jueves, 27 de julio de 2017

EL SR. RAJOY NO ES FIABLE



El colmo de la indignidad de esta democracia devaluada sistemáticamente en todos sus resortes la escenificó el ciudadano Rajoy accediendo a una sala de justicia del brazo de un servil Presidente de la Audiencia Nacional, repulsivo en su comportamiento en orden a pisotear la equidad del tratamiento debido a los testigos y comparecientes en un  acto judicial. Algo que se prolongaría en la disposición escénica, atropellando la normativa de ubicación de testigos, encajando al ciudadano Rajoy, de forma delirante en el estrado. Lo que se prolongaría con el “curioso” comportamiento del magistrado que presidia la sala.
Es lamentable que de forma tan espectacular se pongan en evidencia las penurias democráticas que carcomen nuestro estado de derecho. Es vomitiva la actitud de un testigo, el ciudadano Rajoy, chulesco y despectivo, amparado en sus exabruptos por un magistrado  exclusivamente preocupado en acordonar las preguntas incomodas, así como la deserción del interés de fiscalía y abogacía del estado en el momento de inquirir o esclarecer.
Pero sobre todo es indignante soportar como el ciudadano Rajoy falta a la verdad, bajo juramento, en sede judicial. Lo hace con el mismo desparpajo que el Presidente Rajoy en sede parlamentaria. En este segundo caso, sería eximente moralmente raído,  que alguien como él,  amamantado a los pechos del Sr. Aznar adquiriera un desprecio a la verdad en sede parlamentaria, dada soltura que en ello vio aplicar a su maestro en la sede de la soberanía nacional, sobre el tema de las armas de destrucción masiva y la agresión a Irak.
El ciudadano Rajoy, “el político de  abierto veinticuatro horas”, no dice la verdad. La rehúye  con absoluta procacidad y desahogo. Al menos “en alguna cosa”... Por vía de ejemplo, cuando dice que como coordinador electoral y organizador de campañas, no tenía la menor idea del dinero utilizado en las mismas…
O el ciudadano Rajoy es imbécil, que no es el caso, o tiene una ausencia de pudor supino… algo presumible. Son muchos cientos,  las ciudadanas y ciudadanos que lo largo de su tránsito por la militancia política han coordinado o participado en niveles distintos en los comités electorales de campañas de sus respetivas formaciones políticas.
No hay posibilidad racional ni material de abordar la organización de una campaña electoral, sin conocer previamente el dinero disponible para la misma. La disponibilidad económica será la que dictamine la contingencia de disponer de locales, cartelería y programas, contratar vallas y banderolas, disponer de autobuses o aviones para desplazamiento, espacios publicitarios en prensa, radio o TV… En función de ella, se acotaran las prioridades estratégicas y la elección de áreas y ámbitos de mayor interés  en los que incidir, etc. La dimensión, intensidad  y amplitud o limitación de una campaña viene ineludiblemente dictada por la disponibilidad económica. Y no se puede coordinar o dirigir una campaña sin este dato previo. Y sin una constante evaluación de los medios económicos, para habilitar cada tramo de las acciones operativas.
Incluso hasta el Sr. Rajoy lo sabe. SIN LA MENOR DUDA.  Y  como el, mucha más gente. Y por experiencia propia. Todos los y las militantes que a lo ancho y largo del país en cualquier formación política asumieron estas responsabilidades en la vida partidaria. Falta el Sr. Rajoy  de forma muy grave al sentido común y al respeto a la inteligencia. Y disfraza la verdad de forma alevosa retorciéndola de forma falaz… Y lo más grave, con ello pretende hacer comulgar con ruedas de molino a la Justicia, a la ciudadanía española en general y a sectores concretos de la misma que por experiencia personal conocen a fondo el tema.
El Sr, Rajoy es indigno de permanecer un día más en su magistratura. Su actitud deshonra la democracia. Humilla la decencia nacional. Con sus actos y comportamientos corrompe la democracia y sus valores.  Una democracia, que ha de ser, igualdad y solidaridad…Valores en los que él no cree... D. Mariano Rajoy  glorificaba en Faro de Vigo hace algunos años el libro del intelectual nacionalsocialista, miembro de la Vieja Guardia de Falange, Sr. Moure Mariño, “La desigualdad humana”(1983), publicado por la Fundación Cánovas del Castillo, órgano de elaboración ideológica del PP. En él se negaba de forma tajante,  la igualdad de los hombres, tachando de nocivas las ideologías que propugnan tal igualdad, Escribía D. Mariano Rajoy, “la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”, superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia: nadie pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no sólo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación”.
El Sr. Rajoy es un elemento nocivo para la democracia. Es un elemento nocivo para la solidaridad y la armonía social. Y sobre todo, el Sr. Rajoy,  no es fiable… falta sin pudor a la verdad….
El Sr Rajoy, no debe presidir una minuto más una democracia que se respete a sí misma y a su ciudadanía. 

Antonio Campos Romay




miércoles, 26 de julio de 2017

La Justicia es un cachondeo (Pacheco dixit)

Hace ya algunos años el alcalde de una ciudad andaluza califició a la Justicia de cachondeo, al producirse una sentencia adversa a su defensa del urbanismo, contra un mequetrefe que había construído un chalet sin licencia. Le costó caro al alcalde siendo castigado por dicha frase. Yo me reafirmo en ello tras ver al Presidente de la Sala que ha tomado declaración a un notable testigo del país donde vivo y del que soy nativo, situándolo en el estrado donde se encontraba el tribunal e impidiendo que las diversas acusaciones pudiesen expresarse con libertad. No sé lo que hará o dejará de hacer el Consejo Superior del Poder Judicial, que no tiene poderes jurisdiccionales pero sí disciplinarios.

El testigo en cuestión dirige un partido que todo el mundo sabe -incluido él mismo- que está podrido hasta la médula, no estaba ante el tribunal como magistrado máximo del Gobierno ni función oficial alguna. Era un ciudadano al que se ha ayudado por parte del que debía actuar con imparcialidad. Pero cuando digo que la Justicia es un cachondeo soy consciente de que muchos jueces y fiscales son fieles cumplidores de la ley, pero unos pocos, con serlo, ya embadurnan todo el sistema.

El testigo al que me refiero estoy seguro de que mintió, con lo que incurrió en un grave delito (otra cosa es que se pueda demostrar o que el Tribunal lo estime así). Utilizó frases jocosas contra algún letrado de la acusación, dijo no saber lo que sabía, eludió responder a preguntas muy comprometidas y solo admitió aquello que sabía que también lo sabían los acusadores, tenían las pruebas y sería cazado.

La comparecencia del testigo levantó mucha polvareda entre la prensa, radio y televisión de poca monta, y ahora tendremos que sufrir una cantidad de idioteces por parte de aquellos a no ser que emigremos a una isla de los mares del sur. El testigo ha cobrado dinereo en negro, ha amparado a delincuentes confesos, ha designado para altos cargos de la administración a personas que luego han tenido que ser apartadas por corruptas... aunque en algunos de estos casos solamente se pueda emplear este lenguaje recurriendo a la conciencia moral que todo individuo tiene y que no se le puede negar. 

El testigo, que antes de serlo ocupó multitud de cargos públicos sin dejar huella notable en ninguno de ellos, picoteó en la política aquí y alla, aguantó los chaparrones más que gobernar, miente más que habla y cuenta con poderosos apoyos que quizá le libren de aquello de lo que no se librarán otros de menos fuste y calaña.

L. de Guereñu Polán.

lunes, 24 de julio de 2017

"¿Que es hoy ser de izquierdas en España?"

Tomo el título de este artículo de otro publicado recientemente en un periódico nacional, pues tal es la confusión que se observa, aprovechando el atajo de las redes sociales, que bueno sería cada uno aportase su grano de arena para llegar a un consenso que congregase a los que nos reclamamos de izquierdas.

Aquella confusión se debe, en mi opinión, al agotamiento de las fórmulas socialdemócratas, fundamentalmente en Europa, una vez que las vías revolucionarias ensayadas hasta el período de entreguerras no dieron el resultado apetecido; muy al contrario, fue el éxito de los sistemas fascistas. También se debe al desdibujamiento ideológico como consecuencia de la evolución del capitalismo y la irrupción de un mundo tecnológico que ha revolucionado el sistema de clases e incluso las relaciones de producción, todo ello con la ayuda de las legislaciones conservadoras que se han consolidado desde los años ochenta pasados, excepto en algunos países como España. El éxito de "tecnócratas" en los partidos socialistas tradicionales y el entrismo de nacionalistas en los partidos socialistas, particularmente en España, ha hecho el resto.

Para mí, esencialmente, ser de izquierdas es poner lo público por encima de lo privado sin llegar por ello a un maximalismo ridículo como el que en Cuba y otros países se han empeñado en llevar a cabo. En segundo lugar ser de izquierdas, creo, es tener tan profundas convicciones democráticas que se aspire al igualitarismo social, que no se consigue sino mediante el reparto justo de la riqueza en cada uno de los paíes y en el mundo en su conjunto. En tercer lugar el respeto máximo a las fórmulas de la democracia representativa, sin ecluir por ello el recurso a fórmulas de participación básica de los ciudadanos en cuestiones para las que no se necesite una especial información pero sí sean de interés general. 

Ser de izquierdas es no conformarse con la ordenación actual del mundo, ni institucional, ni ecoómica ni política, resultado sobre todo de los acuerdos durante y tras la segunda guerra mundial. El F.M.I. ya no cumple la función para la que fue creado, tampoco la O.N.U. cumple los objetivos que se propusieron sus fundadores, de forma que los grandes estados se imponen a ella mediante el derecho de veto y otras actuaciones de hecho. Ser de izquierdas es cuestionar que unas cuantas corporaciones y familias se repartan el mundo y se sustraigan al control democrático de la política, es decir, de los ciudadanos. Ser de izquierdas es cultivar una ética distinta de la que defienden los conservadores, los egoistas, los especuladores, la rapiña del mundo, por lo que podrá reclamarse de izquierdas quien no respete aquella ética, pero no deberá contarse con él en las organizaciones de izquierda para dirigir nada.

Ser de izquierdas es combatir por todos los medios los paraísos fiscales, las ventajas judiciales de los ricos (fianzas económicas, indultos, beneficios penitenciarios), ventajas que también disfrutan en algunos países criminales horrendos. Ser de izquierdas es no claudicar ante desafíos como el del tercer mundo, el de los inmigrantes, el de los recursos que los estados deben allegar para hacer frente a las necesidades de parados, pobres, dependientes, ancianos, niños, trabajadores, enfermos y otros necesitados del estado, porque la iniciativa privada está a otra cosa.

Ser de izquierdas es comprometerse con políticas decididas en defensa del medio ambiente, oponiéndose a la bancanización del mismo, concepto que ya está en la opinión pública y que permitiría a las corporaciones financieras controlar un patrimonio tan universal como es la naturaleza, un patrimonio que hasta ahora no tenía valor material, pero ya algunos se han dado cuenta de que se puede convertir en dinero para unos pocos. Un izquierdista debe tener siempre un discurso sindical lo menos corporativo posible, pues defender la acción sindical de clase -por muy en evolución que esté- es defender políticas globales en favor del mundo del trabajo, no tanto de un sector u otro (como se ve recientemente en los casos de los controladores aéreos y de los estibadores).

Ser de izquirdas... No pretendo agotar aquí lo que se podría decir sobre cuestión con tanta enjundia e historia, sino solo aportar algunas ideas que puedan se complementarias de otras que se expresen con más autoridad.

L. de Guereñu Polán. 

miércoles, 19 de julio de 2017

Corrupción y deporte

En las últimas décadas es un lugar común que el deporte de alta competición, pero también el otro, están directamente relacionados con la corrupción. Deportistas que defraudan al fisco, dirigentes deportivos que se enriquecen hasta el infinito, jueces deportivos que se venden al mejor postor, ciclistas y atletas dopados que ganan competiciones –y dinero- sin mérito alguno, médicos que se prestan a la trampa a cambio de no pocos dineros…

 

Los presidentes de los más afamados clubs de fútbol de España están pringados hasta los huesos, se enriquecen con negocios ilícitos fuera y dentro del país, están relacionados con políticos corruptos como conseguidores, encubren a los deportistas más venales y, en general, se hartan amasando dinero obtenido ilícitamente. En cierta ocasión vi a un obrero en paro llorando hasta la extenuación porque “su“ equipo no había conseguido cierta clasificación. Esto y el papanatismo nacional hacen el resto. En este papanatismo juegan un papel principal los medios de comunicación, que encumbran, endiosan a los deportistas más nocivos, a los peores ejemplos para la sociedad. “Ha sido una falta técnica”, dice un comentarista deportivo ante un lance que no es sino una trampa más que un contrincante emplea contra el otro.

 

Hace décadas se distinguía entre el tenis profesional y el amateur marrón, empleando este color para indicar la suciedad que implicaba esa modalidad, pues se embolsaba más dinero –ilícito y no contribuyente- el amateur  que el profesional. La cosa no ha parado. Hay deportistas de las categorías inferiores a quienes las empresas dueñas de los clubs no pagan y tienen que recurrir –aquellos- a pleitos que se resuelven, con suerte varia, “ad kalendas graecas”.

 

Además ahora hay los derechos de imagen (¿qué es esto y que majadero lo ha legislado?). ¿Cómo se puede permitir que la imagen de un esforzado científico, que ha salvado vidas, la de un misionero que ha empleado años en atender a necesitados, que un profesor que se ha dejado la piel trabajando sin remuneración –por el simple placer de enseñar- no tengan derecho alguno a su imagen y unos mentecatos que en ocasiones no saben ni escribir, cobren por dichos “derechos”?

 

El deporte de alta competición –el fútbol en particular- es ante todo un negocio (no siempre lícito) luego un espectáculo (no siempre bueno) y por último un deporte en el que, de 22, veinte intentan engañar al árbitro (hacer trapas) a cada momento. Se incentiva el mal ejemplo, se recibe en los salones del Jefe del Estado a verdaderos delincuentes morales (y falta por demostrar si penales) y así continúa el festín de una faceta de nuestra sociedad que necesita de mucha limpieza, mientras el Estado está en la berza.


L. de Guereñu Polán.

 


 

martes, 18 de julio de 2017

LA PERVERSA DESTRUCCION DE LA DEMOCRACIA.



Asistimos a una perversión intencionada y sostenida del  orden democrático, que daña  los derechos civiles y ciudadanos y la equidad social. Este suceso en este primer cuarto del siglo XXI, es solo equiparable en la historia reciente, al “Bienio Negro” de la II República. Etapa que fue caldo de cultivo y coartada para el  sangriento enfrentamiento civil tras al golpe  militar de 1936, orquestado por los sectores más reaccionarios del país, monárquicos, latifundistas, clero, ejercito, empresarios anquilosados…
Rajoy inicia en 2011, un recorrido que con los datos a la vista cabe calificar  como el más funesto y poco honorable de la democracia. En el que se pudren los pilares del sistema democrático, los valores que lo informan y con  minucioso desprecio se desmonta la solidaridad en sus diversas expresiones que conforman la democracia social que se plasma en el estado de bienestar.
El filósofo y antropólogo Pierre Clastres, define como  etnocidio la  destrucción sistemática de los modos de vida y pensamiento  de gentes diferentes…Si el genocidio se aplica a liquidar los cuerpos, el etnocidio se aplica en matar el espíritu. Rajoy y sus colaboradores necesarios para ello, son  etnocidas de la democracia. La pervierten anegándola de actos corruptos, a los  que no es ajena ninguna institución en la que estén presentes. Envilecen sin tregua la independencia del poder judicial, desandan la despolitización del ejército, la laicidad del estado,  la cohesión social… Su acción devasta con oleadas de indiferencia moral y cinismo, el valor de la ley, que retuercen sin pudor en busca de recovecos de impunidad. Hacen de la ética burda caricatura. Difícil  registrar actos tan soeces como los auspiciados por esta derecha ultra-liberal.  
Prostituyen y devalúan el Parlamento convirtiéndolo en inútil congregación de la impotencia. Que la inmensa mayoría de sus señorías evidencien la catadura inmoral y reprueben comportamientos políticos como el del titular de Justicia y su bochornosa actuación…Los indecentes comportamientos y prácticas del Ministro de Hacienda, látigo de los contribuyentes modestos y lacayo esmerado de las fortunas turbias. Del bochornoso espectáculo del  Ministerio del Interior… La respuesta es la indignidad de un Presidente  ayuno de una mínima decencia  democrática, que con un despectivo encogimiento de hombros, cuatro palabras esquivas y displicentes, una cita a Venezuela, se vuelve del atril a su escaño, seguramente con  silenciosa invocación al verbo profundo de Andreita Fabra,  “que se jodan”… Con cínica frivolidad, igual condecoran a una Virgen que a un notorio esbirro de la brutal dictadura de Strossner cuando la Operación Cóndor, al dictado de la CIA,  llenaba de terror y sangre el Cono Sur.  Y lo hacen a sabiendas. Tras numerosas denuncias sobre el particular, en poder del Ministro de Exteriores y el gobierno.
Rajoy y su partido,  fundado por los “siete magníficos”,  que atendiendo a sus biografías no eran sino siete notorios fascistas  ejercientes en la dictadura, se enfrentan sin que se le alteren las pestañas, a centenares de procesados por corrupción en diversos niveles, con casos como la Comunidad de Madrid o Valencia con tramas que semejan sistémicas. Ni uno de sus Tesoreros se halla fuera de sospecha. Su financiación es manifiestamente dudosa más allá de cualquier duda de ordenadores despedazados a martillazos.
El drama de la derecha democrática  española, un segmento importante y respetable de nuestra sociedad, es que a diferencia de otros países homólogos de la C. E.,  está secuestrada por un partido de comportamientos y tics de ultraderecha  que muestra sin pudor  añoranza por la época en la que tan cómodos estaban sus fundadores. Que contempla con laxitud los exabruptos fascistas que se producen, - y no ocasionalmente-, en muchos de sus miembros. Que rascando  la piel de algunos de sus más destacados dirigentes, es fácil advertir su origen. Gentes para quienes la Constitución no es una herramienta de consenso social sino un bate para golpear a diestra y siniestra sin el menor rubor. Empezando por los  que si creen en ella y la hicieron posible.  Que odian ferozmente la historia, cuando esta pone negro sobre blanco los crímenes cometidos contra los que defendían la llama de la Libertad.
 En los  años que lleva gobernando, Rajoy se ha esmerado como primer objetivo, en dinamitar de hecho la democracia. Parasitando perniciosamente la Administración Pública y la Justicia. Entorpeciendo la vida parlamentaria. Entregando los intereses públicos a la voracidad especulativa de empresas  privadas y grupos financieros. Amparado en la complicidad de grupos mediáticos afines o jugosamente amansados. Con actos que no son excepción, sino regla. Ejecutados con pretexto de atajar una grave crisis económica,  pero sirviéndose  de tal coyuntura para implantar una ideología neoliberal descarnada, ajena a nuestra cultura de solidaridad. Que arroja del  sistema a la ciudadanía menos favorecida bajo la brutal premisa de que el derecho a la educación de calidad, la atención sanitaria en condiciones idóneas, las pensiones, la dependencia,  solo deberá estar disponibles para los que puedan pagarlas….
Ni creen ni les importa la democracia. La soportan como una pejiguera con la que convivir temporalmente mientras la arrasan,  para poder hincar sus fauces y habilitar sus roídas a los dineros públicos. Del estado, les interesa ordeñar sus ubres. Su afán devorador de lo público solo es comparable al odio hacia lo público cuando este tiene un fin social. Les da lo mismo el terrorismo como el independentismo catalán. Del primero, destacados miembros conservadores hicieron pingue negocio con la seguridad privada. Con discurso farisaico, entorpecieron siempre el trabajo de quienes buscaban en serio la paz. Pero nunca cejaron en el zafio uso de las víctimas para seguir arañando voluntades fundamentalistas.  Cataluña es algo que visceralmente repele a su centralismo cerril. Y les resulta tedioso intentar un relato racional. Solo suman insolencia y estupidez para culpar a otros.  Muestran su auténtico rostro de “demócratas” con el tema del Estaut. Aprobado por el Congreso de los Diputados y por referéndum de la ciudadanía catalana, pierden las nalgas por llevarlo a un Tribunal Constitucional, cuya composición en aquel momento era oprobio de un sistema judicial serio. Son los mismos que hoy claman por la presencia del Sr. Puigdemont en el Congreso y que se vote su propuesta… ¿Para qué? ... ¿Para volver a pasarse la votación por el arco de triunfo, si no es de su gusto?
Estos años están siendo una lacra insoportable para el país. Lo empobrecen, degradan su futuro y anulan su prestigio en el exterior. Pero lo más patético. Van modelando una sociedad que se resigna a asistir a su labor de zapa y demolición a plena luz. Con alevosía e impunidad socavan perversamente los valores democráticos, la solidaridad y el bien común hasta límites difícilmente imaginables.  
La hipotética mayoría alternativa en la Cámara, en la línea de D. Tomás de Iriarte anda especialmente  interesada en reconocerse si son “son galgos…o son podencos”,  cuando no en el hematólogo, comprobando la pureza de sus hematíes…
Solo faltan a la cita, D. Antonio Machín y sus maracas.…  Y así pasan los días, y yo desesperando, y tú contestando, quizás, quizás, quizás….
 

Antonio Campos Romay

lunes, 17 de julio de 2017

Doña Neus

La señora Munté, nacionalista e independentista catalana donde las haya, ha sido portavoz del Gobierno del señor Puigdemont demostrando una actitud aguerrida, yo diría que incluso talibán, en favor de la independencia de Cataluña. Como una hoplita griega con espada corta pero recia, escudo oblongo y casco devenido en melena rubicunda y movida por el viento, comparecía una y otra vez doña Neus diciendo que el referéndum en favor de la independencia se celebraría pasase lo que pasase... excepto si su participación en la organización de dicho referéndum afectase a su muy acrecido patrimonio, pues los que como ella forman el ejército del PDECAT (nueva marca de la corrompida Convengencia de Cataluña) han amasado una suculenta fortuna en su no muy larga vida.

Doña Neus, a pesar de su contundencia, no era esa yihadista que imaginábamos y que se inmola por la causa de sus ideales. No. Primero está su patrimonio. Suele ocurrir cuando se pone tanto énfasis en lo imposible, que llega el momento de sucumbir por la vía de la "pela".

En la historia del nacionalismo tenemos muchos ejemplos: el griego contra la dominación turca o el polaco contra la dominación rusa son perfectamente comprensibles. El irlandés contra la dominación inglesa también, a pesar de que no todos lo entendieron de la misma manera: véase la guerra entre Collins y Valera que llevó a los irlandeses a una guerra civil tras la primera mundial.

Los nacionalismos en África o en Asia contra la dominación de británicos, franceses, portugueses, holandeses, belgas, alemanes, españoles y otros también se entienden bien. ¿Que hacía el rey Leopoldo de Bélgica llenándose los bolsillos de francos mientras millones de congoleños morían abrasados por el caucho, mutilados por rebelarse o bajo tierra explotando las minas de oro?

Pero otros nacionalismos ya son otra cosa: hace reir (o llorar) ver a doña Neus y sus correligionarios entonar "Els segadors", que nada tienen que ver con los opulentos miembros del PDECAT, con don Pujol y compañía, con los ladrones de guante blanco que han dilapidado bancos y empresas en Cataluña al grito guerrero de "España nos roba". Este nacionalismo que pretender -sin conseguirlo- ser reconocido en Europa, que pretende romper la solidaridad de las regiones españolas, que pretende que la riqueza de Cataluña se quede solo ahi, sin comprender que hace tiempo que vivimos en una "aldea global" en la que no tienen cabida los egoismos de ese corte, es otra cosa.

Sí tienen cabida los egoismos de los ricos transnacionales, de esas diez mil familias que controlan el mundo al margen de todo control democrático. Pero estos no tienen nada que ver con el nacionalismo patrimonial de doña Neus. Esta, ahora, ya puede dormir tranquila: los grandes oligarcas del mundo le van a garantizar su patrimonio, incluso el denostado Estado español. Pasada la etapa de guerrera hoplita de doña Neus, dicen que se la visto, en los dos últimos días, más sonriente y tranquila: ha salido del Gobern y su patrimonio ha quedado a salvo.

L. de Guereñu Polán. 


A grande estafa

O Banco de España calcula que o Estado non vai poder recuperar mais de 60.000 millóns de euros das axudas publicas concedidas para sanear o sistema financeiro.
Cáenselles tódolos velos deixándoos espidos de argumentos e xustificacións. Xa non son quen (banqueiros, políticos)  de ocultar que aproveitando o impacto da crise financeira (2008), que eles mesmos provocaron coas súas falcatruadas, puxeron en práctica unha serie de políticas que non foron máis que os motores dunha grande estafa aos cidadáns de rendas medias e baixas, as clases populares. Que tanto o chamado rescate bancario como as políticas de austeridade fiscal non eran medidas necesarias para saír da crise financeira. Se o rescate bancario tivo como obxectivo real salvar os grandes bancos dos problemas financeiros derivados das súas nefastas e irresponsables xestións, a austeridade fiscal busca retirar fondos públicos dos servizos e prestacións que benefician especialmente as clases populares. Fondos que se destinarían ao citado rescate dos bancos en dificultades. Mentres as reformas laborais buscan debilitar ao movemento sindical para así aplicar algo que levaban anos tentando: a rebaixa salarial que inclina, aínda mais, a balanza das rendas a prol das rendas de capital. Medidas que de ningures serviron para que, por caso, a economía española e con ela a galega saíran da crise senón que provocaron unha grande recesión.
Aínda que se ten falado abondo sobre a crise financeira e as súas causas nunca é suficiente dado que estamos vendo, como un día si e outro tamén, seguen queréndonos vender a mesma melodía de que se fixo o que se tiña que facer. MENTIRAS. Mentiras que quedan en evidencia se analizamos con rigor a situación da economía española e galega cando estourou a crise financeira (2008) e mais se temos en conta o que pasou a continuación –una gran recesión-.
Cando estourou a crise o grande problema fiscal non eran ni a débeda nin o déficit públicos –froito segundo aqueles de ter vivido por riba das nosas posibilidades-. O grande problema a nivel de débedas era a DEBEDA PRIVADA e dentro desta a débeda dos bancos. Aínda que, dado o segredo bancario, non se coñece con total exactitude cal era a débeda do sector financeiro español cando estourou a crise se hai algunhas estimacións moi fiables. Segundo estas neses anos a débeda global da economía española roldaba os 4,3 billóns de euros –en torno ao 400% do PIB -. Unha débeda que se repartía da seguinte forma: uns 0,7 billóns de euros aproximadamente -70% do PIB - eran débeda pública, e o resto 330% PIB    –equivalente a 3,6 billóns de euros- débeda privada. Non era certo, xa que logo, que España tivera neses intres un grave problema de débeda pública senón de débeda privada. Unha débeda privada que se distribuía tal como segue: a débeda das familias roldaba en torno a  1 billón de euros -90% do PIB-, a das empresas 1,2 billóns de euros -130% do PIB- é o resto era débeda bancaria: 1,4 billóns de euros -140% do PIB-. En termos globais a débeda pública so representaba o 16% da débeda total da economía española, a débeda das familias o 21%, a das empresas o 31% e a das entidades financeiras –maiormente bancos- o 32%. Eran, xa que logo, os bancos e as empresas os principais responsables do endebedamento da economía española (63%). Unha débeda derivada maiormente da burbulla inmobiliaria.
A gran MENTIRA quedaba así en evidencia. Unha mentira que tanto a maior parte da clase política galega e española, como dos altofalantes ocultaron. Unha ocultación consciente para así poder xustificar a GRANDE ESTAFA que, entre a clase política e as entidades financeiras, estaba preparándose. Unha estafa que nin o propio Banco de España pode xa ocultar e que presenta varias facianas políticas cada cal mais indecente.
A crise financeira internacional deixou en evidencia que os sistemas bancarios  galego e español non estaban tan sans como nos aseguraban. A crise do mercado de capitais mostrou que non so tiñan problemas de liquidez senón que corrían elevados riscos de insolvencia: moi especialmente as Caixas de Aforros pero tamén moitos bancos. Riscos derivados fundamentalmente dos métodos de enxeñería financeira que tiñan adoptados como por caso o elevado apalancamento  –“endebedarse mais para ganar mais”-, unha situación realmente explosiva. Métodos que, coa perda de valor dos seus activos e a seca das fontes financeiras derivados ambos da crise financeira, colocaron aos sistemas bancarios galego e español ao borde mesmo da creba. Algo que inexplicablemente as autoridades españolas e galegas (Goberno español, Banco de España, Xunta de Galiza) tardaron demasiado tempo en admitir.
Neste marco de crise financeira, a reacción das autoridades españolas –Goberno español, Banco de España-, en liña coa maioría dos gobernos europeos e occidentais, foi a de acudir ao rescate do sistema bancario español dándolle prioridade absoluta sobre calquera outra medida de política económica. Un rescate público que, feito a costa da maioría da poboación –clases traballadoras e pensionistas especialmente-, tivo gravísimas consecuencias económicas: disparouse a débeda pública, caeron os ingresos fiscais e debilitouse a oferta monetaria –con especial impacto nas familias, nas PEME e o comercio polo miúdo- facendo que a crise financeira se convertera nunha grande recesión. Un rescate que, por outra parte e a pesares do acontecido, non impediu que moitos dos grandes bancos continuaran, a pesares das experiencias, coas súas prácticas especulativas e de alto risco.
O rescate do sistema bancario galego e español adoptou varias fórmulas, directas e indirectas, todas elas baseadas na inxección de enormes sumas de diñeiro público. Diñeiro procedente dos petos dos cidadáns que logo se retiraría, por caso, das funcións públicas de benestar e das políticas de emprego. Por unha parte o BCE (Banco Central Europeo) garántalles aos bancos españois como o resto da banca europea, pero ao contrario do que fixo e fai con estados en apuros fiscais tal que Grecia, unha liquidez abondosísima –expansión cuantitativa: practicamente barra libre-, a medio prazo -4 anos de media- e moi barata -a moi baixos tipos de xuro, en moitos casos ao 0% pero incluso, ultimamente, a xuros negativos (-0,4%) tal que xa non so supón para os bancos un enorme aforro no pago de xuros senón incluso unha ganancia (!) cando aqueles son negativos-. Segundo fontes do propio BCE (Banco Central Europeo) o importe dos prestamos a banca española supón, de media, o 25% do total dos préstamos a bancos privados da eurozona –o que significaría, ao día de hoxe, que a cantidade total  prestada dende o BCE a banca privada española supera amplamente os 500.000 millóns de euros- Pola súa parte o BE (Banco de España) apunta a que Nova Caixa Galiza Banco (NCG Banco) –resultado da fusión das caixas galegas: agora ABANCA- foi o cuarto banco privado que mais axudas públicas recibiu por esta vía: a suma total prestada vía BCE supera os 10.000 millóns de euros.
Pero as axudas do BCE a banca española, como a moita da banca europea, adoptaron tamén outras fórmulas financeiras que puxeron de novo en evidencia que intereses defenden realmente os bancos centrais: prestamos garantidos mediante a compra ben de produtos estruturados ben de obrigacións incluso a bancos españois con moi baixas cualificacións. Axudas que tamén confirmaron o xa sabido: os problemas dos bancos españois non son de liquidez senón de solvencia.
Asemade o goberno español, pola súa parte, prestou grandes axudas financeiras a banca española, por certo unha axuda pública cuxa parte contabilizada como débeda pública supuxo un incremento do 4,2% da mesma –o dobre que a media europea-.  Axudas públicas que ben adoptaron a forma de inxeccións de capital orientadas a recapitalizar os bancos e que segundo o Banco de España suman uns 53.500 millóns de euros (5% do PIB) –dos que so se teñen recuperado o 4,5% do total- das cales 9.000 millóns (15,5% PIB galego) foron as axudas para NCGBanco. Ben foron avais para emisións de débeda, adquisición de activos, traspasos de activos ao SAREB, etc. Axudas cuxo monto conxunto, segundo algúns cálculos, rolda os 150.000 millóns de euros –dos que uns 35.000 millóns corresponden a NCGBanco-
Un aspecto relevante a destacar destas axudas a banca privada, que nos dá unha idea real da importancia das mesmas, e a relación entre o volume das axudas recibidas e o capital básico dos bancos. Centrándonos na banca galega rescatada, NCG Banco tiña activos (2013) por un valor duns 52.500 millóns de euros que supoñen un capital básico (3%) de 1.575 millóns de euros. Se as inxeccións de diñeiro público roldan os 9.000 millóns de euros vemos como a contribución pública ao rescate bancario en Galiza foi desmesurada –como sucede no conxunto de España e mesmo da Unión Europea-.
Diñeiro que, segundo as autoridades galegas e españolas (Goberno español, Banco de España, Xunta de Galiza), en moitos casos era un préstamo que, xa que logo, sería recuperado no seu día: “custo cero para o contribuínte”. A verdade de todo isto xa a estamos vendo: UNHA ENORME ESTAFA!.
Sobre este volume inxente de axudas públicas a banca galega e española compre facer varias reflexións relevantes. A primeira é a de que, como resulta evidente, o comportamento dos poderes públicos coa grande banca é antagónico co que ten co resto das entidades privadas –familias, pequenas e medianas empresas, comercio polo miúdo-. Se a primeira dispón de barra libre en condicións vantaxosísimas tales que nunha porción relevante aínda non devolveu, nin devolverá,  o prestado ao resto das entidades privadas non so non dispón das mesmas condicións senón que aquelas sofren ben o acoso dos poderes públicos e dos propios bancos en caso de ser debedor –velaí o goteo continuo de desafiuzamentos- ben non ten aceso ao crédito ou o ten en condicións duras. A outra consideración é de que estamos a falar de fondos públicos que, en moitos casos, non son contabilizados como débeda pública, ao contrario que o resto dos gastos públicos moi especialmente daqueles que ían destinados as funcións públicas de benestar e a creación de emprego que si se contabilizan como débeda pública.
Velaí a xusteza de que cualifiquemos a actuacións públicas en relación a banca privada como unha auténtica ESTAFA que os poderes públicos estanlle facendo a maioría da poboación (90%). Moito mais cando sabemos que a afirmación de que esas axudas públicas serían devoltas polos bancos –“custo cero para o contribuínte”- era unha nova mentira. Non serán devoltas por que en realidade estas axudas públicas son destinadas polos bancos tanto a pagar as súas enormes débedas como a aumentalas reservas. Reservas que dados os baixos tipos de xuro –derivados das políticas de austeridade- destinan a compra de títulos, bonos e produtos financeiros varios. Compras que contribúen a suba dos prezos destes produtos e, xa que logo, a inchar novas burbullas financeiras que, como sucedeu sempre, rematarán estoupando. Estoupido que dará paso unha nova crise financeira e con ela asistiremos a un novo rescate bancario e, xa que logo,a unha nova estafa. BINGO!.

Manoel Barbeitos Alcantara