jueves, 29 de septiembre de 2016

DERROTAS Y CRISIS EN EL PSOE



Cogiendo prestada la frase de Napoleón y llevándola a la actualidad política, podríamos decir que la victoria tiene cien padres y la derrota es únicamente de Pedro Sánchez. Sin embargo, esto no es cierto, ya que las derrotas que ha venido sufriendo el PSOE en los últimos años sí tienen muchos padres y múltiples causas que, además, no se pueden achacar directamente a Sánchez, si no a quienes, curiosamente, le apuntan con dedo acusador.

El primer padre de estas derrotas es el abandono progresivo de las políticas socialistas en favor de políticas socioliberales, camino iniciado por el hoy lobista Felipe González (privatización de empresas nacionales, contrato temporal, rebajas en los derechos de los trabajadores, ruptura con el mundo sindical…), y terminado con Zapatero, quien, tras pronunciar aquella famosa frase que acompañará siempre su biografía: “cueste lo que me cueste”, aplicó las políticas neoliberales que le marcaba la Unión Europea (rescate bancario, privatización de las cajas, reforma laboral, congelación de las pensiones, rebaja salarial a los funcionarios, reforma constitucional express…). Ahí empezó verdaderamente el descrédito que supuso el desplome y caída del PSOE.  

Las políticas de recortes llevaron al aumento del paro, especialmente entre la gente joven, aquella que le había dicho a Zapatero “no nos falles”. El PSOE no tuvo en cuenta que las nuevas generaciones no habían vivido la Dictadura, y por tanto no estaban imbuidos de la épica y la mística de la lucha contra el Franquismo. Su lucha ahora era encontrar trabajo, tener un futuro que la precarización laboral y los desalojos no le permitían. Por eso surgió el 15 M. Un movimiento social que el PSOE no entendió porque hacía años que había abandonado la calle y el contacto con el activismo ciudadano, encerrándose en el institucionalismo y funcionando como mero altavoz de la calle pero sin el compromiso social que lo había aupado. Ese es otro de los padres de la derrota, el alejamiento del tejido social, que habría garantizado la llegada de nuevos dirigentes desde las bases sociales y el compromiso con estas.

Con motivo de todo esto y de que, como explica la física, los espacios vacios tienden a ocuparse, surgió un nuevo partido instrumental de la izquierda, PODEMOS, que además supuso un aire de esperanza para todos aquellos que se sentían abandonados por los partidos políticos existentes, y especialmente para los jóvenes, que votaron mayoritariamente al nuevo partido. Y es aquí donde el PSOE obtuvo su mayor derrota, al perder su eje como referencia de la izquierda, pero sobre todo, al perder su conexión con las nuevas generaciones, que veían al PP y al PSOE como caras de una misma moneda; partidos viejos dirigidos por viejos. Pero con un problema añadido para el Partido Socialista, las estadísticas de los nuevos votantes, año tras año, demostraban que estos se iban al PP o a los nuevos partidos instrumentales (PODEMOS, MAREA, AGE…); de tal manera que el número de votantes socialistas se reducía por propia selección natural, no había recambio generacional.

A todos estos padres se sumó el ruido de las baronías y estamentos de poder del PSOE, las voces discordantes, que fue aumentando hasta el ensordecimiento en las pasadas elecciones vascas y gallegas, no dejando a los votantes escuchar un mensaje claro, único y social. Al día siguiente, los mismos que habían pinchado las ruedas del autobús socialista, criticaban que no se hubiera llegado a la meta.

Ahora la culpa de todo es de Pedro Sánchez, del que acaba de llegar, del militante que dio un paso al frente para aportar una cara nueva y joven al PSOE, del primer Secretario General escogido directamente por la militancia, del líder que se tuvo que construir a marchas forzadas mientras le llovían piedras de todas las direcciones, del estratega que logró frenar el avance de PODEMOS. Y es culpable, pero no de las continuas derrotas de su partido, si no de la situación creada dentro del mismo; al intentar devolver al PSOE a su eje, en la izquierda; al contar con la militancia para tomar las decisiones importantes; porque sabe que solo así podrá recuperar la credibilidad de sus votantes. Sánchez sabe que abstenerse para darle el gobierno a Rajoy puede ser tácticamente favorable para no perder más diputados, pero también sabe que sería el fin del Partido Socialista, al alejarse aún más de su eje natural y quedar completamente desdibujado en el plano de las ideologías. Tiene el ejemplo griego, el italiano, el alemán, donde los partidos socialistas han ido a la baja a medida que se negaban a sí mismos y se coaligaban con los partidos de derechas.

Llama la atención que sean quienes lo apoyaron quienes ahora lo quieren desterrar, así como que sean los que no lo hicieron los que le muestren ahora lealtad. Y la única explicación a ello es que no ha sido el títere que algunos pretendían. No se ha plegado a los intereses particulares en contra de los intereses de su partido, y eso ha hecho que quienes manejan el aparato del partido se hayan revuelto contra él, como ya lo hicieron contra Borrell, curiosamente también elegido por las bases, con el resultado electoral ya conocido. En aquella ocasión también aparecía el nombre de Felipe González (el mismo que forzó un congreso para ordenar el PSOE y que éste tuviera una única voz, con un buen resultado posterior, por cierto) entre los conspiradores; pero hoy en día Macbeth trabaja en los consejos de administración para los lobbies de las grandes empresas y es Lady Macbeth quien espera heredar.

La pregunta es ¿para qué tanta estropicio? ¿Para que gobierne el PP, después de haber llevado a cabo el mayor recorte de derechos sociales desde la Dictadura y los mismos que crearon una red de corrupción?, ¿para mantener el puesto de diputado?, ¿para tener el poder orgánico?, ¿para contentar al IBEX?, ¿para que no opine la militancia democráticamente?, ¿para qué?  

Ojalá que ese cambio de rumbo, tan necesario en el PSOE para que recupere su lugar en la izquierda, no se vea frenado por ambiciones que lo conviertan en el más votado del cementerio. Ojalá que el partido que se creó para ser instrumento de las clases trabajadoras no acabe siendo el instrumento de los lobbies de las grandes empresas.

Si decirle no al Partido Popular es engañar a los votantes de izquierdas, que nos sigan engañando. Al fin y al cabo, señor González, cuantos años nos tuvo usted engañados.

NO ES NO. 

ZOE LEIRO

martes, 27 de septiembre de 2016

El gallinero nacional



No solo somos gobernados por el partido y presidente más corruptos que se conoce, sino que los dirigentes socialistas han entrado en una especie de espiral de estupidez que hace sangre por todas partes. Mientras tanto unos pocos roban y son sentados en los banquillos para pronunciar las más atrevidas disculpas sobre lo que han hecho.

El secretario del Partido Socialista, al que ni conozco ni tengo en especial estima, creo que ha hecho un esfuerzo de prudencia ante tantos como han salido a decir esto y lo otro aunque no hayan sido capaces de decir nada. Cuando propuso posponer la convocatoria de un congreso se le dijo que quería blindarse y que dicho congreso debía celebrarse cuando antes; ahora que ha propuesto unas elecciones primarias para dar ocasión a ser sustituido y ha propuesto la celebración de ese congreso, malo también. Al mismo tiempo se le exige la dimisión, en sospechosísima connivencia con ciertas empresas y diarios periodísticos, porque el Partido Socialista ha salido mal parado de las elecciones en Euskadi y Galicia. ¿Cuándo se ha pedido responsabilidades al Secretario General de lo que ocurre en cada federación?

La deriva electoral del Partido Socialista viene de antes que el señor Sánchez fuese el máximo dirigente del partido. Él no es responsable de que dos dirigentes de Galicia hayan tenido que dejar sus puestos por razones judiciales, como no es responsable de que en el País Vasco los malos resultados sean parejos a los que ya se cosechan en Cataluña, Valencia y otras regiones.

¿Dimitió doña Susana cuando obtuvo el peor resultado electoral del Partido Socialista en Andalucía, máxime después de una pirueta en la que cambió a los de izquierdas como aliados por los de derechas? ¿Dimitió el presidente de Aragón cuando perdió las elecciones a manos del PP? (gobierna con 18 escaños de un total de 67…). ¿Dimitió el presidente manchego cuando perdió las últimas elecciones autonómicas? ¿Qué es eso de salir a la opinión pública para mostrar, de continuo, el más mínimo malestar en vez de ser leal a quien se ha elegido hace unos pocos años para que dirija al Partido Socialista? ¿Qué le importa a la ciudadanía el pormenor de los señores Vara, Madina (que actúa con resentimiento) y otros? No digo nada de viejos carcamales que han tomado las palestras de las televisiones para deleite del adversario electoral.

Se puede discrepar y no perjudicar a una organización que se está esforzando en remontar el vuelo tras unos años malos y que son la cosecha de políticas malas como la del señor Zapatero en su segunda legislatura. Hace unos días escuché en la televisión al señor Rodríguez Ibarra decir que, en materia de libertad para discrepar, cada uno debiera responder de lo que pasa en su federación… También dijo, con una sonrisilla muy elocuente que quien bloquea a un país es quien no se retira después de haber sido repudiado por dos tercios del electorado, máxime si su principal culpa es la corrupción. El secretario del Partido Socialista y su grupo parlamentario no bloquean nada: han propuesto una alternativa que ha sido rechazada por el Congreso de los Diputados y están buscando otras de difícil consecución antes de que se tengan que convocar nuevamente elecciones. ¿Se puede pedir más esfuerzo y todo ello en medio de fuego cruzado de empresas periodísticas, corruptos y corruptores, ambiciosillos e inquietos nomos que no ofrecen alternativa alguna dentro de las propias filas? ¿No va a aprender este partido que cuando le ha ido mal es cuando ha mostrado división y no al revés?

Ganar las elecciones no es suficiente para que otro partido tenga que facilitar el gobierno al ganador. Un ejército criminal puede ganar batallas y no por eso va a tener que ser felicitado por el enemigo que ha sufrido sus crímenes. 

L. de Guereñu Polán.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Revuelta de mujeres en el primer franquismo (O Saviñao)



María Jesús Souto Blanco ha estudiado el caso de una revuelta, sobre todo de mujeres, durante el primer franquismo, en el municipio de Saviñao, al sur de la provincia de Lugo, como consecuencia de la mala administración de las subsistencias que llevaban a cabo las autoridades, lo que ponía en peligro la alimentación de sus familias. En poiopoio.blogspot.com puede consultase “El marqués de Melgarejo en Vara del Rey (Cuenca) donde se pone de manifiesto un conflicto parecido aunque también con diferencias.

Dice la autora[1] que se trata de una de las formas de resistencia activa contra el intervencionismo del régimen franquista en la época de predominio de Falange Española. El caso por ella estudiado tuvo lugar en 1946.

O Saviñao, en la época, era uno de los municipios más densamente poblados de la provincia de Lugo, pero estaba infradotado y dependía en mucho de la cercana villa de Monforte. Como en la mayoría de los municipios de la provincia, su principal producción era la agropecuaria, destacando el cereal y el vino en un régimen de pequeña propiedad campesina. El socialismo tenía una fuerte implantación y comarca, de forma que cuando se produjo el alzamiento militar en julio de 1936, se formaron guardias armadas en Escairón, capital municipal, siendo apresado José Losada Ferreiro, alcalde socialista hasta ese momento, siendo acusado, entre otras cosas, de ayudar al guerrillero José Castro Veiga, alias “El Piloto”. La mayor parte de la dirección socialista en el municipio ingresó en prisión mientras que el guerrillero citado seguiría con su actividad intermitente, hasta que fue muerto por la Guardia Civil en 1965, un caso extremo de duración de su actividad en relación a otros.

En 1946 se dieron en la provincia de Lugo pésimas cosechas, particularmente de centeno, menos en las áreas montañosas de O Saviñao, lo que llevó al Ayuntamiento, en manos de afectos al régimen, a ponerse moderadamente de parte de los vecinos cuando los organismos oficiales quisieron requisar las cosechas. A principios de abril de 1946 un centenar de mujeres de Escairón se congregó pacíficamente ante la Casa de Ayuntamiento para exponer sus necesidades de pan, pero un mes más tarde se presentó en el pueblo un fabricante de harinas de Pantón (municipio anexo) de apodo “El Picante”, con la intención de transportar 40.000 kg. de grano de los allí almacenados. Las mujeres, en número de unas ciento cincuenta, protestaron de nuevo acusando al citado de estraperlista, especialidad muy propia de la época. Llegaron incluso a la violencia para evitar la carga del cereal.

Solo participaron mujeres, a las que se sumaron las de otros núcleos de población y llegar a varios cientos. El objetivo era que el grano no saliese de Escairón. Más tarde volvió a presentarse “El Picante” acompañado con catorce guardias civiles, a quienes se opusieron las mujeres acompañadas de algunos niños, denunciando que la operación tenía el único objetivo de “estraperlar”. La Guardia Civil procedió a despejar la zona y permitir la carga del grano, pues estas eran las instrucciones de las autoridades centrales contra la comprensión de las locales.

La policía de Lugo elaboró un informe señalando que las familias de O Saviñao estaban muy necesitadas y tenían numerosos hijos (se habla de 10 hasta 16 en algunos casos). Sin embargo el Gobernador Civil acusó al alcalde (antiguo dirigente local de la Unión de Derechas y Agrarios) y al vecindario de tener una actitud injusta e improcedente. Se dispuso también la intervención de la Guardia Civil. Parece clara –dice la autora- la complicidad o al menos la negligencia del alcalde en el desvío del grano desde los cauces oficiales, y así el Servicio de Abastecimientos responsabilizó a las autoridades locales de la situación. El alcalde fue suspendido y se nombró una Gestora Municipal.

La protesta –dice Souto Blanco- responde a la función social de género que sitúa a la madre en proveedora de las necesidades familiares. Por otro lado de esta manera no se podría acusar de politización a las mujeres, generalmente apartadas de lo que se consideraba más propio de varones. La presencia de mujeres en los tumultos intentaba evitar que se produjeran brutalidades por parte de las fuerzas del orden, lo que no siempre se consiguió.

Las autoridades de Falange, por su parte, informan sobre la actuación de las fuerzas de la Guardia Civil “en la total liquidación del brote de tipo comunista que se había manifestado en los atracos ocurridos en esta provincia…”. Lo cierto es que la corrupción era generalizada en la administración franquista desde el primer momento, por lo que las mujeres telegrafiaron al Ministerio a “causa Gobernador lleva ración pan del pueblo piden clemencia justicia humildemente madres familia lo que traslado a VE para que informe con la mayor urgencia”.

La cuestión no era tanto que la gente estuviese hambrienta cuanto que se veía como injusta la administración que se hacía del grano por quienes no habían sido elegidos para ello por parte de la población. Aquellas gentes sabían que había Ayuntamientos que robaban y distribuían discrecionalmente los vales de racionado entre comerciantes sin escrúpulos. De los informes oficiales se sabe que había descontento en municipios como Foz, Cospeito, Vilalba o Taboada, siendo el precio de algunos productos abusivos. La corrupción era evidente, encontrándose diferencias de varios miles de kilogramos entre lo que se vendía y lo que se requisaba, sin embargo las mujeres no cuestionaban al régimen político, sino la gestión de este.

El alcalde, maestro de profesión, estuvo moderadamente de parte de los vecinos, probablemente porque no querría ser contestado al estar en contacto directo con ellos. Actuó de forma ambigua para no comprometerse con las autoridades pero tampoco defraudar a sus vecinos, por ello fue acusado por las autoridades de no imponerse cuando las mujeres impiden la entrega del grano. La figura del alcalde es importante, porque anima a que las mujeres protesten, incluso les concede una cierta legitimidad, pues es la autoridad más cercana que tienen.

La autora considera que si hubo una ocasión en la que el régimen del general Franco pudo caer fue precisamente en el año 1946, cuando tras la segunda guerra mundial los organismos internacionales se le echaron encima. Los jefes de Falange incluso hicieron un acercamiento a los guerrilleros que aún actuaban en la zona, por si acaso, como es el caso de Chantada, verdadero foco de esa guerrilla. Pero la protesta fracasó porque la represión se ocupó de ello, mas una cosa es el fracaso y otra la constatación de un movimiento contra los abusos en los años más negros de la dictadura. No fue el único caso.

[1] “Una ‘revuelta del hambre’ en la Galicia del primer franquismo: O Saviñao”.

domingo, 25 de septiembre de 2016

El fin de la ilusión



Cuando yo era niño me referí una vez a la ilusión, pero en realidad –según me explicó mi padre- debí de haber dicho esperanza. Yo creo que la izquierda gallega (la política y la sociológica) tenía más ilusión que esperanza antes de las elecciones que, una vez más, ha ganado el Partido Popular. Tantas primarias, búsqueda de candidatos insospechados, improvisaciones, conejos sacados de la chistera, para nada.

No sé si, como viene siendo norma, los diversos partidos de la izquierda en Galicia volverán a no querer ver que el país tiene un problema y que dichos partidos son parte del problema, por lo menos mientras no se pongan a pensar seriamente, dando la máxima participación a la gente, sobre las causas que llevan a estas situaciones. La mayor parte de los gallegos son propietarios de algo, la mayor parte tienen una visión individualista de la vida, la mayor parte de ellos son conservadores, la mayor parte no son nacionalistas… En mi opinión no queda otro remedio que armarse de esfuerzo y empezar una labor misionera, que no se ha hecho desde hace mucho tiempo, donde en vez de peleas internas estériles y estúpidas, se busque en la gente la empatía porque se presentan las mejores propuestas para Galicia y por las personas más capaces.

Por lo que respecta al Partido Socialista creo que hubiera sido mejor candidato el señor Méndez Romeu, pero esto es una opinión y no tiene mayor valor. Sin embargo, el Partido Socialista siempre se ha empeñado en cambios muy poco reflexivos: cuando tuvo la oportunidad de disponer del mejor candidato que ha tenido nunca, el de un exitoso alcalde de A Coruña, este prefirió enrocarse en la púrpura y la exclusividad de su persona, lo que le invalidó definitivamente. No sé si se ha ofrecido por quien puede hacerlo la candidatura  a don Xerardo Estévez, porque creo que sería un muy buen candidato. Recuerdo al señor Barreiro Gil que, además de brillante, conoce bien los problemas de Galicia y tiene experiencia política como senador…

Podríamos seguir poniendo ejemplos de candidatos con más fuerza, capacidad de comunicación y liderazgo, pero como no están en la “nomenklatura” se prescinde de ellos, y no está el Partido Socialista de Galicia para prescindir de nadie. Tantas peleas, dimes y diretes, voceros, enfados, protestas, para nada. Ahora podrán agradecerle al señor marqués del Fragoso (el exitoso alcalde vigués) el gran favor que ha hecho al señor Feijóo en contra de su propio partido, que es lo contrario de lo que deseábamos los socialistas. Igual podríamos decir de otros que, con tal de asegurar su exitosa candidatura a un escaño, han sacrificado todo lo demás. Así no vamos a ninguna parte.

Parece que los que no estamos en las filas del Partido Socialista no nos enteramos de las cosas, pero sí nos enteramos; sabemos de las debilidades de unos, las mezquindades de otros y los méritos de los más, porque no estar en las filas no significa no estar en la política, en este caso en el sentido menos profesional de la palabra.

Solo me queda decir una cosa: el Partido Socialista, si dependiera de mí, haría más política en la calle y en las aldeas, en los barrios y con los colectivos sociales que en el Parlamento, y en este haría una política autónoma que obedeciese a las señas de identidad del socialismo hoy, sin concesiones a esa cosa llamada Marea y a ese periclitado nacionalismo que tiene más moral que el Alcoyano: ¿a quien se le ocurre proponer nacionalismo en un país que no es nacionalista?

L. de Guereñu Polán.

martes, 13 de septiembre de 2016

El PNV podría tener mayoría absoluta...



El artículo 25º del Estatuto de Euskadi estableció en su número 3 que “la elección [de los diputados] se verificará en cada Territorio Histórico [así es como se llaman las provincias en dicho texto legal] atendiendo a criterios de representación proporcional”, pero en el número 5 del mismo artículo se remite a una ley electoral que, en su día –y está en vigor- estableció 25 diputados a elegir por cada uno de los territorios históricos, siendo así que la diferencia en habitantes entre las diversas provincias es enorme: Vizcaya aventaja con mucho a Álava y, en medio, a distancia notable, se encuentra Guipúzcoa.

A nadie se le oculta que la ley electoral vasca se “olvidó” de la proporcionalidad establecida en el número 3 del artículo 25º porque se intentó primar a la provincia más “castellana”, Álava, por paisaje, historia y comportamiento electoral. De la misma forma se estableció la capital en Vitoria por igual causa. Es evidente que un diputado en Vizcaya cuesta muchos más votos que uno en Álava, de forma que están igualmente representados los territorios pero muy desigualmente representados los vascos –de nacimiento o de adopción.

El Partido Nacionalista Vasco, hegemónico siempre en Euskadi, alentó esta forma de representación, muy poco proporcional aunque el sistema de elección no sea mayoritario, aunque le perjudicaba, si bien es cierto que Vizcaya, al menos en las primeras legislaturas, era un buen foco de votos favorables al Partido Socialista.

Si el sistema electoral vasco fuese realmente proporcional, es decir, los vizcaínos eligiesen a muchos más diputados que los alaveses, el Partido Nacionalista Vasco, con toda seguridad, podría tener mayoría absoluta, no solo en las elecciones del 25 de septiembre próximo, sino en otras anteriores. Los territorios históricos (Vizcaya, Álava y Guipúzcoa) han tenido sistemas forales distintos, instituciones distintas, historias incluso distintas, por más que la proximidad geográfica, la lengua autóctona y los exegetas del vasquismo sean los mismos.

Si se pretendiese cambiar la ley electoral –una vez que ya ha arraigado la existente- uno de los más perjudicados sería el Partido Popular, que tiene en Álava su principal vivero, mientras que EH-Bildu en Guipúzcoa, provincia esta última dond el Partido Socialista ha quedado relegado a un puesto marginal. Dicho desde fuera parece una intromisión, pero como ciudadano del mundo me parece muy mal que se prime a los territorios en vez de a la voluntad de los habitantes.

L. de Guereñu Polán.


lunes, 12 de septiembre de 2016

DE EUROPA Y JUPITER



Cantaba en el siglo de oro español Lope Félix de Vega y Carpio con bello estilo, las vicisitudes de Europa y Júpiter, que tanto valdrían en estos momentos para desgranar el inquieto estado del gran territorio  de azules y estrellas, de las que una, por su brillo casi diríamos Sirio, se quedó en el camino. Europa, la culta, social, librepensadora, fraternal y laica, se ve sometida al todopoderoso Júpiter, capitalista acosador de insaciable lujuria dineraria, a satisfacerlo en sus carnes de otrora virginal dama.

 “Pasando el mar el engañoso toro, volviendo la cerviz, el pie besaba de la llorosa ninfa que miraba perdido de las ropas el decoro”…

Nuestra ninfa estrellada ciertamente va perdiendo su decoro por actuaciones que la alejan de ese sueño republicano, donde ilustres librepensadores, animados en valores de fraternidad, humanismo, laicidad y tolerancia, de amor prioritario al ser humano frente a otras contingencias, fraguaron con ilusión un espacio de ciudadanía, para alejarlo definitivamente del sufrimiento y horror que acompaño la primera mitad del siglo XX, quizás como herencia tortuosa de guerras de religión, de frontera, de dinastías, de intereses, pero sobre todo de incapacidad de vivir juntos…

Vivir juntos…Algo que ha tropezado con la previsible dificultad de gestionar lo distinto. Lengua, tradiciones, cultura,  economía. Obstáculos innegables a los que añadir el necesario acomodo  de los diferentes grados de cultura y biografía democrática. Y la necesidad de homologarlos, hasta alcanzar un parámetro común que sea umbral de una situación de justicia social en la que la ética se vea reflejada por una moral pública republicana, laica  y cotidiana. Donde la fraternidad, la felicidad del ser humano dejen la utopía para ser un hecho

“Entre las aguas y las hebras de oro ondas el fresco viento levantaba a quien con los suspiros ayudaba del mal guardado virginal tesoro”

Lejos de la integridad inicial de los padres de la Unión, que fueron puliendo la Europa bruta tras la Declaración Schumann, hombres como Adenauer, Monet, Schumann o Gásperi, tan alejados moralmente de sujetos manifiestamente mejorables  como el Sr. Durao Barroso. por citar un último ejemplo de como algo que debiera ser honesto y pedagógico puede prostituirse, estamos en el quicio o quizás ya en el pasillo interior que marca la catástrofe derivada de una crisis poliédrica, o más bien estafa poliédrica. El brusco frenazo, cuando no ruptura, con un proyecto que situaba a la ciudadanía como sujeto y con ell0, el pacto tácito entre las fuerzas sociales y económicas de convivir de forma razonablemente armónica. Conciliando la rentabilidad empresarial y el crecimiento del  bienestar ciudadano, habilitando con ello el  engranaje del consumo. Algo de lo que fueron pilares las dos  corrientes de pensamiento imperantes, socialdemocracia y cristiano democracia en su diversas variantes

Son tiempos donde una distorsión grosera de la cultura diseminada con la complicidad y oportunismo de ciertos medios audiovisuales, genera una sumisión gregaria  que opaca el sentido de esta. Se propicia el repliegue sobre el personalismo, el individualismo, en detrimento de lo colectivo. De lo que se resiente cualquier ánimo de progreso atropellado por una intencionada despolitización. Que a su vez se apoya en la desconfianza en gobiernos e instituciones, cuyos comportamientos convierten en lejanos y poco fiables. Es el triunfo de un sistema capitalista desordenado, desregulado, cabalgando con desfachatez e impunidad sobre sociedades de masas despersonalizadas, sin el menor respeto a los valores sociales, culturales, ecológicos o de equidad social.   

“Cayeronse a Europa de las faldas las rosas al decirle el toro amores, y en ella, con el dolor de sus guirnaldas, dicen que lleno el rostro de colores, en perlas convirtió sus esmeraldas y dijo: --- Ay triste, yo perdí las flores ¡“

Frente a la doctrina moral y ética primigenia se superpone otra, amoral y obscena. Emanada de una globalización carente de alma. Que  impone un concepto de vida radicalmente distinto al diseñado tras la segunda guerra mundial para restañar heridas seculares, donde se anteponía a otras consideraciones, como valor sustantivo la estabilidad laboral, la dignidad salarial, y el crecimiento armónico del individuo, tanto en lo material como en lo intelectual. Frente a ello amanece la Europa hosca, insolidaria y cruel con los suyos y los ajenos. La que es cautiva de la especulación económica y el capitalismo de casino. La que pliega su dignidad atenazando el albedrio ciudadano con el chantaje sobre los derechos sociales, su reducción progresiva, y el desmantelamiento de los mecanismo de control social de la economía.   

Lope de Vega de plena actualidad….en el continente, y en este solar del continente, aún España. Y como no, en Galicia. Con el acicate de que  nuestra fragilidad y cuatro años de mal gobierno y uno casi de desgobierno acentúan peligrosamente la patología común.

Cayeronse las faldas…yo perdí las flores… La corrupción, el encanallamiento  de un neoliberalismo ramplón y de rapiña  entregando a los intereses privados lo público. Desde el falaz mensaje de hacerlo eficaz, pero con la simple intención de saquear y vampirizar lo posible hasta dejarlo exhausto y con ello arruinando lo construido por todas y todos durante décadas, con combatividad social, con esfuerzo y sacrificio.

Es la crónica negra de una política servil, siniestra, que se somete por las monedas de Judas en forma de corruptelas y canonjías, a las más lesivas directrices emanadas desde centros financieros foráneos. Situados en las antípodas de nuestros intereses comunes. Y que con la complicidad de la infamia local y con mano ajena, destrozan los restos de un incipiente estado de bienestar….y con ello, nuestra esperanza y nuestro futuro.  

  Antonio Campos Romay

viernes, 9 de septiembre de 2016

¿Para cuando investigar y acusar al señor Rajoy?

No solo yo, sino personas de este y otros países con las que he hablado, nos preguntamos como es posible que el señor Rajoy no esté siendo investigado -o lo esté siendo sin que haya trascendido- si es el máximo responsable del Partido Popular, que está encausado en varios casos de corrupción al más alto nivel, tenía que conocer las trampas que sus subordinados hacían y les jaleaba, animaba y amparaba una y otra vez.

No es conocido país alguno en Europa -salvo los que han llegado a la democracia tras su secesión de la antigua Unión Soviética- donde se dé un caso como el del señor Rajoy. Ya estuvo rodeado de delincuentes cuando fue Presidente de la Diputación de Pontevedra, circunstancia que los tribunales de justicia dilucidaron en su momento; luego ha participado en decisiones gravísimas, quizá de lesa patria, entrometiendo a España en una guerra ilegal e injusta que ha traído a nuestro país no pocas víctimas; ahora se ve de que personajes estaba rodeado, como lo ha estado siempre. Es el modelo aprendido de su mentor, el señor Fraga, que consideraba primordial ganar elecciones por el procedimiento que fuese.

El señor Rajoy ha dicho que su modelo para gobernar era el señor Matas, ahora condenado por unas cosas y enjuiciado por otras, todas ellas gravísimas. Ha dicho "te quiero, coño" al exalcalde de Xátiva, expresidente de la Diputación de Valencia y corruptor mayor del país, señor Ruz. Ha defendido a capa y espada a la señora Barberá, a derrochadores de los caudales públicos como el señor Camps, a delincuentes comunes, pero de guante blanco, como el señor Rato, como el señor Blesa y otros. Ha encubierto al señor Crespo y al señor Naseiro en Galicia, a la caterva de delincuentes que anidan en su partido en Madrid, se ha apoyado en ellos; ha combatido a sus conontrincantes internos valiéndose de la mayor banda de corrupción que se haya conocido en el País Valenciano. Ha percibido dinero de su partido a partir de una caja B, como ha publicado un periódico con nombres y apellidos; no ha cotizado al fisco por esos cobros; ha mentido a la sociedad hasta la saciedad; ha incumplido reiteradamente la ley de la memoria histórica y la de dependencia, por poner dos ejemplos de naturaleza distinta pero que pretenden extender los derechos a personas en situaciones de inferioridad.

¿Para cuando la investigación al señor Rajoy? ¿Para cuando su enjuiciamiento? ¿O es que la policía, los fiscales y los jueces ya están en ello pero no se dice para que el país no se escandalice más de lo que ya está? ¿Para cuando dejar a personaje tan pernicioso en la más absoluta soledad, como no sea la compañía de lo más granado de la corrupción nacional, incluidos banqueros y especuladores? ¿Para cuando menos contemplaciones y una respuesta contundente que acabe de una vez con esta vergüenza?

L. de Guereñu Polán.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Una izquierda bisoña

En Galicia no aprendemos; por lo menos una parte importante de la población y sus representantes políticos. Una vez que se han hecho públicos los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas sobre las elecciones en Galicia del próximo 25 de septiembre, la mayoría absoluta del Partido Popular que se pronostica se debe, entre otras causas, a una ley electoral que prima a unas provincias en perjuicio de otras: las beneficiadas son las de Lugo y Ourense, aquellas en las que el Partido Popular tiene más votos en términos relativos.

El artículo 11.4 del Estatuto de Autonomía establece que "la circunscripción electoral será, en todo caso, la provincia". Ignoro si esto es así porque hay una ley superior (la Constitución) que lo impone o si el Parlamento de Galicia lo estableció de esta manera en uso de sus atribuciones: si fuese este segundo supuesto el error es mayúsculo, pues la circunscripción única, como cualquir análisis elemental demuestra, es la más justa y la que arroja los resultados más proporcionales. Si fuese por imperativo constitucional (dejo esto a los que más saben) la izquierda ha estado dormida durante muchos años al no exigir una ley electoral que prime la voluntad de los habitantes y no a unos territorios sobre otros.

Como el Partido Popular, cuando ha ganado por mayoría absoluta (casi siempre) lo ha hecho por muy poco, es evidente que aquí está la clave de la cuestión en cuanto a la conformación del Parlamento y el subsiguiente Gobierno. Lo demás son bobadas. 

Que la izquierda está dividida: ya lo sabemos. Que el nacionalismo no sabe por donde se anda: también lo sabemos. Que los populismos han venido en casi toda Europa a emponzoñar la vida política, también. Pero de lo que no cabe duda es de que el 25 de septiembre el PP no tendría mayoría absoluta si no fuese por una ley que le favorece; es decir, juega un partido con unos cuantos goles de ventaja antes de empezar.

Hubo un tiempo en que ciertos partidos políticos se inhibían de participar en las elecciones por considerar que no se daban las condiciones para que el resultado fuese justo. ¿Que pasaría si los partidos de izquierda en Galicia -en vez de estar dormidos- se inhibiesen ante situación tan injusta como la que aquí tenemos? No preconizo que se hiciera, sino que se plantease dicha posiblidad. 

Ahora habrá que esperar un milagro para que el Partido Popular no tenga la mayoría absoluta de la que ya se relame, porque empezar el partido con dos o tres goles de ventaja es para considerar al contrincante bastante bobo.

L. de Guereñu Polán.

lunes, 5 de septiembre de 2016

Un libro de François Mitterrand aplicable a la España de hoy.



Un comentario mío sobre las formas democráticas que muestran gran parte de los medios de comunicación llevo a un amigo a recordarme que releyera El golpe de estado permanente, de Mitterrand.

Y bueno, releerlo no lo he releído, pero entre lo que me que me queda de memoria y una publicación relativamente reciente realizada con motivo del 75 aniversario de la República (Golpismo o Democracia), he entendido lo acertado del consejo y me ha ayudado a entender muchas de las cosas que hoy suceden, y sobre todo cual es el papel que desempeñan muchos de los actores, incluidos los de los al menos teóricos defensores de valores democráticos como la libertad de opinión.

Para entendernos, la República Francesa gozó durante un  tiempo de una Constitución, realizada  a la medida del general De Gaulle, en la que en casos de emergencia, tales como el peligro de la integridad territorial o de incumplimiento de compromisos internacionales, el Presidente de la República estaba autorizado a tomar “las medidas necesarias”, creo que también podía intervenir si se interrumpía el funcionamiento regular de los Poderes Públicos. El problema principal devino de qué quien interpretaba la gravedad de la situación era el propio general, que usó, abusó y tergiversó el texto de la Constitución a su conveniencia.

Estaba en cómo y a quién adjudicar el papel de De Gaulle en 2016, cuando caigo en la cuenta que en España tenemos al menos un par de antecedentes: como se combatió a Felipe González y a Zapatero.
Empezando por González, en palabras de un actor directo, Ansón: “La cultura de la crispación existió porque no había manera de vencer a Felipe González con otras armas,…, era un hombre con una potencia política de tal calibre que era necesario llegar hasta el límite”
”Algunos lo hicimos desde el convencimiento honesto de que ese era un servicio al sistema democrático”.
En el grupo promotor abundaban los directores de medios de comunicación, a las reuniones asistía el que fue Secretario General del PP (Álvarez Cascos) y el grupo fue apoyado por parte de la banca (titular de acciones o con apoyos financieros a esos medios).

Siguiendo por Zapatero. Como quiera que la campaña de prensa  y la movilización en la calle, contra su gobierno no conseguía que los apoyos sociales se debilitaran lo suficiente, ya que,  en palabras de un medio bien significativo (Libertad Digital, sí el mismo que financió el PP de Rajoy con dinero negro): “Sólo la presión de la calle podrá doblarle la mano a quienes no atienden a argumento”, y claro, entre otras cosas intentaba terminar con la violencia de ETA, usando el diálogo y resolver los problemas con Cataluña mediante al reinterpretación de la Constitución y el Estatut. 

La presión no lo doblega y se presenta ante el Rey el documento-manifiesto titulado “TRANSFORMA ESPAÑA. Un momento clave para construir entre todos la España admirada del futuro”,  en plena crisis económica, y al margen del entonces Presidente del Gobierno Zapatero. Aquél manifiesto, elaborado por la Fundación Everis, contiene muchas de las exigencias de reformas estructurales que luego aplicaría el gobierno de Mariano Rajoy, y está firmado y avalado por los empresarios y banqueros más destacados de España, y que representan en conjunto a más del 90% del IBEX. Junto a Sánchez Galán (Iberdrola) figuran: César Alierta (Telefónica), Antonio Brufau (Repsol), Juan María Nin (La Caixa), Juan Roig (Mercadona), Antonio Vázquez (Iberia), Ángel Cano (BBVA), Alfredo Sáenz (Santander), Baldomero Falcones (FCC), Pablo Isla (Inditex), Borja Prado (Endesa), Francisco Román (Vodafone), Juan Abelló (Torreal) y Felipe Benjumea (Abengoa), entre otros.

La posible conclusión de que el rol de De Gaulle, entonces en Francia, en España lo ejercen los medios de comunicación resultaría incorrecta, es evidente que quien lo ejerce sin ningún rubor ni vergüenza son los dueños de esos medios.

La de lo que se persigue es la estabilidad, choca claramente con la experiencia de lo perseguido con Felipe González y de que lo que se intenta es el respeto a las formas y valores democráticos, con lo sucedido con ambos presidentes socialistas. 

Por todo lo anterior, eso de que evitar unas terceras o cuartas elecciones es por el bien de España, es obligado traducirlo porque es por el bien de unos muy determinados españoles, con nombres y apellidos. 

Así me resulta fácil comprender en especial el editorial del País del pasado domingo, ese en el que se dice:”…lo primordial es impedir que los españoles tengan que volver a las urnas, algo que hay que evitar de cualquier forma”. ¿Defensa de la Democracia? Juzguen ustedes.
Isidoro Gracia