viernes, 28 de febrero de 2014

El vaciamiento del Estado

Ha sido característica de los partidos socialistas (en su sentido amplio) que el Estado ampliase sus competencias para dar más servicios a los ciudadanos, lo que ha implicado el aumento de los impuestos y la nivelación de las rentas con ello, así como que los partidos conservadores (también en su sentido amplio) el Estado dejase a la iniciativa privada la mayor parte de las actividades como mercancías que se pueden comprar y vender.

Muchos partidos socialistas en Europa (también fuera de ella) han cambiado aquella máxima crecientemente, de forma que en las últimas décadas el Estado se ha ido vaciando en favor de planes de pensiones gestinados por compañías de seguros o por bancos, la contratación de empresas para gestionar determinados servicios (sobre todo en los Ayuntamientos y en las Comunidades Autónomas), los conciertos para que empresas privadas participasen de los presupuestos del Estado a cambio de aportar escuelas, centos sanitarios, suministros (agua, electricidad...) o bien se han privatizado empresas públicas con lo que se ha privado al Estado de sectores estratégicos que debieran estar en manos públicas. 

Para el socialismo ha sido tradición considerar que la red ferroviaria y el transporte ferroviario han de ser públicos, así como la energía, la educación, la sanidad, la seguridad social... junto a la banca privada el socialismo siempre ha considerado que debe existir una banca pública que condicione las prácticas de aquella, de la misma forma que el Estado sea vigilante ante las prácticas monopolísticas, abusos del libre mercado, operaciones de "ingeniería" financiera y otras. El Estado, aún en manos de socialistas durante los últimos años, ha claudicado de aquella misión y ha entregado a la iniciativa privada muchos sectores de la gestión pública. 

Junto a RENFE y los Paradores Nacionales, el Consorcio de Compensación de Seguros y el Instituto de Crédito Oficial, poco más le queda al Estado (en España) actualmente. ¿Que sería de los españoles si la Seguridad Social fuese privatizada? Las Cajas de Ahorro, que eran públicas, son ahora bancos privados; había una banca pública en España, empresas como Repsol y Endesa han sido privatizadas; el Estado ha claudicado de gestionar sectores de la economía de los que nunca debió desprenderse. En esto los partidos socialistas son responsables y los partidos conservadores se han frotado las manos, a la vez que han completado el programa en cuanto han podido.

El antiguo Instituto Nacional de Industria (y me cuesta mentar la bicha) controlaba empresas como SEAT, la industria armamentística española, una empresa nacional de turismo, Aceralia (empresa siderúrgica), empresas de fertilizantes, la citada ENDESA, las empresas de fabricación de pasta para papel, el Instituto Nacional de Hidrocarburos donde se integraba REPSOL, quedando hoy solo al Estado la empresa de construcción naval NAVANTIA.

La explotación minera está privatizada, el crédito en manos de especuladores, el Estado en manos de "técnicos" que no se enteran de cuando se avecina una crisis y hay que poner a resguardo los intereses de la población. El Estado no tiene ya una política de construcción de viviendas que compita en el mercado condicionando a este, el Estado se ha quedado como espectador de una economía casi totalmente privatizada que gestiona a duras penas servicios que han empeorado sus prestaciones porque el Estado no tiene recursos para inyectar las inversiones necesarias. 

Mientras tanto la investigación y la innovación languidecen en cuanto a recursos, se restan ayudas a los estudiantes, se niegan las que precisan los ancianos dependientes (y no ancianos), no se prevén las situaciones catastróficas para auxiliar a los más débiles. Un Estado fuerte no se deja vapulear por la economía; un Estado débil se ha entregado a ella y no es más que un junco que oscila vacilante aquí o allá a merced del viento. 

O los partidos socialistas vuelven a recuperar el papel que al Estado corresponde en la economía, condicionándola, dirigiéndola en sectores productivos estratégicos, haciéndose con aquellos que no se pueden dejar a la especulación privada, o la población pagará más por menos, verá reducidas las prestaciones que en los años ochenta y noventa conquistó y en otros países europeos desde mediados del siglo pasado. No ignoro que en una economía globalizada el capital privado, que no tiene fronteras, es difícil de vencer, pero también es cierto que el poder político ofrece resortes poderosísimos si se utilizan con decisión, con ideas claras de lo que es una política de izquierdas y se denuncian aquellos acuerdos en los que esté el país (con la Unión Europea, por ejemplo) que vengan a significar una mayor liberalización perniciosa de la economía.

L. de Guereñu Polán.

martes, 25 de febrero de 2014

Del Estado de la Nación, según el gobierno, y otras fábulas


Hace unos meses publiqué una reflexión en la que intentaba responder a una pregunta que hoy en muy pertinente ¿Puede estar bien la economía de un país cuando sus ciudadanos están mal?

Nos cuentan, el Gobierno español, la Comisión europea, el FMI y hasta alguna agencia de calificación, que antes nos ponía fatal, y repiten por todos los medios de su sistema de propaganda, que España ha mejorado y va crecer más. Y los españoles ¿qué?..., los españoles preparándose para votar en las ya muy próximas elecciones europeas.

De acuerdo, el PIB parece que va a subir un 0,3 y hasta un 0,5 más que lo previsto, es decir la riqueza producida en 2014 subirá en 3000 o 4000 millones de € a mayores, magnífico. Y…. ¿qué españoles serán los beneficiarios?, ¡ah! Que no, que los españoles de a píe no son beneficiarios, que como la deuda subió en casi 150.000 millones de € el último año, esa nueva riqueza hay que dedicarla a pagar los intereses adicionales, ya que el total de los intereses de la deuda “solo” sumarán 35.000 o 38.000 millones, este año, “gracias a la bajada de la prima de riesgo”, tanto como todo el dinero público dedicado a la educación. Es decir que “los inversores” en deuda española, todos extranjeros, o grandes bancos, porque los españoles particulares, incluidos los muy ricos, no llegan a tener el 1% de esa deuda, se garantizan el cobro de sus réditos.

Vale, con los anuncios de que la macroeconomía mejora, lo que se comunica es que los que apostaron a la lotería del riesgo del país España, se premian a sí mismos. Y… ¿para los españoles al menos queda aquello de: habiendo salud…, igual que en la lotería de Navidad? Pues no, porque con los recortes varios, previstos por 6000 millones de € adicionales este año, la sanidad española, ejemplo del mundo, deviene en crecimiento de listas de espera, expulsión de beneficiarios e incluso en crecimiento de la mortandad. Para verificarlo basta acudir a los datos de reducción de la lista de posibles beneficiarios de las prestaciones de dependencia, debido a su desaparición.

Toda fábula suele terminar en una moraleja, normalmente es que los buenos, en este caso los ciudadanos, que según Rajoy son los que han propiciado las mejora -"No reivindico el mérito del Gobierno: este es un triunfo de los españoles"- son premiados y los malos, que según mi opinión son los especuladores y bancos, reciben un merecido castigo. En este caso y acudiendo a una antigua fuente (el art 13 de la Constitución de 1812) debería ser: El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen. Para comprobar si se cumple se puede consultar a los 6 millones de parados, los 3 millones de pobres severos, el medio millón de jóvenes obligados a emigrar, o a todos los jubilados que “disfrutan” del 0,25 % de incremento anual de su pensión, y de copagos varios.

Puede ser que el bienestar del ciudadano y el buen marchar de la economía no estén en el mismo universo, de los muchos paralelos que existen, según los físicos teóricos. Eso explicaría las incongruencias y contradicciones.

Febrero 2013

Isidoro Gracia

lunes, 24 de febrero de 2014

Nuestros ladrones


El durque de Lerma, campeón de la corrupción en el s. XVII

No hay país corrupto que se precie que no tenga sus ladrones particulares: desde los de poca monta hasta los de postín. En España tenemos ejemplos de todo tipo; banqueros, empresarios, sindicalistas, políticos, ministros para más señas, terratenientes, miembros de la antigua nobleza venida a menos, directivos de clubs deportivos, deportistas de "elite", especuladores, funcionarios (generalmente de alto copete) y hasta miembros de la "Casa Real". 

La ciudadanía asiste atónita al tenebroso espectáculo, pero no espabila; antes al contrario, da su confianza una y otra vez a gentes venales y sin escrúpulos que se han enriquecido a costa del erario público hasta la saciedad. Ahora mismo se ha ido a su casa el presidente de un club deportivo (gallego por más señas) que tras venticinco años al frente se ha enriquecido de forma tan abusiva que da náuseas. En las Diputaciones Provinciales de Lugo, Ourense y León, por poner tres ejemplos, tenemos otros tantos de corrupción en toda regla. El club de fútbol Atlético de Madrid y el Barcelona C. F. son otros de falsedades en documentos, evasión fiscal y otras tropelías por el estilo. 

Convergencia i Unió -la independentista "in pectore"- es otro ejemplo de corrupción con varios casos sonados. El Partido Popular se lleva la palma con más de doscientas personas de su nómina que han cobrado, defraudado, mentido, robado y delinquido de las más diversas formas durante los últimos veinte años. En este caso es comprensible, pues contaron con un maestro aventajado como es el caso del ya fallecido Manuel Fraga, aprendiz a su vez en los campos del franquismo más corrupto y miserable. 

Malversaciones en la construcción del AVE, trampas con la Banca Catalana como telón de fondo, el famoso caso Brugal que afecta al Partido Popular de la Comunidad Valenciana, el caso Bárcenas, que lo corrompe todo como todo lo convertía en oro cuando lo tocaba el rey Midas; la Caja de Ahorros del Mediterráneo, la de Madrid y la CaixaNova gallega son otros tres ejemplos de enriquecimiento de unos pocos a costa de unos muchos. Sus delitos están todavía impunes. 

El caso "campeón" implica a los partidos Socialista y Convergencia i Unió", como el Pokémon implica a casi todos los empresarios, políticos y allegados en Galicia (entiéndase esto en un sentido figurado, pero no desencaminado). Ayuntamientos como el de Santiago de Compostela, Alicante y otros son ya tan escandalosos que la población más prudente no puede sino esbozar una amarga sonrisa al oir hablar de elllos. 

Personajes como Conde Roa, Sepúlveda, Baltar, Dorado, Miñanco, Fraga, Cacharro, Mato, Matas, Cascos, Arenas, Rajoy, Aznar, Rato, Agag, Maseiro, Villar Mir, Sanchis, Lapuerta, González (don Ignacio), Fabra, Gil, Muñoz, López Viejo, García Escudero... se amalgaman como si no hubiese entre ellos distinción, como si formasen parte de una ósmosis compacta e instransferible. Otros casos son los de Mercasevilla, Dívar (el juez disfrutador), Emarsa, Filesa, Malaya, Nueva Rumasa (igual que la vieja), Palau, Noós... Aquí hasta la Casa Real y su jefe al frente, el propio rey, están encuadrados, pues no se explica que éste no hubiese encubierto a su hija y yerno.

Los casos Palmarena y Palleronls inmplican a los dos nacionalismos más en boga: el español del PP y el catalán de CiU. Hay otros casos pintorescos como el Salmón y el de Tabacalera, que ha permitido -este último- enriquecerse a un tal Alierta sin que se inmute el personaje, sin que haya juez que le meta mano (perdóneseme la expresión). Las estafas del lino en Castilla-La Mancha y de los ERE en Andalucía harán época, pero hay otros que no son de peor enjundia que los citados, lo que pasa es que no dispongo de todo el espacio y además me canso. 

Nuestros banqueros -en general- han sido unos aventajados del robo sin mano armada; nuestros empresarios unos adalides de la explotación obrera y del delito fislcal; nuestros políticos no les van a la zaga en enriquecerse en pocos años, por más que haya muchos honrados, pero también muchos -en términos absolutos- verdaderos crápulas. Hay deportistas de "elite" que se las traen engañando al fisco y a los incautos hinchas; hay especuladores de tomo y lomo en el país. Si hubiera que calificar a nuestro paisanaje por el nivel moral que demuestra estaría quizá muy por debajo del que demostraron los grandes capos de los años treinta en Estados Unidos o del Renacimiento en Italia. 

El actual Gobierno está a la cabeza de todo esto: calla, otorga, encubre, permite, se presta, colabora, no combate... muy al contrario, está metido hasta la mierda en un estado de cosas que llevará a nuestro país a una situación de miseria peor de la que ahora sufrimos.  

L. de Guereñu Polán.

domingo, 23 de febrero de 2014

La idiotez

El programa que ha emitido "la Sexta", cadena de televisión, sobre una posible versión de los acontecimientos que pudieron haberse producido para la preparación del golpe de estado del 23 de febrero de 1981, puede haber resultado exitoso desde un punto de vista económico para el consejo de administración de dicha cadena, puede haber sido divertido para los que se prestaron a la farsa, pero es en toda regla una idiotez que seguramente tendrá que ser juzgada por periodistas, políticos y ciudadanos.

No creo que sea lícito presentar ante la opinión pública un programa, del que no se ha advertido su carácter e intención -otra cosa hubiera sido si se anunciara que se trataba de una suposición- y menos valiéndose de personajes notables de la vida política nacional, que seguramente podrían haber empleado su tiempo en cosas más útiles. Particularmente grave me parece el papel que ha jugado el señor Mayor Zaragoza, estimadísimo para mí por muchas razones, lo cual daba al programa un cariz de verosimilitud sobre lo que se decía. Quizá porque se trató de una farsa inadmisible no participaron en la pantomima Felipe González, Alfonso Guerra y otros dirigentes sociales. Por fortuna tampoco ningún sindicalista, pero sí políticos que han tenido en algún momento de su andadura sonoras meteduras de pata. 

Periodistas como Iñaki Gabilondo no nos tienen acostumbrados a estas idioteces; tampoco el presentador del programa, el señor Évole, que quizá aupado en la fama y el éxito se ha dejado tentar por el paridor de la idiotez, si no ha sido él mismo, y sobre todo por los réditos económicos que habrá reportado al mencionado consejo de aministración de la cadena televisiva emisora. 

La televisión tiene que estar para otra cosa: hacer pensar a la gente sobre un fenómeno de nuestra historia reciente, como se dijo, se puede hacer de otras muchas maneras, sin recurrir a la farsa que muchos, como es mi caso, pusieron en tela de juicio desde el primer momento. La llamada de una amiga cuando el programa llevaba unos minutos de emisión, me permitió decirle que yo no entendía muchas de las cosas que se estaban diciendo. No las podía entender porque eran mentira, aunque tampoco se puedan enteder otras cosas que son verdad. 

Por otra parte no puede considerarse del todo ingeniosa la idea del programa, pues no se explicarían las condenas de los golpistas reales que, de ser meros engañados como se nos quiso hacer ver, debía habérseles exonerado. Los mejores periodistas, buenos servidores públicos, pueden llegar a no valorar, en ocasiones, el grado de idiotez que transmiten a la sociedad. Peor para ellos y para todos. 

L. de Guereñu Polán.

sábado, 22 de febrero de 2014

SOGAMA S.A., FRACASO IRREVERSIBLE

No ano 1997, o Goberno Popular instaura un modelo de tratamento do lixo centralizado en Cerceda, onde se procedería á incineración e valorización da totalidade dos residuos domésticos sólidos de Galicia, mediante un sistema de traslados por estrada e ferrocarril, dende un conxunto de plantas empacadoras. Posteriormente vanse creando estruturas específicas para determiñados productos industriais. O tratamento faise a medio dunha sociedade mixta a Sociedade Galega de Medio Ambiente S.A, onde a empresa Gas Natural Fenosa ostenta o 49% das accións.

Durante o goberno Touriño, con Pachi Vázquez como Conselleiro de Medio Ambiente, se deseña un novo Plan de Residuos que tenta adaptarse ás directrices da Unión Europea. O Plan foi sometido a unha ampla consulta. No ano 2011, o Goberno Feijoo o sustitue polo actual. Posteriormente planifican unha segunda planta de incineración no Irixo, para cubrir as necesidades do sur de Galicia e con cargo ó concurso eólico. Éste, como é sabido, foi un obxectivo totalmente fracasado e a segunda planta está esquecida. A planta de Cerceda non ten capacidade para tratar as 800000 Tm que recibe anualmente.

A día de hoxe, o 30% dos residuos enviados a Cerceda, non se trata e vai a un vertedoiro, ampliado continuamente. Dous terzos dos residuos se incineran e arredor do cinco por cento son reciclados. Os Concellos pagan por Tonelada métrica enviada, a prezo de incineración. En Europa se recicla sete veces máis, en España cinco veces máis. Pero en Galicia se incinera máis que en ningures. En consecuencia, soportamos un custo medioambiental moi elevado, en forma de emisións atmosféricas e tamén polo custo de transporte.

Dende hai uns meses e como consecuencia da reordenación do sector eléctrico que impulsa o Goberno Rajoy, desapareceron as primas á producción eléctrica e a coxeneración, co que SOGAMA entrou en perdas. A Xunta reaccionou incrementando a factura nun 34% a partires do vindeiro 1 de marzo, e trasladando ós Concellos a responsabilidade de aplicar e máis explicar ós cidadáns esa exacción escandalosa.

Diante desa situación o PSdeG-PSOE propon un novo modelo baseado nas directrices europeas, reducindo o volume de residuos, reciclando e impulsando a reutilización. Reclama igualmente a participación dos Concellos e a derrogación do novo canon. Ademáis de presentar no Parlamento unha Proposición de Lei nese senso e das medidas de presión que impulsan os Concellos socialistas.

O novo modelo, inaprazable e imprescindible, esixe un labor de concienciación social e pode convertirse nun dos obxetivos estratéxicos das vindeiras eleccións municipais. Nos debates promovidos polo Grupo Parlamentario, as experiencias do Barbanza, Piñor e Nostián, únicas alternativas existentes a SOGAMA, foron amplamente comentadas. Demostrase que é posible outro modelo, con menores custos e sostible medioambientalmente.

José Luis Mendez Romeu

jueves, 20 de febrero de 2014

IGNACIO SÁNCHEZ GALÁN Y LOS NUEVOS PATRIOTAS

El Presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, desde Londres, arremetió ayer contra la política energética del Gobierno de España, diciendo de su empresa que “ahora somos más británicos, estadounidenses y mexicanos”, y anunciando con un punto de enfado y prepotencia que reduciría drásticamente sus inversiones en España. Aunque eso sí, los 9.000 millones de inversión que anuncia, serán deuda española según declaraban hoy los expertos, con los beneficios para Iberdrola de las desgravaciones fiscales de que goza en España.

Me sorprendieron estas declaraciones, pero más por el tono y el momento que por otra cosa. Que la política energética del gobierno está resultando un desastre es algo obvio, pero de ahí a este enfrentamiento descarado y abierto, ya no con el gobierno de turno, sino con los intereses generales del país, media mucho. Sabemos desde hace mucho tiempo que los intereses de las multinacionales españolas, nacidas en gran medida de las empresas publicas heredadas del régimen franquista y luego privatizadas tras recibir jugosas ayudas económicas por parte del Estado, han antepuesto frecuentemente sus propios intereses a los del país, pero que alguien tan importante y representativo lo haya confesado con tanta claridad es algo nuevo.

No creo que sean unas declaraciones improvisadas, mas bien todo lo contrario, parecen el resultado de una estrategia de confrontación y un órdago al estado y al país, una especie de ¡haber quien manda aquí! Ha sido Iberdrola, pero podría haber sido cualquier otra. En este caso se ha utilizado el poder que da el oligopolio de un bien imprescindible como la energía, para la amenaza directa en esta ocasión a cara descubierta.

Sobre algo tan importante y decisivo para el país como la energía, se ha corrido desde hace muchos años un tupido velo. En los medios de comunicación se ha venido hablando poquísimo del tema, tan poco, que por no saber seguimos sin entender siquiera lo que significan los conceptos que figuran en el recibo de la luz,  por qué tenemos la energía mas cara de Europa, o por qué aún en medio de tantas dificultades económicas, las compañías eléctricas reparten tan altos beneficios, y retribuyen tan generosamente a sus altos directivos. Si los medios de comunicación dedicasen a algo tan vital e imprescindible como la energía, la centésima parte de la atención que le conceden al futbol, seguro que nos iría a todos muchos mejor.

Información no hay, pero lo que no falta es propaganda, que claro supone para los medios jugosos ingresos, de manera que el riesgo de contradecir o enojar a quien paga bien puede disuadir a muchos. Un ejemplo reciente lo tenemos con la campaña de la propia Iberdrola en radio, prensa y TV para decir que la carestía energética es debida a los impuestos, no al precio real de la misma. Una campaña esta que algunos expertos no dudaron en calificar de publicidad engañosa y por lo tanto susceptible de ser sancionada, y además, quien sabe si relacionada con esta reciente rueda de prensa en Londres, y otras actuaciones por llegar. ¿Está llamada la cuestión energética en  España a una confrontación de intereses y un debate público que aclare las cosas de una vez? Ojalá.

Las declaraciones sorprenden también por el personaje que las hace. Ignacio Sánchez Galán es uno de los más destacados representantes y promotores de eso que se llama “la marca España”, y que le ha llevado a formar parte muy destacada del séquito gubernamental en numerosos viajes promocionales por diversos  países.

Pero hay mas, junto a otros destacados “patriotas empresariales”, fue uno de los firmantes de un documento-manifiesto titulado “TRANSFORMA ESPAÑA. Un momento clave para construir entre todos la España admirada del futuro”, presentado al Rey el 15 de noviembre del 2010, en plena crisis económica, y al margen del entonces Presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero. Aquél manifiesto, elaborado por la Fundación Everis, contiene muchas de las exigencias de reformas estructurales que luego aplicaría el gobierno de Mariano Rajoy, y está firmado y avalado por los empresarios y banqueros mas destacados de España, y que representan en conjunto a mas del 90% del IBEX. Junto a Sánchez Galán figuran: César Alierta (Telefónica), Antonio Brufau (Repsol), Juan María Nin (La Caixa), Juan Roig (Mercadona), Antonio Vázquez (Iberia), Ángel Cano (BBVA), Alfredo Sáenz (Santander), Baldomero Falcones (FCC), Pablo Isla (Inditex), Borja Prado (Endesa), Francisco Román (Vodafone), Juan Abelló (Torreal) y Felipe Benjumea (Abengoa), entre otros.

El detalle anterior parece necesario por revelador. No es la CEOE ni la CEPYME, son los poderes reales del país, que a través de una tupida red de poder e influencia, quieren mandar, y mandan, aunque aparentemente no gobiernan, Controlan el poder financiero, la energía, las telecomunicaciones,  las grandes constructoras, y en cascada miles de empresas, incluidos los medios de comunicación. Presumen de patriotas, pero su patria es el dinero, no el país en el que vivimos todos. ¿Qué convendría no olvidarlo y sacar algunas conclusiones? Si, pero me temo que los ciudadanos todo esto ya lo saben, lo que falta es saber que hacer y como para recuperar la democracia verdadera.

Xesús Mosquera Sueiro / 20 de febrero de 2014







martes, 18 de febrero de 2014

Venezuela contra Bolívar


La situación en Venezuela es explosiva como consecuencia de la división del país en dos grupos irreconciliables. Dentro de dichos grupos claro que hay matices, pero la división se debe sobre todo a la política populista y sectaria (ya es difícil hacer coincidir estos dos factores) del régimen chavista que ahora comanda un inmaduro Maduro. Griterío, falta de solidez, algaradas y llamadas a la violencia es lo que caracteriza a dicho régimen. En contra están clases medias cultas, sectores oligárquicos, grupos sociales de la más varia condición, pero en apoyo del régimen está, por lo menos, la mitad del país.

Un país que no se caracteriza por el progreso, ni por la cultura, ni por el desarrollo. Todo lo contrario, se caracteriza por el pillaje, la mala administración y la barbarie. Todo lo contrario de lo que quiso Simón Bolívar, criollo culto y representante de las clases más pudientes a comienzos del siglo XIX, pero también con una sensibilidad social que falta a los dirigentes venezolanos (probablemente también a los dirigentes de la oposición). 

Intelectuales como Gual, España y Miranda quizá sirvieron de inspiración a Bolívar, que quiso una América latina unida, no dividida (como está ahora Venezuela). La pretensión por parte del régimen chavista de ser el heredero de Bolívar no tiene sentido se vea como se vea. En primer lugar ahora no está en cuestión la independencia de Venezuela, máxime cuando Estados Unidos tiene sus miras puestas en Europa del Este, en Asia y en el Pacífico. El democratismo de Bolívar nada tiene que ver con el de los Maduros e inmaduros mandatarios venezolanos, más bien gamberros aupados al poder. 

Bolívar se había formado en Francia y Estados Unidos, era heredero de la Ilustración europea, del liberalismo más progresista, aunque no conociese el papel que ya estaban desarrollando los socialistas utópicos en Europa y Estados Unidos. ¡Que diferente la "Memoria dirigida a los ciudadanos de Nueva Granada por un caraqueño", de 1812, de las proclamas incendiarias y esperpénticas de los Chávez y Maduro! En aquel manifiesto, conocido como "de Cartagena", el patriota realiza una reflexión crítica sobre los acontecimientos entre su pueblo. Critica a los criollos que se están repartiendo el país, se muestra práctico y menos filosófico. 

Bolívar aumentó las filas del ejército patriota a partir de 1816 aunque su decreto de liberación de los esclavos despertó resistencias en los hacendados criollos. En 1817 una legislación radical le permitió confiscar las propiedades de los enemigos y,  por decreto,  dispuso el reparto de los bienes nacionales entre militares del ejército republicano, medida que pretendía compensar a las masas populares que le seguían. En su "Carta de Jamaica" introdujo el tema de la unidad continental, contrariamente a la Venezuela actual, encerrada en la pobreza y el subsidio, sin verdaderos lazos con los países democráticos del continente: Chile y Brasil a la cabeza. 

Bolívar no es patrimonio de ningún país latinoamericano; mucho menos de un régimen como el chavista, que se sitúa en sus antípodas en cultura, política, realizaciones y objetivos. Bolívar no pudo escapar al destino de ser un criollo afortunado, pero tuvo la grandeza de miras que falta a unos fanáticos que hunden a Venezuela, ahora, en la miseria y la división. 

L. de Guereñu Polán.

lunes, 17 de febrero de 2014

RECUPERAR PARA LA GESTIÓN PÚBLICA LOS SERVICIOS MUNICIPALES

La privatización masiva de la gestión de los servicios municipales a lo largo de los últimos años ha traído muy malas consecuencias en Galicia. Alcaldes, concejales y altos funcionarios municipales imputados, algún gestor en la cárcel, corporaciones enteras en entredicho, un gran descrédito entre la ciudadanía, y un despilfarro vergonzoso de dinero público, al pagar a los concesionarios de esa gestión privada cuantías indebidas que han permitido mantener los servicios si, pero también amasar en paralelo una fortuna, -en este caso al grupo Vendex-  y disponer además de recursos cuantiosos para dedicar a sobornos.

¿Estamos ante hechos aislados? Mucho me temo que no. En otras partes de España los casos son más aún, y mas graves. En Galicia, de investigarse a fondo otros Ayuntamientos es muy probable que apareciesen algunos otros casos semejantes. Con independencia de las responsabilidades penales que puedan derivarse ¿Qué hacer a partir de ahora? ¿Bastará con las buenas intenciones prometiendo corregir fallos y decir que no volverá a pasar? O, ¿ha llegado el momento de cambiar el modelo de gestión privada y rescatar la gestión pública de los servicios municipales?

Un informe reciente del Tribunal de Cuentas, señala que en los municipios con menos de 20.000 habitantes, la gestión privada de los servicios municipales, resulta de media un 70% más cara que la gestión publica. En los municipios de mayor tamaño también se ha puesto de manifiesto que la gestión privada es de peor calidad y más cara. Con carácter general, la gestión privada, ya sea de los servicios municipales, o de otros servicios públicos, antepone el beneficio económico al propio servicio, y lo mas grave,  no suele reparar en medios -incluso delictivos- para conseguirlo y para mantener y ampliar las concesiones.

Es una obviedad innegable que el beneficio de las gestoras privadas procede del dinero de los contribuyentes, del dinero público consignado en los presupuestos, y se consigue fundamentalmente por tres vías: 1) Reduciendo cantidad y/o calidad en el servicio,  2) Reduciendo salarios y personal, y 3) Presionando llegado el momento a la administración municipal para aumentar el presupuesto.

Los pretextos para privatizar la gestión son numerosos, aunque ninguno cierto. El del ahorro económico es sencillamente una mentira descomunal. Al contrario, se puede afirmar con fundamento que recuperar la gestión publica de los servicios municipales, sería una importante medida de ahorro y  probablemente también de mejora de los propios servicios.
Invocar “razones técnicas” o financieras es otra falacia, cuando está comprobado y a la vista, que muchas de las empresas privadas concesionarias fueron, y son, creadas “ad hoc” sin experiencia profesional previa ni bagaje técnico alguno y sin mas capital que el imprescindible para ser registradas como sociedades mercantiles. Su financiación se la conceden luego los bancos cuando presentan como aval su contrato con el ayuntamiento. Los contratos para incorporación de tecnología, cuando son necesarios, los puede hacer en mejores condiciones una empresa pública municipal que un chiringuito privado.

La afirmación de que las empresas de servicios con gestión privada son menos conflictivas que las de gestión pública es otra falacia más. No solo por las durísimas huelgas recientes en los sectores de limpieza de Madrid y otras importantes ciudades, sino porque sabemos que en ocasiones son los propios administradores privados quienes hábilmente utilizan el descontento o la presión de los trabajadores para mejorar  las condiciones de sus propios contratos de gestión con las administraciones públicas.

Transporte, servicios de limpieza urbana y de instalaciones y oficinas, servicio de agua, guarderías, piscinas, parques y jardines, auditorios y espacios culturales, servicios sociales, museos, bibliotecas, etc. Se están privatizando igualmente los servicios de bomberos, pero si seguimos así, se privatizará también la policía municipal, hasta acabar con todo “lo publico”. ¿Para esto necesitamos los llamados “emprendedores”? ¿Empresarios con el beneficio asegurado gracias al sobreprecio de los servicios municipales con su gestión privatizada?

Desconozco a cuanto asciende la suma de los presupuestos de los 314 municipios gallegos, y cuanto podríamos ahorrarnos gestionando mejor los servicios municipales y evitando la sangría económica de las gestiones privadas. Pero es muy probable que se pudiesen evitar por ejemplo los recortes en los comedores escolares o recuperar la gratuidad de los libros de texto, o hacer reparaciones pendientes, o mantener la asistencia domiciliaria a los mayores necesitados, y mejorar en conjunto el gasto social. Lo que no podemos es pretender seguir como si aquí no hubiese pasado nada.

Xesús Mosquera Sueiro / 17 de febrero de 2014




domingo, 16 de febrero de 2014

"Quítate tú para ponerme yo"

La política italiana es uno de los peores ejemplos que una democracia puede tener. A la larga hegemonía de la democracia cristiana en el poder desde el año 1946, lo que contribuyó a que esta se relacionase cada vez más con la mafia hasta no saberse donde empezaba una y acababa la otra según que regiones, ha seguido la descomposición de los partidos tradicionales por la corrupción de los líderes socialistas (Craxi el primero) democrata cristianos (Andreotti entre otros) y el desdibujamiento del Partido Comunista de Italia una vez que se derrumbó la "koiné" comunista y el eurocomunismo no dio más de sí. Se había llegado a la conclusión de que entre este y la socialdemocracia no había sino diferencias históricas, pero ni de programa ni en la práctica. 

El período de hegemonía de la derecha más corrupta (la democracia cristiana guardaba la formas) con el señor Belusconi al frente, ha dejado a Italia sin credibilidad alguna en el campo de la política (la imagen simbólica del Presidente de la República salva los trastos). La población italiana en su conjunto, idiotizada como la de otros países occidentales, ha contribuido a ello. En general la izquierda ha claudicado de sus ideales más irrenunciables y la derecha se ha mantenido como siempre, defendiendo intereses concretos, oligárquicos y, en ocasiones, espurios. 

La misma formación del Partido Democrático es una ficción: hace que Italia aparezca como un país latinoamericano en su peor versión, la del populismo, donde casi todos caben. Así están en este partido los antiguos democratas cristianos que no han apoyado a Berlusconi, los antiguos socialistas que no se han ido a su casa y los antiguos comunistas que aún creen en algo. Los tres líderes que ha tenido este partido en los últimos años son una muestra de ello. Ninguno tiene una ideología definida, sino que representan solo la oposición a las prácticas berlusconianas; demasiado poco para un país tan viejo y con tanta experiencia política. 

Bersani quizá hubiera sido la mejor solución desde una óptica de izquierdas, pero el Partido Democrático es todo menos un partido patriótico. Pone a las familias que subsisten en él y aún a los personajillos de poca monta por encima de los intereses de la población, de la gobernabilidad del país y del prestigio ante el exterior. No hay ahora un Romano Prodi, no hay un De Gasperi, no hay un Aldo Moro, no hay un Spadolini... El recientemente dimitido Letta procede de la democracia cristiana más burocrática, aunque no hay que negarle cierta visión de estado. Los afiliados al Partido Democrático pagarán, e Italia con ellos, el apoyo que han prestado a un niñato que no quiere otra cosa sino medrar, que no tiene ideología, que no tiene ni idea de lo que quiere hacer con el país: el alcalde Renzi.

Desestabilizar a un gobierno hasta hacerlo dimitir, prevaliéndose de que se controla caciquilmente un partido desde una de las regiones más prósperas de Italia (Toscana) es una muestra de antipatriotismo que raya en el suicidio. Por suerte hay un pueblo trabajador, anonadado a lo que parece, que hace funcionar la economía, una economía que ya nadie discute -salvo unos pocos desde el ostracismo- ha de ser la que se dicta por los oligopolios mundiales. Renzi es ahora un juguete en sus manos. Los italianos quizá lo sepan pero no saben como parar al pequeño monstruo que han engendrado. Lástima de Italia, porque parecía que iba a salir de la miseria en la que la sumió el berlusconismo. Creo que ahora empieza otra etapa también miserable pero desde el partido pretendidamente opuesto. 

Renzi, el ambicioso y pequeño monstruo, el ignorante, ha debido aprender no obstante de la inmoralidad de los antiguos Médici, de los Montefeltro, de los Moro, de los Sforza... pero sin su cultura, solo ha heredado sus excrecencias.

L. de Guereñu Polán.

Monseñor quiere salir en los papeles

Su cese como embajador de España en el Vaticano le habría dejado algo descolocado de la primera línea, de la púrpura. Entonces empezó una cruzada de declaraciones, cada cual más escandalosa, sobre esto y aquello. Primero dijo que mientras estuviese el frente del Partido Socialista el señor Rubalcaba nada habría que hacer. Ahora dice que en vez de primarias lo que tiene que haber es un debate ideológico; él, que nunca ha destacado por aportar nada en este campo: ha sido un excelente estratega, un buen alcalde de A Coruña, un captador de votos aquí y allá, pero no ha aportado nada en materia ideológica. 

Monseñor se ha endiosado de tal manera que, en vez de retirarse prudentemente, como hacen los sabios, cuando llega un tiempo, quiere seguir en el candelereo a toda costa. Aparece en manifestaciones públicas de otros partidos -no precisamente de izquierdas- que estacan por algo que sí es común a monseñor: el nacionalismo español más descarnado. Parece ignorar lo que de lesivo tiene para el Partido Socialista que haga declaraciones apoyando a dirigentes conservadores, por muy jóvenes y prometedores que sean. Además se contradice, porque apunta que los veteranos del PSOE no son los ahora están en la dirección mientras señala lo que de bueno tiene que un partido catalán y nacionalista español cuente con un dirigente novel.

El ex-embajador de España en el Vaticano tiene un verbo acerado, se ve en una edad que pudiera ser síntoma del declive y se resiste. Podría reflexionar, publicar, contribuir con ideas para las que seguramente no le falta genio, pero prefiere salir en los papeles con dimes y diretes, con frasecillas de baja estofa. El brillante ex-alcade de A Coruña, que supo ganar las voluntades de buena parte de la izquierda y de parte de la derecha (no de otra forma se explican sus mayorías absolutas) hace gala de católico, pero todavía no nos ha explicado que piensa él de los abusos de la Iglesia, de sus privilegios, de las ventajas de que goza en España y en otros países, del déficil laico que tiene nuestra legislación. 

Podría Don Francisco dedicarse a aclararnos todas estas cosas, podría ilustrarnos con la experiencia que ha adquirido a lo largo de todos estos años, en los cuales no ha ejercido nunca su profesión (ahora que dice que el Partido Socialista es visto por muchos como una forma de econtrar empleo). Podría Don Francisco aprovechar sus muchos conocimientos -si los tiene- para ilustrarnos, en vez de intrigar aquí ya lla, dejarse salir en los papeles por no se sabe qué deleite irracional.

L. de Guereñu Polán.

jueves, 13 de febrero de 2014

En energía el gobierno marca objetivos correctos usando medios inexplicables


España es un Estado que, en su energía depende casi en un 80% del exterior, está  obligado a exprimir hasta la última posibilidad sus posibles recursos, pero también es obligado el uso de una lógica que no repugne al llamado sentido común.

La práctica totalidad de los medios de comunicación debaten sobre posibles exploraciones en busca de hidrocarburos en aguas relativamente próximas a Baleares y Canarias. Como España solo tiene soberanía en aguas del Atlántico y del Mediterráneo, es solo en estas aguas donde se pueden buscar recursos propios. Así pues el objetivo inicial parece muy lógico. Lo que empieza a ser discutible es quien realiza la prospección, que medios utiliza para ello y que garantías se ofrecen sobre las repercusiones en el bien público común, que es medio ambiente, de esas actividades. Y aquí está la clave del asunto, se conceden autorizaciones, especialmente en el Mediterráneo,  a empresas multinacionales, muchas de ellas con todos sus intereses absolutamente ajenos a España, incluso a Europa, se permiten usar directamente los procedimientos más baratos, como los sísmicos, existiendo alternativas con menores riesgos para el medioambiente, aún cuando sean algo menos eficaces, y por último, ningún representante de la Administración, en especial el ministro, ha mencionado siquiera que exista alguna garantía, mínimamente cuantificable, si surge algún daño.

Este gobierno dice tener como prioridad la potenciación de las renovables, objetivo lógico de toda lógica ya que es un recurso propio, seguro e inagotable. Lo que es más que discutible son las decisiones que acompañan la declaración. Primero, cambiar en pleno lanzamiento de las inversiones las reglas del juego, como han hecho y de forma radical, crea lo que, en términos internacionales, se califica de inseguridad jurídica y garantiza contenciosos que el gobierno español tiene difícil ganar, haciendo recaer en el conjunto de los ciudadanos las casi seguras indemnizaciones que habrá que dar a los inversores extranjeros. Y segundo, hacer cambio sobre cambio sin una previa elaboración de un Plan Energético Nacional, al menos con el medio plazo mínimamente previsto, condena a la incoherencia el resultado del parque de producción eléctrico, por ejemplo se ha terminado por sobre ponderar la cara energía fotovoltaica (error compartido por el gobierno anterior), frente a la competitiva, e incluso barata,  eólica, a la que se limita la funcionalidad por el escaso bombeo hidráulico autorizado.

Del lio montado con el loable y solo teórico objetivo del abaratamiento de las tarifas eléctricas, es casi imposible encontrar explicación racional, salvo que se empeñan en mantener que el mercado puede resolver algo en lo que la historia y la experiencia demuestran que no existe mercado libre, ni por aproximación, el ministro del ramo al menos debía conocer algo tan básico como que el oligopolio tiene unas reglas de funcionamiento, estudiadas por algunos economistas y disponibles en las publicaciones universitarias.
Isidoro Gracia

lunes, 3 de febrero de 2014

Un estúpido en toda regla

Podría incluso decirse que el primer delincuente que tiene el país es el Presidente del Gobierno. En todo caso es un estúpido, un necio en toda regla. ¿Como se atreve a acusar de lo que no es culpable al Secretario del Partido Socialista, señor Pérez Rubalcaba, de la situación en la que se encuentra España y más en concreto unos diez millones de españoles excluidos de los más elementales derechos en relación al bienestar? Solo alguien que está en las antípodas de la honradez, alguien que está emponzoñado hasta la médua en casos de corrupción, consintiéndolos, alentándolos, es capaz de tamaño desafuero.

Ya cuando era Presidente de la Diputación de Pontevedra, el actual Presidente del Gobierno se valió de delincuentes comunes (prevaricadores, contrabandistas y gente de esta calaña) para gobernar y auparse al poder político. Se paseaba por Pontevedra con cierto aire de señorito que no tenía que dar cuentas a nadie porque de todo se ocupaba papá. Mientras tanto gobernó la provincia de Pontevedra con un total desprecio por la legalidad, en connivencia con alcaldes y concejales sin escrúpulos, como él, destinando los recursos públicos -que ninguna Diputación recauda- para los amigos y adláteres. 

Una vez en el Gobierno de la nación pasó por alto a delincuentes comunes como los señores Bárcenas, Matas, Sepúlveda, Fabra, Camps, Naseiro, Crespo y cientos de alcaldes que están en los banquillos de los acusados ante los Tribunales de Justicia. Él mismo ha cobrado dinero negro como se demuestra por las cuentas publicadas de la contabilidad B de su partido, un partido que no se entiende sin la delincuencia y sin las actividades mafiosas. Ampara a personas que perciben varios sueldos del erario público como la señora Cospedal, como el señor García Escudero; silencia o es cómplice de casos de corrupción manifiestos, se comporta como un gran capo que es capaz de amparar a toda la maraña de corrupción en la que se basa su partido. 

El Presidente del Gobierno no tiene escrúpulos, miente, consiente la delincuencia, legisla para que esta quede impune, como en el caso de las limitaciones a la justicia universal, que van a impedir la lucha contra el tráfico de drogas; por cierto, los narcotraficantes son la base de las finanzas de su partido, sus agentes electorales, como lo son empresarios y banqueros que han demostrado la comisión de delitos y faltas en materia de contratación de trabajadores, donaciones ilegales y otras tropelías. El Presidente del Gobierno deja pasar los graves problemas que padece España a la espera de que el temporal escampe. Pero la política no es como la naturaleza: los seres humanos sufren aunque el Presidente quiera ignorarlo, aunque el Presidente y sus secuaces estén dedicados a llenarse los bolsillos de dinero sin más miramientos.

En su gobierno tiene varios casos de ministros incriminados, otros son sospechosos con fundamento de acciones ilegales, otros han tomado decisiones claramente lesivas para la ciudadanía; en las comunidades autónomas donde gobiernan sus correligionarios son legión los que están acusados de delitos graves, los que han usado los caudales públicos para su enriquecimiento personal, los que han administrado mal los recursos aportados por los ciudadanos. El Presidente está amparado por la lentitud de la Justicia, una Justicia que se ha prestado en ocasiones a sus manejos, como es evidente en los casos Garzón y Silva; como es evidente en los casos de los fiscales que juegan el papel de abogados defensores de los delincuentes ya convictos o de presuntos delincuentes. 

El Presidente del Gobierno ha aprovechado una puesta en escena de su partido -un partido podrido y emponzoñado en las peores artes- para acusar al Secretario del Partido Socialsita de la situación que vive España. Mientras, el señor Rubalcaba ha pasado por varios cargos de alta responsabilidad sin que se le haya podido decir ni "mu" en materia de honestidad, ha conseguido el fin de la violencia etarra sin presumir de ello, mientras el actual Presidente utilizaba la lucha contra el terrorismo para hacer política electoral: ¡miserable!. El día en que España se libre de personajes de la calaña del actual Presidente el país habrá dado un paso de gigante: persistirán quizá los problemas, una sufrida población seguirá empeñada en buscar la justicia, las altas magistraturas del Estado serán ocupadas por unos o por otros, pero ya no por alquien que se ha prestado a las más inicuas prácticas. 

Si el país está escandalizado por el grado de corrupción a que hemos llegado no ha sido por accidente: ha sido porque ha habido quienes, estando interesados en que así fuese, no han movido un dedo para cambiar la penosa situación que ya se percibe en todo el mundo. Cabe decir sin rubor que el Presidente es, en España, el primer delincuente. 

L. de Guereñu Polán.

domingo, 2 de febrero de 2014

DESDE LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA, DIMISIONES.

A la vista de lo que está trascendiendo tras la supresión  parcial del secreto del sumario del conocido como “Caso Pokemon”, y dadas las implicaciones en supuestos delitos graves de alcaldes, concejales y altos funcionarios municipales de algunos ayuntamientos gallegos, considero que no basta con invocar la presunción de inocencia, y sin mas, dejar que las cosas sigan como están. No, porque algo grave esta ocurriendo. Ni los ciudadanos de las ciudades afectadas, ni sus ayuntamientos, ni siquiera los afiliados y simpatizantes de los partidos políticos a los que pertenecen los implicados, se lo merecen.

Siempre desde la presunción de inocencia, ya no digo que se convoquen elecciones anticipadas en los municipios afectados, que en algunos casos sería lo mas lógico y conveniente, sino que, al menos, los afectados presenten la dimisión de los cargos que vienen desempeñando.

Haciendo mías las palabras de algún observador de esta triste realidad, es evidente que se acercan tiempos muy duros, dificilísimos de soportar para los imputados que, pertenecientes sobre todo a los dos grandes partidos, están abocados sin remedio a un largo proceso judicial, con inevitables episodios mediáticos, antes de que se produzcan los urgentes y deseados juicios.

No conviene a los ayuntamientos afectados ver sometidos a sus principales dirigentes a tan largo proceso acusatorio. No les conviene a los ciudadanos, que lejos de ver atendidas sus acuciantes necesidades en estos duros tiempos de crisis, ven como sus representantes se enfangan en una sospechosa sucesión de acusaciones, desmentidos,  réplicas y contrarréplicas, que lejos de aclarar lo principal, parecen querer sepultar sus  graves y acuciantes problemas actuales, bajo la losa de algo tan loable como la “presunción de inocencia”. Presunción de inocencia si, y siempre, pero precisamente por eso, el cargo público que se siente injustamente imputado y mas cuando hay  pruebas aparentemente sólidas que lo incriminan, debiera no pretender escudarse en su condición de cargo público, y sin mas, con la seguridad de su inocencia, presentar su dimisión hasta que se aclaren los hechos, ofreciendo además toda su colaboración a la Justicia.

Dicho esto no es menos cierto que tras el caso “Pokemon” y sus derivados como el “Picacho” en A Coruña, se oculta un gravísimo problema de fondo: La injustificada privatización de los servicios municipales, fuente de turbios negocios y corrupciones. Lo que trasciende de las conversaciones publicadas, es sencillamente un escándalo. Se han privatizado servicios básicos, por lo que se deduce,  a sabiendas de que iban a resultar muchísimo mas caros para los vecinos, traicionado así, si, traicionando gravemente a los ciudadanos y a los electores. Por esto, y no solo por las simples y aparentes triquiñuelas de “enchufes” y favores a desempleados amigos (que también), los implicados no merecen seguir en los cargos que ostentan.


Xesús Mosquera Sueiro. / 2 de febrero de 2014