sábado, 31 de agosto de 2013

Enseñanza y socialismo

Auntamiento de Saint-Cyr-sur-Loire en el parque Peraudière
En 1924 moría en Saint-Cyr-sur-Loire Anatole France, uno de los pensadores socialistas más importantes de Francia entre los siglos XIX y XX. Frente a Tours, en la llanura francesa, acabó sus días el que fuera socialista, republicano, partidario del laicismo y escritor de muchas obras sobre poesía, sociedad y política.
 
Precisamente en Tours, en 1919, se dirigía a unos maestros reunidos en congreso con las siguientes palabras: la guerra ha demostrado que la educación popular de mañana debe ser en todo diferente a la de ayer... En el orden social y moral creado por la guerra y consagrado por la paz [fue contrario a las imposiciones del Tratado de Versalles] que ha seguido a aquella todo lo teneis que hacer y rehacer... Es menester que creeis una humanidad nueva, que desperteis inteligencias nuevas, si aspirais a que Europa no caiga en la imbecilidad y la barbarie... Europa estaría, veinte años más tarde, en otra guerra producto de la imbecilidad y la barbarie.
 
España fue, quizá, de los países donde las organizaciones para la formación de los obreros tuvieron menor incidencia, entre otras cosas porque la dictadura de Primo de Rivera las puso en la clandestinidad y porque la guerra de 1936 desbarató lo hecho. Otro tanto puede decirse de Italia desde el triunfo del fascismo en 1922. No obstante destaca la Escuela Obrera Socialista creada en Madrid en 1929, que ha estudiado Francisco de Luis Martín. En ella colaboró Trifón Gómez, entre otros, trabajador de los ferrocarriles desde muy joven y dirigente de la Unión General de Trabajadores. Murió exiliado en México.

Uno de los objetivos de la Escuela Obrera fue fomentar el mutualismo y formar a los trabajadores en el conocimiento del Derecho aunque fuese elementalmente. Años más tarde se creó la Escuela Socialista de Verano, obra de las juventudes socialistas: se trataba de formar a los concejales en sus competencias y obligaciones y ha tenido continuidad a partir de los pasados años setenta con la Escuela de Verano "Jaime Vera" en Galapagar.

En Bélgica existió una Central de Educación Obrera que se ocupó de proyectar películas de formación social, creó bibliotecas ambulantes y, en general, tendió a la formación de masas (en palabras de Francisco de Luis Martín). La consecución de la jornada laboral de ocho horas posibilitó el que los obreros tuviesen tiempo para asistir a las clases. En Italia existió una Federación de las Asociaciones de cultura, de enseñanza y de deportes, creación de la Confederación Nacional del Trabajo. En Alemania, uno de los países donde este tipo de iniciativas tuvo mayor éxito, se formó la Escuela Central del Partido Socialista y en Francia el Instituto Superior Obrero, creado por la CGT en 1931. Se dedicó a estudios e investigaciones y a formar a los dirigentes del sindicalismo moderno. A los trabajadores -como en otros países- se les formaba también en disciplinas académicas como Historia Económica, Matemáticas, Derecho y tenía una importancia especial el conocimiento del movimiento obrero hasta la época.

En Inglaterra surgieron los Working Men's Colleges, que contaron con el apoyo de los gobiernos laboristas de acuerdo con el espíritu fabiano que dominaba en esta formación política. Sin embargo la primera sociedad de educación netamente obrera fue el Colegio Ruskin, en Oxford. Ruskin había destacado como escritor crítico con la revolución industrial y preocupado por los problemas sociales en su tiempo, lo que le obligó a estudiar el campo de la economía, manifestándose como un enemigo acérrimo de la "escuela de Manchester", ultraliberal en esta materia. Sus cartas a los obreros inspiraron muchas acciones y sirvieron para formarles en la lucha contra su explotación y en el ideal de emancipación.

Todas estas iniciativas y escuelas vieron la necesidad de dignificar al maestro como agente principal para la formación del pueblo, por ello se llegaron a crear dos internacionales obreras de la enseñanza. Abogaron por una escuela "única, laica, pública, gratuita, pacifista...", algunos de cuyos objetivos no están hoy cumplidos. Destacan en este campo el pedagogo francés Dumas y otros como Fischer, Karsen o Tews. De ellos tuvieron conocimiento los más importantes intelectuales del Partido Socialista Obrero Español, y de hecho Julián Besteiro habla de su obra en varios números de "El Socialista". Aunque la Unión General de Trabajadores contaba con una Asociación General de Maestros, esta tuvo escasa importancia. Otro socialista español que trabajó en este campo y nos ha dejado testimonios extraordinarios es Rodolfo Llopis: "la educación obsesiona hoy a cuantos piensan", dejó escrito en su obra "Una escuela más humana", publicada en 1934.
 
Como Llopis, ha tenido importancia Lorenzo Luzuriaga, Ludovico Zoretti en Italia, Bracke en Francia, Henri de Man en Bélgica y una relación ciertamente numerosa en Alemania. El fascismo, la guerra civil española y la guerra mundial de 1939 vinieron a cortar tantas y fecundas iniciativas, reales y no solo proyectos, en la Europa de entreguerras, pero ya encontramos muestras de estas preocupaciones a principios del siglo XX. En Francia, el Sindicato Nacional de Maestros llegó a contar con 80.000 afiliados, según Francisco de Luis Martín, integrándose en la CGT en 1925. En España, la Asociación Nacional de Maestros, integrada en la UGT, llegó a contar con 6.000 miembros durante la II Repúbica. 
L. de Guereñu Polán. 

viernes, 30 de agosto de 2013

Un éxito de la razón

El Parlamento británico ha desaprobado la propuesta del primer ministro conservador de intervenir militarmente en Siria. Es un éxito de la razón, de la prudencia y del derecho. Gran Bretaña es un estado poderoso, pero no es quien para tomarse la justicia por su mano. Para eso hay organismos internacionales -muchas veces puestos en tela de juicio- que cumplen una función más o menos limitada pero que debe ser más relevante cada día.

Todavía no se han pronunciado los expertos enviados por la ONU sobre el uso de armas químicas en Siria -tanto por parte del dictador Asad como por parte de la oposición-. Todavía no hay acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU, donde el derecho de veto invalida cualquier posibilidad de pacto. Ese mismo derecho de veto que Estados Unidos utiliza cuando le interesa. Que Israel (con un gobierno conservador) esté interesado en castigar a un estado árabe (Siria es un conglomerado étnico y religioso) no es razón suficiente para una intervención militar en en Siria. Se necesitan garantías y se necesita que la comunidad internacional sepa que se va a favorecer a la población civil, víctima de las armas químicas, no a nadie más.

¿Y si Irán decidiese intervenir unilaterlamente, al margen de la ONU, a favor de Hezbolá o de Hamás? ¿Que diría el presidente Obama? Este ya ha violado varias veces el derecho (Guantánamo, Snowden, espionaje masivo invadiendo la intimidad de las personas, asesinado de Osama bin Laden en Pakistán...) y ahora parece que solo unos cuantos dictadorzuelos árabes están por apoyarle. Que los fabricantes de armas en Estados Unidos tengan necesidad de mejorar sus cuentas de resultados no es razón suficiente para entrar en Siria militarmente. Son necesarias causas superiores, morales, en favor de los derechos humanos. Lo que hoy no puede garantizar sino la ONU, es decir, el conjunto de países que, con intereses distintos, se puedieran poner de acuerdo en una intervención... de muy otro signo.

La antigua potencia administradora de Siria fue Francia: un presidente socialista debiera medir muy bien sus pasos, defender su autonomía sobre las exigencias de Estados Unidos y actuar de acuerdo con lo que se discuta en en seno de la Unión Europea, que por ahora "no sabe, no contesta". ¿Como va a saber y contestar si uno de sus socios -Gran Bretaña- suele ir por libre?

España, mientras tanto, en la berza. Un presidente sumido en la corrupción, ignorante en materia de derechos humanos, dominado por los grupos de presión internos y externos, quizá no se atreva al crimen de aquel presidente que luego hizo carrera en Estados Unidos. Hay esperanza.
L. de Guereñu Polán.

jueves, 29 de agosto de 2013

LAS SUBVENCIONES PÚBLICAS A LOS SINDICATOS


Pregunta: ¿Están tan subvencionados los Sindicatos como se acusa permanentemente por todos los medios? Respuesta: los datos dicen que no, ni por aproximación.

En este caso, como en otros muchos, se suelen mezclar churras con merinas. Lo lógico es que las afirmaciones se contrasten con datos, tanto los absolutos, como los comparativos. Lo justo es que se sea especialmente cuidadoso, para que la comparación no sea odiosa, en que los datos se analicen en condiciones homogéneas y que las fuentes sean las mismas para todos.

Tomemos como fuentes los Presupuestos Generales del Estado, los Boletines Oficiales, y los datos de un año concreto, 2012. Según esas fuentes las subvenciones recibidas por los sindicatos, ampliamente denunciadas por la mayoría de los medios de comunicación privados, fueron algo menos de 16 millones de €, cantidad similar recibieron las organizaciones empresariales. Esos mismos medios recibieron, por distintos conceptos, unos 360, la mayor parte prensa escrita y televisión, por motivos que ignoro la radio y los medios digitales quedaron fuera del reparto, salvo alguna notable excepción.

No conozco el peso relativo que esos 360 millones tendrán en los gastos de gestión de los medios, si sé que CCOO y UGT ingresan, cada organización, de los afiliados por cuotas y servicios, en torno a 120 millones, por lo que el peso de la subvención es muy escaso.

Las organizaciones sindicales tienen reconocido un rol en la Constitución, la Iglesia Católica no. Esta recibió directamente 252 millones, porqué sí. Para que no haya equívocos, en esos 252 no están incluidos ni los 15 millones de los capellanes del ejército, cárceles etc. ni los 600 millones de los salarios de los profesores de religión (este dato es estimado por federaciones del ámbito de la  enseñanza). Tampoco están incluidas las cantidades que la casilla del IRPF destinada a distintos programas, por los que solo Caritas recibe cada año unos 20, los Centros Socio Sanitarios Católicos de Cataluña más de 3,5 , las Hermanitas  de ancianos desamparados, unos 3, etc. etc.

Por tener otras referencias, los partidos recibieron unos 85, la Federación de Futbol casi 5 y el cine unos 90, los toros 564 (sí más de 500). Cantidades siempre en millones de €.

No tengo datos ni espacio para analizar lo que ocurre con los presupuestos de las CCAA, o en los Ayuntamientos, pero de los que conozco, es muy evidente la desproporción en contra de las organizaciones sindicales, respecto a lo analizado.

Hay que recordar que los Sindicatos han constituido un elemento fundamental de modernización y garantía de un cierto bienestar para la clase obrera y del conjunto de ciudadanos, necesarios para legitimar unos acuerdos imprescindibles para alcanzar la necesaria paz social que ha permitido el avance de la democracia en España, decisivos para que las tensiones sociales no desbordaran. Por poner un ejemplo, mucho más decisivos que los muchos clubs de futbol que han recibido, de CCAA y Ayuntamientos, muchas mayores cantidades, por medios mucho más obscuros y opacos.

Agosto de 2013

Isidoro Gracia

Un clamor popular

Esto qusiera yo para la situación que padece la población siria y las intenciones de algunas potencias de intervenir militarmente en su país. Ningún país tiene legitimidad para intervenir en otro si no ha sido agredido previamente. Ningún país debe saltarse el derecho internacional -y este está en la ONU- creyéndose que puede tomarse la "justicia" por su mano. Ningún país debiera tener un gobierno tan rastrero que estuviese al dictado de Estados Unidos. El Reino Unido, gobernado por conservadores, es traidor a la Unión Europea y su política exterior, actúa por su cuenta, vacía las acciones diplomáticas de la U.E. para con Oriente Próximo y otras regiones "calientes" del planeta.

La "coalición" que parece se ha estado formando para intervenir en Siria no es más que la formada por Estados Unidos y Reino Unido. El resto de los países -árabes entre ellos- no son más que comparsas que esperan algo a cambio. El régimen criminal sirio merece una intervención de la comunidad internacional, pero cuando se haya llegado a un acuerdo legítimo y legal en el Consejo de Seguridad de la ONU. Mientras tanto es penoso y dramático que civiles sigan siendo objeto de gaseamiento en Siria, pero para que tal cosa no ocurriera los organismos internacionales debieran haberse prevenido de que la guerra química no tuviese lugar. Es difícil cuando el mundo está compartimentado por razones estatégicas, culturales, económicas... pero es una labor que había que haber empezado hace tiempo y no solo ahora, aprisa, por medio de unos expertos con mandato internacional.

Estos expertos no han dicho su última palabra todavía, aunque cabe pensar que tanto el gobierno sirio como la heterogénea oposición, han usado armas químicas. El presidente Hollande debe hacer valer su diferencia con respecto al gobierno conservador británico, con respecto al Bush que parece anidar en Obama en materias como esta. No se debe permitir el uso de armas químicas, pero ningún país, por sí mismo, está autorizado combatirlo sino en su propio territorio. En Gran Bretaña ya han surgido voces en contra -y no minoritarias, al parecer- Hans Blix, el inspector jefe de armamento de la ONU para Irak ha dicho que "EEUU, sea con Obama o con Bush, no es la policía del mundo". Quiere decir que no debe serlo, aunque hay una constante histórica en Estados Unidos -en cada momento en continentes distintos- de intervenir donde no debe, de producir males mayores, de extender la política de la guerra en vez de la política de la paz.

El "no a la guerra" que se oye con frecuencia es una frase vacía. ¿Quien, en su sano jucio, quiere la guerra? (quizá el vendedor de armas, pero lejos de su casa). El NO debe de ser a intervenir, desde fuera, en una guerra entre sirios donde, al menos una parte, se muestra cruel, criminal y basa su poder en la fuerza y en la violación de los derechos humanos.
L. de Guereñu Polán. 

martes, 27 de agosto de 2013

Estados Unidos en Siria

Parece que para el presidente Obama ha pesado más el fin que los medios. No pongo en duda que haya objetivos humanitarios en la pretendida intervención en Siria por parte de una serie de paises, a la cabeza de los cuales se encuentra Estados Unidos. Tampoco tengo dudas de que en la decisión pesan intereses estratégicos, pues oriente próximo no es zona que interese abandonar a ninguna de las potencias: ni Rusia, ni Estados Unidos ni -ya como potencia regional- Irán.

Pero lo malo de poner por delante los fines a los medios es que el legado que se deje en Siria sea algo parecido a lo que se ha dejado en Irak: un país empobrecido, roto, repleto de violencia y muerte. Por si esto fuese poco la ONU (su Consejo de Seguridad) no ampara la intervención por la sencilla razón de que no están dispuestas a ello Rusia ni China, entre otros países. Si cada país o grupo de ellos puede tomar la iniciativa para intervenir en un conflicto, por odioso y criminal que sea el mismo, entonces estamos admitiendo la ley de la selva, sin derecho internacional alguno. Que la ONU tiene serias carencias democráticas es evidente, pero hoy por hoy es el organismo internacional donde se discuten asuntos como el de Siria y no hay acuerdo -por desgracia- para intervenir y ayudar a la población civil resueltamente parando la barbarie de las autoridades y -dicho sea de paso- de algunos sectores de la oposición.

¿Que dirá la opinión púbica de izquierdas en Francia si el presidente Hollande decide secundar a Estados Unidos? ¿en que términos lo hará? Porque está claro que Reino Unido -cuya política exterior es la de Estados Unidos- Corea del Sur, México y Japón son, a estos y otros efectos, meros comparsas de la potencia americana. Hay otros países que por sus compromisos con Estados Unidos se verán obligados a intervenir de una u otra manera. ¿Y España? Al alocado gobierno español no le quedará otro remedio que permitir el uso de bases para la intervención, a no ser que España estuviese gobernada por personas que pusiesen el derecho por encima de cualquier otra consideración.

No ignoro que mientras escribo estas palabras están sufriendo y muriendo en Siria -no es el único país- muchas personas y que el conflicto habrá que pararlo. Pero una cosa es desear que esto ocurra y otra aceptar que se haga sin respeto al derecho. Estados Unidos está obligado a llegar a acuerdos en el Consejo de Seguridad de la ONU con Rusia y China antes de cualquier intervención, pero creo que no lo hará. La política es más complicada que una bravuconada con aviones y barcos asolando el este del Mediterráneo. La política es mucho más complicada que seguir la estela del alocado gobierno de Israel, principal interesado en la intervención militar en Siria. Y si luego los alocados ayatolás iraníes incurren en monstruosidades estaremos en un escenario peor.
L. de Guereñu Polán.

domingo, 25 de agosto de 2013

Kantorowicz y las dos Alemanias

El Campo de luz es un barrio de Berlín donde abundan las casas de estilo romántico, al suroeste de la ciudad. Allí se encuentra la Escuela Lilienthal, donde estudió cuando joven Alfred Kantorowicz. 

Cuando terminó la segunda guerra mundial se instaló en la Alemania del Este, pues todavía mantenía vivos los ideales comunistas, pero antes, cuando Hitler accedió al poder no se dirigió a la Unión Soviética, sino a París, y más tarde a Nueva York, porque en la Unión Soviética no habría podido reivindicar a todos los escritores alemanes cuyos libros habían sido quemados por los nazis. Durante la guerra civil española de 1936 se unió a las Brigadas Internacionales.

Kantorowicz es un ejemplo -no el único- de la contradicción entre las dos Alemanias en que quedó dividido el antiguo Reich desde 1945. Como las "dos Españas" que nacieron intelectualmente durante la guerra de 1808, Kantprowicz sintió también las "dos Alemanias" en las que vivió, pues cuando una obra suya fue mutilada por las autoridades comunistas del este pasó a Alemania del oeste, donde no sería bien recibido en los círculos oficiales. Pasaría bastante tiempo hasta su reconocimiento. Es precisamente en Alemania (en una y en la otra) donde más atención se preste al estudio de la guerra civil española que Kantorowicz vivió, según J. A. Ennis. En la del este mitificando el internacionalismo inherente a los ideales comunistas; en la del oeste en la medida en que durante los gobiernos de la democracia cristiana, las relaciones con el régimen del general Franco fueron buenas. Las dos Alemanias se encontraban con las dos Españas.

Según Bernecker, a quien cita Ennis, "si se contempla el número de actividades más o menos oficiales u oficiosas llama la atención que en el extranjero, por ejemplo, en la República Federal de Alemania, hubiera probablemente más actos relacionados con la guerra civil [española] que en la misma España. En las dos Alemanias, igual que en España, después de sus respectivas guerras -la segunda mundial y la de 1936- hubo un tiempo de silencio, de "querer olvidar", tanto oficialmente como entre la población en general (obviamente con excepciones). Tuvieron que ser activistas e intelectuales como Kantorowicz los que recordasen a los alemanes -sobre todo en el oeste, que es donde se podía- que había toda una historia del teror nazi que los juicios de Nüremberg y otros no habían sacado a la luz. Hubo minorías que se dedicaron a investigar sobre nazis que habían quedado impunes y que vivían en la propia Alemania del oeste o en otros países, particularmente en Argentina.

En España incluso durante la transición política iniciada tras la muerte del general Franco hubo un "olvido" más o menos implícito hasta que una nueva generación ha querido saber, han proliferado los libros e investigaciones sobre la guerra y los crímenes del franquismo, se han empezado a exhumar fosas donde yacen, sobre todo, víctimas de Franco y se ha seguido la valoración de Kunisch sobre sobre la obra "Los girasoles ciegos", de Alberto Méndez: "Abre heridas profundamente cicatrizadas, para poder mirarlas de una vez por todas". Kantorowicz sabe bien de abrir heridas para conocer lo ocurrido y el por que, para hacer justicia a la verdad, en una y en la otra Alemania. 
L. de Guereñu Polán.

sábado, 24 de agosto de 2013

NECESIDAD DE LA ELECCION DIRECTA DE LA SECRETARIA GENERAL EN LAS ORGANIZACIONES SOCIALISTAS.

 
NECESIDAD DE LA ELECCION DIRECTA DE LA SECRETARIA GENERAL EN LAS ORGANIZACIONES SOCIALISTAS.

Pachi Vázquez, el actual secretario general de los socialistas gallegos, y con él su equipo de mas cercanos colaboradores, finalizan su mandato con dos logros importantes: Haber conseguido aplicar el principio de un militante, un cargo orgánico y otro institucional; y haber conseguido -cierto que con limitaciones- que el próximo secretario general del PSdeG-PSOE sea elegido en primarias, es decir, mediante voto directo del conjunto de afiliados y afiliadas al partido. Algo que a simple vista parece lógico, pero que sin embargo no tiene precedentes, ni en el partido socialista ni en el resto de partidos políticos españoles.

Tengo dudas de que la experiencia (para algunos “experimento”) de las primarias gallegas se llegue a generalizar con carácter inmediato en el seno del PSOE. Y digo esto porque las reticencias hacia esta fórmula se han puesto de manifiesto en varias comunidades autónomas y también en el propio nivel federal del partido. Sí habrá primarias para elegir a los candidatos electorales en los diversos niveles, pero para la elección de los secretarios o secretarias generales del partido, no está tan clara la cosa.

Desde su constitución, la tradición en las organizaciones del PSOE, de la UGT y de las Juventudes Socialistas, ha sido siempre la democracia interna mediante voto delegado que se inicia en la asamblea local o en la sección profesional de oficio o de empresa, y se continúa después en los comités y congresos de niveles superiores. Es cierto que los tiempos han cambiado mucho, y hoy los medios de transporte y sobre todo los de comunicación, permiten, en circunstancias de normalidad democrática, unos niveles muy amplios de participación directa de los militantes, que ciertamente, en otras épocas resultaban muchísimo mas difíciles, incluso imposibles.

Sin embargo, el problema que se suscita hoy no es tipo de técnico, sino fundamentalmente político en un sentido amplio y profundo. Es un problema de democracia interna real por un lado, y por otro de quien influye y controla en realidad el poder en el partido y también en el sindicato.

Las organizaciones socialistas españolas son centenarias si, pero muy marcadas hoy por todo lo acontecido a lo largo de los últimos 35 años. Muy atrás quedan -incluso completamente olvidados por muchos- los duros años iniciales entre los finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, con la dictadura de Primo de Rivera, el triunfo de la II República, la llegada al Gobierno de España, la posterior guerra civil, la dura y cruel represión, la clandestinidad y los 36 años de exilio. Sin embargo, el peso de los últimos 35 años en la vida orgánica del PSOE y de la UGT es tan intenso que define y configura de manera sustancial su identidad actual. Las organizaciones socialistas asisten hoy al ocaso de una generación de dirigentes que, fruto del momento histórico, llevaron al partido y al sindicato a sus mas altas cotas de representación y poder político e institucional, al propio tiempo que -fruto ahora de una nueva coyuntura económica y política- se acercan a un fin de ciclo con su consiguiente declive, y se enfrentan a una crisis interna de gran calado.

Y con ello, también a un cierto colapso de sistemas y procedimientos de democracia interna, válidos y admirables durante años, pero que a los ojos de muchos hoy se asemejan a pesadas burocracias entre las que naufragan los esfuerzos de renovación y cambio que exigen los nuevos tiempos y demandan las nuevas generaciones.

No puede ni pretende ser el objeto de esta nota dar respuesta a tan importantes y graves cuestiones, pero si contribuir a dejar constancia de algo obvio para muchos: Le elección directa de los secretarios o secretarias generales, mediante voto personal de cada uno de los afiliados y afiliadas, parece una condición imprescindible para empezar a adecuar las organizaciones socialistas españolas a los nuevos tiempos. Y demorar o poner pegas a la generalización de este procedimiento, un grave error.

Xesús Mosquera Sueiro / 24 de Agosto de 2013.






viernes, 23 de agosto de 2013

La otra "unión europea"

Coudenhove-Kalerghi
Durante los años veinte y treinta del pasado siglo, sobre todo, hubo una serie de intelectuales fascistas o filofascistas que propusieron una suerte de unión europea con el fascismo como ideología unificadora. No lo hicieron ni al mismo tiempo ni de la misma manera, influyéndose en ocasiones unos a otros, pero es un fenómeno que demuestra que toda unión europea, por sí misma, no tiene por que ser necesariamente buena.
 
Coudenhove-Calerghi perteneció al Movimiento Paneuropeísta que celebró su primer congreso en 1926, pero venía publicanado desde hacía tres años una revista de nombre "Paneuropa". Consideraba que la división de Europa en estados creados más por el capricho que por el espíritu europeo (dicho espíritu estaría guiado por la latinidad, el cristianismo y ahora por el fascismo) debía corregirse. El italiano Gravelli, por su parte, coincidía con Kalerghi en que había un espíritu europeo que había sido corrompido por el liberalismo y el materialismo, fenómenos que habían empezazo con la Ilustración y se habían afianzado durante el siglo XIX. En Italia reinaba el fascismo musoliniano y los vientos eran favorables para la expansión de estas ideas.
 
En España ha sido Giménez Caballero el más ilustre intelectual que se ha aventurado en la defensa del fascismo como nexo de unión de los pueblos de Europa: habló de una "confederación de las regiones europeas"; influído por el surrealismo -y por lo tanto no un fascista de baja estofa- vio la posibilidad de aprovechar el ímpetu revolucionario de los bolcheviques y la renovación con la que se presentaba el fascismo para proponer una fórmula antidemocrática allí donde todo atisbo de liberalismo quedase en Europa: y quedaba. Giménez Caballero se inspiró en las "glorias" de la monarquía castellana -o española si se quiere- y en su obra "Genio de España", publicada en 1932, pidió un "nuevo orden europeo basado en el fascismo". Giménez Caballero tenía una gran formación intelectual, pero también una gran confusión en sus propuestas: consideró que la monarquía española -a la que él llamaba España- había tenido varios "desastres" como el de 1898: la pérdida de los Países Bajos a mediados del siglo XVII, las pérdidas territoriales europeas en 1659, la pérdida de Portugal en 1668 -que en realidad fue en 1641- las pérdidas del Franco Condado y otros territorios en 1678, las pérdidas con el Tratado de Utrecht, la de Florida en la segunda mitad del siglo XVIII, la de Santo Domingo más tarde, la de Luisiana, la emancipación de las colonias americanas... Es decir una enorme confusión entre España y la monarquía española, que son dos cosas distintas.
 
Giménez Caballero
En la revolucionaria y liberal Francia también hubo pensadores fascistas que animaron la idea de una Europa unida en torno a dicha ideología, no homogénea, sin embargo, para todos ellos: Henri Massis vio valores supranacionales en Europa y preconizó una "imprecisa unidad de organización superior", en palabras de González Calleja. Pero más importancia tuvieron Maurras y Valois, el primero partidario de que las elites dirigiesen a una sociedad corporativa. Miembro de "Acción Francesa", influyó en el fascismo español, italiano y de otros países. Valois fundó una organización fascista y tuvo gran influencia en Ledesma Ramos y en Giménez Caballero. Su evolución es cambiante, terminando en el Partido Socialista Unificado francés.

Valois era ante todo un antiburgués, pues la burguesía era la causante -para él- de la decadencia del espíritu occidental. Por eso oscila entre la admiración al bolchevismo y al fascismo, debiéndose a él la combatividad y proclividad a la violencia que el fascismo institucionalizó en varios países europeos. Robert Brasillach, Jean-Pierre Maxence y Robert Francis llegarán al fascismo a partir de "Acción Francesa" y otros como René Vincent, Jean Fabrègues o Maurice Blanchot se sintieron atraídos por la reflexión sobre el fascismo y su europeización, sobre todo a partir de la publicación "Combat", cuyo director fue Thierry Maulnier. Plantearon la necesidad de un acuerdo con la Alemania vencida en la primera guerra mundial pues consideraban que si el nazismo era derrotado se derrumbarían todos los sistemas totalitarios que habían ido surgiendo en Europa.
Henri Massis
El marrusiano Lucien Rebatet, según González Calleja, publicó una obra demoledora contra la III República francesa, pidiendo que Francia se sumase al esfuerzo bélico europeo que encabezaba por aquel momento Alemania. Denis Rougemont también fue partidario del europeísmo desde una perspectiva fascistizante y muchas ideas sobre el fascismo fueron expuestas en publicaciones por la organización "Ordre Nouveau", constituida en 1929 por un heterogéneo grupo: Alexandre Marc, René Dupuis, Arnaud Dandieu (ex-socialista), Robert Aron, Jacques Naville (ex-trostkista) y Jean Jardin entre otros. El grupo felicitó a Hitler por haber abandonado la Sociedad de Naciones, pues esta organización era para ellos expresión de los tratados de paz tras la primera guerra mundial, cuando su combatividad les llevaba a no estar de acuerdo ni con el Tratado de Versalles ni con la Europa continuadora de la liberal decimonónica.

Quisieron una confederación de regiones europeas que luchase contra el materialismo y contra la democracia, consecuencia de las revoluciones liberales del siglo XIX y de las reivindicaciones del movimiento obrero. En algunos de sus escritos se nota el afán de hacer pivotar la "unión fascista europea" sobre la Europa latina, mediterránea, pero acercándose a Alemania y al norte (hubo partidarios del fascismo en Holanda, Noruega...).

En la España de Giménez Caballero aún se reflexionó sobre el valor que podía tener la "universitas christiana" de Carlos de Gante; en la Italia fascista sobre lo que había significado Roma en el antiguo imperio durante siete siglos; se reflexionó sobre el intento de unificar Europa por la Francia napoleónica, pero el liberalismo inherente a esta le restó vigor, según los pensadores fascistas. Hacía falta que la base de la "unión europea" estuviese en el espíritu, en el antimaterialismo (el materialismo filosófico había triunfado en Rusia), en el corporativismo que se había ensayado en España, Portugal, Italia... Durante el año 1937, en plena guerra civil, se organizó en Valencia (territorio republicano) el II Congreso por la Defensa de la Cultura, donde estuvieron más de cuarenta personalidades de la extrema derecha: allí se expresó su solidaridad con los intelectuales franquistas.

Como han señalado Fernández García y Rodríguez Jiménez, el fascismo fue una de las manifestaciones del totalitarismo, una involución respecto de las ideologías decimonónicas; el totalitarismo pone por delante al estado contra la libertades individuales. Se han interpretado liberalismo y fascismo como dos formas de dominio burgués. Aquel contra el antiguo régimen y este contra el avance del movimiento obrero. Por mucho que los intelectuales fascistas se muestren antiburgueses, los fascismos que han triunfado han contado y se han valido de las burguesías respectivas. La combatividad de las escuadras fascistas italianas, del somatén catalán, de los "freikorps" alemanes o las juntas ofensivas nacional-sindicalistas (que se unirían al falangismo en España) desaparece una vez que el fascismo alcanza el poder y crea sus propias instituciones. Entonces el Estado es que usa de la violencia arbitraria, pues sus fines no son discutibles por el individuo, que no es más que instrumento de aquel para engrandecerse y crear un "hombre nuevo". 

Sabiendo que el fascismo contó con una buena nómina de intelectuales -quizá en algunos casos sea excesivo atribuirles esta categoría- se agranda la conquista que para la democracia significó la segunda guerra mundial, por muchas contradicciones que luego se hayan dado. Las formas totalitarias próximas al fascismo se dieron en Polonia, en Rumanía, en Yuguslavia, en Holanda y Noruega, en Francia, en España, Portugal... Alemania e Italia por supuesto. Fue un fenómeno europeo y no ha desaparecido como aspiración aunque muchos fascistas se refugien hoy en los partidos conservadores de los diversos países. En otros casos tienen sus propias organizaciones que aprovechan cualquier crisis económica, la llegada masiva de inmigrantes, las insuficiencias del parlamentarismo y la democracia para ganar adeptos. Tienen el camino teórico ya allanado, pues los intelectuales fascistas del período de entre guerras han dejado miles de ideas sobre una Europa distinta de la actual.
 
L. de Guereñu Polán. 

REFLEXION SOBRE EL INTEGRISMO RELIGIOSO.


Y no, no me estoy refiriendo al integrismo islámico, ni siquiera al cristiano, que llevó a un infausto presidente de USA a poner en guerra a media humanidad, después de “hablar con su Dios” (juro, perdón, prometo, que no lo invento, él lo confesó en público), sino a diversos integrismos mucho más laicos.

Por ejemplo: el ecológico, que suele olvidar que el hombre, como especie, forma parte del medioambiente que dicen defender. Dicen ser “absolutamente” partidarios de las energías renovables, pero se oponen “absolutamente” a todo intento de hacer viable técnicamente el parque de generación eólica mediante el uso de pantanos de bombeo. Dicen ser partidarios del desmantelamiento de las centrales nucleares, pero se oponen virulentamente a la creación del almacén de residuos (que existen y existirán sí o sí) que haría posible ese desmantelamiento.

O, el feminismo llevado al nivel de religión. Conozco un caso en que una organización “feminista” recomendaba, a alguna de las personas que acudían en busca de apoyo, que provocaran a sus parejas para, una vez creada una situación violenta, llamar a la policía y tener testimonios que favorecieran sus posteriores reclamaciones, lo del combate social a la violencia de género era, en ese caso, un mero instrumento muy secundario. Una experiencia personal puede documentar que ese tipo de actitud ha calado en personas al menos aparentemente cultas y racionales. En un acto “Por la Igualdad”, promovido por asociaciones con cierto prestigio social, intentaron, literalmente, echarme de las primeras filas por ser varón, al parecer mi público apoyo a esa igualdad, no servía para perdonarme el pecado original de no ser hembra.

No necesitamos profundizar mucho para llegar al ejemplo del siguiente “opio del pueblo”: Muchos nacionalismos, no digo todos porque no los conozco todos. En todos los casos que conozco, el ideario ha creado unos hechos históricos que contradiciendo la evidencia, incluso la actual, ponen en valor señas de identidad solo propias de los que pertenecen a la tribu propia, valga la redundancia, descartados por la ciencia genética rasgos como el RH, el aspecto físico o el color de la piel (esto no significa que se abandonen esas argumentaciones) se acude a la lengua, que solo debe ser instrumento de comunicación, e inevitablemente la mera casualidad, nacer en un territorio ó que los ancestros hayan nacido en él siempre, insisto siempre, es un hecho casual. En todos los casos que conozco, siempre existe un estado vecino, normalmente próximo, que oprime y esquilma la riqueza generada en el territorio propio. Para analizar lo racional de la tesis del esquilme tomemos la tozuda realidad de lo que nos es más cercano. Teniendo en cuenta los recursos propios en petróleo, pesca, uranio, litio, aluminio, etc. ¿existe un solo europeo que no base su bienestar físico en lo que esquilmamos, eso sí bastante civilizadamente, a árabes, resto de africanos, sudamericanos, etc.? Creo que el discurso nacionalista del Estado ajeno opresor se sostiene muy precariamente y solo desde la ignorancia, o el olvido, de la propia historia y realidad actual.

Hay temas  en los que distintas posiciones integristas coinciden. Tomemos de ejemplo un par de temas de actualidad en Galicia. La exploración y explotación de recursos mineros es, en el caso de las tierras raras y en palabras de un experto: “… ya no se trata solamente de una cuestión de precios de  materias primas  sino de la propia supervivencia de importantes sectores tecnológicos y  de  futuro”. Pues bien Galicia al parecer dispone de importantes reservas de estos materiales, pero según el discurso nacionalista, hay que oponerse porque se intentan expoliar estos recursos por empresas extranjeras, lo que es verdad; pero lo lógico no es oponerse a que Galicia, España y Europa se industrialicen transformando y elaborando “in situ” todo lo que de esos recurso deriva, que se hiciera por empresas locales o que al menos, sino, si no somos capaces de ello, dejar que otros nos ayuden, obligando a que la explotación sea cuidadosa y lleve aparejada la obligación de transformar en la zona la materia prima. Coincide el discurso nacionalista con el ecologista que se opone porqué la industrialización daña los valores paisajísticos y medioambientales. No me resisto a comentar un tema polémico, ENCE. Después de visitar en Suecia una papelera instalada en las afueras de una ciudad descubrí: 1º que era posible su funcionamiento sin graves molestias, y 2º que se podían generar recursos que permitían regenerar el entorno. Yo me confieso partidario que ENCE complete el proceso de fabricación hasta el producto final y condicionar su continuidad en la concesión a que parte de los recursos generados se dediquen a corregir los daños que la mala historia anterior ha producido. Yo quiero una Galicia con empleos industriales y que sus recursos forestales, los más importantes de España, se transformen añadiendo valor si tener que exportarlos en bruto.

Agosto de 2013

Isidoro Gracia

jueves, 22 de agosto de 2013

El Patronato para la Redención de Penas

En el año 1939 el general Franco hizó al periodista Manuel Aznar unas declaraciones en las que distinguía dos tipos de delincuentes: "criminales empedernidos, sin posible redención... y los capaces de sincero arrepentimiento... En cuanto a los primeros no deben de retornar a la sociedad...". Y para que no retornasen a la sociedad se les aplicó el garrote vil, el fusilamiento, la tortura, el desprecio público a sus familias y mil afrentas más sin garantías jurídicas, con juicios-farsa y condenas a muerte arbitrarias. A los segundos se les aplicaron largos encarcelamientos y el trabajo forzoso en minas, redes ferroviarias o la construcción de la basílica del "Valle de los Caídos", que todavía se yergue a pesar de una Ley de la Memoria Histórica que prohibe la exhibición de símbolos de la dictadura.
 
Paul Preston ha señalado que el general Franco, "llevado por su talante vengativo, mantuvo a España dividida entre los vendedores y los vencidos". Sintió la necesidad de "depurar" a los republicanos, fuesen estos socialistas del más variado signo, demócratas, liberales... Su represión fue en extremo violenta y siguió al pie de la letra la consigna del general Mola de que había que sembrar el terror, al dar comienzo la guerra civil. El mismo Preston recoge la entrevista que el periodista Jay Allen le hizo a Franco a finales de julio de 1936: Allen le preguntó "¿significa esto que tendrá que fusilar a media España? a lo que Franco respondió "a cualquier precio". Hay muchos testimonios sobre la brutalidad y crueldad del general Franco y sus más acérrimos colaboradores: uno es el caso del embajador italiano Roberto Cantalupo y son conocidas las matanzas de Badajoz en agosto de 1936 (cometidas por Yagüe y Castejón) y de Málaga en febrero de 1937. El objetivo -dice Preston- era "aterrorizar de manera duradera" con sangrientas depuraciones incluso mucho después de finalizada la guerra. Franco declaró a James Miller, vicepresidente de United Press: "Tenemos en nuestro archivo más de dos millones de nombres catalogados". La violencia se institucionalizó muy pronto.

Fueron muchísimos los ejecutados de forma sumaria y como quiera que Franco ponía en los expedientes de los condenados "enterado", dio lugar al chiste macabro del capellán de Franco de que este ponía "enterrado": y es que muchas veces el expediente llegaba a Franco cuando el reo ya había sido asesinado. Con el hijo del general Miaja, republicano, Franco intervino varias veces para que fuese juzgado de nuevo hasta que la sentencia, que antes había sido exculpatoria, fuese de condena. Era un empeño especial el que ponía Franco en algunos casos. Al fin y al cabo él respondía solo "ante Dios y ante la Historia" y en las monedas aparecía la frase "Caudillo de España por la gracia de Dios".

Ya en la guerra -sigue hablando Paul Preston- los moros y los legionarios implantaron el terror allí donde llegaban, saqueando los pueblos capturados, violando a las mujeres, matando a sus prisioneros y mutilando sexualmente sus cuerpos. Franco había conocido estas prácticas en África y las consintió en España: en Marruecos la Legión había decapitado prisioneros y exhibido sus cabezas como trofeos. Pero toda esta brutalidad fue anulada de los archivos a partir de mediados de los años sesenta, cuando se podía presumir el fin del dictador. Antes, sin embargo, se había creado el Patronado para la Redención de Penas.


Creado en 1938, se encargó de que todo enemigo del régimen más o menos declarado, que fuese capturado, cumpliese condena en prisión, fuese humillado, obligado a trabajos forzosos y tratado como a un inferior. Pero además de someter a los presos republicanos tenía una misión propagandística: el Patronado cumplía la función de salvar de su error a los enemigos del régimen franquista, de sus ideas marxistas o democráticas. El número de reclusos "redimiendo penas" en 1942 era 23.610, mientras que un año más tarde 27.884. Los agentes franquistas fueron capturando con el tiempo a más y más opositores al régimen, o bien simplemente no simpatizantes con él. El Patronato arrancó a los hijos de sus madres cuando los maridos estaban en prisión, los entregó arbitrariamente a instituciones supuestamente de beneficencia y luego a familias distintas a las que pertenecía el niño, generalmente militares sin hijos. Especialmente dura fue la represión en Cataluña, sobre todo por haber resistido hasta principios de 1939, lo que ha estudiado Conxita Mir. Las mujeres no se libraron de "redimir sus penas" en cárceles y en otros trabajos: fueron consideradas no solo marxistas, rojas o asesinas, sino simples putas por defender la liberación de la mujer o ideas distintas a las de los vencedores.
 
Preston habla del sufrimiento de los niños: "encerrados en cuartos oscuros, obligados a comerse sus propios vómitos; mujeres jóvenes violadas por sus guardianes; hijos arrancados a sus madres y dados en adopción o criados en hospicios religiosos". El odio y la represión al vencido no cesó en Franco durante los casi cuarenta años que duró su régimen y mandato: "de todas partes del mundo llegó una oleada de protestas -cuando Franco condenó a muerte a varios etarras y miembros del FRAP- mayor aún que la que provocó el juicio de Grimau... Quince gobiernos europeos llamaron a sus embajadores a consulta. En la mayoría de los países... se produjeron manifestaciones y ataques a las embajadas españolas. En las Naciones Unidas, el presidente de México, Luis Echeverría, pidió la expulsión de España del organismo. El papa Pablo VI pidió clemencia, como lo hicieron todos los obispos de España. Don Juan de Borbón hizo otro tanto a través de su hijo... Peticiones similares llovieron desde gobiernos de todo el mundo. Franco hizo caso omiso"·. Confirmó cinco penas capitales y al amanecer del 27 de septiembre de 1975, los condenados murieron frente a un pelotón. Ni siquiera cuando podía prever su muerte cercana se apiadó de sus presos. Su odio había llegado casi al infinito.

L. de Guereñu Polán.

El legado de Fraga

Lo que ahora se ve con meridiana claridad y antes estaba en parte oculto es el legado de un político nefasto -creo yo- para los españoles, que nació a la vida política en el franquismo, lo defendió, lo disfrutó y nunca lo condenó; como sus seguidores.

La concepción de la política como la había expuesto Cánovas del Castillo, sin necesidad de cambiar muchas cosas, siguiendo la rutina del día a día, intentando capear el temporal cuando este se producía, es lo que hizo el mentado fundador de un partido, Alianza Popular, que contó en un primer momento con "demócratas" de la talla de Licinio de la Fuente, Silva Muñoz, Tomás de Carranza, López Rodó y otros por el estilo. Luego vinieron los Martín Villa (gobernador civil de Barcelona con Franco y encargado de reprimir a los huelguistas y estudiantes de dicha provincia) José María de Areilza (alcalde de Bilbao en el primer franquismo y conde de Motrico) Arias Navarro (el carnicero de Málaga durante la guerra civil) Villar Mir (ministro de Hacienda con Franco y luego financiador del PP mediante actos ilegales) Antonio Carro (el encargado de firmar los acuerdos de Madrid y dejar a su suerte a los saharauis) Modesto Fraile (que quería hacer de Segovia una comunidad autónoma) Federico Gallo (gobernador civil de Albacete durante el franquismo) Mayor Oreja, el ahora corrompido Eugenio Nasarre, el escandaloso Luis Ramallo y un largo etcétera.

El caciquismo, la ilegalidad, la corrupción, las relaciones con contrabandistas y financieros, la falta de ideología, el "aquí no se pregunta a nadie de donde viene, sino a donde va...", el dejar que los problemas se pudran, la nula convicción democrática, la negativa a condenar al franquismo como régimen criminal que fue, la práctica de la trampa y la mentira, todos estos fueron métodos y maneras de Manuel Fraga, jaleado hasta la saciedad por la derecha española, hombre con pocos escrúpulos, admirador de las políticas reaccionarias, forjador de un partido que lo único que ha hecho es cambiar de nombre a propuesta del ínclito Marcelino Oreja, miembro de una familia de empresarios de viejo cuño, político tradicionalista y bastante hipócrita... Este es el legado de Fraga: un partido y un Gobierno lastrado por la corrupción más evidente, miserable y diversa que se haya visto en España, ejemplo de aquellos tiempos decimonónicos en los que los hijos de los nobles y de los ricos se repartían el país mientras la inmensa mayoría lo trabajaba.
L. de Guereñu Polán.

martes, 20 de agosto de 2013

Miscelánea anual en periodo de crisis.


Confieso que yo solo creo en supersticiones, dichos populares y refranes cuando son favorables a mis intereses o intenciones. El que 2012 fuera año bisiesto, o que el actual terminara en un número que algunos consideran nefando, no encendieron ninguna  alarma en el panel mental.

Después de hacer balance de lo sucedido en mi entorno territorial (Galicia, España, Europa) quizá tenga que revisar mis convicciones. Analizando cualquiera de los temas generales que afectan al ciudadano normal: la economía, la política y su resumen: la sociología, para los clásicos la sociología era el resumen de las ciencias que permitían el buen gobierno, podemos constatar que:

-          Todos los grandes parámetros económicos que terminan impactando en el bienestar del ciudadano, y en el grado de igualdad en el disfrute de ese bienestar (deuda, déficit, crecimiento) han empeorado. Y cuidado que parecía fácil mejorar los números de 2011. Es más la factura se ha trasladado directamente a los más desfavorecidos, olvidando el origen de la crisis, y son los directamente responsables los que están cobrando esa factura.

-          Los viejos fantasmas que llevaron a las guerras que sufrieron estos territorios: nacionalismos desbocados hasta ribetes tribales, extremismos religiosos (todos y no solo los islámicos), clasismo darwiniano, nos agobian y rodean. No solo en el muy próximo mediterráneo. Los discursos basados en esas filosofías han llevado a nuestros parlamentos e incluso a gobiernos muy occidentales, a políticos de intenciones nada oscuras.

-          La sociedad, la muy manipulada opinión pública, permanece, salvo excepciones aún minoritarias, ajena al hecho de que la fuerza indispensable para cambiar el rumbo está en ella misma. Eso sí, cuando  esté agrupada y empuje en la dirección correcta. Por el momento prefiere creerse estúpidamente todas las maldades que les cuentan sobre los sindicatos, los partidos políticos aún democráticos (subrayo el aún) y cualquier otro movimiento que intente organizar mínimamente el uso legal y democrático de la fuerza. Continuamos cayendo en la trampa de sustituir justicia por caridad, administrada en su mayor parte por organizaciones de origen religioso.

Imaginemos que, democráticamente, votamos en toda Europa a los partidos que propugnen una sola medida legal, consistente en hacer delictiva la mera relación con cualquier paraíso fiscal. Para mí está claro que el mero hecho de tener una cuenta, una oficina o un representante en un paraíso fiscal tiene como objetivo la defraudación.

O imaginemos que todo aquel europeo que vive de su trabajo, manual o intelectual se afilia a un sindicato en vez de criticar a los que hoy prestan ese servicio impagable, en Europa somos más de 300 millones. ¿A que las condiciones laborables serian muy diferentes?

Observo que aún no he caído por completo en el dicho de Mao: “La fuerza está en el fusil”. Al parecer mantengo mis creencias en las organizaciones democráticas y por derivada en la sociedad que las mantiene.

Agosto de 2013
Isidoro Gracia

lunes, 19 de agosto de 2013

A un año vista

 
La guerra que estalló en 1914 era esperada, aunque, como es lógico, no pudiese precisarse el año. Lo que no se sospechaba era la duración que tendría el conflicto armado, pues la conciencia que se tenía en la época era la de las campañas de Napoleón y Bismarck, rápidas, realizadas con efectivos limitados y sin causar apenas destrozos en el territorio o sufrimientos en la población civil. La primera guerra mundial superó cuantas visiones negativas de la guerra se tenían. Sería necesario retroceder al siglo XVII, con la guerra de los treinta años, para encontrar tantas calamidades asociadas: epidemias, destrucción de ciudades, hambres, muertes en masa... pero todas ellas multiplicadas y en el plazo de cuatro años.
La guerra de 1914 no se desencadenó de forma espontánea; sus raíces se hunden en el siglo XIX, el imperialismo y la competencia económica. También en unos valores que portaban el militarismo y la xenofobia. Nuevas potencias entraban en juego; Estados Unidos y Japón, y el proletariado se abría paso al comenzar el siglo XX. La primera guerra mundial puede muy bien considerarse como el final de una época y el comienzo de otra. Tras la guerra el predominio mundial de Europa -característico del siglo XIX- dejó paso a un sistema de hegemonía compartida con otros países como Japón y Estados Unidos. Se abrió una profunda crisis en el sistema colonial y las sociedades europeas alumbraron nuevos tipos de organización estatal (bolchevique y fascista), que se apartaban del estado liberal decimonónico. Por otra parte se dio paso a un sistema económico de alcance mundial.

Iniciado el conflicto con la movilización de los ejércitos de unos y otros contendientes, a una guerra de movimientos hasta 1915 siguió otra de posiciones, estabilizados los frentes desde ese año. A principios de agosto de 1914 el ejército alemán ocupó Luxemburgo y un día después Bélgica. A mediados de dicho mes los alemanes se extendieron por Bélgica en dirección a la frontera francesa. El comandante de las fuerzas francesas, Joffre, previó una ofensiva sobre las fuerzas alemanas en Alsacia y Lorena. La ofensiva francesa sobre Alsacia fue contenida en Morhagen y, en sucesivos combates, también fue cortada en las Ardenas. En Alsacia, tras la toma de Mulhouse, el ejército francés tuvo que retroceder ante el empuje alemán. Poco después los alemanes pisaban suelo francés. El resultado es que Alemania había contenido a los franceses en Alsacia y Lorena y había conquistado Bélgica. A partir de este momento (finales de agosto) Joffre fijó la línea defensiva entre Amiéns y Verdún. El 1 de septiembre Joffre ordenó una nueva retirada, pues París estaba amenazada y el gobierno francés se retiró a Burdeos. Es entonces cuando se produjo el milagro del Marne. Las directrices del plan alemán Schlieffen , al parecer, fueron arriesgadas, lo que permitió a Francia defender el frente en Verdún. El frente, estabilizado el 17 de septiembre, se alejaba definitivamente de París. En octubre cesaba la amenaza alemana sobre Verdún. Al terminar el primer año de guerra los alemanes habían penetrado profundamente en Francia, pero tras la batalla del Marne su ofensiva había sido detenida. Una larga línea de trincheras iba a señalar los frentes, prácticamente inmóviles hasta 1918. Otro aspecto fue la guera económica.

La primera guerra mundial alteró drásticamente la vida económica de los países beligerantes y de los neutrales. La creencia de que su duración sería breve hizo que las potencias entrasen en guerra sin acomodar sus economías a las nuevas condiciones. A ello se unió el bloqueo aliado a las potencias centrales y la guerra submarina desatada por Alemania como respuesta. El bloqueo marítimo aliado de los puertos enemigos forzó al establecimiento paulatino de un régimen autárquico e intervencionista en la Europa central. El cierre de las rutas navales y terrestres hacia Rusia creó gravísimas dificultades al estado zarista y contribuyó a precipitar los acontecimientos revolucionarios de 1917 . Todo ello produjo una bajada contínua en la producción industrial y agraria de los países en guerra. La escasez de subsistencias obligó al racionamiento de productos de primera necesidad y la prioridad concedida a la guerra aconsejó un mayor control de la actividad económica. Todo esto obligó a un replanteamiento de las relaciones económicas internacionales y se puso de relieve la incongruencia del mantenimiento de una economía de mercado en medio de una contienda universal .

El movimiento obrero organizado era consciente, a la altura de 1914, de que la guerra era algo concerniente a las burguesías respectivas de los países contendientes, y que las clases trabajadoras no tenían nada que ganar y sí mucho que perder en ella. Pero no se había perfilado una estrategia común, pese a que el tema había sido discutido en los congresos de Amsterdam, Stuttgart y Copenhague. Las sucesivas declaraciones de guerra hicieron aflorar una oleada de chauvinismo y de entusiasmo patriótico que sacudió a las poblaciones sin distinción de clases. Los anatemas a la guerra imperialista y a la ruptura del internacionalismo proletario lanzados durante años por socialistas de todos los países dieron paso a manifestaciones generalizadas de apoyo a la política belicista de los gobiernos.

Las minorías parlamentarias socialistas votaron los créditos de guerra y se adhirieron a las uniones sagradas que crearon los partidos burgueses en la casi totalidad de las naciones contendientes. Hubo algunas excepciones: en Gran Bretaña el Partido Laborista Independiente y algunas personalidades como MacDonald se negaron a apoyar esa política. En Rusia, bolcheviques y mencheviques condenaron en el parlamento y en la calle la entrada de su país en la guerra . Jean Jaurés, dirigente socialista francés y principal defensor de la corriente antibelicista, fue asesinado la víspera de la entrada de su país en la guerra. En Alemania, los sindicatos y el Partido Socialdemócrata apoyaron al gobierno, en el segundo caso incluso votando los créditos de guerra en el Reichtag . En Austria-Hungría, en Bélgica, luego en Italia y en Bulgaria, las masas proletarias se sintieron arrastradas a la participación en la guerra. El factor nacional prevaleció sobre el factor de clase.

Solo una minoría se permitió discrepar en el seno de la II Internacinal. Los sectores izquierdistas de los distintos partidos nacionales condenaron sin paliativos la guerra y lentamente fueron surgiendo grupos de activistas contrarios a la misma en el interior de cada país. En 1915, a iniciativa del socialista suizo Robert Grimm, se convocó una conferencia en Zimmerwarld (Suiza) a la que asistieron delegados de la mayor parte de los países contendientes .

La economía de guerra permitió mantener los costes de la misma, pero llevó la penuria a los países contendientes. Por ejemplo, en la zona transleithana del Imperio Austro-húngaro, se permitió que el conde Tisza practicase una política personalista, que concentró los pocos víveres en su zona, y dejó desabastecidas a Viena y otras grandes ciudades, donde el hambre hizo estragos.

La resistencia a la guerra por parte de sectores de la población fue la respuesta a las penurias sufridas. En Inglaterra, quienes se negaban a ser reclutados eran condenados a penas de cárcel: 15 en 1915; 772 en 1916. En Alemania, los accidentes de trabajo en el sector químico y la minería pasaron de 102.332 a 112.257 en los cuatro años de guerra. En Inglaterra, durante el mismo tiempo, los muertos en accidente laboral aumentaron una tercera parte. En Italia, la falta de carbón inglés detuvo el tráfico ferroviario en un 50%. Desde 1917 en este país se sucedieron grandes manifestaciones pacifistas, y la represión consiguiente produjo mil detenidos el 1 de mayo de aquel año. En Turín, la represión policial produjo 50 muertos, 800 heridos y 1.500 detenidos. En Inglaterra se produjo una oleada huelguística en 1917 de 872.000 trabajadores (en 1916 habían sido 276.000); en Francia de 41.000 se pasó a 294.000 entre los mismos años; en Italia de 136.000 a 170.000, y en Alemania de 129.000 a 667.000. En Rusia, ya en 1916, un millón de personas estuvieron en huelga.

En Francia solo había 17.731 mujeres empleadas en fábricas metalúrgicas antes de la guerra. En 1917, 300.000 tenían un puesto en la industria y 425.000 en septiembre de 1918. En Alemania, el número de empleadas en fábricas pasó de 1.405.621 a 2.139.910. Pero todos estos trabajadores estaban mal pagados y, por tanto, sufrían penurias. La mala salud y la poca moral venían a completar la situación, pues muy pocos se libraron de no tener algún familiar en el frente. Los territorios ocupados sufrieron más, pues la población fue reprimida aunque no se resistiese, y más si lo hacía; incluso hubo casos en que la represión tuvo un marcado carácter racista. En Dobrudja, las poblaciones habitadas por rumanos fueron arrasadas y los habitantes asesinados o deportados. En Serbia la requisa afectó a los productos habituales, pero además se talaron bosques enteros para conseguir madera. El parque de Rogok, un bosque natural, desapareció por completo. De Polonia, buena parte de las fábricas fueron trasladadas a Alemania.

La represión afectó también a las universidades, que frecuentemente permanecieron cerradas o dirigidas a fomentar una cultura al servicio del vencedor o del ocupante. En abril de 1916, 1.200 nacionalistas irlandeses ocuparon Dublín y se mantuvieron durante cinco días frente a las tropas inglesas, que no dudaron en emplear la artillería en plena ciudad. El jefe de la rebelión, Sir Roger Casement, fue detenido y ejecutado.

Una de las primeras medidas de las autoridades austríacas al invadir Serbia fue la deportación de 150.000 personas. Ello sirvió de inspiración a otras atrociadades posteriores. Un campo de concentración austríaco sentó las bases de la fama siniestra que más tarde alcanzaría: Manthausen. Los prisioneros italianos encerrados en él soportaron temperaturas de 20 grados bajo cero, sin abrigos, sin apenas alimentos. El hospital, sin medicamentos, tenía 2.000 camas para 4.000 enfermos. En la sección de oficiales había dos litros diarios de leche para 80 enfermos.

Otros muchos desastres acompañaron a la guerra. Numerosas personas perdieron todos sus bienes; solo en Francia quedaron destruidas 700.000 casas y 20.000 fábricas; ciudades como Yprés desaparecieron. Hubo viviendas que fueron ocupadas por los Estados Mayores militares o las tropas, sufrieron saqueos o el deterioro de un largo abandono forzoso. La mortandad de la guerra incidió sobre todo en los campesinos, mayoría de los movilizados y mayoría, por tanto, de los muertos. Parte de las clases altas, de los países contendientes y de los neutrales, se beneficiaron vergonzosamente de la guerra. Hubo una generación que perdió millones de vidas y luego sufrió una Europa endeudada y en crisis. Cargó con las calamidades de la guerra y con las miserias de la paz. Fue una generación que gastó su juventud en la guerra y en la penuria. Con razón llamaron aquellas gentes al conflicto la gran guerra.
L. de Guereñu Polán.

jueves, 15 de agosto de 2013

El error de El Baradei

Casi seiscientas personas masacradas en Egipto en los últimos días. Este es uno de los resultados -solo uno- del golpe de estado militar para desalojar del poder a quienes habían ganado las elecciones en buena lid: los Hermanos Musulmanes. 

No simpatizo con esta organización porque tiene una fuerte componente religiosa. También sé que ha interpretado la democracia -en el ejercicio del poder político- de una forma muy restrictiva y sectaria, pero lo cierto es que la población egipcia, por mayoría relativa, le había dado la confianza para que gobernase. Sus formas no difieren gran cosa de las del actual Gobierno de España, por ejemplo, que rompe consensos desde la transición de los pasados años setenta, cambia leyes progresistas por otras reaccionarias, utiliza las fuerzas del orden para reprimir derechos de los ciudadanos y se deja corromper agradablemente por empresarios sin escrúpulos.

El Baradei, un científico ejemplar, se sumó a los "salvadores" de Egipto: en realidad quizá quiso gozar del poder que no pudo cuando vio que no tendría los apoyos suficientes por la vía de las elecciones. El ejército en Egipto está corrompido, de esto cabe poca duda. Ha cumplico dos funciones esenciales desde los años cincuenta pasados: occidentalizar la Administración y a una parte de la sociedad e impedir que la democracia avanzase. El mundo occidental, repitiendo una y otra vez que la única salida para la solución de los problemas políticos y sociales es la democracia y ahora no combate a unos militares que han derribado por la fuerza a quienes habían aceptado dicho juego: el de las urnas.

El Baradei ha dimitido ahora del cargo gubernamental que tenía. Es un gran científico pero un pésimo político, y además ha dejado ver su vanidad al permitir que le nombrasen miembro del Gobierno. Hubiera sido un buen referente para el futuro si se hubiese mantenido al margen del golpe, lo hubiese denunciado y denunciase cuanto considerase los abusos de los Hermanos Musulmanes; pero no lo ha hecho así. Peor para los egipcios. 

En España, en occidente en general y en este foro ha habido entusiastas del golpe: había que evitar los desvaríos de los Hermanos Musulmanes, se decía. Ahora vemos que los desvaríos del ejército son mayores: actos criminales sin más. Muertes indiscriminadas, violación de los derechos humanos, un gran conflicto en la región, un país que se desangra y empobrece. El Baradei ha sido Premio Nobel de la Paz, igual que el Presidente Obama: ambos han defraudado a muchos. Uno colaborando directamente con los militares golpistas y corruptos, el otro manteniendo presos contra toda juricidad en Guantánamo, haciendo volar aviones no tripulados para combatir no se sabe que, espiando cada casa de cada ciudadano del mundo, matando despiadadamente a un terrorista y arrojándolo luego al mar... Todo un mal ejemplo; como el de El Baradei. 

L. de Guereñu Polán.

Los ladrones

No me refiero aquí a los raterillos de poca monta, sino a los que ocupan elegantes despachos, se relacionan con la hez de la economía y gobiernan el país por medio de la corrupción. La señora Cospedal, por ejemplo, ha percibido por todos los conceptos la cantidad de 963.330 euros en solo seis años, y buena parte de ese dinero no ha cotizado a la Hacienda pública por la sencilla razón de que lo ha cobrado ilícitamente (también ilegalmente). No se sabe cuando se dedica a gobernar la Comunidad que tiene encomendada, Castilla-La Mancha, pero sí comparece con frecuencia en ruedas de prensa para decir vaciedades y mentir.

El señor Arenas ha percibido en 22 años, por todos los conceptos, 2.846.968 de euros, lo que equivale a 10.783 euros mensuales de media (téngase en cuenta que en la década de los noventa pasados estos valores eran, en términos reales, muy superiores a la actualidad). Y el señor Cascos, en quince años, ha ganado por todos los conceptos, 2.049.584 euros, lo que equivale a 11.386 euros al mes, también buena parte de ello en negro. Es una concepción de la política como negocio, pero sin aportar nada: un empresario arriesga su capital; luego se resarce explotando a sus empledados y suele defraudar a la Hacienda pública por medio de amistades y otras triquiñuelas llevadas a cabo por leguleyos, pero los citados, como unos cientos más, no aportan nada al país. 

Me he fijado en tres ejemplos cuyos emolumentos han sido publicados sin que haya habido desmentido alguno, y se puede ver que estos señores y señora cobraban por todo, incluso por respirar. A sus salarios institucionales unían otros dineros en sobresueldos, dádivas de empresarios que esperaban conseguir favores económicos y administrativos y así sucesivamente. Está demostrado por la Justicia, por las informaciones de los medios de comunicación y la opinión pública tiene el convencimiento moral del ejercicio ladronil de estos personajes, que no son sino tres muestras de una caterva mucho más amplia.

Estas prácticas y negocios sucios solo son posibles en organizaciones mafiosas, creadas con el fin premeditado de delinquir. El partido creado por el señor Fraga en la década de los años setententa pasados es el origen de esto que ahora sufrimos. Fue siempre un partido bien relacionado con contrabandistas y criminales, con ladrones y empresarios corruptos, con corruptores y corruptibles, con gente venal y poco mirada para guardar siquiera las formas. 

Nos gobiernan los ladrones, pero quizá con el tiempo nos libremos de ellos y podamos emprender una andadura verdaderamente digna.

L. de Guereñu Polán.

jueves, 1 de agosto de 2013

Las Virtudes necesarias del dirigente político.


Al principio de su obra “Gran Ética” Aristóteles indica: “Es, por consiguiente, necesario que, quien quiere conseguir algo en el orden de la política o la sociología, sea él personalmente hombre de buenas costumbres”.
Viene al caso, cuando escuchando la intervención, que no explicación, del actual presidente del gobierno español sobre Gürtel, Bárcenas y el partido gobernante, me doy cuenta que el tema de falta  virtudes es aplicable a una gran parte de los dirigentes europeos, americanos del norte y del sur, y del resto de continentes, con pocas y muy loables excepciones.

Una filósofa mas reciente Victoria Camps aporta alguna luz: “el poder desgasta la virtud y propicia la tentación de la corrupción".
Algunas carencias son muy evidentes, tanto si se refieren a virtudes recogidas en textos antiguos como a las expuestas en otros más modernos.  Empezando por las próximas, la profesionalidad virtud o valor universalmente reconocido como marca de excelencia, exige la asunción de responsabilidades y el respeto a las formas, frente a la apatía como fórmula universal de solución de los problemas que se le presentan a diario a un gobierno. Lo corriente hoy en día es, en vez de defender y asumir las decisiones propias, descalificar al contrario., trasladar la responsabilidad a otros, sea el otro Zapatero, Bush, la Comisión Europea, los difuntos Chaves y comunismos varios, ó,  “los mercados” ( gran invento, que sustituye a lo que los siervos antes llamaban amo).

Si volvemos a Aristóteles, acentúa la virtud de la dignidad, según el filósofo el justo término medio entre la  autosuficiencia, extremo al que se arriman muy abundantemente los dirigentes, en especial en los ámbitos en los que existen mayorías absolutas y la cortesía servil, extremo rechazable para todo dirigente de un país, al que sin embargo casi la totalidad de los hoy gobernantes se apuntan (también algunos de los aspirantes hoy en la oposición), cuando tratan con “los mercados” o con otros dirigentes más poderosos que ellos. De esta última reflexión son paradigmas la mayor parte de los dirigentes europeos, de forma muy evidente los actuales españoles.
Lo digan, o no, textos filosóficos, en democracia la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace debe ser la virtud que pondera el grado en que un dirigente es demócrata por convicción o simple conveniencia. Lo virtuoso  sería dejar la política cuando lo que se hace no es coherente. No rectificar, el “sostenerla y no enmendarla”, es agresión al ciudadano, confundir la errónea autosuficiencia con la virtuosa coherencia democrática.

Hoy sería fácil poner un nombre propio al ejemplo de carencia de virtudes como dirigente, mostrada no solo en el debate del parlamento sino en la práctica totalidad de las decisiones tomadas desde el gobierno y sobre todo por echar la culpa de las consecuencias a los demás, pero, me apunto a la coherencia democrática de dejar que sea la opinión de cada lector la que haga la extensa lista de los muchos nombres de dirigentes, no solo políticos, que le va a venir a la mente según avance en la lectura.
Agosto de 2013.
Isidoro Gracia