miércoles, 27 de marzo de 2013

Ante el próximo 14 de abril

No oficialmente, pero de forma individual o societariamente, muchos celebraremos, el próximo 14 de abril, que existió la II República española. Fue un régimen muy inestable, también democrático a rabiar; por eso levantó ampollas entre quienes no gustaban de la democracia, de repartir la riqueza, de dejar hablar a todo el que lo quisiera, de combatir los privilegios.

Los republicanos de 1931 cometieron errores: uno de ellos el no saber contener el desorden público, alimentado por los partidos fascistas en alza que no faltaron en España. La Iglesia tampoco contribuyó, muy al contrario, combatió encarnizadamente a la República porque atentaba contra sus intereses materiales. La República hizo mal algunas cosas en relación con la prohibición a las órdenes religiosas para impartir la enseñanza y otras, pero eran tiempos de una gran polarización política que, sin embargo, no justifican algunas decisiones.

La República hizo un serio intento por modernizar el ejército español, de democratizarlo, de apartarle de las intentonas golpistas: no lo consiguió a tenor del golpe de Sanjurgo y de Franco/Mola (ambos fracasados; el primero en toda regla, el segundo provocando una guerra civil que aún resuena en las cunetas de España).

La II República abrió las puertas a la descentralización del Estado, a las justas reclamaciones de comunidades que sentían sus lenguas vernáculas, sus historias locales, sus particulariades como una riqueza para todos, no como un estorbo. La II República impulsó la más importante reforma agraria que jamás se haya conocido en Epaña, interrumpida en 1934 y luego segados sus logros a partir de 1936.

La crisis económica de 1929 se cebó en España como en otros países, con más retraso, más levemente, pero lo cierto es que varios millones de españoles regresaron de los países a donde habían emigrando agrandando el paro en España. Organizaciones católicas como la CEDA, entreveradas de elementos fascistizantes, Las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas, Falange Española, son la punta del iceberg de la enorme presión de la patronal contra la República y contra la democracia (basta leer los estudios de Mercedes Cabrera para confirmarlo).

Pero aquellas mujeres y hombres de Acción Republicana, luego de Izquierda Republicana, los radical-socialistas, los de Unión Republicana; mujeres y hombres de la UGT y de la CNT, de Esquerra Catalana, de la ORGA, del Partido Socialista Obrero Español, del Partido Comunista de España (entonces un embrión), del POUM, del PNV, demostraron una gran generosidad, un gran esfuerzo junto con los intelectuales, a la cabeza de los cuales quizá podamos situar a Ortega, Marañón y Pérez de Ayala.

No fueron suficientes: los de Lerroux, Gil Robles, Herrera Oria, el cardenal Segura, los herederos de Cambó, los carlistas y tradicionalistas de todo tipo, los fascistas sin rubor, fueron más fuertes; contaron con la invasión de los ejércitos alemán e italiano del territorio nacional para establecer un régimen de terror, como los que estaban vigentes en la Unión Soviética, en Alemania, en Italia y en otros países por estos ocupados.

Muchos años después, sin embargo ¿por que no habremos de recordar a aquellas mujeres y hombres demócratas, progresistas, partidarios de la justicia social, del libre pensamiento, de una España moderna frente a la España turbia, borreguil y energúmena de los siglos pasados? Honor a la II República española, que es un referente de régimen democrático en nuestra historia, con errores indubitables, con heroísmos y gestas extraordinarias, con el sacrifico de vidas por varias generaciones de compatriotas.
 
L. de Guereñu Polán.

En recuerdo de Teresa Mattei

Teresa Mattei con las mimosas de la mujer trabajadora italiana
En la Génova de 1921 nació esta mujer que dedicó casi toda su vida a la lucha por la libertad, por la democraia y contra el fascismo, bajo cuyo régimen le tocó vivir muy joven. Cuando Mussolini marchó sobre Roma al frente de los camisas negras, Teresa tenía solo un año de edad: no podía saber lo que pasaba ni lo que pasaría, pero lo compensó con creces al comprometerse en una lucha que no dejaría hasta el final de sus días, hace unos pocos, a los 92 años de edad.

Hay un lado oscuro en la vida de Teresa, como en cualquier otra. Solo se explica por el clima de crispación, de polarización de la vida política en Italia bajo el fascismo. Participó, de forma indirecta, en el asesinado de Giovanni Gentile, colaborador fascista de Mussolini, ministro suyo e ideólogo totalitario. Pero Gentile fue, ante todo, un intelectual cuya única culpa (y no es poco) es haber colaborado con el fascismo y haberlo inspirado. De todas formas ¿por que matarlo? ¿como se puede legitimar un asesinato desde una perspectiva democrática?

La joven Teresa, en 1946, entró en el Parlamento italiano dentro del las filas del Partido Comunista, un partido que ha sabido tener su propia estrategia al margen del gigante soviético, con la ventaja de no estar situado donde le tocó a Josif Broz, en la Yugoslavia de la segunda postguerra mundial. En realidad el Partido Comunista italiano ha sido el partido de la izquierda durante décadas en dicho país, como lo han sido el Partido Laborista en Gran Bretaña, el SPD en Alemania, las dos corrientes del socialismo francés, el Partido Socialista de Olof Palme en Suecia... 

La lucha de Teresa estuvo entregada a los derechos de los más humildes, de las mujeres discriminadas, de los niños pobres, de la escuela laica en un país donde la democracia cristiana y el clero -con el papa cerca- mandaban a porfía. Teresa fue una partisana, una resistente; luego fue una legisladora; ahora es un símbolo, como otros, de una mujer cuya vida fue entregada a un ideal que no muere, aunque ella se vaya, definitivamente, a un limbo indefinido.

L. de Guereñu Polán.

A cidade da cultura

O monte Gaiás antes do enxendro
Vaia por diante que a verdadeira cidada da cultura, se algunha merece tal título en Galicia, é Santiago de Compostela, non o enxendro que teimou o xa falecido señor Fraga, pode que por ver se así quedaba inmortalizado. Pero xa sabemos que ninguén pode quedar inmortalizado, pois ata os máis notorios persoeiros da historia, chega un momento en que son esquecidos, aínda que sexa pasaxeiramente. Canto máis o vello expresidente da Xunta, que antes serviu a un réxime criminal...

O Gaiás, que así se coñece o enxendro polo monte en que está ubicado, tense levado cantidades tan descomunais de recursos que non é prudente dar dato algún sobre os mesmos. O que si sabemos é que moitas necesidades urxentes, de tipo social, cultural, infraestruturas, obrigas financieiras, etc. quedaron relegadas polo empeño en manter unha obra a todas luces innecesaria, porque se algunha cidade de Galicia ten cubertas as súas necesidades de infraestructura cultural, esa é Santiago de Compostela.

Digo que é Santiago a verdadeira cidade da cultura pola súa Universidade, polos seus arquivos e museos, pola súa actividade teatral, científica, congresual, etc. que semana a semana se produce na capital de Galicia. Inventarse unha "cidade da cultura" non só en un insulto o moito que se ven feito por uns e outros, senón un desprezo polos recuros que aportamos todos los galegos (e non galegos) para o mantemento do país.

O expresidente Touriño, que nada ten que ver co xa mencionado señor Fraga, non foi quen de paralizar as obras do enxendro, e agora o Presidente Feijoo dí que o fará, aínda que teño para mín que é un xesto que pronto se rectificará, a pouco que uns "brotes verdes" asomen por calquera lado, porque os compromisos do Partido Popular co arquitecto e demais persoal que se ten levado xa unha morea de cartos, ademais das empresas contratadas e subcontratadas, farán presión para que así sexa.

A cidadanía galega debera -na miña opinión- opoñerse á continuación do enxendro. Debería esixir que quedase como está -adaptado minimamente- para os fins que se elixan; para o cal debe consultarse coa Universidade, coas asociacións cívicas, con Consello da Cultura, coa Real Academia Galega da Lingua e con todo aquel que mostre interés por aproveitar unha infraestrutura que non tiña por que ser enxendro, pois como creación plástica ten o seu interés, pero que é un enxendro polo dispendio, burla e escarnio que representa para todos os galegos.
L. de Guereñu Polán.

martes, 26 de marzo de 2013

ALGO PERSOAL (V)


Entre estes tipos i eu hai algo persoal”...........(J.M. Serrat)

 

Na colaboración anterior sinalaba como a progresiva cesión de soberanía, por parte dos estados europeos, a prol da chamada troica (BCE, CE e FMI) derivou en que esta se convertera na auténtica gobernadora europea por riba dos propios estados e “libre” de control popular e cidadán. Un enorme retroceso democrático en toda a UE que supuxo, ademais, un auténtico suicidio político para moitos dos estados que a integran.

Unha cesión de soberanía que tivo un punto de inflexión na creación da UEM (Unión Económica e Monetaria)  que iniciada no ano 1990 co tratado de Maastricht tería un dos seus cumios no ano 2002 coa entrada en vigor do euro como moeda única para un conxunto de países europeos (17) nos que aquel viu a substituír á antiga moeda nacional –peseta, peso, dracma, marco, franco...-.

A partires desas datas a pertenza a UEM supuxo para os países membros aceptaren tanto unha serie de criterios comúns (de converxencia)  en materias de política fiscal, monetaria e internacional como que estas políticas serían administrados polo BCE e a CE. Entre os países que se incorporaron á UEM están os países europeos periféricos (España, Grecia, Portugal). Un erro maiúsculo, por parte destes, como agora estamos vendo pero que era perfectamente previsible por lóxico.

Coa sinatura doa UEM os países integrantes da mesma aceptaron, en política fiscal, que o déficit público nacional non pode exceder do 3% do seu PIB a prezos de mercado, e a débeda pública non seren superior ao 60% do PIB. En materia de política monetaria a UEM supuxo a creación dunha moeda (euro), que pasou a seren común para os países da UEM, e que o tipo de xuro oficial é fixado agora polo BCE. Finalmente, en materia de política internacional a fixación do tipo de cambio da nova moeda europea (euro) pasou a seren competencia tamén do BCE.

Un banco (BCE) que ten, como obxectivo central, o control da inflación e que dispón dun enorme e insólito poder xa que, segundo os seus estatutos, goza de total autonomía fronte aos países membros da UEM.

Resulta difícil entender como os gobernos dos países europeos periféricos puideron asinar este tratado que é unha autentica “trampa” para eles.

Poñer límites ríxidos aos déficit e débeda públicos é un despropósito. En calquera tratado de política económica explícase como os criterios sobre os déficits e as débedas públicos deben seren flexibles pois estes son instrumentos imprescindibles para compensar os distintos efectos que sobre o crecemento económico e a creación de emprego teñen as diferentes fases do desenrolo capitalista. O fundamentalismo económico da troica parece esquecer que o desenrolo capitalista –como a historia demostra unha vez si e outra tamén- é cíclico –con fases expansivas que son seguidas doutras recesivas- o que esixe, para manter o crecemento económico e a creación de emprego, que os gobernos utilicen de xeito flexible as políticas fiscais. Que son normais, incluso necesarios, os déficits en épocas de recesión e os superávits nas fases expansivas.

Por outra parte, países con diferentes balanzas de pagos solen ter tamén sistemas fiscais diferentes polo que fixar criterios comúns en materia de política fiscal para todos eles é outro gran despropósito. Estas medidas resultan especialmente graves para con os países de balanzas de pagos deficitarias e sistemas fiscais menos progresivos –como é o caso dos países europeos periféricos-

Este fundamentalismo económico –“homilías” segundo o profesor P. A. Samuelson-, en relación aos déficit e a débeda públicos, ten a súa actual concreción nas duras políticas de axuste fiscal que goberna a troica e que están provocando que, especialmente nos países europeos periféricos, estease encadeando unha recesión económica tras outra, disparando o desemprego e esnaquizando o estado de benestar.

Que países con niveis de riqueza (PIB), sistemas fiscais e balanzas de pagos tan diferentes (p.e.: como Alemana e Francia por un lado e España, Grecia e Portugal por outro) adopten unha moeda común (euro) é unha auténtica barbaridade económica e tamén un suicidio político para os países mais pobres. Se ademais practicase unha política monetaria que procura manter o euro con un tipo de cambio tan elevado -superior ao do dólar- i en toda a zona euro estase alimentando unha auténtica bomba de reloxería para os países con déficits importantes na balanza de pagos como é o caso dos países europeos periféricos.

A quen se lle puido ocorrer que países comercialmente tan diferentes –de novo os citados Francia e Alemana por un lado e España, Grecia e Portugal pola outro- deban manter o mesmo tipo de cambio para medrar economicamente?. Mentres un tipo de cambio elevado é moi beneficioso para os países con superávit na balanza de pagos resulta un suicidio para países con déficits. Estes últimos precisan de rebaixar o tipo de cambio para así veren de incrementar as exportacións e, xa que logo, equilibrar as súas balanzas de pagos deficitarias.

Para mellor entender a dimensión deste “erro” lémbrese que España -coa peseta como moeda nacional- pasou de teren un cambio con Alemana e Francia, de 85 e 25,5 pesetas por 1 marco e 1 franco respectivamente, a teren un cambio equivalente de 1 por 1 –por mor de seren a mesma moeda-. Todo elo sen que se tiveran producido avances macroeconómicos que o xustificaran (!).

Fixar como obxectivo central –e coase único- da política monetaria o control da inflación, e non o crecemento económico e a creación de emprego, argumento preferido dos neoliberais, é apostar por políticas moi restrictivas que, especialmente en momentos de recesión económica como agora, frean o crecemento económico e castigan a creación de emprego. A política monetaria ha de estaren supeditada a esto último e, xa que logo, debe poñer os seus instrumentos –control da inflación, oferta monetaria- ao servicio daqueles obxectivos.

A política monetaria que, hoxe por hoxe, practica o BCE é unha das causas principais da recesión económica europea. Con tipos de xuro por riba dos que aplica a Reserva Federal e con restriccións na oferta monetaria está freando que flúa o crédito que tanto necesitan as familias, as pequenas e medianas empresas e o comercio polo miúdo. Esta freando, xa que logo, a recuperación económica e a creación de emprego, mais sobranceiramente nos países europeos periféricos.

Velaí a trampa na que se meteron os países europeos periféricos. A trampa de aceptar uns criterios comúns de política económica que claramente os prexudican –beneficiando aos países europeos economicamente mais potentes- e de teren cedido (a troica) competencias imprescindibles para poder utilizar os instrumentos de política económica no seu beneficio, no obxectivo de propiciar o crecemento económico e a creación de emprego nos respectivos países.

Para mellor entender a lóxica do que sucede hai que saber que a creación da actual UEM é un froito da loita de clases a nivel europeo. Unha loita de clases que se resolveu, e segue resolvéndose, de xeito totalmente favorable tanto aos grandes bancos –liderados pola banca alemana- como as grandes empresas           –especialmente as alemanas e francesas que teñen un forte potencial exportador-. Unha loita de clases cuxa resolución actual vai en prexuízo das clases populares europeas, especialmente aos dos países europeos periféricos. Unha loita de clases na que a troica representa aos grandes bancos e empresas europeos auténticos beneficiarios das súas políticas.

 

Manoel Barbeitos Alcántara

lunes, 25 de marzo de 2013

El odio al Partido Socialista

  • De siempre han existido personas que odiaron al Partido Socialsita. Cuando nació, allá por 1879, se le vio por los que vivían comodamente del trabajo ajeno como una amenaza. Durante la II República española fue la bestia negra de la CEDA, luego en buena medida aliada con el general Franco. Durante la dictadura de este último los socialistas que se quedaron en España fueron duramente reprimidos (década de los cuarenta) y luego empezaron a integrarse en toda célula o agrupación de resistencia, que en el fondo estaba dirigida por el Partido Comunista, más organizado que nadie.

    Durante la transición recuerdo a muchos de los que formaron parte de UPG, MSG, PSG, UCD, Liga Comunista, Partido del Trabajo, PCE, PSP y otros opositores al franquismo, tachar al Partido Socialista Obrero Español de centralista, socialdemócrata (curiosamente el partido de Lenin), vendido a los socialistas alemanes y otras monsergas. Muchos de ellos terminaron luego integrándose en el PSOE y bienvenidos, ocuparon cargos de responsabilidad y tuvieron varia suerte en su desempeño.

    Ahora el odio al Partido Socialista no viene de sus opositores (estos más bien le desrpecian o le combaten), sino de muchos de aquelos que, habiendo sido afiliados a dicho partido, se han decepcionado de tal forma que les ha pasado lo que al converso judío: que se han convertido en los más encarnizados odiadores (si es que vale la palabra) del Partido Socialista. En aquella decepción de la que hablo puede haber razones de peso; puede también haber frustraciones por no conseguir lo que se perseguía personalmente; puede, en fin, haber muchas causas, por separado o varias juntas, pero es desde esas filas donde se destila la mayor parte del odio al Partido Socialista.

    Yo, que hoy por hoy no creo sea dicho partido instrumento suficiente para transformar la sociedad y conducirnos a la que anhelo, no coincido con quienes identifican al Partido Socialista con el PP, por ejemplo. Basta echar un vistazo a las redes sociales para tener noticia de los socialistas reuniéndose con los remolacheros del bajo Aragón, con los mineros leoneses, con los jóvenes sin empleo, con las mujeres maltratadas, con los mariñeiros de Muxía, con los olivareros andaluces, con los pescadores del Saler; llamando a unos colectivos y otros a las casas del pueblo para debatir sobre esto y lo otro, para ofrecer alternativas, para ayudar... En estos está la verdadera identidad del Partido Socialista, no en unos pocos dirigentes, ya acertados, ya errados, manchados por la corrupción o resistentes a ella.

    Ódiese menos, cabría esperar; escríbanse con nobleza las críticas que la conciencia dicte a cada uno; pero descalificaciones generales, menosprecios inútiles, guárdeselos el odiador de turno. Salvo mejor opinión.
     
    L. de Guereñu Polán.
    EL ODIO AL PARTIDO SOCIALISTA

De siempre han existido personas que odiaron al Partido Socialsita. Cuando nació, allá por 1879, se le vio por los que vivían comodamente del trabajo ajeno como una amenaza. Durante la II República española fue la bestia negra de la CEDA, luego en buena medida aliada con el general Franco. Durante la dictadura de este último los socialistas que se quedaron en España fueron duramente reprimidos (década de los cuarenta) y luego empezaron a integrarse en toda célula o agrupación de resistencia, que en el fondo estaba dirigida por el Partido Comunista, más organizado que nadie. 

Durante la transición recuerdo a muchos de los que formaron parte de UPG, MSG, PSG, UCD, Liga Comunista, Partido del Trabajo, PCE, PSP y otros opositores al franquismo, tachar al Partido Socialista Obrero Español de centralista, socialdemócrata (curiosamente el partido de Lenin), vendido a los socialistas alemanes y otras monsergas. Muchos de ellos terminaron luego integrándose en el PSOE y bienvenidos, ocuparon cargos de responsabilidad y tuvieron varia suerte en su desempeño.

Ahora el odio al Partido Socialista no viene de sus opositores (estos más bien le desrpecian o le combaten), sino de muchos de aquelos que, habiendo sido afiliados a dicho partido, se han decepcionado de tal forma que les ha pasado lo que al converso judío: que se han convertido en los más encarnizados odiadores (si es que vale la palabra) del Partido Socialista. En aquella decepción de la que hablo puede haber razones de peso; puede también haber frustraciones por no conseguir lo que se perseguía personalmente; puede, en fin, haber muchas causas, por separado o varias juntas, pero es desde esas filas donde se destila la mayor parte del odio al Partido Socialista. 

Yo, que hoy por hoy no creo sea dicho partido instrumento suficiente para transformar la sociedad y conducirnos a la que anhelo, no coincido con quienes identifican al Partido Socialista con el PP, por ejemplo. Basta echar un vistazo a las redes sociales para tener noticia de los socialistas reuniéndose con los remolacheros del bajo Aragón, con los mineros leoneses, con los jóvenes sin empleo, con las mujeres maltratadas, con los mariñeiros de Muxía, con los olivareros andaluces, con los pescadores del Saler; llamando a unos colectivos y otros a las casas del pueblo para debatir sobre esto y lo otro, para ofrecer alternativas, para ayudar... En estos está la verdadera identidad del Partido Socialista, no en unos pocos dirigentes, ya acertados, ya errados, manchados por la corrupción o resistentes a ella. 

Ódiese menos, cabría esperar; escríbanse con nobleza las críticas que la conciencia dicte a cada uno; pero descalificaciones generales, menosprecios inútiles, guárdeselos el odiador de turno. Salvo mejor opinión.

ALGO PERSOAL (IV)

Entre estes tipos i eu hai algo persoal”...........(J.M. Serrat)

 

A chamada troica (FMI, BCE e CE) que, como reflectín en textos anteriores, reclama austeridade aos demais pero non a aplica así mesma, ten adquirido en Europa un poder enorme. Un poder que, nembargantes, carece da necesaria lexitimidade democrática –os seus directivos non son elixidos por votación popular- así como do imprescindible control político –non responden dos seus actos diante de ningún goberno ou parlamento nacional-. O seu poder é delegado: os gobernos europeos foron voluntariamente cedendo soberanía a prol da troica que se converteu deste xeito na real “gobernadora” da Unión Europea.

Un goberno (a troica) que, apoiado polas autoridades alemanas, defende os intereses da banca europea e dos grandes monopolios. Un goberno que –como se reflicte diariamente- está provocando uns dor e sufrimento enormes ás clases populares dos países europeos periféricos (Grecia, Portugal, España...) por mor da imposición de políticas de duro axuste fiscal e de desregulación dos mercados laborais. Unhas políticas neoliberais que afunden a estes países na recesión económica –coase depresión-, derruban os xa fráxiles estados de benestar, disparan o desemprego e a exclusión social e incrementan desmesuradamente as desigualdades sociais.

Pero hai que dicir, con claridade, que este inmenso poder acumulado é froito da cesión voluntaria dos gobernos europeos. Uns gobernos europeos nos que se alternaron socialdemócratas e conservadores sen que houbera posicións moi dispares en canto a esta progresiva cesión de soberanía nacional. Si os países europeos periféricos (Grecia, Portugal, España) están agora baixo o poder da troica é tanto por mor dos enormes erros na política económica dos seus gobernos respectivos –socialdemócratas antes, conservadores agora- como pola voluntaria participación deses gobernos na construcción dun sistema de poder europeo (UEM) que “era unha auténtica trampa” para os países europeos mais débiles.

Que a troica teña agora competencias coase plenas en materias tan importantes e decisivas para o crecemento económico e a creación de emprego como son as políticas fiscal, monetaria e comercial –por exemplo-, que deberan pertencer a gobernos elixidos por votación popular i estar baixo o control de parlamentos democráticos, é froito de acordos gobernamentais adoptados polas autoridades nacionais dos países membros da zona euro da UE sen que, de ningures, se escoitaran apeas voces críticas con esta cesión de soberanía e as poucas que houbo foron sistematicamente silenciadas tanto polas autoridades nacionais, como polos poderes económicos e os seus alabardeiros mediatices –que son unha inmensa maioría dos medios de comunicación e opinión-.

En sucesivas colaboracións tentarei de explicar como se foi producindo esa “delegación de soberanía” dos estados europeos a prol da troica, en que consiste a “trampa” na que se atopan os países europeos periféricos, no “por que” a troica defende duras políticas de axuste fiscal e de desregulamentación laboral e como, si “hai alternativas” a estas políticas.

 

Manoel Barbeitos Alcántara

domingo, 24 de marzo de 2013

El más sonoro caso de transfuguismo

Refectorio del palacio arzobispal de Compostela, primera sede del Parlamento de Galicia
Valga lo de sonoro, en este caso, como sinónimo de escandaloso. Si no recuerdo mal se dio en el año 1987 y tuvo como protagonistas a Don José Luis Barreiro, entonces Vicepresidente de la Xunta de Galicia, que enredando aquí y allá, traicionó al Presidente, Señor Fernández Albor, se alió con el socialista González Laxe (el otro protagonista) y, mediante una moción de censura, formaron una mayoría que no había tenido el refrendo del pueblo gallego. Hasta el entonces presidente del Parlamento Gallego, un oscuro personaje que no ha vuelto a sonar nunca más, se prestó al juego sucio, quizá con la promesa de alguna que otra prebenda. 

Es cierto que el Gobierno presidido por el señor Fernández Albor era un desastre, y por lo tanto tenía responsabilidad en ello el Vicepresidente, señor Barreiro. Es cierto que no había norte, ni liderazgo, ni programa,como no fuese ocupar el poder político en Galicia para hacer lo que más o menos fuesen pidiendo especuladores, algunos constructores, armadores, banqueros y otros grupos de presión. Pero ser Vicepresidente de un gobierno y pasarse con armas y bagajes al enemigo ya es traición. 

Al señor Barreiro le siguieron algunos diputados, tantos como fueron necesarios para que la moción de censura triunfase y se entronizase uno que no había ganado las elecciones, el socialista González Laxe. Aquella operación fue ilegítima porque no partía de la voluntad de los votantes, sino de maniobras al margen de la virtud, al margen de la honestidad y al margen de la lealtad debida a los compromisos adquiridos. Más tarde el señor Barreiro fue condenado judicialmente a inhabilitación para ocupar cargo público alguno por un delito relacionado con el juego (ignoro si anduvo por medio la prevaricación pero esto es lo que menos importa ahora). No volvió a la política en primer plano porque seguramente ya nadie se fia de él. 

El señor González Laxe, y el secretario de los socialistas de Galicia en aquel momento, Sánchez Presedo, se prestaron a la operación; no en vano era en beneficio de ellos mismos (ignoro si de los intereses de los gallegos). El último citado tuvo sus dudas en autorizar la operación que se le brindó por el traidor Barreiro (yo mismo se lo oí decir al entonces ministro Barrionuevo en A Estrada, antes de un mitin). Como suele ocurrir, dos años después hubo elecciones, los socialistas las perdieron y volvieron las aguas a su cauce: venció el Partido Popular (que no sé si entonces todavía se llamaba "Alianza"). Si el señor González Laxe y los socialistas gallegos hubiesen ganado las elecciones de 1989, hubiesen legitimado aquella operación aberrante, porque ello significaría que el pueblo gallego la había dado por buena ante el desgobierno que Fernández Albor presidía. Pero no fue así. El pueblo gallego, esencialmente conservador, como viene demostrando una y otra vez, le dijo a los tránsfugas y a sus beneficiarios que pasasen a la oposición. Un caso que no se ha debatido, en mi opinión, suficientemente y que merece recordarse, pues estando tan de moda la corrupción, esta fue una de sus manifestaciones. No se me dirá que es de recibo traicionar a un presidente por parte de un vicepresidente (operación que se llevó a cabo en pocos días y sus noches, prometiendo a unos y otros esto y aquello).

La gestión socialista en aquellos dos años (entre 1987 y 1989) no fue suficiente, o al menos eso es lo que juzgó el electorado, que volvió a dar su voto en mayor grado a los conservadores. Una lección cabe sacar de aquel triste y escandaloso episodio: no debe uno aliarse con indeseables que son capaces de traicionar a los suyos, porque tarde o temprano traicionarán a los nuevos socios. 

Yo asistí atónito a todos aquellos acontecimientos y no escuché a nadie -en las filas socialistas- que protestase por la compleja y burda operación. Quizá el ansia de "tocar poder" fue más fuerte que el esfuerzo necesario de estar con la gente, explicar los proyectos del socialismo en aquellos años, predicar con el ejemplo que, hasta hacía poco, nos habían legado los socialistas que venían del exilio, los que habían trabajado en la clandestinidad durante el franquismo y luego en la transición. Pero es bien sabido que la década de los ochenta (tras el arrollador triunfo socialista en 1982) trajo consigo un torrente de afiliaciones al PSOE que más que beneficiarle le desdibujaron, sin perjuicio de que no todas las incorporaciones, ni mucho menos, fueron perniciosas. Unas cuantas decenas de socialistas ocuparon cargos públicos a cuenta de aquella nefanda operación.

Ahora el señor Barreiro anda por una Facultad de Ciencias Políticas, pontifica en las tertulias televisivas y hace bien, pues aún el que las ha hecho muy gordas, ha actuado con total falta de honestidad (recuérdese su condena judicial) tiene derecho a regenerarse y opinar. La democracia es un régimen tan generoso que admite estas cosas; y está bien.

L. de Guereñu Polán.

sábado, 23 de marzo de 2013

Tomarse el Gobierno a broma (2)

La señora Pajín, satisfecha
No es monopolio de la derecha, sino que también el presidente Zapatero pareció sucumbir a ello: ¿como, si no, explicase que nombrase ministra de Sanidad a una señora que estaba en la más absoluta inopia en dicha materia? Más grave es aún cuando el nombramiento se hizo después de que el ministerio lo ocupase el eminente científico Bernat Soria, reconocido fuera y dentro de España. ¿Se puede tener con la Sanidad tan poco cuidado? ¿Que pensarían médicos, enfermeros, auxiliares, anestesistas, enfermos, potenciales enfermos, de una ministra que ni tenía idea de a donde dirigir sus pasos ni dio uno solo en el buen sentido? Había estado precedida de otra, la señora Jiménez, que solo supo ocupar cargos de libre designación; pero luego viene el electorado y pone las cosas en su sitio: perdió unas elecciones en Madrid y otras, internas, en el seno de la federación socialista del PSOE madrileño. Ese era todo su prestigio.

En cuanto al ministro Sebastián, que lo fue de Industria, demostró su total ignorancia en materia de lo que se venía: ni se enteró de la burbuja inmobiliaria ni de la crisis económica que llamaba a las puertas, y eso sí, estuvo varios años asesorando en materia económica (¿?) al presidente Zapatero. ¿Se puede tener una gestión más desastrosa? También recibió su varapalo en elecciones madrileñas, por lo que si no es por los nombramientos no tendriamos, hoy, noticia de él.

El bonachón señor Gabilondo debió confundir el ministerio de Educación con una facultad universitaria. No hombre, no; aquel es mucho más complejo. Es necesario tener las cosas claras en la materia, como las tuvo el que para mí ha sido el mejor ministro de Educación de la democracia española, don José María Maravall. Aquel no supo aportar ni una sola idea a las necesidades en materia de enseñanza que el país demandaba, entre otras dotar de recursos a una ley, la Orgánica de Educación, sucesora de la LOGSE, que clamaba por completar su buen fario con los medios que nunca tuvo.

Nada menos que tres socialistas, una tras otra, pasaron por el ministerio de la Vivienda sin enterarse de que la Ley Hipotecaria era una miseria, antigua, injusta y que había sido hecha para beneficiar a bancos y especuladores. Ni una sola reforma, y ello trajo lo que trajo. ¿Como una de ellas tiene aún la desfachatez de postularse para dirigir a los socialisas españoles? En puridad tiene derecho; otra cosa es que sea oportuno e incluso que haya demostrado su competencia. No lo creo. Otra, de apellido Trujillo, incluso se permitió terciar con una frase contra las desahuciados que, uno a uno, han venido cayendo víctimas de la desidia, la barbarie y el abuso.

El efímero señor Molina pasó por el ministerio de Cultura armando más barullo que dando soluciones. Asi fue cesado a la primera ocasión. Las señoras Sinde y Garmendia han demostrado su vocación política como mejor han sabido: una vez que han perdido el ministerio han vuelto a sus negocios privados, pero nos las veremos en los muchos movimientos reivindicativos en alza, seguramente porque no tienen gran cosa que aportar.

Remontándonos más atrás incluso podríamos ir a los gobiernos del señor González: un ministro de Transportes, hoy exitoso alcalde de Vigo, no supo que hacer con las competencias que le encomendaron y su labor, en este campo, quedó inédita. Otro tanto parece haberle ocurrido a la señora Alborch, que de experta en museos se creyó con la competencia para ser ministra de Cultura. Nunca la he visto aportar idea alguna y no creo que el gremio le tenga reconocido el más pequeño mérito en esta materia. Eso sí, sonreía ampliamente.

Renuncio de propósito a referirme a los mandatos de un innombrable presidente del Gobierno que ha sido la vergüenza, en mi opinión, de todo cuando demócrata se precie: metió al país en una guerra ilegal e injusta y ocupó el cargo para su medro personal al socaire del más furibundo y pendenciero presidente de los Estados Unidos que haya habido. Su maldita memoria me ahorra el deseo de referirme a él. Tomarse a broma al Gobierno es malo, muy malo, y peor si el Gobierno se toma a broma a sí mismo. 
 
L. de Guereñu Polán.

Tomarse el Gobieno a broma (1)

jueves, 21 de marzo de 2013

La declaración de la renta de Don Mariano

¿Se acuerdan cuando, hace unas semanas, Don Mariano salió a la palestra diciendo que iba a mostrar su declaración sobre la renta y que a ver quien le imitaba? El hombre quería poner una cortina bien gorda sobre el verdadero asunto que se estaba investigando por los jueces y que todavía tiene escandalizado a todo el país: el caso o los casos Gürtel/Bárcenas.

Evasión de capitales, defraudación fiscal, enriquecimiento ilícitto, robo (pues si no la violencia de la daga sí la de la información privilegiada), malversación, pagos ilegales, indemnizaciones millonarias (como las de los banqueros que arruinaron a las entidades que dirigían), mentiras, cohechos, villanías, enredos mil que involucran a cientos de personas desde Baleares a Valencia pasando por Madrid, Castilla-León y Galicia. Tesoreros venales, cajeros de mano ligera, embaucadores, comisionistas ilegales, corruptos sin cuento y con cuento, favorecedores de delincuentes, pelotilleros que corean a los dadores, perceptores de emolumentos descomunales, concejales, alcaldes, diputados, exministros... hasta el mismo Don Mariano aparece en una documentación recibiendo dinero, como si no le llegase el que los españoles le pagamos generosamente. ¡Cuanta infamia!

Y para intentar tapar todo esto... y lo que vendrá, Don Mariano viene con su declaración de la renta, con el dinero que dice ganó licitamente y por el que pagó sus impuestos. ¿Y no recibió nada en negro? ¿Y sus colegas de partido, que se cuentan por decenas los que han recibido -según los mentados papeles- dinero a espuertas? ¡Cuanta infamia!

La mentira durante la campaña electoral, tras la campaña electoral, en las Comunidades Autónomas, en los juzgados, ante los Tribunales, ante los ciudadanos, en los medios de comunicación... ¡Cuanta infamia!

Nos recuerda Don Mariano a otro mentiroso empedernido que le precedió ocho años antes al frente del Estado: aquel imitador de vaqueros, invasor de países empobrecidos por dictadores impíos, amigo de Bushes, de Correas, de Fragas, Ratos, de Trillos (el del Yak 42, por el que nunca ha pagado), amigo de tesoreros enriquecidos sabe Dios cómo (y los demás también) como es el caso del señor Sanchís, del señor Sepúlveda, del señor Matas, que a su vez hacia favores al señor Urdangarin, comprometiendo al mismo Jefe del Estado, poco avispado ahora como en todo momento (excepto -todo hay que decirlo- en cierta noche de un 23 de febrero).

Esta pandilla de malandrines es la que nos gobierna. Tiene por aliados a banqueros desaprensivos, abusones, embaucadores, tramposos, que engañan a los pequeños ahorradores, a los que han puesto su confianza en la sucursal de la esquina porque era la de toda la vida. Mala gente nos gobierna, nos hace cómplices si consentimos, si no nos levantamos con toda la legitimidad de quienes quieren un país honesto, de mujeres y hombres que trabajan para sacarlo adelante, para que generaciones futuras no sufran, no sostengan, no mantengan a esta panda de sinvergüenzas que, como peste que se extiende en forma de pandemia, nos ha tocado... 

L. de Guereñu Polán.
LA DECLARACIÓN DE LA RENTA DE DON MARIANO

¿Se acuerdan cuando, hace unas semanas, Don Mariano salió a la palestra diciendo que iba a mostrar su declaración sobre la renta y que a ver quien le imitaba? El hombre quería poner una cortina bien gorda sobre el verdadero asunto que se estaba investigando por los jueces y que todavía tiene escandalizado a todo el país: el caso o los casos Gürtel/Bárcenas.

Evasión de capitales, defraudación fiscal, enriquecimiento ilícitto, robo (pues si no la violencia de la daga sí la de la información privilegiada), malversación, pagos ilegales, indemnizaciones millonarias (como las de los banqueros que arruinaron a las entidades que dirigían), mentiras, cohechos, villanías, enredos mil que involucran a cientos de personas desde Baleares a Valencia pasando por Madrid, Castilla-León y Galicia. Tesoreros venales, cajeros de mano ligera, embaucadores, comisionistas ilegales, corruptos sin cuento y con cuento, favorecedores de delincuentes, pelotilleros que corean a los dadores, perceptores de emolumentos descomunales, concejales, alcaldes, diputados, exministros... hasta el mismo Don Mariano aparece en una documentación recibiendo dinero, como si no le llegase el que los españoles le pagamos generosamente. ¡Cuanta infamia!

Y para intentar tapar todo esto... y lo que vendrá, Don Mariano viene con su declaración de la renta, con el dinero que dice ganó licitamente y por el que pagó sus impuestos. ¿Y no recibió nada en negro? ¿Y sus colegas de partido, que se cuentan por decenas los que han recibido -según los mentados papeles- dinero a espuertas? ¡Cuanta infamia!

La mentira durante la campaña electoral, tras la campaña electoral, en las Comunidades Autónomas, en los juzgados, ante los Tribunales, ante los ciudadanos, en los medios de comunicación... ¡Cuanta infamia!

Nos recuerda Don Mariano a otro mentiroso empedernido que le precedió ocho años antes al frente del Estado: aquel imitador de vaqueros, invasor de países empobrecidos por dictadores impíos, amigo de Bushes, de Correas, de Fragas, Ratos, de Trillos (el del Yak 42, por el que nunca ha pagado), amigo de tesoreros enriquecidos sabe Dios cómo (y los demás también) como es el caso del señor Sanchís, del señor Sepúlveda, del señor Matas, que a su vez hacia favores al señor Urdangarin, comprometiendo al mismo Jefe del Estado, poco avispado ahora como en todo momento (excepto -todo hay que decirlo- en cierta noche de un 23 de febrero). 

Esta pandilla de malandrines es la que nos gobierna. Tiene por aliados a banqueros desaprensivos, abusones, embaucadores, tramposos, que engañan a los pequeños ahorradores, a los que han puesto su confianza en la sucursal de la esquina porque era la de toda la vida. Mala gente nos gobierna, nos hace cómplices si consentimos, si no nos levantamos con toda la legitimidad de quienes quieren un país honesto, de mujeres y hombres que trabajan para sacarlo adelante, para que generaciones futuras no sufran, no sostengan, no mantengan a esta panda de sinvergüenzas que, como peste que se extiende en forma de pandemia, nos ha tocado...

domingo, 17 de marzo de 2013

"La clase política"

  • Mira que se lleva escuchando esta frase y lo cierto es que no tiene sentido alguno, porque si lo tuviese estaríamos en otro régimen o en el fin de la política. Una clase, según he aprendido hace tiempo, es un grupo más o menos numeroso de personas que participan de la misma cultura, es decir de una forma de vida parecida e intereses y sus miembros se identifican entre sí por unas características más o menos comunes. Existe así la clase aristocrática, la clase obrera o trabajadora, la clase burguesa, la clase media, el lumpemproletariado (tan antirrevolucionario para Karl Marx) y otras clases sociales más o menos identificables.

    En la Unión Soviética, cuando el estalinismo creó una "nomenklatura" y la burocracia del partido único separó a sus miembros del resto de la sociedad, podría hablarse de "clase política": la formada por aquellos que gozan del régimen, de sus prebendas, del poder político y de la influencia, en oposición al resto de la sociedad, la civil, que vive más o menos sometida al régimen y sufre por ello.

    De la misma forma cabe hablar de "clase política" en una dictadura férrea, militar o civil con la colaboración militar, ya sea una u otra la ideología que sustente a dicha dictadura, aunque casi siempre la sostiene el dinero, la corrupción, el ejército y la banca.

    Pero en los sistemas democráticos, con todos los defectos que tengan, pues no se conoce en la práctica la democracia perfecta, hablar de "clase política" es una aberración, pues ello supone que todos los políticos están unidos por unos mismos intereses e ideales parecidos, lo que es la negación de la política, del pluripartidismo y de la oposición entre quien gobierna y quien aspira a hacerlo; o entre quienes están en el sistema y quienes están fuera de él por propia voluntad.

    Si yo fuese político en el sentido orgánico del término, es decir, diputado, alcalde o ministro, no querría formar parte de "clase política" alguna, pues ello me idenficaría con mis opositores ideológicos, y nada más lejos de mis intenciones. Político, en otro sentido, en el platónico, en el genérico, lo soy por propia voluntad, porque no entiendo la vida sin preocuparme de los asuntos públicos, ya que son los asuntos que permiten a los mi clase, la trabajadora, asalariada, aspirar a un mundo justo y no injusto con el presente.

    Incluso políticos de muy altas responsabilidades hablan sin empacho de la "clase política". ¿Pero a donde hemos llegado? ¿Acaso no pertenezco yo a la misma clase que un político que ha salido de una familia de trabajadores y que se supone está para representar mis intereses; que cuando deje de ser político -es decir, el cargo que ahora tiene- volverá a estar con los de su clase, que es la mía? Yo no pertenezco a la misma clase que el señor Botín o que el señor Ortega, por poner dos ejemplos. Sí en cambio me reclamo de la misma clase que los mineros asturianos, que los aslariados de la banca o que los profesores de la enseñanza pública. Que tengamos la misma ideología o no es otra cosa, pero no quiero sentirme distinto que un político de izquierdas, honrado, trabajador y, si es posible, inteligente, como rezaba el programa fundacional del Partido Socialista Obrero Español.
     
    L. de Guereñu Polán.

viernes, 15 de marzo de 2013

Ya es evidente

  • Que el rey de España encubrió al señor Urdangarín en los delitos que este pudo haber cometido parece evidente a la luz de las informaciones no desmentidas (e incluso confirmadas) que han ido apareciendo. Que influyó en la consecución de ciertos logros abusivos, e incluso criminales, del señor Urdangarín, no está todavía claro, pero cada vez está más próxima la verdad sobre este asunto.

    El perdón que el rey dirigió a los españoles tras una cacería en el sur de África, se queda corta ante el enorme perdón -y algo más- que debiera pronunciar con la situación actual. El artículo 56 de la Constitución española ortorga al rey "la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales...", y alguien que tiene tanta responsabilidad no puede incurrir en los graves errores que parecen evidentes. Un rey no está para practicar el nepotismo (aunque históricamente lo hayan hecho), ni para encubrir a un yerno u otro familiar cualquiera, y parece que esto es meridianamente claro.

    Que "la persona del Rey es inviolable" (art. 56.3 de la Constitución) debiera revisarse en la reforma constitucional que se lleve a cabo (creo que no lo verán mis ojos), pues tal prerrogativa debiera solo existir (como en el caso de cualquier Presidente de una república) en los casos de actuaciones oficiales, no privadas. Por otra parte, dicha prerrogativa, lejos de conferir ventajas al rey en la esfera de lo público, lo que hace es reducir su poder constitucional.

    Cualquier español podría pensar, legítimamente, que se da el caso del art. 59.2 de la Constitución cuando esta dice que "si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad..." debiera asumir sus competencias una Regencia con el consentimiento de las Cortes, donde reside la soberanía nacional. Quizá esta exigencia fuese desestabilizadora, pero yo lo planteo solo como una cuestión ética y de legitimidad por parte de cualquier ciudadano, en el uso de su libertad de expresión y de conciencia.

    Claro que los escándalos que la casa del rey está protagonizando no son nada en comparación con otros anteriores: el rey Alfonso XIII dio su visto bueno a un golpe de Estado, colaboró con una dictadura, sus descencientes (el conde de Barcelona en particular) apoyaron con denuedo al sanguinario Francisco Franco durante la guerra civil de 1936-1939; el citado rey Alfonso XIII tuvo evidentes responsabilidades en el desastre de Annual (1921), donde murieron miles de españoles, la inmensa mayoría de familias humildes, y luego en el "informe Picasso", asunto de lo más turbio que a un rey moderno haya pasado.

    No me remonto a las intrigas palaciegas de don Alfonso, "el rey soldado", que lejos de entender lo que era un rey constitucional, se entretuvo en contínuas interferencias a unos y otros gobiernos. Si vamos más atrás aún encontramos casos más escandalosos con la reina Isabel II, verdadera pesadilla para el funcionamiento del régimen constitucional español. En fin, una dinastía no ejemplar precisamente, una monarquía que ya ha perdido el norte pero que, con casi total seguridad, tendrá muchas más oportunidades. (Abajo un reyezuelo, curiosamente un pájaro).
    YA ES EVIDENTE

Que el rey de España encubrió al señor Urdangarín en los delitos que este pudo haber cometido parece evidente a la luz de las informaciones no desmentidas (e incluso confirmadas) que han ido apareciendo. Que influyó en la consecución de ciertos logros abusivos, e incluso criminales, del señor Urdangarín, no está todavía claro, pero cada vez está más próxima la verdad sobre este asunto. 

El perdón que el rey dirigió a los españoles tras una cacería en el sur de África, se queda corta ante el enorme perdón -y algo más- que debiera pronunciar con la situación actual. El artículo 56 de la Constitución española ortorga al rey "la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales...", y alguien que tiene tanta responsabilidad no puede incurrir en los graves errores que parecen evidentes. Un rey no está para practicar el nepotismo (aunque históricamente lo hayan hecho), ni para encubrir a un yerno u otro familiar cualquiera, y parece que esto es meridianamente claro. 

Que "la persona del Rey es inviolable" (art. 56.3 de la Constitución) debiera revisarse en la reforma constitucional que se lleve a cabo (creo que no lo verán mis ojos), pues tal prerrogativa debiera solo existir (como en el caso de cualquier Presidente de una república) en los casos de actuaciones oficiales, no privadas. Por otra parte, dicha prerrogativa, lejos de conferir ventajas al rey en la esfera de lo público, lo que hace es reducir su poder constitucional.

Cualquier español podría pensar, legítimamente, que se da el caso del art. 59.2 de la Constitución cuando esta dice que "si el Rey se inhabilitare para el ejercicio de su autoridad..." debiera asumir sus competencias una Regencia con el consentimiento de las Cortes, donde reside la soberanía nacional. Quizá esta exigencia fuese desestabilizadora, pero yo lo planteo solo como una cuestión ética y de legitimidad por parte de cualquier ciudadano, en el uso de su libertad de expresión y de conciencia.

Claro que los escándalos que la casa del rey está protagonizando no son nada en comparación con otros anteriores: el rey Alfonso XIII dio su visto bueno a un golpe de Estado, colaboró con una dictadura, sus descencientes (el conde de Barcelona en particular) apoyaron con denuedo al sanguinario Francisco Franco durante la guerra civil de 1936-1939; el citado rey Alfonso XIII tuvo evidentes responsabilidades en el desastre de Annual (1921), donde murieron miles de españoles, la inmensa mayoría de familias humildes, y luego en el "informe Picasso", asunto de lo más turbio que a un rey moderno haya pasado.

No me remonto a las intrigas palaciegas de don Alfonso, "el rey soldado", que lejos de entender lo que era un rey constitucional, se entretuvo en contínuas interferencias a unos y otros gobiernos. Si vamos más atrás aún encontramos casos más escandalosos con la reina Isabel II, verdadera pesadilla para el funcionamiento del régimen constitucional español. En fin, una dinastía no ejemplar precisamente, una monarquía que ya ha perdido el norte pero que, con casi total seguridad, tendrá muchas más oportunidades. (Abajo un reyezuelo, curiosamente un pájaro).
L. de Guereñu Polán.

ALGO PERSOAL (III)


“Entre estes tipos i eu hai algo persoal”...........(J.M. Serrat)

 

O Fondo Monetario Internacional como impulsor da mundialización neoliberal

 

O Fondo Monetario Internacional é, dende fai décadas un dos principais servidores da mundialización neoliberal que ten un dos seus fundamentos na desregulación dos mercados de capitais. Unha desregulación decidida, no seu día, polas principais potencias económicas e as institucións financeiras internacionais (FMI, BM e BPI).

Esta mundialización neoliberal supón unha financiarización da economía a nivel mundial: un predominio claro da operacións financeiras –maiormente especulativas- sobre o resto de operacións económicas –productivas, comerciais....-. Un predominio claro das operacións financeiras que deriva nunha hexemonía dos mercados financeiros que, como se está vendo, son quen de impoñer os seus intereses –especulativos maiormente- as diferentes institucións gobernamentais. Unha imposición que, con frecuencia, se plasma      na posta en marcha de “políticas de axuste estructural” cuxo obxectivo central é garantirlle aos países acredores o cobro das débedas (con zumarentos xuros) dos países endebedados.

Estas políticas de axuste estructural que causan auténticos estragos nos países en que se aplican –son incontables os casos que certifican estes efectos: América Latina, Sueste Asiático, Europa do Leste antes e agora os países europeos periféricos (Grecia, Portugal, España...)- teñen un dos seus piares no “axuste fiscal” –austeridade orzamentaria-. Reducción draconiana dos gastos públicos                   –especialmente os relacionados con as funcións públicas de benestar- co gallo de liberar recursos públicos para o pago da débeda e os seus xuros –estes case sempre con un importe superior ao valor do montante inicial da débeda: “grazas” ao FMI, Arxentina logo de pagar por xuros da débeda 212.280 millóns de  dólares (entre os anos 1975 e 2000) pasou de ter unha débeda externa de 8 mil millóns de euros a outra de 169.000 millóns de euros-.

Pois ben este organismo que ademais de ter preferencia polas dictaduras e os réximes autoritarios –por seren alumnos mais aplicados- e do seu gusto por estender as políticas de axuste fiscal “urbi et orbi”, ten como máxima instancia de goberno o chamado “Bureau dos Gobernadores” formado ben polos Ministros de Finanzas dos países membros ben polos presidentes dos Bancos Centrais. Teoricamente estes gobernadores elixen @ president@ do FMI pero na práctica é elixido polos principais países europeos –que se reparten con os Estados Unidos a gobernanza financeira mundial ao elixir eses ao presidente do BM (Banco Mundial)-. Para o funcionamento diario este gobernadores delegan os seus poderes nos Directivos Executivos mediante unha votación onde os países mais poderosos –con os Estados Unidos ao fronte- controlan o 60% dos votos mentres que, p.e., o conxunto dos países africanos so dispón do 4% dos votos

Estes gardiáns da débeda –garantes do seu cobro- que os países debedores –terceiro mundo, países europeos periféricos..- teñen con os países acredores –países do centro- maiormente con as súas entidades financeiras e que teñen debilidade polos recortes do gasto público –especialmente nas funcións públicas de benestar e nos salarios dos traballadores das administracións- solen esqueceren estes “furores” cando se trata de si mesmos. Vexamos:

En primeiro lugar é importante sinalar que os salarios dos “traballadores funcionarios” do Fondo Monetario Internacional (FMI) están todos eles “exentos” do pago de impostos: son cantidades libres “de po e palla”. Salarios que son moi diferentes incluso entre categorías similares: no extremo inferior están aqueles que cobran entre 30.000 –os mais baixos- e os 45.000 euros anuais. Nunha escala intermedia están o persoal técnico e o administrativo con salarios medios que poden chegar aos 85.000 euros anuais. E, finalmente na escala superior os directivos que cobran entre 140 e 275.000 euros anuais. Claro está, por riba de todos sitúase o director xerente que pasa por seren o de maior salario nos circuítos internacionais –non importa que sexa socialdemócrata-: pode chegar aos 420.000 euros anuais.

Recordemos que todos os salarios están libres de impostos e que, ademais, teñen “actualizacións” anuais. Asemade todos eles      -especialmente as categorías superiores- contan cos preceptivos complementos: axudas para o pago de vivenda, pluses familiares, axudas para escolaridade, dietas... etc. etc. Importante: o 95% dos traballadores teñen contrato indefinido, son “funcionarios”.

Si falamos do “retiro”, as pensións, este persoal por mor do seu esgotador traballo pode xubilarse antes dos 65 anos (normalmente aos 63), e facelo a partires dos 60. Contan ademais –maiormente os directivos- con plans de pensións, financiados polo propio organismo, con unhas condicións moi favorables: o director con dous anos no cargo ten dereito a cobrar o 50% das apartacións. Teñen tamén seguros de vida e viaxe...

Como se pode ver o persoal do FMI, moi especialmente os seus directivos, predica co exemplo: son os primeiriños a hora de aplicarse a si mesmos as receitas neoliberais de axuste fiscal e/ou reducción do gasto público –salarios, pensións,....- que tanto predican. Están, xa que logo, totalmente lexitimados para pedirlle aos demais que sexan austeros. Acaso Dominique Strauss-Kahn non era austero?.

 

Manoel Barbeitos Alcántara

jueves, 14 de marzo de 2013

Desahucios y otras especies

El juez Fernández Seijo debe de ser un buen profesional, pues fue el que hizo las gestiones ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que este distaminase que "la legislación española sobre desahucios vulnera la normativa comunitaria al no garantizar suficiente protección a los ciudadanos frente a las cláusulas abusivas de las hipotecas". Es una lástima que tres ministras de gobiernos socialistas, una de apellido Trujillo y otra Chacón, hayan pasado por el Ministerio de la Vivienda sin echarle un vistado a dicha ley, proponer su reforma y evitar los dramas y las tragedias que han venido luego. Creo que las citadas prefirieron estar a otra cosa, y así le ha ido al Partido Socialista, aunque no solo por ello.

El dictamen del alto Tribunal viene a desmotrar, también, que los bancos han estado robando legalmente (hoy ya se admite que tal frase tiene pleno sentido) durante años, sobre todo a familias modestas que han dejado de pagar cuando han empezado a sufrir las consecuencias del paro y la marginación. Echar a alguien de la vivienda donde habita porque no puede pagarla ya es villanía (excepción hecha de algunos casos que, en pura lógica, todo el mundo entiende). El Estado debe amparar a estas familias, debe buscar fórmulas para diferir sus obligaciones hipotecarias, debe poner viviendas sociales al servicio de casos extremos, debe legislar de una vez para que no se vuelva a desahuciar a nadie, a arrastrar a nadie, a violar su casa a machetazos, por encontrarse en una situación de inopia.

Pero o mucho me equivoco o el dictamen del Tribunal de Justicia de la Unión Europea va a ser esquivado (el intento no faltará) por el actual Gobierno, cuya sensibilidad social es nula. Veremos. Mientras tanto, este Gobierno ha demostrado el afán que tiene de exprimir a las clases trabajadoras con la imposición de tasas judiciales, con la reforma de la ley de interrupción del embarazo, con la amnistía fiscal a los defraudadores y a los ricos, con una nueva política de orden público que trata de limitar el derecho a manifestarse, a protestar y a denunciar; privatizando la gestión de servicios fundamentales como la sanidad, anulando los efectos de la ley de dependencia, primando a los centros educativos concertados y privados en detrimento de los públicos, reduciendo del número de profesores, anulando los efectos de la atención a la diversidad en materia educativa...

Creo que estamos en manos de unos pillos, de unos villanos, de unos desaprensivos que no tienen inconveniente en arruinar conquistas sociales si, para ello, han de cuadrar las cuentas públicas, ayudar a sus amigos y pagar viejos favores. Por si todo ello fuese poco están los casos de corrupción: no se conocen más graves que el caso Gürtel-Bárcenas en toda la historia de España de los últimos dos siglos (teniendo en cuenta que la opacidad anterior a estos dos últimos siglos no nos permite hablar de otros casos anteriores). Miserables gobiernan nuestro país, son desmentidos por organismos internacionales pero seguirán pertinazmente con la osadía propia de los sinvegüenzas.

L. de Guereñu Polán. 

martes, 12 de marzo de 2013

¿Que es un papa?

  • ¿QUE ES UN PAPA?

Parece una pregunta de sencilla respuesta. A lo largo de la historia no siempre ha sido lo mismo. Que el obispo de Roma se impusiese como máxima autoridad de la Iglesia fue discutido -y no aceptado- por otros obispos y congregaciones de católicos, entre ellos en Alejandría, Antioquía, Constantinopla... En realidad los papas de Roma se impusieron al resto de la Iglesia basándose en el apoyo dado por reyes y emperadores, que a su vez recibían de los papas la legitimidad para gobernar, aunque fuesen déspotas y crueles, en una etapa, la edad media, en la que tener el aval de la Iglesia contaba más que muchas otras cosas.

La historia de los papas está llena de sobresaltos, escándalos, misterios e incluso crímenes. Hubo un papa que fue elegido a base de los sobornos que consiguió con el dinero prestado por algunas familias florentinas, entre ellas los Médici. Hubo antipapas, hubo varios papas al mismo tiempo, una papisa que fue descubierta con posterioridad (¿como iba la Iglesia a admitir una mujer al frente de la misma?). Hubo papas guerreros, políticos, diplomáticos, teólogos, pastores, ejemplares y lascivos; los hubo de una intelectualidad rayana en lo divino, pero también torpes, rudos y groseros.

Es curioso que cuando más prestigio adquirieron los papas fue a partir de que perdieron el poder que tenían sobre territorios en Italia, desde 1870 aproximadamente, aunque ello provocó un largo pleito con la monarquía italiana que no se resolvería hasta 1929, con los Tratados de Letrán firmados entre el Papa y el fascista Mussolini. Por ellos la Iglesia reconocía al régimen musoliniano y a Roma capital de Italia; el dictador concedía una extraordinaria donación en dinero a la Iglesia, que es como se han solucionado muchos de los asuntos mundanos de los hombres.

Porque la Iglesia, contra lo que algunos quieren imponer, es obra de los hombres, no de Dios, del cual no sabemos ni siquiera su existencia. Es cuestión de fe, no de razón demostrable. Decir que el primer papa fue un pescador llamado Pedro ("y sobre esta piedra levantaré mi iglesia") es mucho decir, pero no demuestra nada. Lo de que Pedro fue el primer papa fue algo que solo posteriormente se consideró así, y de esa manera se daba fuerza a la fundación divina de la Iglesia y del papado. Pero para que la Iglesia fuese de fundación divina hace falta admitir que Jesús de Nazaret era Dios, y eso es otra cosa que está por demostrar (imposible a todas luces, creo yo). Lo que sí está demostrada es la historicidad del predicador de Galilea. 

Si no llega a ser por el reconocimiento que el emperador Constantino hizo del papa en el siglo IV, y del patrimonio que donó a los cristianos, que enseguida los obispos se encargaron de administrar, la Iglesia no habría sido, probablemente, lo que es; ni los papas hubiesen acumulado el poder que han tenido y tienen. Aquella donación no fue tan copiosa como los papas han defendido, pero lo cierto es que las usurpaciones estuvieron a la orden del día y la Iglesia se enriqueció desde entonces, máxime cuando los papas adoptaron el título de pontífices, máxima autoridad religiosa que había correspondido a los emperadores romanos. Los papas, herederos de los emperadores caídos en desgracia.

Hoy, como en la Edad Media y en los siglos modernos, un papa es un monarca absoluto, no elegido democráticamente por la congregación de fieles que es la Iglesia, que tiene para el gobierno de la misma a una Curia, la cual limita a veces el poder del papa si este se deja; pero no así si su personalidad es fuerte y agresiva. El dimisionario papa Benedicto parece que no ha querido enfrentarse a la Curia y se ha ido. Pero de haber querido someterla lo hubise conseguido, como ha ocurrido a lo largo de la historia con no pocos conflictos. El derecho canónico, inspirado en el romano, da ese poder a los papas, jefes de estado hoy como ayer, pastores en ocasiones, políticos casi siemmpre, poderosos más por los muchos miles de católicos que hay en el mundo y por los recursos que administran que por la extensión de su estado, un pequeño barrio de Roma.
    Parece una pregunta de sencilla respuesta. A lo largo de la historia no siempre ha sido lo mismo. Que el obispo de Roma se impusiese como máxima autoridad de la Iglesia fue discutido -y no aceptado- por otros obispos y congregaciones de católicos, entre ellos en Alejandría, Antioquía, Constantinopla... En realidad los papas de Roma se impusieron al resto de la Iglesia basándose en el apoyo dado por reyes y emperadores, que a su vez recibían de los papas la legitimidad para gobernar, aunque fuesen déspotas y crueles, en una etapa, la edad media, en la que tener el aval de la Iglesia contaba más que muchas otras cosas.


    La historia de los papas está llena de sobresaltos, escándalos, misterios e incluso crímenes. Hubo un papa que fue elegido a base de los sobornos que consiguió con el dinero prestado por algunas familias florentinas, entre ellas los Médici. Hubo antipapas, hubo varios papas al mismo tiempo, una papisa que fue descubierta con posterioridad (¿como iba la Iglesia a admitir una mujer al frente de la misma?). Hubo papas guerreros, políticos, diplomáticos, teólogos, pastores, ejemplares y lascivos; los hubo de una intelectualidad rayana en lo divino, pero también torpes, rudos y groseros.


    Es curioso que cuando más prestigio adquirieron los papas fue a partir de que perdieron el poder que tenían sobre territorios en Italia, desde 1870 aproximadamente, aunque ello provocó un largo pleito con la monarquía italiana que no se resolvería hasta 1929, con los Tratados de Letrán firmados entre el Papa y el fascista Mussolini. Por ellos la Iglesia reconocía al régimen musoliniano y a Roma capital de Italia; el dictador concedía una extraordinaria donación en dinero a la Iglesia, que es como se han solucionado muchos de los asuntos mundanos de los hombres.


    Porque la Iglesia, contra lo que algunos quieren imponer, es obra de los hombres, no de Dios, del cual no sabemos ni siquiera su existencia. Es cuestión de fe, no de razón demostrable. Decir que el primer papa fue un pescador llamado Pedro ("y sobre esta piedra levantaré mi iglesia") es mucho decir, pero no demuestra nada. Lo de que Pedro fue el primer papa fue algo que solo posteriormente se consideró así, y de esa manera se daba fuerza a la fundación divina de la Iglesia y del papado. Pero para que la Iglesia fuese de fundación divina hace falta admitir que Jesús de Nazaret era Dios, y eso es otra cosa que está por demostrar (imposible a todas luces, creo yo). Lo que sí está demostrada es la historicidad del predicador de Galilea.


    Si no llega a ser por el reconocimiento que el emperador Constantino hizo del papa en el siglo IV, y del patrimonio que donó a los cristianos, que enseguida los obispos se encargaron de administrar, la Iglesia no habría sido, probablemente, lo que es; ni los papas hubiesen acumulado el poder que han tenido y tienen. Aquella donación no fue tan copiosa como los papas han defendido, pero lo cierto es que las usurpaciones estuvieron a la orden del día y la Iglesia se enriqueció desde entonces, máxime cuando los papas adoptaron el título de pontífices, máxima autoridad religiosa que había correspondido a los emperadores romanos. Los papas, herederos de los emperadores caídos en desgracia.


    Hoy, como en la Edad Media y en los siglos modernos, un papa es un monarca absoluto, no elegido democráticamente por la congregación de fieles que es la Iglesia, que tiene para el gobierno de la misma a una Curia, la cual limita a veces el poder del papa si este se deja; pero no así si su personalidad es fuerte y agresiva. El dimisionario papa Benedicto parece que no ha querido enfrentarse a la Curia y se ha ido. Pero de haber querido someterla lo hubise conseguido, como ha ocurrido a lo largo de la historia con no pocos conflictos. El derecho canónico, inspirado en el romano, da ese poder a los papas, jefes de estado hoy como ayer, pastores en ocasiones, políticos casi siemmpre, poderosos más por los muchos miles de católicos que hay en el mundo y por los recursos que administran que por la extensión de su estado, un pequeño barrio de Roma.
     
    L. de Guereñu Polán.