que no van a entrar por el aro si no es a base de propuestas muy serias, el nacionalismo catalán estará en su salsa para seguir el camino que se ha trazado. Creo que sin salida, pero peor que si la tuviese.

Se puede tener mayoría absoluta en las cámaras y tener a buena parte del país descontento, como parece evidente. Se puede tener mayoría para avasallar, pero si no se convence, a medio plazo el avasallamiento se puede volver contra uno. ¿Tendrá Don Mariano capacidad para comprender el gran envite que se le ha presentado? Creo que no, pero ojalá me equivoque. Si me equivocase tendría que hacer cambios urgentes en su Gobierno para poner en él a verdaderos políticos que vayan más allá del conservadurismo rancio que representan los actuales ministros. ¿Existen en la derecha nacionalista española estos mirlos blancos? Si no existen, peor para España, y aquí esta palabra no tiene otro signifiado que el que a mí me gusta darle por encima de cualquier otro, los españoles de a pie.

L. de Guereñu Polán.

lunes, 7 de enero de 2013

¿Para que vale la democracia representativa?

Para mucho, contestaría yo en un primer momento. Es más, los países más desarrollados del mundo son aquellos que sen han dotado de una democracia respresentativa, pero no han conseguido eliminar la desigualdad (a veces lacerante), la pobreza (creciente), el destrozo de la naturaleza, la explotación de territorios ajenos y el descontento de amplias capas de sus poblaciones.

Por lo tanto voy a evitar el maximalismo de uno y otro signo: ni la democracia representativa es mala en sí misma ni ha sido instrumento suficiente para la justicia social, al menos para esa justicia que solo se alcanza cuando hay igualdad (la desigualdad debe venir dada solo por razones naturales o por el deseo consciente o inconsciente de los individuos).

Teóricamente, en una democracia representativa el soberano es el pueblo, pero este concepto es muy vago, pues no todos los elementos que forman el pueblo tienen la misma formación, ni los mismos recursos materiales, ni los mismos intereses: se parte de una situación de desigualdad. No todos los individuos, por lo tanto, están en condiciones, de igual manera, de ser soberanos en conjunción con los otros. La división de poderes está bien, pero siempre que quienes encarnen esos poderes sean personas idóneas y honestas. Esto es algo imposible de garantizar, por lo que aquí está uno de los principales escollos de la democracia repesentativa cuando esta se pone en práctica. Caro está que el que haya individuos entre los jueces, en el Parlamento o gobernando, que no sean honestos, no inutiliza a la democracia representativa, pero la hace vulnerable, y de haí muchos males. 

La democracia representativa se puede entender de diversas maneras dependiendo de como sea el sistema electoral: no es lo mismo la "democracia" rusa actual que la alemana; ni esta es lo mismo que la estadounidense, la de los países latinos o la de los países nórdicos. Un sistema electoral proporcional es más justo que uno mayoritario; las circunscripciones, cuanto más amplias, ofrecen resultados electorales más justos y próximos a la voluntad de los electores. Este asunto, pendiente en muchos países, no se quiere tocar por quienes desean una democracia representativa de cortas miras. Y sin un acuerdo general no es posible reformar una ley tan importante como la electoral. La misma separación de poderes que enunciara Montesquieu no se ejerce de igual manera en Estados Unidos, donde el Vicepresidente es el Presidente de una de las cámaras legislativas, que en Francia o que en el Reino Unido, donde la Cámara de los Lores ejerce como tribunal de justicia en determinados casos.

Hoy es creciente el número de personas -en los países donde existe- que cuestionan la democracia representativa, y lo hacen sobre todo por una razón: porque no da solución a los graves problemas que padecen amplias capas de la población. La democracia representativa solo es útil y buena si da solución a los problemas; de lo contrario se convierte en un sistema limitado e incluso estéril, caldo de cultivo para que resurjan ideologías que no han periclitado nunca (recordemos los años veinte y treinta en Europa, especialmente). 

El comunismo, tal y como lo hemos conocido, no respetó la democracia representativa, y probablemente por eso estaba condenado, más tarde o más temprano, a derrumbarse, aparte la gran hostilidad que le presentó el mundo capitalista, que sí se adaptó -solo en la medida en que lo consideró opotuno- a la democracia representativa. Hoy este sistema está seriamente erosionado por el poder del dinero y de sus dueños; la democracia representativa no es ya la que imaginaron Rousseau, los jacobinos franceses, los demócratas europeos de los dos últimos siglos, los socialistas del siglo XX, con el SPD y los socialistas fabianos a la cabeza. Repensar estas cuestiones, por muy peregrinas que parezcan, pueden ser útiles para un futuro inmediato. 

(Arriba, alegoría crítica de la democracia representativa, con un diputado que recoge el voto de los ciudadanos famélicos mientras que soporta las presiones de los poderosos: el perro).

L. de Guereñu Polán.




La lucha contra el fraude fiscal



Leo que, en España, la economía sumergida equivale al 21,5% del Producto Interior Bruto y que más de 50.000 millones de euros escapan a la Hacienda pública. Hasta ahora el Gobierno español no ha hecho gran cosa para combatir esta lacra, que es donde verdaderamente está la solución a muchos de los problemas económicos del país. La amnistía fiscal a los defraudadores ha reportado al Estado 1.200 millones de euros, lo que demuestra la ineficacia de la medida y la tomadura de pelo al resto de los contribuyentes. 
Segúnn el sindicato Gestha las formas más comunes de fraude fiscal consisten en ocultar ventas y evadir capitales a paraísos fiscales, para lo que banqueros como el señor Botín tienen expertos que le asesoran. Pero también los autónomos y las pequeñas empresas contribuyen al fraude fiscal mediante la ocultación del IVA. En ocasiones la compra de un bien particular se hace pasar por la compra de dicho bien para la empresa en la que se trabaja (esto lo pueden hacer más facilmente los dueños) con lo que se obtiene una desgravación fiscal que no existiría de la otra manera. Las facturas falsas para obtener beneficios fiscales también son costumbre de las medianas empresas, así como los recibos falsos por servicios que no se han dado. A esto contribuye el que muchos empleados lo son irregulares, es decir, los que están dispuetos a extender facturas por recibir dinero "negro". No les importa porque dentro de unos meses no estarán en la empresa. También "crear" una empresa fantasma en una comunidad distinta de la de la empresa para cargar a aquella facturaciones que, de concentrarse en la empresa real, pagaría más a la Hacienda pública. 
En cuanto a las grandes fortunas los técnicos de Hacienda dicen que el 71% de la evasión fiscal es obra de ellas, junto a las grandes empresas. Las multinacionales, por ejemplo, tienen delegaciones en paraísos fiscales o en países con menor tributación que en España, algunos de ellos de la Unión Europea, como Iralanda, Luxemburgo y Holanda, lo que es una contradicción flagrante. La unidad fiscal de la Unión Europea es, pues, una necesidad imperiosa, pero los gobiernos conservadores, deudores de las grandes empresas, pues muchos de sus miembros están ligados por lazos económicos a ellas, no lo quieren, así como tampoco la lucha decidida contra los paraísos fiscales: ¿donde ocultar los capitales que no pagan a las Haciendas públicas? En los paraísos fiscales no están los capitales de pequeños ahorradores, de la mayoría de la población, sino de unos pocos miles de familias que dominan la economía del continente. 
De estos asuntos tiene que hablar el Presidente del Gobierno español con la señora Merkel, no de estupideces sobre "rescates". ¿Han notado como cada vez se habla menos de ellos? No era una prioridad, era una cortina de humo para no abordar los verdaderos problemas: que el FMI y el Banco Central Europeo cumplan el papel para el que fueron creados, no el papel que luego les asignó la banca internacional y unos cuantos políticos del tres al cuarto que gobiernan Europa. 
L. de Guereñu Polán.