viernes, 31 de enero de 2014

ACIERTOS DE FETE UGT

En estos tiempos de particular dificultad y singular dureza para la labor de las organizaciones sindicales, reconforta contemplar algunos aciertos destacados por parte de la FETE, la histórica Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT.

Uno se refiere a su apoyo a la publicación del libro titulado “LUIS GÓMEZ LLORENTE. Educación Pública y Socialismo”, editado por Catarata y en el que con la coordinación de Antonio García Santesmases y Manuel de la Rocha Rubí, escriben 25 destacados socialistas, que compartieron con Gómez Llorente lucha y compromiso a lo largo de los últimos 40 años. Apoyo que se completa con una campaña de presentación y difusión del libro por toda España, también en Galicia.

El otro es la edición del documental “Las Maestras de la República” que en colaboración con Transit Producciones y guión y  dirección de Pilar Pérez Solano, ha merecido su nominación a los Premios Goya 2014, y que igualmente está siendo presentado y expuesto en numerosos actos culturales en las principales ciudades y pueblos de las distintas comunidades autónomas.

La FETE acierta al recuperar y compartir su propia historia, que es también la de una parte importante, no solo del socialismo español, sino del propio país. Bien está y justo es que un sindicato de profesores y maestros se ocupe ante todo de la mejora de las condiciones de vida y de trabajo del colectivo que representa, pero sin olvidar nunca su  papel en la sociedad y su estrecha relación con el conjunto de las políticas educativas, que en definitiva acaban determinando nuestro modelo económico, social y de convivencia.

Cuando se habla de crisis del sindicalismo, y las organizaciones sindicales están siendo objeto de un despiadado ataque por parte de los poderes económicos y los sectores mas reaccionarios del país, recordar y afirmar los grandes principios y renovar el compromiso con ellos, es sin duda un camino acertado. Se empieza a desaparecer cuando en nombre de mal entendidas renovaciones y reorganizaciones, se olvidan esos principios que son la razón de ser de las propias organizaciones sindicales. Claro que la realidad de nuestra sociedad es distinta a la de la España de los años treinta del siglo pasado, y distinta también a la de los años setenta y ochenta. Pero también es verdad que la lucha por la defensa de la enseñanza pública, por el derecho a la educación libre y gratuita, la igualdad de oportunidades, el laicismo, etc. sigue siendo más necesaria que nunca, igual que la defensa de los derechos laborales, el salario digno, la sanidad publica, las pensiones y las coberturas sociales.

Se trata de poner en práctica un sindicalismo que atienda a las necesidades profesionales, indudablemente. Pero también con clara dimensión social y política. Política si, no alicorta y de partido, sino en su sentido mas pleno, noble y profundo. Al fin y al cabo, profesores y profesoras, maestros y maestras, jóvenes alumnos con sus padres, son la base sobre la que se asienta y conforma nuestro presente y nuestro futuro como ciudadanos y como país. Por eso, no podemos dejar que la educación se convierta ni en negocio ni en privilegio o patrimonio privado de nadie.

Xesús Mosquera Sueiro / 31 de Enero de 2014


viernes, 24 de enero de 2014

Preguntas al Partido Socialista

Una cosa parece evidente: que la crisis económica que padece el mundo ha sido provocada por unos cientos de ladrones de guante blanco que, contrariamente el sufrimiento de la población, han multiplicado sus beneficios y sus patrimonio. Sin ir más lejos, desde el año 2007 don Amancio Ortega ha aumentado un 130% su patrimonio (véase cualquier anuario o fuente fiable sobre este particular).

Ya era una tendencia del sistema y de los años anteriores a la crisis actual, pero ahora se ha agrandado la diferencia entre los pocos ricos que nadan en la abundancia y la inmensa mayoría de la población, de forma que las fortunas se acumulan cada vez en menos manos y se pauperiza a más millones de personas. Las previsiones marxistas, que habían errado según la crítica hecha por Berstein, vuelven a estar de nuevo sobre la mesa ante la verosimilitud de las mismas. 

Pero llegará un momento en que los partidos conservadores dejarán de gobernar en Gran Bretaña, Alemania, Grecia, Portugal, España y otros países. Ante esa perspectiva, hagámosles algunas preguntas, particularmente al Partido Socialista Obrero Español: ¿que tiene previsto sobre la reforma laboral que ahora está en vigor y que permite prescindir de un trabajador con una indemnización ridícula? Porque la patronal está crecida y, o se moviliza a la opinión pública, o con el Parlamento solo no se gobierna. Ejemplos hay en la historia de que decisiones tomadas por medio de la ley se han torcido por la presión de los poderosos. ¿Que medidas se van a tomar para que la Iglesia católica pague de una vez el impuesto de bienes inmuebles sin subterfugios? Para ello es necesario denunciar los acuerdos con el Vaticano del año 1979, y no vale con enfadarse a toro pasado, hay que hacerlo y punto. Lo mismo cabe decir con respecto a las leyes educativas, que tendrán que volver a recuperar la atención a la diversidad, la prioridad de lo público sobre lo privado, la prohibición de toda segregación, el funcionamiento sin ambages de la Alta Inspercción del Estado en los centros privados...

¿Que va a hacer el Partido Socialista en materia de investigación, desarrollo e innovación? Porque de algún sitio habrá que sacar los recursos para este capítulo vital en los "input" de todo país que aspira al desarrollo. Esto entronca con una radical modificación de la política fiscal que no sé si el Partido Socialista estará dispuesto a abordar. No hay mejor manera -en un sistema capitalista- para repartir recursos que una política fiscal radicalmente justa, progresiva y distributiva. Otra vez tendremos a los grandes clamando al cielo y amenazando con evadir capitales, en lo que contarán con todo el beneplático de ese instrumento que es la Unión Europea. En materia de Sanidad ¿se va a impulsar de una vez el derecho de los dependientes a las ayudas que necesitan? Porque estamos con una población envejecida y con unas tasas de paro que no permiten a las familias atender esas necesidades. ¿Se va a atender a más personas de las que están en paro y se va a reformar el sistema por el que a una persona se la considera parada forzosa? En definitiva, ¿se va a controlar la economía desde el Estado para liberar a las personas de la opresión que dicha economía ejerce sobre la mayoría de la población? 

¿Va el Partido Socialista a propiciar una política de austeridad pública (entre los cargos públicos) para que aquellos que no estén dispuestos a ella se vayan y dejen a los que sí están en la línea de trabajar para los demás sin necesidad de enriquecerse? En este orden de cosas habrá que plantear ideas para luchar contra el fraude fiscal, lo que sin la colaboración internacional todo es humo de pajas. Los paraísos fiscales son una lacra creada por el capitalismo y sus secuaces que hay que eliminar contra la complacencia que la Unión Europea demuestra sobre ellos. ¿Va el Partido Socialista a desplegar una política por extender la justicia universal, contrariamente a lo que ha hecho el PP solo porque las autoridades y los mafiosos chinos así lo han pedido? ¿Que ocurriría si todos los partidos socialistas de Europa, del mundo, legislasen en la misma dirección? ¿Dejaría de ser China un mercado para esos países solo porque persiguen el crimen en todo lugar y circunstancia? 

¿Que hacer con los inmigrantes? ¿Se va a seguir permitiendo una política segregacionista como la que se practica en algunas comunidades autónomas españolas? ¿Va un futuro gobierno socialista a permitir que países como Francia u Holanda impidan la entrada en sus territorios a gitanos rumanos, por ejemplo? ¿Donde está en ello el espíritu comunitario, el tratado de Schengen y el mismo tratado de Roma? ¿Como va el Partido Socialista a colaborar con otros gobiernos socialistas o afines para el control y la disciplina de los mercados financieros que operan a nivel planetario y que controlan la política del mundo? Las instituciones internacionales están en su prehistoria y países como Estados Unidos, Rusia y China no quieren que evolucionen, porque ello significaría una merma en su soberanía: hay sobrados ejemplos que lo demuestran. ¿Van los partidos socialistas a seguir colaborando con países que están en la dirección opuesta a lo que debe ser una política que se imponga a la economía en el mundo? 

¿Va el Partido Socialista a vigilar, controlar y cortar -en su caso- determinadas prácticas empresariales que son un fraude al mundo de trabajo? ¿Cuando se van a utilizar los resortes del Estado para dar el gran cambio que el país necesita -que necesita el mundo- en el control social de la economía y de las empresas? Porque de lo contrario no será posible evitar que se violen derechos humanos fundamentales, desahucios, timos a gran escala, trampas urdidas al socaire del poder económico. 

¿Va el Partido Socialista a protestar contra el espionaje internacional practicado por las grandes potencias y particularmente Estados Unidos y el Reino Unido? ¿Va el Partido Socialista a plantear la necesidad de una mayor integración de la U.E. para que no haya países que tengan una política exterior divergente con los intereses comunitarios? Porque si esto no se corrige ¿a que un país como España va a tener que abrir sus fronteras a la circulación de capitales si ello no es más que un subterfugio para la fuga de los mismos ante medidas de control absolutamente necesarias? 

¿Va el Partido Socialista a exigir se dé solución a la burla lacerante que es Guantánamo por mucho que en Estados Unidos gobierne el Partido Demócrata? ¿Lo va a hacer por sí o mediante la Unión Europea? Porque esta es un medio, no un fin en sí mismo: si no sirve a los intereses de los europeos, de la inmensa mayoría que trabaja cada día, no es más que una creación fantasmagórica para perpetuar un sistema radicalmente injusto.

L. de Guereñu Polán. 

Don Mariano y el President se ayudan

Entre nacionalismos anda el juego. Mientras que el Presidente catalán trata de ganar adeptos con sus arrebatos independentistas (que no desea si no fuese por la influencia que ejerce su socio ERC) el Presidente del Gobierno estimula el nacionalismo español contra el catalán considerando que ello es del agrado del ciudadano medio de la mayor parte de España. Mientras tanto, el país sin arreglar. Y esto es lo que se puede echar en culpa a los nacionalismos más activos en los últimos años, el catalán y el español, que andan en sus querellas sin tener en cuenta los verdaderos problemas de los españoles y que son conocidos de todos. 

Los Decretos de Nueva Planta, que fueron aprobados durante el reinado de Felipe de Anjou a principios del siglo XVIII, no dejaron a Cataluña sin autonomía, muy al contrario, permitieron que los catalanes pudiesen ocupar puestos de responsabilidad en el Estado y Cataluña conservó su derecho civil, procesal y penal, además de establecer un catastro que permitió obtener recursos para mejorar las infraestructuras catalanas en fecha tan temprana. Obviamente, otros derechos de los catalanes no fueron respetados, pero ahora sí.

La "Renaixença" tuvo su pleno vigor durante el siglo XIX, a pesar del centralismo propio de la mentalidad liberal de la época, que huía de la compartimentación nobiliaria feudal. Por otra parte Cambó colaboró con el centralismo maurista y Esquerra Republicana de Cataluña colaboró con las autoridades de la II República que eran afines a su ideario, pero antes, durante la dictadura primorriverista, la burguesía catalana no tuvo inconveniente en apoyarla porque antes estaba el orden y luego las reivindicaciones nacionalistas. Que es lo mismo que ha ocurrido durante la transición política española y durante los gobiernos conservadores a partir de ella: el nacionalismo catalán ha estado con los señores Suárez y Aznar. 

Por lo tanto lo que ahora ocurre es una ruptura respecto de lo que el nacionalismo catalán ha hecho siempre, que fue colaborar y cogobernar con los partidos conservadores españoles para obener los mejores resultados económicos en Cataluña: de ahí que -aparte el carácter emprendedor de sus clases ricas- sea una de las comunidades con mejores infraestructuras, equipamiento industrial, desarrollo y nivel de vida. Todo ello colaborando con el nacionalismo español incluso en momentos en los que la democracia estuvo ausente de España. 

El President y Don Mariano son conscientes de que, barriendo cada uno para su nacionalismo, obtendrán quizá la mejor tajada electoral, pero una cosa es la política electoral y otra la política con mayúsculas, aquella que tiene como prioridad solucionar los problemas de las personas a corto plazo y establecer una estructura sólida para el futuro, para que la población se encuentre a resguardo de las crisis periódicas que afectan al sistema capitalista, el único en vigor hoy en día. 

L. de Guereñu Polán.

Davos: la crisis, desigualdad y la Democracia, un sistema en peligro de extinción.


Apenas constatado por el informe de Intermon Oxfan que el 1% de la población mundial se apropia de más renta que el 50% más pobre, comienza en Davos la reunión anual en el que la gran mayoría de los participantes son representantes de ese 1%. Se trufa el conjunto con unos pocos invitados con otra representatividad, al menos en apariencia (políticos, dirigentes de algún organismo internacional, etc.)

Incluso así se cuela en primer plano el escandaloso proceso del incremento de la desigualdad, y la situación de perdida catastrófica de una gran parte de las oportunidades de los jóvenes. No podía ser de otra forma ya que incluso alguien tan poco sospechoso, para los poderosos, como el Centro de Estudios del FMI realizó en 2010 un informe cuyos datos son concluyentes: Una de las causas más importantes de la actual  crisis es el crecimiento de las desigualdades sociales,  la gran concentración de las rentas en los sectores más adinerados, rentas que provienen sobre todo de las rentas del capital, a costa de las rentas de los ciudadanos que en su mayor parte proceden del trabajo, ha determinado un descenso muy notable de la capacidad adquisitiva de la mayoría de la población, forzándola a endeudarse, e incrementado las desigualdades hasta límites insostenibles por el sistema.

Claro que algunos de los analistas ven los riesgos que esto conlleva: “el desempleo juvenil  es un problema económico, pero también político, porque lo último que quiere cualquier país es tener a un montón de gente joven sin trabajo; es una situación muy peligrosa, con un riesgo de estallido social”. Pero como el objetivo principal no es otro que mantener la acumulación de la riqueza, el sistema que permita esto pasa a ser una anécdota, si puede sostenerse con fuerza pública.  Así pues la ecuación que nos venden, por todos los medios, de democracia igual a capitalismo, nunca se ha cumplido, de hecho a lo largo de la crisis se ha conseguido acuñar, como mera consiga a aceptar,  justo la inversión de los términos: capitalismo igual a democracia.

Y esto es así porque los factores y medios que condicionan cualquier elección (medios de comunicación, dinero dedicado a campañas, cultura populista frente a formación, etc.) están, en su mayor parte en manos de multinacionales, entidades financieras y especuladores poderosos individualmente o en asociación. Todo ello ha devenido en democracias imperfectas en las que los electos se ven condicionados a servir los intereses, no de sus representados y electores, sino de las minorías que detentan los medios que les permiten ganar elecciones.

El que las propuestas de Davos abunden en lo que provoca desigualdad, por ejemplo mayor flexibilidad laboral e incluso limitar el acceso a la educación superior a los jóvenes, solo puede indicar que los que se consideran dueños del mundo, no se van a dar por satisfechos hasta llegar a un sistema, sea este o no democrático, que les permita disponer de esclavos y siervos que acrecienten sus riquezas. Entre dinero y derechos la apuesta es clara y muy evidente.

¿Tiene esto solución sin llegar al estallido social?

Túnez, Egipto, Ucrania, Siria, etc. y ejemplos cercanos indican que quizá estemos más próximos a ese estallido que lo que los analistas creen.

Es evidente que de otras crisis y situaciones graves se ha salido, y no solo de aquellas con consecuencias catastróficas solo sobre la economía, piénsese en las salidas de las abundantes guerras. Pero en todas las ocasiones ha habido una realidad: para salir, alguno de los poderes implicados ha cedido todo o parte de su poder y bienes, a otros poderes y/o al conjunto de ciudadanos.

Recordemos la abolición de la esclavitud, la supresión del apartheid, la superación de la servidumbre, la caída de algunas dictaduras. Cierto es que quedan restos de esclavitud, discriminación y abusos, pero no es menos cierto que los minoritarios amos, nobles y otros poderosos tuvieron que perder privilegios, bienes, y en ocasiones alguna cosa más, para que la mayoría de los humanos fueran más libres e iguales, siempre hasta cierto grado. Y ahora viene la pregunta clave: ¿Cómo se consiguió que esos poderosos cedieran?, respuesta: siempre por el uso de la fuerza de la mayoría, organizada como ejército, sindicato o partido político.

Esta vez el diagnostico es claro, quien desata esta crisis son los abusos de una minoría perfectamente identificada, grandes especuladores, dirigentes de bancos, aseguradoras, fondos de inversión y agencias de calificación. También es claro que siguen abusando y en vez de pagar por sus maldades se aprovechan, aún más, dictando al resto del mundo lo que se debe de hacer en esta situación.

Desde estas democracias imperfectas aún existen posibilidades de corregir el rumbo de la historia, si mediante el uso del voto y resto de derechos civiles y políticos, como el de asociación y manifestación, la mayoría de ciudadanos pasan a ser entes activos en defensa de sus derechos será posible que en vez de que los que abusan de la democracia, hasta acabar con ella, sea la democracia la que acabe con ellos. Y que no queden dudas que son las dos únicas alternativas posibles, una vez roto el contrato social.

Puede hacerse de forma pacífica mediante un programa político refrendado en urnas, con medidas tales como: convertir en delictivo cualquier trato con los paraísos fiscales (cuyo única y exclusiva existencia se justifica en la evasión de impuestos), la corrección del descontrol existente en la economía meramente especulativa, con la creación de tasas a los movimientos financieros, la protección de la economía productiva apartando de los mercados de futuro los elementos esenciales para la vida como los alimentos, o retomando la presencia pública en sectores como la energía, etc.

Cierto es que existen otras formas de cambiar la historia, la Revolución Francesa es un buen ejemplo, lo que ocurre en Egipto y resto de la llamada primavera árabe, lo que está solo en sus comienzos en Ucrania, o por poner ejemplos menos dramáticos y próximos, lo que pudo suceder a raíz de una mera operación especulativa menor en un barrio de Burgos, son otros ejemplos de cómo tratar a los abusones. Como muchos de los que pertenecen al club del 1% tienen similitudes muy evidentes a los que fueron objeto, de los que establecieron aquello de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, sería cuestión de plantearse si la terapia necesaria en este momento tendría que ser de un nivel y extensión similar.

Isidoro Gracia                             

domingo, 19 de enero de 2014

La pela es la pela

Tres diputados del Partido de los Socialistas de Cataluña se niegan a entregar sus actas como tales a pesar de que las divergencias que manifiestan sobre cuestiones fundamentales con el partido al que pertenecen son evidentes y graves. Sabido es que cuando una persona pertenece a un club (libremente) se ha de someter a los estatutos de dicho club, mucho más cuando se trata de un partido político que tiene la obligación de preocuparse y buscar soluciones sobre cuestiones públicas, que afectan a los ciudadanos. Si esos tres diputados han tenido la ocasión de defender sus posiciones -como la han tenido- sobre cualquier asunto y han quedado en minoría, la más elemental norma de comportamiento democrático es aceptar la decisión de la mayoría y plegarse... o bien, si el asunto espanta tanto que no puede uno aceptarlo sin graves consecuencias de conciencia, abandonar el partido y antes el escaño que se ocupa.

¿Como si no se puede entender la militancia en un partido, la pertenencia a un club o a cualquier asociación huamana? ¿Puede cada uno indisciplinarse cuando considera que su posición es la acertada aunque esté en clara minoría? ¿Podrán hacerlo otros en lo sucesivo y cuantas veces se quiera? Porque si la respuesta a estas preguntas es afirmativa entonces no hay partido político que valga. Uno se integra en una asociación para contribuir al éxito de la misma, no para traicionarla cuando le venga en gana. A no ser que los diputados díscolos se nieguen a entregar sus actas porque de esa manera dejarían de percibir los honorarios como diputados y tendrían que reincorporarse a sus empleos en la sociedad, lo que suele no desearse por los implicados.

Recuerdo cierta ocasión en la que, en una asamblea socialista, un militante intervino en favor de la candidatura al Senado de otro que ya se encontraba en edad avanzada: "dejémosle que disfrute los últimos años", dijo el primero. Concebía este que ser senador era un disfrute, cuando siempre creí que es una carga por la que hay que rendir cuentas y ha de representar un gran sentido del sacrificio y capacidad de trabajo. Aquella concepción de "disfrute" de los cargos públicos está muy extendida, por eso hay verdaderos codazos, traiciones y conflictos para ocupar uno, aunque luego no se sepa que hacer con él y no se responda a lo que es esperable de quien ocupa dicho cargo público. Así parece que conciben los diputados díscolos catalanes el cargo que ocupan, como un "disfrute" al que no están dispuestos a renunciar.

¿Que mejor manera de demostrar la oposición a una resolución del partido del que se forma parte que renunciando al acta de diputado, demostrando con ello hasta que punto se está en desacuerdo y se confía en tener razón mientras que los demás están equivocados? El tiempo lo diría en todo caso. Pero no, aferrarse a los cargos aunque sea a costa de desestabilizar al partido al que se pertenece parece ser norma y lo contrario excepción. 

Por otra parte está el caso de jugar a varias bandas: permanecer en el puesto ganado con el concurso decisivo del partido (sin lo cual no sería posible ocuparlo) y al mismo tiempo congraciarse con la oposición al propio partido; de esta manera, en el futuro, siempre estará uno en la mejor disposición de quedar bien. Pero lo cierto es que, desde el punto de vista ético, se está quedando muy mal. Es de todo punto rechazable que se traicione la confianza que se ha puesto en uno para hacer lo contrario que se espera de ese uno. La miserable historia de los tránsfugas, sediciosos, pusilánimes, listillos y demás especies de este calibre empedró la política en todos los tiempos. El trío de diputados catalanes (se supone que socialistas) ha prefrido la sedición y la falta de ética a la generosidad y la honradez. Peor para todos.

L. de Guereñu Polán.

sábado, 18 de enero de 2014

Más sobre la transición a la democracia en España

En 1841 (hace tres cuartos de siglo) el Congreso de los Diputados declaró "beneméritos de la Patria a los emigrados que durante la última época de absolutismo entraron en España a restablecer la libertad", aprobando a continuación la correspondiente ley sobre este asunto. Se trataba de la lucha que algunos habían llevado a cabo entre 1823 y 1833 contra la monarquía absoluta del rey FernandoVII. Tras la guerra civil que siguió a su muerte, las Cortes Españolas, pues el Senado también participó en la aprobación de la ley, reconocieron los méritos de los luchadores en favor de la libertad. Nada de esto ocurrió en España tras la muerte del dictador Franco.

Cierto que la transición a la democracia en España a partir de 1975 quizá no pudo ser de otra manera, sobre todo por el aborregamiento en que estaba sumida la población en su conjunto. Un ejército que todavía no se había depurado (en realidad nunca lo fue) vigilaba por si alguien se desmandaba, pero si se hubieran producido movilizaciones masivas en el campo y en la ciudad, en la Universidades y en las fábricas, si la actitud de la población hubiese sido muy otra, quizá el ejército no hubiese sido uitilizado para el correspondiente baño de sangre. No fue así y nada más que decir sobre ello.

En 1841 se honró mediante ley a los que "hayan perdido sus vidas en un patíbulo durante la misma época", así como a "los que hayan sido procesados, presos y acusados de muerte por causas de conspiración directa o sublevación en favor de la libertad...". Por contra se declaró "infieles" a los que se condujeron para "sostener el gobierno absoluto de la mencionada época o a favorecer la rebelión de D. Carlos" (en referencia al pretendiente que ocasionó la guerra civil de 1833). 

Por la ley de 1841 se ordenó que en todas las Diputaciones y Ayuntamientos se fijasen lápidas con los nombres de "los naturales de la provincia que hayan muerto por defender la libertad". Aquellos diputados y senadores, imbuidos de un ideal cuya práctica no estaba aún asegurada en España, pertenecían todos ellos a las clases pudientes de la sociedad, pero al mismo tiempo eran en su mayoría personas ilustradas. Allí estaban condes, marqueses, arzobispos, terratenientes, propietarios de la más variada condición, financieros, el conde de Valcecañas, el marqués de Gaudalcázar, el Duque de Zaragoza, el Barón de Salillas, un Espinosa de los Monteros, un Ladrón de Guevara y el arzobispo de Toledo -entre otros- Juan José Bonel y Orbe. A estos hombres les cupo, de grado o forzadamente, honrar a los que habían luchado por la libertad.

Durante la transición a la democracia en España nada de esto ocurrió porque el país que dejó la dictadura era un montón de atraso y miseria, apartados como estábamos del mundo, regidos por curas y soldados, atados de pies y manos hasta que los herederos del régimen abrieron la mano con no poco riesgo, como se demostró en 1981. 

L. de Guereñu Polán.

domingo, 12 de enero de 2014

La trama Gürtel se va de boda



Parece no haber duda de que los españoles vivimos bajo la permanente amenaza y gobierno de una banda criminales con implicaciones políticas y económicas que tiene atenazado al país, el cual no logra desembarazarse de la ponzoña moral en la que se encuentra.

Son tantos los casos de corrupción entre los banqueros, políticos, empresarios, intermediarios, conseguidores, defraudadores del fisco, etc. que no puede recordarse situación ni parecida en toda la corta historia de la actual democracia española. Para que esta situación cambiase (a bien, claro) sería necesaria una promoción de políticos honestos que pusiese al país del revés, concitase el más amplio consenso entre la ciudadanía y llevase a cabo leyes draconianas y expeditivas. No es posible que exista dicha promoción de políticos (en las más altas magistraturas del Estado, en los Ayuntamientos, etc.) si no están imbuidos de la idea de generosidad y desprendimiento que parte del país demanda: renunciar a privilegios, someterse a salarios modestos, perseguir con denuedo el fraude fiscal, cuestionar el estatuto que une a España a la Unión Europea –en lo que nuestro país no estaría solo- conectar con los movimientos cívicos, que han planteado una serie de reivindicaciones, en los últimos años, de gran interés, por más que otras no sean más que un brindis al sol.

La trama de corruptos que están relacionados con el vocablo Gürtel existía con anterioridad, pero se consolidó con motivo de cierta boda que, de acuerdo con la inspiración de la citada trama, se llevó a cambo con toda la pompa y el oropel (porque en el fondo todo estaba podrido) que presidió cierto personaje en cuyas mayos estuvo el país durante ocho años.

Ataques a la independencia del poder judicial, utilización del Consejo del Poder Judicial con fines de la más baja política (cuando creo que dicha institución es totalmente prescindible), dar la callada por respuesta a los múltiples casos de corrupción que se dan en el partido que gobierna España, en cuyo cometido es maestro el actual Presidente del Gobierno, mentir hasta la saciedad y el hartazgo de la ciudadanía, reparto indiscriminado de millones entre unos cientos de familias con burla y escarnio para el pueblo trabajador…

Con motivo de la pésima gestión de la crisis económica que llevó a cabo el Gobierno socialista del señor Zapatero, la derecha sociológica del país se unió como una piña hasta alcanzar casi once millones de votos en 2011. Parte de la izquierda se retrajo y dejó a sus partidos con una representación muy disminuida en el parlamento, por más que dichos partidos –con los sindicatos que les pueden ser más o menos afines- estaban también recogiendo las migajas del despojo: sindicalistas consejeros que no se enteraban o se enteraban pero preferían cobrar los pingües sueldos que les daba este banco o aquella caja de ahorros…

Pero al comenzar el año 2014 parece que esa unidad de la derecha sociológica se ha resquebrajado: en primer lugar en Cataluña y las provincias vacas, donde sus derechas respectivas tienen amplio poder en dichas comunidades. En segundo lugar porque determinadas medidas del Gobierno han escandalizado a tirios y troyanos (además del flagrante incumplimiento de su programa electoral). El ciudadano conservador medio, en España, quiere orden, no quiere que se mienta desde el Gobierno una y otra vez, no quiere ver –creo yo- que la Secretaria General del partido que gobierna salga a la palestra pública una y otra vez a mofarse de la ciudadanía; cierto elector de derechas no quiere ver como nuestro país es el hazmerreír de Europa y de otros países que están al tanto de las andanzas de un rey y parte de su familia, de un Presidente y parte de su Gobierno, de un partido, que están emponzoñados hasta la médula de corrupción y enriquecimiento ilícito.

La izquierda, en general, no tiene ideas. Está sin norte, esperando un resbalón del contrario para volver al poder político y encontrarse con un poder económico que está en la cresta de la ola dictando sus exigencias, sometiendo a los pequeños ahorradores, a los pequeños empresarios, a los autónomos, defraudando al fisco y llevándose los capitales a paraísos, arruinando al país en beneficio propio. La diferencia de renta entre españoles se ha distanciado escandalosamente, la diferencia de recursos entre comunidades autónomas también. La gestión de los intereses públicos se ha llevado a cabo, en los últimos dos años, con venalidad y contra dicho interés público, a favor de empresas privadas relacionadas con los que están en el poder y con los que han estado (ejemplos de ministros socialistas que están ahora aprovechándose de la notoriedad que adquirieron no faltan).

Si es cierto que un país tiene el gobierno que se merece, tiene los jueces que se merece, tiene los políticos que se merece, ¿no vamos a tener la esperanza de que de los movimientos cívicos, de los partidos existentes y por existir, salga una promoción de mujeres y hombres comprometidos que no pasen ni una, que sean intransigentes ante la corrupción, la burla y la miseria? Debieran los actuales dirigentes políticos pensar si sería bueno renunciar a las luchas mezquinas por este o aquel sillón y facilitar, no sin las cautelas que sean necesarias, el acceso a los que van a la política con la mayor de las generosidades, no están relacionados con poder económico alguno y quieran cuestionar todo lo que sea necesario para que la actual situación se corrija cuanto antes. Creo que no será posible volver a un país normalizado moralmente hasta por lo menos una década más tarde, pero podríamos empezar ahora ya a poner las primeras piedras.

L. de Guereñu Polán.

sábado, 11 de enero de 2014

LAS ALTERNATIVAS ENERGÉTICAS


Solo la UE apuesta, moderadamente, por las fuentes renovables, los mayores consumidores: USA, China, India, así como los grandes países emergentes se limitan a crecer mediante las fuentes más baratas en cada momento.

El punto de partida para estudiar cualquier fuente de generación de energía, es la situación más actual del mundo,  situación que según el informe de la ONU “Nuestro Futuro Común”, donde se acuñaron las tesis sobre el “desarrollo sostenible”, es: no existe ninguna fuente de energía, ni ninguna combinación de fuentes, que sea capaz de subvenir las necesidades humanas, en los actuales términos del desarrollo necesario para el bienestar. Esto nos lleva a que todas y cada una de las posibles fuentes de energía son imprescindibles y en consecuencia deben ser explotadas, pero evidentemente lo más razonable estaría dentro de los límites del desarrollo sostenible, en el tiempo, actual y futuro, y en el espacio geográfico en que se actúa.

Todos los sistemas promovidos por gobiernos sensatos están y estarán basados en las garantías de suministro, y el coste unitario final. Por razones estratégicas o políticas deben incluirse otros referentes, en este siglo el impacto medioambiental y la opinión pública, son referentes obligados, al menos en los países más democráticos.

Comencemos el análisis por lo básico: garantía de suministro y precio final de la unidad energética.

Los depósitos disponibles de uranio garantizan el suministro por 30 ó 40 años, las reservas de gas y petróleo contrastadas y explotables a precio razonable permiten garantizar el suministro durante los próximos 50 ó 60 años, en especial el gas, las del carbón más de  200 años a buen precio, en caso de necesidad la cifra se puede ampliar hasta más de 500 a precios más altos, las fuentes primarias llamadas renovables garantizan el suministro para siempre, aún cuando algunas están limitadas en su tamaño y por el clima, es el caso de la hidroeléctrica, y las tecnologías de captación o producción hoy son caras.

Las reservas de uranio en cantidades apreciables y a precio razonable se concentran en 6 ó 7 países, la producción minera de los 5 principales está en manos de una sola empresa, el gas y el petróleo se producen en más de 50 países y su producción está en manos de 7 a 9 grandes multinacionales, el carbón está presente y accesible en todos los continentes, salvo en América del sur, y las fuentes renovables tienen presencia universal e inagotable.

En el tema precios, la gran ventaja de la central nuclear era un combustible barato, en el caso francés debido a la construcción casi en serie del parque nuclear y a la ausencia del coste de seguro de accidentes, que el estado francés cubre sin repercutir en el precio de operación, los costes de producción también son ventajosos.

Desgraciadamente, una vez terminada la salida al mercado del uranio procedente del desmantelamiento de los arsenales militares y con el lanzamiento de nuevos proyectos de centrales, el precio del uranio subió un 700% en poco más de 5 años, a raíz de Fukushima ha bajado a la mitad, desde esa punta, el precio del petróleo oscila hasta un 90% en los periodos considerados inciertos para el suministro, el del carbón ha crecido de forma más moderada, siempre en paralelo al crecimiento de China.

Sin olvidar lo anterior,  entremos en el terreno del medio ambiente y de la opinión pública. Para evaluar cada fuente y cada tecnología es necesario tener en cuenta el conjunto del ciclo: extracción y procesamiento del combustible, construcción de la central o de la instalación de captación, operación de la misma, reposición del entorno y gestión de los residuos.

La primera afirmación es que ninguna opción es inocua para el medio ambiente, el uso de todas las fuentes impacta en el entorno natural. La minerías del carbón y del uranio así como la extracción del petróleo y el gas, su transporte,  procesamiento, la construcción de los centros de producción y la explotación generan CO2 (en el caso nuclear solo el 20 ó 30 % del generado por el carbón, en el caso del gas el 60%), en el caso del carbón también se puede generar lluvia acida, y todos producen contaminación térmica y polución del entorno más próximo. La hidráulica, la más eficiente y barata impacta sobre el paisaje y cambia condiciones microclimáticas, y la eólica y la solar impactan de forma similar, incluso se han descubierto colonización de especies ajenas al medio natural aprovechando la sombra de los espejos de la central solar de Almería.

La segunda es que unas son menos o mucho menos impactantes que otras y sus efectos son más o menos reversibles. Solo en el caso nuclear la posible irreversibilidad no tiene solución hoy y eso a pesar de los ingentes recursos dedicados al I+D.

Los dos problemas principales del carbón son su rendimiento, solo e 35% del poder energético se transforma en electricidad y sus contaminantes principalmente son CO2 y compuestos de azufre. A pesar de los muy escasos recursos destinados a I+D para este combustible, hoy están disponibles tecnologías, llamadas de combustión limpia, como la gasificación que permiten incrementar el rendimiento hasta el entorno del 50%, cifra próxima a la del gas natural y que prácticamente eliminan los compuestos de azufre (por ejemplo la combustión en lecho fluido), mejorando notablemente la competitividad en términos de precio. El problema del CO2 aún no tiene una solución económica, aun cuando si técnica, los métodos de captura y fijación del CO2 en los llamados sumideros (como los océanos, o, los pozos de petróleo y gas según se agotan) necesitan unos recursos en I+D que serían solo una pequeña fracción de los que se ha dedicado  al  sector nuclear.

Es decir, a pesar de sus inconvenientes, y según todos los organismos oficiales, el carbón y el gas son las fuentes que van a crecer más notablemente en el “mix” energético. En la producción de electricidad el carbón llegará al 45% en 2030 (s/IEO). Solo con un moderado esfuerzo de investigación y desarrollo, en las tecnologías de combustión limpia y en las de secuestro y fijación del CO2, podrán paliarse algunas de las consecuencias. Saque cada cual sus conclusiones.


Isidoro Gracia

viernes, 10 de enero de 2014

Enseñanza religiosa: estamos en el siglo XIX

Instituto "Valle-Inclán" de Pontevedra
Si en los Institutos y Escuelas públicas (por tanto del Estado) se enseñase religión en el sentido cultural y antropológico de la palabra, no tendría yo objeción alguna, como pudiera no tenerla nadie que aspire a que los alumnos entiendan el mundo y la humanidad cabalmente, pero lo que se enseña en los Institutos y Escuelas públicas, como es sabido, es Religión Católica, es decir, una doctrina en particular en un Estado aconfenional.

Con fecha 27 de enero de 1895 (nótese el año apuntado) se publicó un Decreto del Gobierno de entonces en la Gaceta conforme los alumnos serían invitados a estudiar en los centros de enseñanza públicos la disciplina de Religión Católica "bisemanalmente", sin que tuvieran que sufrir exámenes, sin obligatoriedad de cursarla e impartida dicha enseñanza por profesores que no reunirían la condición de catedráticos.

En el Diario de Sesiones del Senado del día siguiente (28 de enero de 1895) intervino el conde de Canga Argüelles alarmado por la poca importancia que daba el Gobierno de entonces a dicha disciplina. Como no estaba en ese momento en el Senado el Ministro de Fomento, de quien dependía la competencia y el Decreto que regulaba este asunto, contestó en nombre del Gobierno el Ministro de Hacienda, que entonces era don José Canalejas. Dijo este que contestaría al recalcitrante conde (el calificativo es mío) "muy suave, muy cortés y respetuosamente" a su "alarmada inclinación". Lo cierto es que el argumento central de Canalejas consistió en señalar que desde que se había aprobado la Constitución (diecinueve años antes) no se había "llevado a la realidad de la enseñanza esa reforma", sin que hubiese puesto nunca nadie el grito en el cielo. Ahora, en cambio, se introducía esta legislación con "un sentido y un espíritu religioso" (Canalejas se libra muy mucho de decir "católico").

El conde de Canga Argüelles no se dio por satisfecho con la respuesta del ministro, señalando que el Decreto publicado en la Gaceta era inconstitucional, entendiendo que la libertad que se daba para que los alumnos cursasen dicha disciplina o no era lo que consideba ilegal, es decir, la libertad religiosa. Ciertamente, el artículo 11 de la Constitución de 1876 no garantizaba la libertad religiosa, sino simplemente la tolerancia de otros cultos siempre que las ceremonias no se celebrasen publicamente, como sí se autorizaba a la Iglesia Católica. "Esto es una irrisión", terminó diciendo el conde. 

Llegados a este punto podemos ver como en el siglo XXI este asunto está en situación más favorable a la Iglesia Católica que a finales del siglo XIX, pues la Religión Católica (por fuerza adoctrinadora) se imparte dos días semanalmente a los alumnos que se matriculan y el profesorado es de designación clerical, no como en a finales del siglo XIX, que era de nombramiento ministerial aunque entre personal que no tenía por que tener la condición de catedrático. 

Decir esto no creo que sea descubrir nada nuevo en cuanto a los privilegios que todavía disfruta la Iglesia Católica en España. Si me animo a publicarlo es por si sirve de reflexión sobre el grado de atraso que sufrimos en relación a un asunto que tiene mucho que ver con el papel que corresponde al Estado en la formación de los alumnos. 

L. de Guereñu Polán.

jueves, 9 de enero de 2014

LA IZQUIERDA Y LAS ENCUESTAS

Con todas las cautelas que merecen las encuestas que sobre intención de voto se vienen publicando por parte de diversos medios, a mi modo de ver el problema principal que reflejan no es el estancamiento del PSOE sino el insuficiente avance de IU, en un contexto social, económico y político como el que estamos viviendo. Alarma observar que el voto que no consigue ganar el PSOE, tampoco lo recupera la izquierda, de manera que el Partido Popular, aún perdiendo muchos votos, volvería a ganar las elecciones y podría seguir gobernando con el apoyo de UPyD, que ya ha anunciado en repetidas ocasiones que apoyará para gobernar al partido mas votado.

De manera que es el PSOE, claro que si, pero es sobre todo la izquierda política española en su conjunto la que, a tenor de los datos que publican los mencionados sondeos, está dañada y falta de credibilidad hasta el punto de no recibir la confianza para gobernar, repito, en un contexto tan grave y difícil para las clases medias y trabajadoras como el que estamos viviendo. Con todas las salvedades que se quiera, este es el hecho sobre el que reflexionar como clase trabajadora y como afectados por la escabechina que está llevando a cabo el Partido Popular.

No queda más remedio que preguntarnos el por qué de esta situación. Es imprescindible un diagnóstico certero para luego trabajar con acierto en las posibles soluciones. No hacerlo es dejarle el camino libre a la derecha económica y política durante muchas décadas, seguir retrocediendo como sociedad y agrandar el abismo que separa a una minoría cada vez mas rica y poderosa de una mayoría cada vez mas pobre y con menos derechos. Aún existiendo causas generales y comunes, creo que debemos concretar y tratar de analizar estas causas en la izquierda política que tenemos, y que está aglutinada en torno a dos grandes formaciones: PSOE e IU, sin menoscabo de otras opciones de ámbito regional o de nacionalidad, sobre todo en Galicia. A ello cumple sumar al sindicalismo de clase y sus principales organizaciones, por su indudable relación con el tema.

La derecha ha conseguido colar varios mensajes de gran calado, que son mentiras o medias verdades que muchos votantes de la izquierda se han creído. Uno de ellos es el de que todos los políticos son iguales, y que la culpa de lo que está pasando es de los políticos y de la desmesura de las instituciones públicas y sus gastos. Con la imprescindible ayuda de los medios de comunicación y la impotencia, incapacidad, ignorancia o miedo de la izquierda, se ha conseguido ocultar a la opinión pública la verdadera causa concreta de la gravedad de la crisis económica en España: El ladrillo, la política de vivienda llevada a cabo en las últimas décadas, y la especulación despiadada, generalizada y sin escrúpúlos por parte de los poderes económicos, sobre todo de la banca y de los grandes grupos empresariales. Sin embargo, los verdaderos culpables han sabido desplazar a otros su culpa de la crisis económica y sus consecuencias, de tal manera que son los políticos, los partidos, e incluso los sindicatos lo que tienen la culpa. Si esto es así ¿Cómo salimos de esta? Por lo visto pasando de todo y dedicándose cada uno a lo suyo, dejando la política para los bancos y para los “técnicos”.

Las encuestas señalan ahora a la corrupción como la mayor preocupación de los ciudadanos después del paro. Sin embargo, muchos de estos ciudadanos han votado y parece que tienen intención de seguir votando a políticos supuestamente corruptos, imputados e incluso condenados por casos de corrupción. Hay incluso una cierta sensación muy extendida de casi impunidad. De que la Justicia no es igual para todos, y de que con esto, como con los impuestos, solo pagan los trabajadores y los de “abajo”. No deja de resultar paradójico y alarmante el hecho de que en el caso Gürtel el único condenado hasta ahora haya sido el juez Garzón, y que en el caso de Caja Madrid y Blesa, lo haya sido también el juez Silva, y que en el caso de la financiación irregular y doble contabilidad del Partido Popular durante décadas, el chivo expiatorio sea el contable -es decir Bárcenas- aunque también sea un corrupto como sus jefes y superiores.

Alarma y cabrea, pero ya no sorprende, el recurso al indulto por parte del gobierno del Partido Popular para los condenados por corrupción. Están trascendiendo casos de indultos llamativos aunque menores, pero se están ocultando celosamente (el gobierno se ha negado a dar información detallada en el Congreso) indultos mucho mas graves y preocupantes a grandes empresarios, banqueros y cargos públicos. Las purgas entre los inspectores de Hacienda, y determinadas desautorizaciones de expedientes sancionadores, alarman y mucho, incluso entre los propios jueces. La posición  de la fiscalía en asuntos como el de la Infanta o Blesa, mismo parece la contraria de la que debiera mantener.

Son poquísimas y con sordina, las voces con suficiente energía y credibilidad que denuncien estas situaciones. La protesta social esta sepultada en gran medida en las redes sociales, e ignorada o manipulada en los grandes medios de comunicación, que en el mejor de los casos cuentan detalles parciales, pero no informan de la verdad, que conocen, pero  que no se atreven a publicar, seguramente debido a poderosas razones para no hacerlo a la vista de lo sucedido con los que lo intentaron.

En este contexto muy someramente expuesto, se mueve nuestra izquierda, la que tenemos. Con bastante sensación de impotencia a juicio de muchos ciudadanos, y  desacreditada por sus propios errores si, pero sobre todo por la enorme ofensiva mediática desatada en su contra, de modo descarado y falaz en muchas ocasiones, y de manera mas sutil pero eficaz en la mayoría de los casos. Algo que se le reclama y con razón es unidad, dejar de mirarse el ombligo anteponiendo los intereses de los ciudadanos y los del país a los del partido o grupo político propio.

Tanto en el PSOE como en Izquierda Unida, como en los principales sindicatos, hay causas específicas de las que es preciso hablar. Esta batalla la está ganando la derecha económica y política por goleada, de manera que algo se esta haciendo, estamos haciendo, mal. Hablaremos de ello en próximas notas.


Xesús Mosquera Sueiro / 9 de Enero de 2014

miércoles, 8 de enero de 2014

LLUEVE EN ESPAÑA Y GALICIA, MUCHO, PERO FALTA AGUA Y PANTANOS, MUCHOS


En contra de lo que las apariencias indican en Galicia y el resto de España hace falta agua y pantanos para garantizar los mínimos vitales de un país desarrollado. También es solo aparente la teórica sobrexplotación de algunas cuencas fluviales.

Ya sé que no es políticamente correcto sostener la afirmación del título,  especialmente desde Galicia y en estas fechas de ciclogénesis explosivas, pero no me resisto a intentar que las razones, que expongo a continuación, merezcan al menos el estudio de los responsables que tienen la obligación de tomar las decisiones que garanticen un futuro de bienestar a los gallegos.

Razón a - El hombre como especie forma parte de la ecología, está acreditado que necesitamos del uso de las tecnologías duras e intensivas y en consecuencia soy partidario de su uso, al menos que alguien me convenza de la bondad del método que habría que utilizar para seleccionar los millones de personas que sobrarían en Europa (más de la mitad según algún estudio) o del grado de desarrollo del que debemos prescindir, en el caso de renunciar a esa tecnología.

Razón b – El agua es algo más que un recurso, hay que valorarla también como un patrimonio que aumenta día a día su valor y no solo en lo económico. No tiene lógica que el Galicia recojamos y regulemos menos del 20% del agua que la naturaleza nos dona, solo el 10,5% si nos referimos a la cuenca Galicia- Costa donde se concentra el 70% de la población y algunas veces ya se pasa sed, por ejemplo, en 2006 en todo el Salnés y zona del Umia (que hoy amenaza con inundaciones), en la primavera y verano de 2011 en Pontevedra o el área de Ferrol, o en Gondomar hace solo 6 meses. Si queremos garantizar un futuro confortable para nuestros hijos es imprescindible dominar el recurso y aumentar el patrimonio. Los gallegos y resto de españoles del futuro tienen derecho a beber y disponer de agua en cantidad y calidad suficientes.

 Razón c – En el conjunto de España el 80% de los recursos hídricos se destinan a la agricultura, en Galicia la cantidad hoy no es significativa, pero si se cumple una pequeña parte de las previsiones del cambio climático nuestras necesidades se aproximaran a la media española. Los gallegos y el resto de españoles del futuro tienen derecho a comer adecuadamente.

Razón d – Somos extremadamente deficitarios en energía primaria, solo disponemos de las renovables, donde la hidroeléctrica es la de mayor calidad. Por otra parte, ¿como convertir los parques eólicos en parte integrante de un sistema fiable sin una capacidad  de bombeo suficiente? Necesitamos imperiosamente de toda la energía propia, para mantener un mínimo de autonomía a la hora de las decisiones sobre nuestro desarrollo.

Razón e -  Medioambiental. ¿Alguien puede sostener que un Kw. hidráulico impacta más en el medioambiente que un Kw. producido con carbón importado, todo el ciclo incluido? O que ¿el agua embalsada no es un medio ambiente propicio para la vida?

Otro tema es quien tiene que administrar ese recurso, según mi modesta opinión la participación de manos públicas es lo más conveniente y deseable, los datos de coste y calidad de informes recientes del Tribunal de Cuentas lo demuestran y la des-privatizaciones del agua de Berlín  o Paris lo apoyan.

 

Isidoro Gracia

Una hija del rey

Los reyes siempre han defraudado al fisco, ya porque confundían patrimonio personal con patrimonio del Estado, ya porque sus recursos no llegaban para toda la pompa que había que demostrar ante los súbditos y ante las Cortes de otros países, ya por la simple ambición humana. De igual manera los familiares de los reyes, no solamente en España sino en cualquier país.

Por lo tanto no es una novedad que una hija del rey esté incursa en delitos contra la Hacienda pública y blanqueo de dinero obtenido ilícitamente. Porque si hubiese sido obtenido licitamente ¿por que blanquearlo? El juez del caso parece tener claro que la hija del rey a la que ha imputado es culpable de los delitos citados, pero antes de que proceda un juicio legal ha de ser escuchada, lo que parece se producirá a principios del próximo mes de marzo. Mientras tanto los abogados a lo suyo: tratar de demostrar que la imputación carece de fundamento. Lo malo es que también el Ministerio Fiscal, institución jerarquizada como no puede ser de otra manera, está en la defensa de la hija del rey, y nada sabemos de la opinión de la Abogacía del Estado, que está para defender los intereses de este y no de ningún ciudadano, por encumbrado que se encuentre.

Creo que la opinión pública tiene el convencimiento moral -y yo con ella- de que la hija del rey imputada es culpable de enriquecimiento ilícito, no solo porque las sociedades en las que participó obtenían dinero de las arcas públicas para fines que no se llevaban a cabo, sino porque el patrimonio de la hija del rey en cuestión, junto con su esposo, es tan elevado que no se explica con los emolumentos que le asigna el Estado en los presupuestos de cada año, más el salario que puede recibir por realizar un trabajo del que no se sabe su continuidad en él..

Parece raro que un juez -visto lo que ha pasado con los que se han ocupado de incriminar a personajes poderosos: Garzón, Silva- se arriesgue a imputar a una hija del rey si no tiene pruebas clarísimas sobre los delitos que esta ha podido cometer. También es raro que todo el aparato del Estado esté contra el juez que ha dictado el auto de imputación, cuando lo que debiera hacer es colaborar para que se esclareciese la verdad (Gobierno, Ministerio Fiscal y la propia Casa Real). ¿Por que la hija del rey no ha declarado ante el juez voluntariamente? Eso sería lo lógico si, visto el vendaval que ha despertado en la opinión pública su caso, se considera inocente de toda culpa. Ha preferido irse a Suiza y permanecer callada, probablemente por recomentación de sus abogados y de la propia Casa Real.

En el improbable caso de que la imputación prosperase y la hija del rey fuese juzgada -no sabemos si condenada- esto sí sería novedad, aunque en las cortes europeas ya han sido juzgados y condenados algunos vástagos listillos de las dinastías reinantes. Los intrincados vericuetos del derecho están concebidos, creo yo, para que solo unos pocos puedan deambular por ellos. De ahí que quizá la hija del rey se salve: esa maraña es inescrutable para el común de los mortales. 

L. de Guereñu Polán.

jueves, 2 de enero de 2014

El canal de Panamá

Hace ya un siglo que el canal permite la comunicación por mar sin tener que bordear el continente americano. Los beneficios para la economía mundial, pero sobre todo para algunos países, han sido y son enormes, posiblemente incuantificables a día de hoy. La empresa española "Sociedad Anónima Caminos y Riegos", que ganó el concurso para las nuevas obras del canal, dice no poder seguir si el Gobierno panameño no revisa al alza el precio de sus servicios. Dicho Gobierno, en principio, se ha negado de la manera que suelen hacerlo los gobiernos populistas: gritando.

Pero una cosa es la forma y otra el fondo: tiene razón el Gobierno panameño en no atender a las exigencias de SACYR, porque esta empresa, como otras muchas españolas, sobre todo las grandes (entre las seis más grandes en España en la construcción) está acostumbrada a una perniciosa ley que rige en nuestro país desde hace ya mucho tiempo, la de Contratos del Estado, algunos de cuyos artículos permiten revisar al alza los precios de las adjudicaciones cuando las empresas (no siempre bien gestionadas) lo reclaman con argumentos más o menos peregrinos (puede que en ocasiones con argumentos fundados). 

Se cuentan por miles y miles los casos de aquellas adjudicaciones y obras realizadas por empresas, pequeñas, medianas y grandes, que se benefician de la revisión de los precios por parte de las Administraciones Públicas cuando la obra en cuestión está a medio camino. He podido verlo en un Ayuntamiento, en una Diputación Provincial y cualquiera puede obtener información cuando se trata de la Administración del Estado o de una autonómica. Este vicio, que la Ley de Contratos del Estado en España ha consagrado hasta la saciedad, al parecer no se da en todos los países, sobre todo en aquellos donde el mundo empresarial no ejerce una influencia tan determinante sobre los gobiernos respectivos. 

No es el caso de Panamá, porque el señor Martinelli, su presidente, es un gran empresario representativo de esos políticos que hacen ascos de la política y se presentan ante la opinión pública como "terceras vías" que, con la palabra democracia como recurso retórico y de adorno, pretenden dar la vuelta a situaciones complejas. No son más que nuevas versiones de la derecha de siempre, populista en el caso de América latina, que gusta de situaciones como la provocada por SACYR en Panamá para poner el grito en el cielo, hablar a la población con muchos aspavientos y ponerse al frente de una ofensa que el país no puede admitir y que ellos (estos outsiders venidos a la política con el apoyo empresarial) van a solucionar. 

Razón tiene el señor Martinelli en exigir a SACYR que cumpla su compromisos. Lo que aquí importa (desde mi punto de vista) son los intereses de los trabajadores que han sido subcontratados, además de los que ya forman parte de la empresa citada. Esta y no otra debiera ser la preocupación del Gobierno español, que debe ponerse al lado del panameño con ese solo objetivo; no como ocurre con frecuencia, que son las grandes empresas las que acogotan a los gobiernos. Los principales accionistas de SACYIR, su Consejo de Administración, deben buscar las soluciones a sus problemas en las finanzas internacionales, en una gestión empresarial correcta y, en el futuro, en no pujar a la baja para llevarse obras que luego no se pueden ejecutar. Parece evidente que Panamá no es España y parece evidente que la Ley de Contratos del Estado en nuestro país es una rémora que conviene soltar cuanto antes. 

L. de Guereñu Polán.