jueves, 28 de febrero de 2013

LARGO CABALLERO. El tesón y la quimera.

En diversas localidades españolas -también en Santiago de Compostela y A Coruña recientemente- se están celebrando estos días actos públicos para presentar el libro “LARGO CABALLERO. El tesón y la quimera”, del que es autor el catedrático de historia contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, Julio Arostegui, recientemente fallecido.
Editado por la Editorial Debate con la colaboración de la propia Fundación Largo Caballero, recoge un trabajo de investigación extenso y completísimo, escrito de modo ameno y atrayente, que gustará a los interesados en la historia, a la gente progresista y de izquierdas, y a todos los que buscar llenar con verdad los enormes vacios de nuestra memoria histórica. Para los socialistas de hoy su lectura será sin duda de gran utilidad y provecho.
Llama la atención el profundo sentido de clase que muestra la trayectoria de Largo Caballero, un sentido de clase hoy bastante desdibujado, aunque la clase trabajadora sigue existiendo, y su lucha sigue teniendo actualidad y vigencia. Sentido de clase, y de pertenencia a la clase   obrera de los dirigentes socialistas de aquellos años. Dice Largo Caballero:
“Yo, que puedo decir que he recorrido toda la escala política, que he sido concejal, diputado provincial, diputado a Cortes y Ministro, os digo que al dejar los cargos no he tenido que volver a la clase obrera, porque jamás salí de ella; me ha bastado con sustraerme a los halagos y las comodidades personales, sabiendo que mi puesto no podrá estar mas que en el campo obrero…”
Palabras estas de actualidad cuando hoy muchos se preguntan el por qué del preocupante descrédito de los representantes políticos y cuando se deciden encargar estudios -algunos críticos dirán que mas bien “concursos de ideas”- para intentar encontrar alternativas  y salidas al papel  de las organizaciones socialistas en la sociedad actual.
El libro nos ilustra sobre una época importante de nuestra historia reciente como fueron los años de la II República y una de sus principales figuras, Largo Caballero, el estuquista que fue Presidente del Consejo de Ministros, el primer obrero -y el único- en la historia de España que alcanzó tan alta responsabilidad.
 Un libro para disfrutar con la lectura de sus 900 páginas. De historia sí, pero que aporta luz y claridad sobre múltiples aspectos que siguen teniendo hoy interés para quienes piensan o actúan desde la izquierda, y para quienes busquen  entenderla: La huelga; revolución o reformismo, participación o no en las instituciones burguesas, sindicalismo político o profesional, relación entre sindicato y partido, lucha de clases, participación en las organizaciones de clase de personas no pertenecientes a la clase obrera, colaboración política con otras fuerzas, coaliciones, etc. Un libro que también aporta novedades que explican y aclaran hechos y actuaciones de relevancia, fruto de la intensa y minuciosa investigación que el profesor Arostegui dirigió a lo largo de muchos años. A partir de ahora también un libro de consulta obligada.
Xesús Mosquera Sueiro / 28 de Febrero de 2013

martes, 26 de febrero de 2013

LA IZQUIERDA Y EL CUARTO PODER

Siendo verdad la frase de Alfonso Guerra cuando dijo que una cosa es la opinión y otra la opinión publicada, también lo es que los medios de comunicación conforman la opinión pública, que luego se expresa políticamente en votos, de manera que los medios son fundamentales hoy para alcanzar el poder político, conservarlo, y mantener el consenso social necesario para gobernar.
Lo saben los dictadores de todos los tiempos, y lo saben muy bien los que detentan el dinero y el poder en las democracias. También el pueblo cuando afirma que “sabe lo que le cuentan”, y con ello y sus dudas y sospechas  construye sus opiniones.
Podríamos hablar de los cientos de periodistas asesinados cada año, del Watergate, del escándalo de Murdoch en Inglaterra, de los enfrentamientos del grupo Clarín con el gobierno argentino, de Berlusconi y su imperio mediático convertido en instrumento político, de Wikileaks, del Vaticanleaks, de lo que se hace en el mundo para ocultar la corrupción, la explotación y el expolio de naciones enteras, de la especulación con el hambre, las enfermedades, los alimentos y las materias primas, de los intereses que se ocultan tras las guerras. También de la situación de los medios en España y su control directo por algunas multinacionales, los bancos y la derecha política, a la par que van desapareciendo los medios críticos e independientes, y postergados o despedidos los profesionales que se atreven a anteponer la verdad a los intereses de los poderosos. La manipulación de los medios en España es bochornosa, tanto de los públicos -convertidos en la voz de su amo- como en los privados. Las mentiras más zafias se sostienen y repiten con absoluto descaro, ya no por políticos a sueldo, sino por medios subvencionados cuya parcialidad y falta de objetividad nos avergüenza. Los recortes y las políticas de austeridad de tan nefastas consecuencias, necesitan del complemento de pautas informativas perfectamente estudiadas para -a través del miedo y la desinformación por ejemplo- neutralizar en el mayor grado posible el descontento y las posibles reacciones de la población.
Si, podríamos hablar muchísimo porque el tema es importante y apasiona, mas solo quisiera llamar la atención de las organizaciones de izquierda sobre esta trascendental realidad que conocen bien, pero frente a la que no actúan adecuadamente.
O la izquierda -En España y en Europa-  se plantea el problema de la información  y la comunicación con todas sus consecuencias o tiene muy difícil llegar al poder, y si llega, mantenerse en él al menos durante un tiempo razonable, y por lo tanto transformar la sociedad, haciendo realidad las demandas del pueblo. Porque claro, o la izquierda es transformadora o ¿para que la queremos?
No se trata de crear órganos de información de partido, o del gobierno de turno. Todo lo contrario, se trata de crear un sistema de comunicación e información libre, plural, fiel a la verdad y a los intereses del pueblo, no hipotecado ni condicionado por los poderes del dinero o de la derecha política. Es curioso que sea la derecha neoliberal capitalista, la que se haya ido erigiendo en supuesta defensora de la “prensa libre”, cuando estamos comprobando que en la realidad es todo lo contrario. Una prueba esta mas, de lo que es capaz de conseguir la propaganda y la información masivamente manipulada.
La unidad de la izquierda es una vieja aspiración difícil de hacer realidad. Mientras eso no llega, sí es posible y necesario hacer cosas juntos, como luchar unitariamente por transformar el panorama de los medios de comunicación en España. Primero unificando una crítica de la realidad actual, denunciando situaciones y exigiendo unitariamente de los medios públicos y privados políticas informativas acordes con los derechos humanos y las convenciones internacionales en materia de información. También impulsando medios y núcleos de información alternativa potentes, que neutralicen la desinformación, las medias verdades, los engaños, las omisiones deliberadas, las insidias, etc. de las que la población está siendo objeto en la actualidad. Si la izquierda, aún sin unidades orgánicas o de plataformas, se une y colabora en torno a cuestiones concretas como esta, no solo será mucho más eficaz, sino que será mas creíble y se ira acercando a esa unidad por el camino de los hechos.
Xesús Mosquera Sueiro
26 de Febrero de 2013

domingo, 24 de febrero de 2013

SINDICALISMO Y POLITICA

Pocas veces como ahora, se ha puesto de  manifiesto que los sindicatos de trabajadores, no pueden permanecer indiferentes ante la política, y ni siquiera neutrales, pues la supuesta neutralidad conlleva en si misma una opción determinada.
Los trabajadores y sus organizaciones, como el resto de ciudadanos, cuando se desentienden de la política pronto sufren sus consecuencias. Quienes nunca dejan de ocuparse de ella -y a fondo- son las organizaciones patronales, las entidades financieras, o la Iglesia Católica y otras similares. Por algo será.
Hay que reconocer que en los últimos años, los esfuerzos de la derecha económica y política para despolitizar a las clases trabajadores y a la ciudadanía en general han dado sus frutos, y ahora están recogiendo la cosecha.
En concreto, en el mundo laboral la despolitización se llevó a cabo por tres grandes vías: 1) Fomentando y financiando el sindicalismo corporativo o amarillo en sectores clave de la industria y los servicios, tanto públicos como privados, con resultados nada desdeñables, 2) Promoviendo el “desenganche” de los sindicatos de clase de los partidos de izquierda, lo que contribuyó poderosamente a un creciente divorcio de estos partidos con su electorado natural, y 3) La desideologización, primando la “formación técnica” sobre la ideológica, cuando bien se ha puesto de manifiesto ahora, que la derecha española, europea y mundial, jamás ha dejado de cuidar este aspecto.
Es cierto que sobre las cenizas de la segunda guerra mundial, socialdemócratas, socialcristianos y liberales europeos, alcanzaron un gran pacto del que nació el modelo social europeo. Pero también lo es que con las crisis y las nuevas realidades derivadas de la mundialización económica como pretexto, el poder financiero diseñó y decidió su progresiva demolición. Algo que al inicio de los años 80, pone en marcha Margaret Thatcher bajo la bandera de la competitividad, que  Ronald Reagan apoyó,  que otros -socialdemócratas europeos incluidos- continuaron,   y que ahora la señora Merkel  y sus socios -en esta ocasión la bandera es la   de “la austeridad”-, se aprestan a dar la puntilla en las mismas narices de una socialdemocracia que atrapada en esta estrategia, aparece vencida y sin alternativas. Estamos acercándonos al fin de un modelo, y a su sustitución por otro muy próximo al de la más pura ortodoxia del capitalismo neoliberal con sus más tristes y negativas consecuencias.
Consecuencias que están empezando a pagar, y a un alto precio, los clases trabajadoras, y con ellas sus organizaciones representativas, sindicatos y partidos políticos. La derrota de la izquierda, española y europea, exige una profunda reflexión autocrítica a la luz de lo que ha venido sucediendo a lo largo de los últimos treinta o treinta y cinco años, y sacar conclusiones válidas para poder emprender la recuperación de los logros perdidos. Se equivocan los que piensan que de esta salimos a base de propuestas extraídas de “concursos de ideas”, o “programas y recetas de laboratorio” elaboradas por profesionales del marketing político. Lo peor es que quienes piensan así, demuestran que o no están entendiendo nada, o se han cambiado de bando.
Una cosa parece cierta, la reacción y la protesta tienen que emprenderla, con fuerza y con urgencia -empiezan a hacerlo ya- quienes están sufriendo más duramente las consecuencias: las propias clases trabajadores. Es espantoso que se siga creyendo la propaganda que busca su despolitización y su abandono de los sindicatos, de su ejercicio del voto, y de su apoyo a los partidos que pueden defender sus intereses. En este tiempo, los sindicatos están llamados a negociar convenios claro está, pero también a reivindicar y defender con mas energía que nunca un modelo social y un giro en la actual política económica. Es tiempo de defender con firmeza y hasta las últimas consecuencias la necesidad de la lucha política, del compromiso y de la unidad de la clase trabajadora.
Los trabajadores han de saber que los sindicatos les pertenecen, son suyos, y no de ninguna cúpula burocrática en el supuesto de que existiese como dicen algunos. Y por ello, los sindicatos serán lo que los propios trabajadores quieran que sean. A su vez, los sindicatos no deben dar la espalda a los partidos que se dicen obreros, más bien al contrario, deben dar la cara y empujar, ayudando a cambiar todo lo que haya de cambiarse. Los sindicalistas, aquellos trabajadores más experimentados o conscientes deben comprometerse también en el seno de los partidos obreros para hacer sentir las demandas y la presión de la clase trabajadora,  exigiendo los cambios necesarios. Si los trabajadores se desentienden de la política, como desean  quienes les explotan, caminaremos sin remedio a esperar la llegada de un nuevo mesías salvador, no sin antes sufrir serias y crecientes tensiones sociales de alcance difícil de prever. Reflexionemos sí, pero no demoremos mas la toma de decisiones porque el tiempo apremia, y los que sufren no pueden seguir esperando.
Xesús Mosquera Sueiro
24 de febrero de 2013




sábado, 23 de febrero de 2013

Una buena Constitución

  • La Constitución española de 1978, que es mejorable, sin duda, garantiza la democracia en España, una democracia imperfecta como la que existe en otros países; establece la soberanía nacional (gobiernan quienes quieren los españoles: otra cosa son los poderes económicos), garantiza la descentralización del Estado, el respeto a las diversas lenguas de España, la existencia libre de partidos políticos y sindicatos, da garantías jurídicas a los extranjeros, reconoce el derecho de asilo, la igualdad ante la ley (discubible mientras haya diferencias económicas), garantiza la libertad de culto, ante una detención preventiva, garantías al detenido, garantiza la intimidad mientras el interesado así lo quiera, la inviolabilidad del domicilio, la de las comunicaciones, la libertad de residencia y circulación, la libertad de expresión, de creación, de cátedra, de información, garantiza el secreto profesional; niega la existencia de la censura previa, garantiza el derecho de reunión, de manifestación, de asociación, de participación ciudadana en los asuntos públicos, el derecho de acción, da garantías procesles, niega la existencia de tribunales de honor, garantiza el derecho a la educación, a la autonomía universitaria, a la huelga, establece el derecho de petición, la objeción de conciencia en los casos establecidos por leyes orgánicas, el matrimonio en todas sus formas; establece los casos de expropiación forzosa con las garantías que la ley establezca...

    Cierto que la Constitución habla del derecho al trabajo y a la vivienda, por ejemplo, y tales derechos no se pueden disfrutar por muchas personas, lo que es una lacra que afecta no solo a España sino a cualquier país. Solo una sociedad justa, igualitaria, una Utopía como la que imaginó Tomás Moro puede conseguir la garantía de estos derechos y de aquellos. Por eso es justo y muy necesario que la población se movilice como lo está haciendo, pero sin creer en espejismos. La verdadera movilización tendrá que venir cuando haya elecciones, votando en conciencia, desechando a los corruptos e ineptos, a los indeseables, a los egoístas...

    Por la Constitución de 1978, y las leyes que la desarrollan, el Estado garantiza la sanidad pública a todos, salvo que un gobierno desalmado, como el actual, amenace con liquidar esta situación: habrá mecanismos, entonces, para corregir el desafuero; la Constitución garantiza derechos a los inmigrantes, aunque un gobierno desalmado desvirtúe dicho precepto a la espera de que otro lo reponga.

    En fin, la Constitución es un bien que disfrutanos, es un texto legal consensuado, y como tal no puede satisfacer plenamente a nadie, pero tiene que ser aceptado por todos o la inmensa mayoría. Cuando se sometió a votación hubo un amplísimo apoyo a la Constitución, y no es de extrañar. La única provincia donde el voto afirmativo no fue mayoritario fue Guipúzcoa, poco más del 1% de la población española de entonces. El problema -digo- no es la Constitución, sino quienes la interpretan, quienes la gestionan, los gobiernos de turno. A los ciudadanos nos cabe, creo yo, defenderla, reivindicarla, pedir su reforma para adaptarla a los nuevos tiempos, sobre todo para atender a los más necesitados de España, que cifro en unos diez millones de personas.

    En otro orden de cosas, un alto porcentaje de decisiones que afectan a la gobernación de España está en manos de los poderes comunitarios, de la U.E.: plantearse la relación con la misma es una obligación cada vez más perentoria, pero hacer cambiar el mapa político del Parlamento Europeo también.
     
    L. de Guereñu Polán.

viernes, 22 de febrero de 2013

¿Por que la Confederación de Empresarios recibe del Estado 400 millones de euros al año?

La CEOE, Confederación de Empresarios que produce la mayor parte del fraude fiscal en España (son datos del propio Ministerio de Hacienda), recibe en subvenciones por parte del mismo Estado la cantidad anual (con pequeñas variaciones) de 400 millones de euros, lo que representa el 68% de su presupuesto anual (587 millones de euros: fuente, Ignacio Escolar en "El Periódico" de Cataluña).

Los sindicatos también reciben subvenciones del Estado en cantidades mucho menores (193 millones de euros según publica el Boletín Oficial del Estado), pero los sindicatos fueron expoliados por el régimen franquista de todas sus posesiones, locales, periódicos, material móvil, etc. Los sindicatos cumplen una función social, asesoran a los trabajadores, pleitean contra la arbitrariedad de las empresas, ofrecen servicios de todo tipo, mantienen una actividad societaria absolutamente necesaria en una sociedad compleja y moderna. ¿Que papel social juega la CEOE?

Que entidades que combaten lo público reciban dinero público es una aberración; que organizaciones que defraudan al conjunto de la población reciban dinero de dicha población es otra aberración aún mayor. Por otro lado los dirigentes empresariales han demostrado su catadura en algunos de sus miembros: uno está en la cárcel, el otro niega veracidad a las estadísticas del paro, un vicepresidente de la CEOE ha pagado en negro las horas extras de sus trabajadores, lo que estos han denunciado, y así podríamos seguir.

La CEOE es partidaria de adelgazar el Estado... menos para recibir dinero de él. Es partidaria de desmantelar servicios públicos, por ejemplo funcionarios (Rosell dixit). Como el Presidente de la CEOE estudió con los jesuitas actúa jesuíticamente, y ya se sabe lo sibilino de este significado; como es juguetero le gusta jugar con el bien público en beneficio del privado, es un enemigo del Estado, es decir, de la comunidad entendida como tal; es amigo de amasar riqueza, como los de su clase; por eso dirige una entidad que no aporta nada al bien público.

Piénsese el Estado -y más cuando otro Gobierno se haga cargo de él- si es o no justo que los empresarios se embolsen para sus divertimentos 400 millones de euros anuales procedentes de las arcas públicas, es decir, de los bolsillos de los españoles. (Abajo, el señor Rosell disfrutando de las subvenciones públicas).

L. de Guereñu Polán.
¿POR QUE LA CONFEDERACIÓN DE EMPRESARIOS RECIBE DEL ESTADO 400 MILLONES DE EUROS AL AÑO?

La CEOE, Confederación de Empresarios que produce la mayor parte del fraude fiscal en España (son datos del propio Ministerio de Hacienda), recibe en subvenciones por parte del mismo Estado la cantidad anual (con pequeñas variaciones) de 400 millones de euros, lo que representa el 68% de su presupuesto anual (587 millones de euros: fuente, Ignacio Escolar en "El Periódico" de Cataluña).

Los sindicatos también reciben subvenciones del Estado en cantidades mucho menores (193 millones de euros según publica el Boletín Oficial del Estado), pero los sindicatos fueron expoliados por el régimen franquista de todas sus posesiones, locales, periódicos, material móvil, etc. Los sindicatos cumplen una función social, asesoran a los trabajadores, pleitean contra la arbitrariedad de las empresas, ofrecen servicios de todo tipo, mantienen una actividad societaria absolutamente necesaria en una sociedad compleja y moderna. ¿Que papel social juega la CEOE?

Que entidades que combaten lo público reciban dinero público es una aberración; que organizaciones que defraudan al conjunto de la población reciban dinero de dicha población es otra aberración aún mayor. Por otro lado los dirigentes empresariales han demostrado su catadura en algunos de sus miembros: uno está en la cárcel, el otro niega veracidad a las estadísticas del paro, un vicepresidente de la CEOE ha pagado en negro las horas extras de sus trabajadores, lo que estos han denunciado, y así podríamos seguir. 

La CEOE es partidaria de adelgazar el Estado... menos para recibir dinero de él. Es partidaria de desmantelar servicios públicos, por ejemplo funcionarios (Rosell dixit). Como el Presidente de la CEOE estudió con los jesuitas actúa jesuíticamente, y ya se sabe lo sibilino de este significado; como es juguetero le gusta jugar con el bien público en beneficio del privado, es un enemigo del Estado, es decir, de la comunidad entendida como tal; es amigo de amasar riqueza, como los de su clase; por eso dirige una entidad que no aporta nada al bien público. 

Piénsese el Estado -y más cuando otro Gobierno se haga cargo de él- si es o no justo que los empresarios se embolsen para sus divertimentos 400 millones de euros anuales procedentes de las arcas públicas, es decir, de los bolsillos de los españoles. (Abajo, el señor Rosell disfrutando de las subvenciones públicas).

jueves, 21 de febrero de 2013

Tembleque no tiembla

  • Tembleque es una pequeña gran población al Este de la provincia de Toledo que le ha plantado cara a la cara dura de la Presidenta de la Comunidad, señora Cospedal. Como ella ha cobrado durante años tres sueldos al mismo tiempo (lo que me ha confirmado personalmente a petición mía) que sumaban la muy rica cantidad de 250.000 euros, la señora se ha quedado sin sensibilidad social para comprender que los servicios de urgencias médicas no se pueden anular de un plumazo (ni de dos) porque son de gran utilidad a los ciudadanos, sobre todo teniendo en cuenta que las poblaciones en Castilla-La Mancha no se encuentran próximas entre sí (como sería el caso de Galicia o la cornisa cantábrica) sino distantes.

    La señora Cospedal, que cuenta con un cigarral en la imperial Toledo, que vive en la abundancia, que miente más que habla, que sirve a intereses espúrios, ha querido ahorrar dinero público quitándoselo al público, no a los particulares como ella. Es una forma de hacer política deplorable, incluso ignominiosa, pero es la política que sabe y quiere hacer la señora Cospedal.

    Luego que los habitantes de Tembleque, han seguido otros de la Comunidad castellano-manchega: Alamillo, Fuencaliente, La Solana, Alcocer, Herrería, Gálvez, Puente del Arzobispo, El Romeral... Como si de una revolución comunera se tratase, los vecinos se han echado a la calle, han voceado sus reivindicaciones, han exigido justicia, han pedido por activa y por pasiva que los servicios de urgencias se mantengan, que no son ricos, que no tienen tres sueldos, que no gozan de sanidad privada, sino que se valen de la pública, que la quieren mantener, que la pagan con sus impuestos, que tienen unos derechos a los que no van a renunciar, que el cigarral de la señora Cospedal será para ella, pero los servicios médicos de urgencias son para el común de las gentes.

    Los vecinos de Tembleque, de El Romeral, de Alamillo, y de varias decenas más de pueblos manchegos se han concentrado, partiendo de la hermosa plaza de Tembleque, de su fortificada iglesia, con su gallardía por todo armamento, con su razón y contra la sinrazón de la ricachona Presidenta. Honor a los vecinos de Tembleque, a los castellano-manchegos que nos han dado una lección de civismo y de dignidad.
     
    L. de Guereñu Polán.
    TEMBLEQUE NO TIEMBLA

Tembleque es una pequeña gran población al Este de la provincia de Toledo que le ha plantado cara a la cara dura de la Presidenta de la Comunidad, señora Cospedal. Como ella ha cobrado durante años tres sueldos al mismo tiempo (lo que me ha confirmado personalmente a petición mía) que sumaban la muy rica cantidad de 250.000 euros, la señora se ha quedado sin sensibilidad social para comprender que los servicios de urgencias médicas no se pueden anular de un plumazo (ni de dos) porque son de gran utilidad a los ciudadanos, sobre todo teniendo en cuenta que las poblaciones en Castilla-La Mancha no se encuentran próximas entre sí (como sería el caso de Galicia o la cornisa cantábrica) sino distantes. 

La señora Cospedal, que cuenta con un cigarral en la imperial Toledo, que vive en la abundancia, que miente más que habla, que sirve a intereses espúrios, ha querido ahorrar dinero público quitándoselo al público, no a los particulares como ella. Es una forma de hacer política deplorable, incluso ignominiosa, pero es la política que sabe y quiere hacer la señora Cospedal.

Luego que los habitantes de Tembleque, han seguido otros de la Comunidad castellano-manchega: Alamillo, Fuencaliente, La Solana, Alcocer, Herrería, Gálvez, Puente del Arzobispo, El Romeral... Como si de una revolución comunera se tratase, los vecinos se han echado a la calle, han voceado sus reivindicaciones, han exigido justicia, han pedido por activa y por pasiva que los servicios de urgencias se mantengan, que no son ricos, que no tienen tres sueldos, que no gozan de sanidad privada, sino que se valen de la pública, que la quieren mantener, que la pagan con sus impuestos, que tienen unos derechos a los que no van a renunciar, que el cigarral de la señora Cospedal será para ella, pero los servicios médicos de urgencias son para el común de las gentes. 

Los vecinos de Tembleque, de El Romeral, de Alamillo, y de varias decenas más de pueblos manchegos se han concentrado, partiendo de la hermosa plaza de Tembleque, de su fortificada iglesia, con su gallardía por todo armamento, con su razón y contra la sinrazón de la ricachona Presidenta. Honor a los vecinos de Tembleque, a los castellano-manchegos que nos han dado una lección de civismo y de dignidad.

Kemal Kayankaya

  • Es el dective creado por el novelista Jakob Arjouni para que investigue las miserias de una gran ciudad alemana, Franckfurt del Meno, en el estado de Hesse, adentrándose en los barrios pobres, sucios, en las calles estrechas y tortuosas, sin servicios elementales, entre vagabundos, ancianos, truhanes, gentes humildes abocadas a sobrevivir mediante la delincuencia de baja altura; todo un ejemplo de novela social que rompe con las estupideces de los culebrones y las estancias elegantes y falsas.

    Kemal Kayankaya no es un tipo ideal, muy al contrario, cambia de actitud con el tiempo, pero es más bien bebedor y frecuenta amistades no convenientes. Pero sus andanzas le sirven para descubrir un mundo que está en el corazón del desarrollo (el cuarto mundo se le ha llamado) y que escupe un insulto muy conveniente a la sociedad moderna y rica de nuestro tiempo. Como el autor de las novelas, Arjouni, es alemán, inscribe sus relatos en la próspera Alemania del Oeste, en una de las regiones más ricas por su industria y lo avanzado de sus servicios.

    En algunos pasajes se muestra un realismo descarnado mezclado con ciertas visiones más propias de lo onírico, lo que viene muy bien a los desórdenes del mundo ordenado por los capitalistas, los ricos y los bieolientes hombres y mujeres conservadoras. Una obra suya reciente es "Cerezoman caza a Mr. White", donde aparecen neonazis en escena, estigma del que no se ha librado ni Alemania ni Europa. Más reciente todavía es su obra "Hermano Kemal", menos violenta pero de un naturalismo "negro", fiel reflejo de una postmodernidad que empezara quizá con Emile Zola en la Francia del siglo XIX.
     
    L. de Guereñu Polán.
    KEMAL KAYANKAYA

Es el dective creado por el novelista Jakob Arjouni para que investigue las miserias de una gran ciudad alemana, Franckfurt del Meno, en el estado de Hesse, adentrándose en los barrios pobres, sucios, en las calles estrechas y tortuosas, sin servicios elementales, entre vagabundos, ancianos, truhanes, gentes humildes abocadas a sobrevivir mediante la delincuencia de baja altura; todo un ejemplo de novela social que rompe con las estupideces de los culebrones y las estancias elegantes y falsas.

Kemal Kayankaya no es un tipo ideal, muy al contrario, cambia de actitud con el tiempo, pero es más bien bebedor y frecuenta amistades no convenientes. Pero sus andanzas le sirven para descubrir un mundo que está en el corazón del desarrollo (el cuarto mundo se le ha llamado) y que escupe un insulto muy conveniente a la sociedad moderna y rica de nuestro tiempo. Como el autor de las novelas, Arjouni, es alemán, inscribe sus relatos en la próspera Alemania del Oeste, en una de las regiones más ricas por su industria y lo avanzado de sus servicios. 

En algunos pasajes se muestra un realismo descarnado mezclado con ciertas visiones más propias de lo onírico, lo que viene muy bien a los desórdenes del mundo ordenado por los capitalistas, los ricos y los bieolientes hombres y mujeres conservadoras. Una obra suya reciente es "Cerezoman caza a Mr. White", donde aparecen neonazis en escena, estigma del que no se ha librado ni Alemania ni Europa. Más reciente todavía es su obra "Hermano Kemal", menos violenta pero de un naturalismo "negro", fiel reflejo de una postmodernidad que empezara quizá con Emile Zola en la Francia del siglo XIX.

El senador sin vergüenza

Cualquiera que tenga la curiosidad de saber que hizo D. Luis Bárcenas mientras fue Senador no tiene más que entrar en la página http://www.senado.es/web/composicionorganizacion/senadores/com. y verá que, habiendo sido miembro de la Diputación Permanente, vocal de la Comisión de Asuntos Exteriores, vocal de la Comisión de Asuntos Iberoamericanos, vocal de la Comisión de Suplicatorios y vocal suplente de la Delegación Española en la Unión Interparlamentaria, sus intervenciones han sido tan escasas que se pueden considerar nulas. El pensamiento del señor Bárcenas debía estar en otra cosa.

Como tesorero del Partido Popular fue designado por el mismísimo D. Mariano Rajoy, que ahora escurre el bulto en la asunción de sus responsabilidades. Como es sabido, el Sr. Bárcenas está imputado en el caso más grave de corrupción política y económica que se haya visto en España durante el actual régimen. Archivado su caso por un juez (Antonio Pedreira) lo retomó la Audiencia Nacional en 2012, mientras era miembro de la Comisión Ejecutiva del Partido Popular, es decir, no un afiliado cualquiera. Ahora se encuentra también imputado en el caso Gürtel por el Tribunal Supremo.

Pero el señor Bárcenas es un hombre sin vergüenza, sale a la calle, toma un taxi, se va a esquiar, entra y sale del país (quizá alguna vez no vuelva), niega evidencias, hace gestos soeces a la población, se ríe, se burla del país. Consiguió de sus compañeros que el juez que le tenía atrapado fuese apartado del caso e inhabilitado (el juez Garzón, no el delincuente). Las tropelías cometidas por el señor Bárcenas, que atesora 22 millones de euros en varios bancos suízos, con los cuales ha hecho operaciones de despiste abriendo cuentas en otros países, sobre todo americanos, son de aúpa. El señor Rajoy, a juzgar por sus palabras, le apoya; la señora Cospedal también; no sabemos si porque lo consideran honrado y su amigo o porque temen que revele datos comprometedores para toda la cúpula del Partido Popular.

Sus abogados hacen lo que pueden; para eso cobrarán suculentas minutas, pero el señor Bárcenas no va a poder evitar que, ante cualquier otro caso de delincuencia masiva, se diga, "eres un Bárcenas", como el senador que no ejerció de senador, sino que estuvo pensando en otras cosas y como el hombre sin vergüenza que es.
 
L. de Guereñu Polán.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Gitanos perseguidos

En los campos de Dachau, Auschwitz, Bergen Belsen, Ravensbrück y otros, padecieron y sufrieron miles de gitanos, sobre todo a partir de la ocupación de Austria por la Alemania nazi en 1939. A casi cien kilómetros de Berlín, hacia el norte, se encuentra el campo de Ravensbrück, donde miles de gitanos, junto con judíos, izquierdistas y otros opositores al régimen nazi, padecieron ultrajes, mutilaciones y la muerte. En la Baja Sajonia está Bergen Belsen; al norte de Munich, Dachau; cerca de la polaca Cracovia, Auschwitz. En todos ellos padecieron los gitanos, y entre ellos la familia, muy numerosa, de Ceija Stojka, que ha dejado una obra escrita y plástica sobre sus vivencias cuando niña y joven.

Pero tras la derrota nazi en 1945 los gitanos siguieron segregados y perseguidos en la Europa que se reconstruía. Comunidades difíciles de asimilar por las mayorías, algunos gitanos supieron adaptarse y sobrevivir, pero en general no se ha hecho justicia con ellos. El Museo Judío de Viena ha tratado, en 2004, de resarcir en parte aquella injusticia, presentando la obra de Stojka, que ha muerto hace unos días a la edad de 79 años.

Cuando tenía ocho, en 1941, vio como la Gestapo se llevaba a su padre; más tarde pudo recuperar a cinco miembros de su familia, después de penalidades que nos ha dejado reflejadas en pinturas, dibujos y obras, una de las cuales es "Viajeros en este mundo" (1992). Relata su vida en la comunidad gitana a la que perteneció, dedicada al mercadeo nómada de caballos, hasta que los nazis prohibieron en Austria esta actividad. Entonces su familia se instaló en las afueras de Viena, en una pequeña casa de madera.

El testimonio de Ceija Stojka debe servirnos, creo yo, para reflexionar sobre la historia de Europa, que es nuestra historia, para reflexionar sobre una comunidad a la que estamos unidos (a pesar de muchos) desde el siglo XV, cuando los primeros gitanos entraron en la península Ibérica por la corona de Aragón. Egipcianos se les llamó; caldeos en otras ocasiones. No se integraron como los judíos en las ciudades, ni como los moriscos en el campo. Los gitanos, menores en número, padecieron la marginación y el desprecio, pero ha llegado el momento de que se les recuerde, se les reconozca su sufrimiento y su cultura, lo que en mucho debemos a Stojka (abajo).

L. de Guereñu Polán.
GITANOS PERSEGUIDOS

En los campos de Dachau, Auschwitz, Bergen Belsen, Ravensbrück y otros, padecieron y sufrieron miles de judíos, sobre todo a partir de la ocupación de Austria por la Alemania nazi en 1939. A casi cien kilómetros de Berlín, hacia el norte, se encuentra el campo de Ravensbrück, donde miles de gitanos, junto con judíos, izquierdistas y otros opositores al régimen nazi, padecieron ultrajes, mutilaciones y la muerte. En la Baja Sajonia está Bergen Belsen; al norte de Munich, Dachau; cerca de la polaca Cracovia, Auschwitz. En todos ellos padecieron los gitanos, y entre ellos la familia, muy numerosa, de Ceija Stojka, que ha dejado una obra escrita y plástica sobre sus vivencias cuando niña y joven.

Pero tras la derrota nazi en 1945 los gitanos siguieron segregados y perseguidos en la Europa que se reconstruía. Comunidades difíciles de asimilar por las mayorías, algunos gitanos supieron adaptarse y sobrevivir, pero en general no se ha hecho justicia con ellos. El Museo Judío de Viena ha tratado, en 2004, de resarcir en parte aquella injusticia, presentando la obra de Stojka, que ha muerto hace unos días a la edad de 79 años. 

Cuando tenía ocho, en 1941, vio como la Gestapo se llevaba a su padre; más tarde pudo recuperar a cinco miembros de su familia, después de penalidades que nos ha dejado reflejadas en pinturas, dibujos y obras, una de las cuales es "Viajeros en este mundo" (1992). Relata su vida en la comunidad gitana a la que perteneció, dedicada al mercadeo nómada de caballos, hasta que los nazis prohibieron en Austria esta actividad. Entonces su familia se instaló en las afueras de Viena, en una pequeña casa de madera.

El testimonio de Ceija Stojka debe servirnos, creo yo, para reflexionar sobre la historia de Europa, que es nuestra historia, para reflexionar sobre una comunidad a la que estamos unidos (a pesar de muchos) desde el siglo XV, cuando los primeros gitanos entraron en la península Ibérica por la corona de Aragón. Egipcianos se les llamó; caldeos en otras ocasiones. No se integraron como los judíos en las ciudades, ni como los moriscos en el campo. Los gitanos, menores en número, padecieron la marginación y el desprecio, pero ha llegado el momento de que se les recuerde, se les reconozca su sufrimiento y su cultura, lo que en mucho debemos a Stojka (abajo).

Una reflexión para socialistas de todo tipo

Las nacionalizaciones que han llevado a cabo gobiernos iberoamericanos ("hermanos de España") de empresas con capital mayoritariamente español, ha escandalizado a no pocos. A los nacionalistas españoles más que a nadie, además, claro está, de los propietarios del capital. Pero que un Gobierno decida nacionalizar empresas radicadas en su territorio es lo más normal del mundo, se ajusta a derecho y hoy se prevén indemnizaciones que tribunales internacionales han de considerar como justas. Hubo un tiempo en que las nacionalizaciones de empresas extranjeras no eran compensadas con indemnización alguna.

Si una empresa española, pongamos por caso, explota el gas o el petróleo de Venezuela o de Bolivia, el níquel o el cobre de cualquier otro país; incluso si una empresa de telecomunicaciones o de cualquier otro sector, es nacionalizada, a los propietarios de dicha empresa les cabe acudir a los tribunales y a su veredicto ajustarse. Otra cosa es las repercusiones internacionales, las relaciones bilaterales y multilaterales, y lo que las nacionalizaciones afecten a las relaciones económicas internacionales. Lógicamente, estas se va a resentir y se tendrán que reajustar, pero ello no empece para que se pueda y deba, en su caso, llevar a cabo una nacionalización. 

La patronal, dueña de las empresas, se queja y es normal; el país del cual parte el capital nacionalizado puede quejarse, pero más le valiera negociar, buscar soluciones, colaborar y recurrir a la Justicia antes que hacer demagogia y perder el tiempo en declaraciones inútiles. Ante esto ¿cual ha de ser la posición de los socialistas, de un Gobierno socialista? Se me ocurre que no hacer lo mismo que los gobiernos de la derecha, sino mantener las relaciones de colaboración con los países donde se radican empresas españolas para tener previstas estas situaciones y garantizar los derechos de ambas partes, que en ocasiones serán irreconciliables. 

Que un Gobierno socialista en el futuro ponga el grito en el cielo porque una empresa española es nacionalizada en otro Estado no tiene sentido. El capital no tiene fronteras; luego si no las tiene ha de atenerse a los riesgos que ello conlleva. Lo que ha de interesar a un Gobieno socialista es la situación en que quedan los trabajadores de las empresas nacionalizadas, para lo que se hace necesaria una estrecha colaboración con los países "hermanos" y con los demás, buscando compensaciones y como queda dicho, en último extremo, ateniéndose a lo que dicten los tribunales a la luz del derecho.

L. de Guereñu Polán.

Herranz, un cardenal reaccionario

  • Se me dirá que es difícil encontrar un cardenal de la Iglesia católica que no lo sea, pero alguno habrá. En el caso del cardenal Julián Herranz el colmo ha llegado con unas declaraciones suyas en las que dice que "en cualquier Gobierno hay más zonas oscuras que en el Vaticano". Es el viejo vicio del "y tú más" que tanto vemos en España. A un príncipe de la Igleisa no debiera importarle, creo yo, si en el Vaticano hay menos "zonas oscuras" que en otros gobiernos, sino que no hubiese "zonas oscuras", porque al fin y al cabo, siendo la Iglesia de fundación divina e inspirada por el Espíritu Santo, según las mismas autoridades eclesiásticas, no cabe compararla con los poderes temporales.

    El problema es que la Iglesia es, mal que pese al cardenal Herranz, un poder temporal más, con sus vicios y debilidades, con sus corruptelas y traiciones: ahí está la historia para demostrarlo; papas concubinarios, simoníacos, sacerdotes corruptos, nicolaístas, nepotismo, crímenes, operaciones fraudulentas de los "banqueros de Dios" y así podríamos seguir.

    El príncipe Herranz (un cardenal es un príncipe de la Iglesia, lo que nada tiene que ver con el cristianismo) pertenece al Opus Dei, lo que quizá condicione su pensamiento conservador e incluso reaccionario. Es un experto en Derecho Canónico, lo que le hace todavía más sospechoso y contradictorio al decir la frase que aquí comentamos.

    Pero hay más: es seguro que en el gobierno de la Iglesia hay muchas más "zonas oscuras" que en cuelquier gobierno democrático, por la sencilla razón de que este se controla por medio de parlamentos y jueces, por la sociedad misma, por la libertad existente en las sociedades modernas. En la Iglesia no: esta institución no es democrática, a los cardenales no los elegie la asamblea de los fieles (ecclesía = asamblea en griego), ni al papa, que es cooptado por unos pocos a su vez nombrados por el papa anterior. La Iglesia discrimina a la mujer, discrimina a los homosexuales, ha discriminado durante mucho tiempo a los pobres (por más que la Iglesia de base se haya ocupado ejemplarmente de ellos); la Iglesia, como sociedad antidemocrática, no cuenta con controles de las decisiones tomadas por sus jerarquías; no puede dar lecciones de limpieza a nadie; puede, en cambio, practicar la humidad y callar cuando es debido. (Abajo, el cardenal Herranz).
     
    L. de Guereñu Polán.
    HERRANZ, UN CARDENAL REACCIONARIO

Se me dirá que es difícil encontrar un cardenal de la Iglesia católica que no lo sea, pero alguno habrá. En el caso del cardenal Julián Herranz el colmo ha llegado con unas declaraciones suyas en las que dice que "en cualquier Gobierno hay más zonas oscuras que en el Vaticano". Es el viejo vicio del "y tú más" que tanto vemos en España. A un príncipe de la Igleisa no debiera importarle, creo yo, si en el Vaticano hay menos "zonas oscuras" que en otros gobiernos, sino que no hubiese "zonas oscuras", porque al fin y al cabo, siendo la Iglesia de fundación divina e inspirada por el Espíritu Santo, según las mismas autoridades eclesiásticas, no cabe compararla con los poderes temporales. 

El problema es que la Iglesia es, mal que pese al cardenal Herranz, un poder temporal más, con sus vicios y debilidades, con sus corruptelas y traiciones: ahí está la historia para demostrarlo; papas concubinarios, simoníacos, sacerdotes corruptos, nicolaístas, nepotismo, crímenes, operaciones fraudulentas de los "banqueros de Dios" y así podríamos seguir. 

El príncipe Herranz (un cardenal es un príncipe de la Iglesia, lo que nada tiene que ver con el cristianismo) pertenece al Opus Dei, lo que quizá condicione su pensamiento conservador e incluso reaccionario. Es un experto en Derecho Canónico, lo que le hace todavía más sospechoso y contradictorio al decir la frase que aquí comentamos. 

Pero hay más: es seguro que en el gobierno de la Iglesia hay muchas más "zonas oscuras" que en cuelquier gobierno democrático, por la sencilla razón de que este se controla por medio de parlamentos y jueces, por la sociedad misma, por la libertad existente en las sociedades modernas. En la Iglesia no: esta institución no es democrática, a los cardenales no los elegie la asamblea de los fieles (ecclesía = asamblea en griego), ni al papa, que es cooptado por unos pocos a su vez nombrados por el papa anterior. La Iglesia discrimina a la mujer, discrimina a los homosexuales, ha discriminado durante mucho tiempo a los pobres (por más que la Iglesia de base se haya ocupado ejemplarmente de ellos); la Iglesia, como sociedad antidemocrática, no cuenta con controles de las decisiones tomadas por sus jerarquías; no puede dar lecciones de limpieza a nadie; puede, en cambio, practicar la humidad y callar cuando es debido. (Abajo, el cardenal Herranz).

Farmacias y taxis

He aquí dos casos de corrupción legal en la que no intervienen políticos, aunque estos permitan que la situación que describiré continúe.

Un médico recién licenciado, o un veterinario, pueden establecer su clínica con el solo título de haber terminado sus carreras respectivas. Un farmacéutico no: ha de permanecer en paro, se ha de emplear en una farmacia donde va a ser pagado como un auxiliar o menos y el farmacéutico titular de la farmacia, cuado se jubile, va a poder verder su licencia (no el local, que se supone) al mejor postor por enormes cantidades de dinero.

Lo mismo ocurre con un taxista que desea jubilarse: vende su licencia a otro que esté dispuesto a pagar cantidades astronómicas que, como en el caso anterior, se pagan en negro. Pero las licencias son públicas, tanto la del farmacéutico como la del taxista, pues sus actividades son servicios públicos. Por eso un taxista no se puede negar a dar un servicio ni un farmacéutico a abrir su farmacia en las horas establecidas. ¿Como una licencia pública, es decir, propiedad del Estado, se puede vender para beneficio privado? Es una reminiscencia medieval, cuando se vendían los cargos públicos y las prebendas, o cuando los puestos de mando se heredaban de padres a hijos.

No ha habido Gobierno en España que haya dado solución a este problema grave, que afecta a todo aquel que quiere ejercer la profesión que ha elegido y para la que se le ha capacitado. Antiguamente, los gremios fijaban los precios en una localidad, mofándose así de la ley de la oferta y la demanda, perjudicando a los consumidores y coartando la libertad de comercio, pues podían negar el derecho a ejercer de zapatero o de tonelero a alquien que lo quisiese. Seguimos igual en estas dos profesiones. Por mi parte me dirigí en su día a las ministras Jiménez, Pajín y Mato para que me dijesen sus políticas respectivas sobre el particular: mutis por el foro; en esto las tres señoras se parecen bastante.

Me gustaría ver a farmacéuticos y a taxistas (de los perjudicados y de los beneficiados) denunciar esto, pero la costumbre, a veces, se convierte en ley, y las instituciones públicas, conservadoras por naturaleza, dejan hacer. Hay mucha corrupción en nuestro país, en efecto, y en ocasiones lastrada por lo siglos. (Abajo, farmacéutico o taxista en paro).
 
L. de Gureñu Polán.
FARMACIAS Y TAXIS

He aquí dos casos de corrupción legal en la que no intervienen políticos, aunque estos permitan que la situación que describiré continúe. 

Un médico recién licenciado, o un veterinario, pueden establecer su clínica con el solo título de haber terminado sus carreras respectivas. Un farmacéutico no: ha de permanecer en paro, se ha de emplear en una farmacia donde va a ser pagado como un auxiliar o menos y el farmacéutico titular de la farmacia, cuado se jubile, va a poder verder su licencia (no el local, que se supone) al mejor postor por enormes cantidades de dinero.

Lo mismo ocurre con un taxista que desea jubilarse: vende su licencia a otro que esté dispuesto a pagar cantidades astronómicas que, como en el caso anterior, se pagan en negro. Pero las licencias son públicas, tanto la del farmacéutico como la del taxista, pues sus actividades son servicios públicos. Por eso un taxista no se puede negar a dar un servicio ni un farmacéutico a abrir su farmacia en las horas establecidas. ¿Como una licencia pública, es decir, propiedad del Estado, se puede vender para beneficio privado? Es una reminiscencia medieval, cuando se vendían los cargos públicos y las prebendas, o cuando los puestos de mando se heredaban de padres a hijos. 

No ha habido Gobierno en España que haya dado solución a este problema grave, que afecta a todo aquel que quiere ejercer la profesión que ha elegido y para la que se le ha capacitado. Antiguamente, los gremios fijaban los precios en una localidad, mofándose así de la ley de la oferta y la demanda, perjudicando a los consumidores y coartando la libertad de comercio, pues podían negar el derecho a ejercer de zapatero o de tonelero a alquien que lo quisiese. Seguimos igual en estas dos profesiones. Por mi parte me dirigí en su día a las ministras Jiménez, Pajín y Mato para que me dijesen sus políticas respectivas sobre el particular: mutis por el foro; en esto las tres señoras se parecen bastante.

Me gustaría ver a farmacéuticos y a taxistas (de los perjudicados y de los beneficiados) denunciar esto, pero la costumbre, a veces, se convierte en ley, y las instituciones públicas, conservadoras por naturaleza, dejan hacer. Hay mucha corrupción en nuestro país, en efecto, y en ocasiones lastrada por lo siglos. (Abajo, farmacéutico o taxista en paro).

La financiación de los partidos políticos

  • En España, como es sabido, los partidos se financian con las cuotas de sus afiliados, con las aportaciones del Estado según sus resultados electorales y con las donaciones de particulares, que desde 2007 no han de ser anónimas y no han de exceder una determinada cantidad cada año. Imaginemos lo que debía ser antes de dicho año, sobre todo en el caso de los financiadores de los partidos de derecha, y así se explica el caso Bárcenas y otros por el estilo.

    Hay donaciones que se reciben en paraísos fiscales, sobre todo en los bancos suízos, pero desde enero de este año ese país ha levantado el secreto bancario cuando un juez esá investigando un delito, generalmente de corrupción. Otra práctica, que en el caso del Partido Popular parece probada, es la doble contabilidad, de forma que la llamada "caja B" es opaca a la ley, a las inspecciones del Tribunal de Cuentas y al fisco. Razón tiene Martín Pallín, exmagistrado del Tribunal Supremo, cuando señala que un "genio" de estas prácticas ha sido el tan mencionado señor Bárcenas, que tiene más de señor medieval que de señor respetable.

    Pero el tal Bárcenas no pudo actuar -sigue Martín Pallín- sin que sus jefes conocieran sus mañas: Aznar, Rajoy y los mandos del Partido Popular, señores Cascos, Arenas, señora Corpedal, etc. El Partido Popular pudo haber recibido dinero procedente de actividades ilícitas, por ejemplo del proxenetismo, de la extorsión, del robo, del secuestro, de recalificaciones urbanísticas (esto último parece evidente), de mafiosos como los dirigentes de Eurovegas, y una vez recibido el dinero sería para el partido o para sus prebostes: por eso aparecen muchos de los citados y otros no citados aquí, recibiendo cantidades abultadas de miles de euros (que no cotizaron a Hacienda) o sí lo hicieron mediante la amnistía fiscal del ministro Montoro, inepto hasta la saciedad, pero utilísimo para los delicuentes. Martín Pallín dice que "la amnistía fiscal rompe todos los principios admisibles en el campo del Derecho Penal para despenalizar conductas delictivas".

    Gobernantes así no interesan, pero están llevando el timón de España, junto con el encarcelado expresidente de la gran patronal, junto con el acusado vicepresidente que aún no ha dimitido, junto con banqueros y desahuciadores. No se legisla hoy a favor de los necesitados y del común de la población; se legisla para poner en limpio las trampas, la suciedad y la ponzoña en que se encuentran los dueños del país. (Abajo, el señor Bárcenas mostrando su estilo).
     
    L. de Guereñu Polán.
    LA FINANCIACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

En España, como es sabido, los partidos se financian con las cuotas de sus afiliados, con las aportaciones del Estado según sus resultados electorales y con las donaciones de particulares, que desde 2007 no han de ser anónimas y no han de exceder una determinada cantidad cada año. Imaginemos lo que debía ser antes de dicho año, sobre todo en el caso de los financiadores de los partidos de derecha, y así se explica el caso Bárcenas y otros por el estilo.

Hay donaciones que se reciben en paraísos fiscales, sobre todo en los bancos suízos, pero desde enero de este año ese país ha levantado el secreto bancario cuando un juez esá investigando un delito, generalmente de corrupción. Otra práctica, que en el caso del Partido Popular parece probada, es la doble contabiliad, de forma que la llamada "caja B" es opaca a la ley, a las inspecciones del Tribunal de Cuentas y al fisco. Razón tiene Martín Pallín, exmagistrado del Tribunal Supremo, cuando señala que un "genio" de estas prácticas ha sido el tan mencionado señor Bárcenas, que tiene más de señor medieval que de señor respetable. 

Pero el tal Bárcenas no pudo actuar -sigue Martín Pallín- sin que sus jefes conocieran sus mañas: Aznar, Rajoy y los mandos del Partido Popular, señores Cascos, Arenas, señora Corpedal, etc. El Partido Popular pudo haber recibido dinero procedente de actividades ilícitas, por ejemplo del proxenetismo, de la extorsión, del robo, del secuestro, de recalificaciones urbanísticas (esto último parece evidente), de mafiosos como los dirigentes de Eurovegas, y una vez recibido el dinero sería para el partido o para sus prebostes: por eso aparecen muchos de los citados y otros no citados aquí, recibiendo cantidades abultadas de miles de euros (que no cotizaron a Hacienda) o sí lo hicieron mediante la amnistía fiscal del ministro Montoro, inepto hasta la saciedad, pero utilísimo para los delicuentes. Martín Pallín dice que "la amnistía fiscal rompe todos los principios admisibles en el campo del Derecho Penal para despenalizar conductas delictivas". 

Gobernantes así no interesan, pero están llevando el timón de España, junto con el encarcelado expresidente de la gran patronal, junto con el acusado vicepresidente que aún no ha dimitido, junto con banqueros y desahuciadores. No se legisla hoy a favor de los necesitados y del común de la población; se legisla para poner en limpio las trampas, la suciedad y la ponzoña en que se encuentran los dueños del país. (Abajo, el señor Bárcenas mostrando su estilo).

Antonio Ballesta

Antonio Ballesta Martínez
Nacido en Albatera, Alicante, en 1910, fue miembro de la Guardia Nacional Republicana cuando empezó la guerra civil. Al final de esta se refugió en Francia, colaborando en la construcción de campos de refugiados. En 1940 fue hecho prisionero por el ejército alemán y a partir de aquí sufrió un trato inhumano y humillante en el campo de Mauthausen (Austria) entre 1941 y 1945. 

Hoy, según informa Ezequiel Moltó, todavía figura en la lista de fallecidos en dicho campo, pero en realidad murió hace unos pocos días, a la edad de 102 años, en Alicante. Su sobrevivencia se produjo gracias a un cambio de identidad con Rafael Millá, quien murió en el campo de concentración de Gusen en 1942. En Mauthausen fue el número 4.270, recibiendo latigazos -según él mismo ha dicho- con una manguera llena de arena y a 25 grados bajo cero.

En Belfort (Francia) fue apresado por los nazis y cuando iba a ser conducido al campo de Gusen, acordó con su amigo Millá cambiar de identidad, fundador este del Partico Comunista en Alicante. "Me dieron con una trenza de cables eléctricos que me quitaron la piel de las nalgas durante semanas", ha dicho, pasando frío, hambre y terror (sigo siempre a Moltó). Al terminar la guerra mundial se instaló en París e intentó rehacer su vida, que sería larga, aunque en una ficha alemana figure que murió en 1945. 

Ojalá sirva este ejemplo, como el de otros muchos que lucharon por un ideal, y pagaron por ello, para regenerar un país que se desangra entre la miseria, la corrupción y la frivolidad. 

L. de Guereñu Polán.

martes, 19 de febrero de 2013

¿Otra Constitución? No, gracias.

Parece que algunos grupos de izquierda van a pedir un nuevo proceso constituyente en el debate del "estado de la Nación", así como otros -tanto de izquierda como poco definidos- son partidarios de la convocatoria de elecciones. El Partido Socialista, y no solo, ha pedido la dimisión del Presidente del Gobierno por incapaz y comprometido con la corrupción, lo que parece evidente, y el Partido Popular a lo suyo, gobernar contra la mayoría de la población y dejar que los corruptos se salgan con la suya. Creo que unas elecciones a poco más de un año de las que dieron el triundo al Partido Popular no es una propuesta de recibo, además de que probablemente cambiasen poco las cosas en el orden práctico.

España ha contado con tantas constituciones, y tantas veces se ha visto que el problema no era esta o aquella, sino que estaba en otro lado, que no parece buena idea un nuevo proceso constituyente treinta y cinco años después de 1978. La Constitución de Bayona no sirvió porque fue hecha a espaldas del pueblo, como así mismo el Estatuto Real de 1834; la de 1812 fue modelo para Nápoles y otros países, sobre todo iberoamericanos, pero no pudo regir en España sino en tres cortos períodos (los absolutistas así lo quisieron); la Constitución de 1837 no contentó a la burguesía conservadora; la de 1845 no contentó a la burguesía revolucionaria; la de 1869 se agotó en ensayos monárquicos y republicanos; la de 1876 fue duradera, pero nació con un déficit de legitimidad, mediante un golpe de Estado de los muchos habidos en España. La Constitución republicana de 1931 no fue consensuada, además de que declarar que España era una república de trabajadores de todas clases fue mucho para los poderosos, los católicos y otras especies. La actual Constitución goza, a mi parecer, de buena salud, sobre todo si se reforma convenientemente, a lo que es reticente el Partido Popular, que no fue entusiasta de la misma en su momento.

Hubo otros proyectos constitucionales en España: en 1851, en 1855, en 1873 y algún otro quizá. Recientemente ha dicho el historiador Gabriel Tortella que España ha tenido una "tendencia a la degradación de los regímenes", señalando luego que ello se debe, en parte, a la rigidez de los mismos, es decir, a no reformar las constituciones cuando debían ser adaptadas a nuevos tiempos, siendo el ejemplo más claro la de 1876. De ello se deduce que el historiador es partidario de flexibilizar el régimen actual, es decir, reformar su Constitución: Senado, Diputaciones, Corona y sucesión, Ejército, Comunidades Autónomas... añado por mi parte.

"La ausencia de ideas serias y constructivas es alarmante", añade Tortella, y creo que tiene razón: si comparamos el auge de las ideologías desde la Ilustración, pasando por el liberalismo y el socialismo decimonónicos, las ideologías nacionalistas y antiimperialistas del siglo XX, el marxismo y los diversos modelos de socialismo, las ideas democrata-cristianas capaces de separarse en parte de una Iglesia anquilosada en el privilegio y la tradicion, sin comparamos todo este bagage de ideas, que llenarían volúmenes y volúmenes, con la situación actual, nuestro tiempo es paupérrimo: prima la improvisación, la influencia de los dueños del dinero, los políticos fatuos, la ausencia de reflexión serena, el apartamiento de los que saben, asqueados de tanta simpleza y miseria en la vida pública.

España necesita, creo yo, un camino propio que no tiene por que desdecirse de su contexto europeo y del papel (modesto) que juega el el (des)orden internacional; necesita políticos con personalidad, con ideas, capaces de resistir la crítica, de aportar soluciones a los graves problemas que asolan a la población. Estos políticos tienen que salir del mundo del trabajo, de la Universidad, de experimentados profesionales capaces de exponer sus proyectos sin vaguedades, buenos comunicadores que conecten con una población atrofiada por la barbarie de sus clases dirigentes. Hay una movilización en marcha que quizá acogiese con agrado a estos nuevos políticos (yo abogo porque políticos seamos todos) para un nuevo rumbo en España.
 
L. de Guereñu Polán.

La hipocresía del Partido Popular

Que sean los jueces los que diriman si hay corruptos o no. Pero lo cierto es que hubo un juez (y yo creo que sigue siendo juez a pesar de todo) que investigó la trama Gürtel y se lo cargaron: ciertos miembros de la judicatura con el apoyo entusiasta del Partido Popular, los medios de comunicación de la caverna y algunos otros conservadores. Incluso un "sindicato" de nombre "manos limpias" representativo de la extrema derecha.

No: los jueces no son suficientes para condenar a los políticos corruptos. Es el cuerpo social el que tiene también la palabra con su condena, sus manifestaciones, su voto... Reyes Mate ha publicado un artículo que viene al pelo sobre este asunto: "si exigimos al político que sea virtuoso -dice- nos tendríamos que aplicar el cuento y exigirnos virtud para ser ciudadanos. Y a eso sí que no estamos puestos...". La corrupción está en la sociedad misma, y los políticos no son más que la punta del iceberg de aquella, notándose más sus corruptelas porque son tan gordas como las de algunos empresarios, deportistas de élite o mafiosos profesionales.

"Ser virtuoso -contúa Reyes Mate- no consiste en hacer las cosas bien, sino hacemos las cosas bien porque somos virtuosos". Así dejó escrito Aristóteles que "solo un político virtuoso podía llevar a cabo una buena gestión pública". Aquí seguimos votando a los corruptos (y a otros que no lo son, claro) y a quienes, no siendo virtuosos, no pueden hacer una buena gestión porque están en ello para su beneficio personal, no para otra cosa. "La honradez no cotiza en la política española". Me cuenta uno que una vez fue a presentar ante una oficina pública una declaración de incompatibilidad para que le descontasen una remuneración determinada, pues se iba a dedicar a cierta actividad privada lucrativa: la carcajada de los funcionarios fue sonora. No comprendían que alguien fuese honrado y estuviese dispuesto a renunciar a una parte de su salario porque era incompatible con su dedicación exclusiva, que solicitaba abandonar.

Es cierto que el sistema electoral en España favorece la corrupción, porque se sitúan en los puestos de salida (como diputados, senadores, concejales...) a los que las cúpulas de los partidos han señalado, no atendiendo a su virtud, sino a otras "razones". Si los ciudadanos pudiesen tachar a los indeseables en las candidaturas se corregiría en parte la corrupción en la política, pero aún quedaría la homérica labor de corregirla en la sociedad. Desde aquí invito a que nos apliquemos el cuento.
 
L. de Guereñu Polán.
LA HIPOCRESÍA DEL PARTIDO POPULAR

Que sean los jueces los que diriman si hay corruptos o no. Pero lo cierto es que hubo un juez (y yo creo que sigue siendo juez a pesar de todo) que investigó la trama Gürtel y se lo cargaron: ciertos miembros de la judicatura con el apoyo entusiasta del Partido Popular, los medios de comunicación de la caverna y algunos otros conservadores. Incluso un "sindicato" de nombre "manos limpias" representativo de la extrema derecha. 

No: los jueces no son suficientes para condenar a los políticos corruptos. Es el cuerpo social el que tiene también la palabra con su condena, sus manifestaciones, su voto... Reyes Mate ha publicado un artículo que viene al pelo sobre este asunto: "si exigimos al político que sea virtuoso -dice- nos tendríamos que aplicar el cuento y exigirnos virtud para ser ciudadanos. Y a eso sí que no estamos puestos...". La corrupción está en la sociedad misma, y los políticos no son más que la punta del iceberg de aquella, notándose más sus corruptelas porque son tan gordas como las de algunos empresarios, deportistas de élite o mafiosos profesionales. 

"Ser virtuoso -contúa Reyes Mate- no consiste en hacer las cosas bien, sino hacemos las cosas bien porque somos virtuosos". Así dejó escrito Aristóteles que "solo un político virtuoso podía llevar a cabo una buena gestión pública". Aquí seguimos votando a los corruptos (y a otros que no lo son, claro) y a quienes, no siendo virtuosos, no pueden hacer una buena gestión porque están en ello para su beneficio personal, no para otra cosa. "La honradez no cotiza en la política española". Me cuenta uno que una vez fue a presentar ante una oficina pública una declaración de incompatibilidad para que le descontasen una remuneración determinada, pues se iba a dedicar a cierta actividad privada lucrativa: la carcajada de los funcionarios fue sonora. No comprendían que alguien fuese honrado y estuviese dispuesto a renunciar a una parte de su salario porque era incompatible con su dedicación exclusiva, que solicitaba abandonar. 

Es cierto que el sistema electoral en España favorece la corrupción, porque se sitúan en los puestos de salida (como diputados, senadores, concejales...) a los que las cúpulas de los partidos han señalado, no atendiendo a su virtud, sino a otras "razones". Si los ciudadanos pudiesen tachar a los indeseables en las candidaturas se corregiría en parte la corrupción en la política, pero aún quedaría la homérica labor de corregirla en la sociedad. Desde aquí invito a que nos apliquemos el cuento.

El capitalismo ruso

Complejo industrial en los Urales
Cuando la antigua Unión Soviética se abrió al capitalismo a principios de los años noventa pasados, ya había ricos que amasaban fortunas al calor de la corrupción del régimen. Otros estaban fuera de las repúblicas que formaban en conglomerado soviético. En cuanto se produjeron las independencias de los países bálticos y los del Turquestán, en Rusia ocurrió el mismo fenómeno que en cualquier país donde el Estado claudica de sus obligaciones y deja actuar a su antojo a los mafiosos. Entraron capitales en el país, inversiones que no han conseguido mejorar las condiciones de vida la población, pero sí que se enriquezcan más los que ya eran ricos o que otros se hayan llenado los bolsillos con prácticas mafiosas, corruptas, ilegales e incluso legales.

El gas es solo un ejemplo: en manos del Estado en forma de monopolio, se privatizó y pasó a admitir capitalistas rusos y no rusos. Uno de los que, procedente del antiguo régimen, siguió con las corruptelas (dos sistemas pero unas mismas prácticas) fue Rem Viájirev, presidente de Gazprom. Gracias a su posición preeminente fue nombrado viceprimer ministro de Rusia. En ocasiones es desde el poder político donde se alcanzan puestos lucrativos en la economía, en otras es desde el control de la conomía como se se llega a la política.

La época del Presidente Yeltsin, que quiso demostrar al mundo capitalista que más reconvertido que él no había nadie, fue nefasto para la economía rusa, favorable para el crecimiento de las mafias y para la extensión de la corrupción; con una diferencia con respecto a los países capitalistas clásicos: que estos tienen instituciones judiciales libres que actúan y consiguen encarcelar muchas veces a los culpables de tropelías y robos económicos, mientras que Rusia se encontraba en pañales institucionalmente.

Luego vino la privatización de Gazprom, de forma que el citado y otros (rusos y no rusos) se hicieron accionistas sabiendo que era posible el expolio del gas impunemente. Desde el gas se dio el salto a la industria textil, a la minería del carbón, a las grandes empresas navieras, a los complejos del Donbass y de los Urales, y así sucesivamente; el Estado se desmanteló, no ha dado tiempo a forjarlo institucionalmente y toda la riqueza está en manos privadas (salvo algunos transportes, algunas empresas eléctricas y poco más). La sanidad y la educación han sido penetradas por la rapaz ambición de unos pocos; e igualmente las industrias de tecnología punta. Las autoridades rusas, nacionalistas antes que otra cosa, consagran con sus leyes este despojo.

El régimen soviético no ha sido un ejemplo de justicia; antes bien, ha estado empedrado de crímenes, pero una voladura controlada del mismo, para dar paso a un sistema donde el Estado siguiese controlando la economía, y con ello garantizando el binestar de la población, no ha sido posible. Si ello se hubiese dado y nuevas instituciones democráticas hubiesen servido para controlar los desmanes de la burocracia y de la iniciativa privada, otro gallo hubiese cantado. Pero la rapacidad del capitalismo y sus agentes no suele dar oportunidad a estos ensayos.
L. de Guereñu Polán.